Un día como hoy, 9 de diciembre, pero de 1824 fue la batalla final por la independencia sudamericana.
La condujo el Mariscal José Antonio de Sucre quien todavía no había cumplido 30 años. Allí combatieron contra el colonialismo hombres y mujeres (¡también mujeres con responsabilidades de combate! Manuela Saenz fue ascendida a Coronela por su valor en esa contienda) de la mayoría de los países que después se constituyeron en nuestra América del Sur: venezolanos, colombianos, ecuatorianos, peruanos, chilenos, bolivianos, argentinos, uruguayos y paraguayos. Todos unidos contra un imperio decadente que no aceptaba la autodeterminación de los pueblos.
En esa batalla un poco más de 9 mil patriotas americanos enfrentaron a mas de 16 mil colonialistas (hablame de estar siempre con una calculadora evaluando la correlación de fuerzas!)
En esa batalla se hizo famosa la frase del más joven General (25) llamado Córdoba quien arengo a sus valientes: "De frente ¡Armas a discreción y paso de vencedores".
Es necesario retomar ese espíritu como lo hicieron Néstor Kirchner, Lula y Hugo Chávez en la cumbre de Mar del Plata en el 2005, donde también enfrentaron a un Imperio conducido por el decadente George W Bush.
Hoy, estamos gobernados por un payaso maligno que nos quiere poner de rodillas frente al Imperio que está perdiendo la hegemonía mundial
La contraofensiva reaccionaria nos puede ganar algunas batallas como en Cancha Rayada, en Caseros o en Pavón, pero jamás podrá derrotar definitivamente a un pueblo invencible que lucha por su liberación.
Hoy más que nunca debemos ponernos de pie recordando la frase del General San Martín que dice que al enemigo solo se lo ve como gigante cuando uno está de rodillas.
