CATO
A cató la guardo en mi
corazón
todavía la imagino en las
mañanas distantes y grises
junto a los fogones
encendidos haciendo café como siempre
fabricando arepas de sueños y
conconetes de ternura
no olvido la expresión de sus
ojos
siempre llenos de flores
azules y mariposas amarillas
creando el alba de mi
infancia
en que yo iba hacia su casa
sembrando por todo el camino
mis sueños
iba feliz a buscar la leche
donde el tío Juan de la Rosa
quien la acompañaba en la
senda de los sueños y el amor
recuerdo cuando yo entraba a
la cocina
con mi traje de neblina y
rocío
y la encontraba intacta entre
el fuego de los fogones
y las flores del crepúsculo
fabricando con sus manos
colores con que se visten los amaneceres
en el horizonte lejano de
nuestra utopía
y le decía madrinita
madrinita
y ella me respondía mi
ahijaito mi ahijaito
y me daba un poco de café
pata ahuyentar los duendes del frío
entonces me iba al potrero
donde el tío Juan
junto a chobolo guancho y mañé ordeñaba las vacas
de
regreso a casa el recuerdo de Cató aun pone alas a mis pies
Domingo Acevedo.