Un espacio para compartir ideas, imágenes, propuestas, versos y la esperanza de un mundo mejor... Tel. 849 637 3922.
domingo, marzo 11, 2018
Honorable embajadora de USA, Bernstein
Noche póstuma, poesía.
Una sirena.
Un barco de sombra flota en un cielo de topacio
con su proa de luna salobre
muerde la distancia de los sueños
hacia un puerto imaginario donde todas las noches
una sirena escribe el epitafio del mar
Espejo de agua.
Lluvia de peces dorados en la memoria 
mariposas que el viento deshoja 
en los día grises 
de un mes tardío como noviembre
ancianos pescadores frente al mar del olvido 
espejo de agua donde una luna moribunda habita
niños tatuados de horizonte
sobre su conciencia cargan la luz 
la pesada luz 
la luz de la alborada
y sobre un caballo de cristal 
una princesa de jade galopa
Lágrima del ocaso.
Soy memoria de la nada
lágrima del ocaso
gemido secreto del mar 
soy del horizonte la mano que te aleja
soy del viento el canto que se queda
soy de la noche la herida que no cierra 
soy de la humanidad la sangre que no cesa
Ahí va un funeral
La luz lleva sobre sus hombros un ataúd
llora el cielo 
una hilera de madres petrificadas junto al camino
se tapan el rostro con las manos 
herida de ausencia la brisa congeló en su vientre
el vuelo mineral de los sinsontes
sonámbulos los árboles dicen adiós a nadie
en la distancia 
los Ángeles danzan con las sombras
y un galopar incesante de trompetas
ilumina las habitaciones efímeras 
que el tiempo deja en el aire al pasar
El maíz
Collar vegetal de perlas amarillas
sobre el vestido verde 
rizos de sol 
Sobre el río
Mariposas color del viento 
sobre el río la luna
Alborada de humo
    Escupitajo de silencio 
alborada de humo esfumándose 
detrás de los espejos distantes de la nada
luna devorada por los cocodrilos amarillos 
del pantano nocturno 
luz herida por la luz
anacahuita perenne 
tamboras congeladas 
en los sonidos azules del agua 
lluvia de sal 
volcán que eructa polvo 
azufre
fuego 
sobre la ciudadela de cristal de mis fantasmas 
y desnuda una virgen permanece sentada
en el trono de ámbar de mi soledad  
Cristal de agua
Cristal de agua 
la luz se ha roto 
un arco iris 
Hace tiempo
Parece que aquí 
todos murieron hace tiempo 
solo queda un gran árbol 
de cadáveres suspendidos en el aire 
Es que de pronto
Es que de pronto la sangre 
absurda
irreverente 
inoportuna 
iluminó con su temblor repentino 
al día renovado en el odio
Las cenizas de mis sueños
He venido a edificar sobre las cenizas de mis sueños 
un monumento a la muerte 
a la terrible muerte 
a la que tiene mil ojos diseminado en el viento
la que me vigila desde mis adentros 
la que se alimenta desde mi silencio
la que se muta en mis sentimientos 
la que se prostituye con el tiempo
la humanamente inhumana muerte 
la que seduce y no da tregua
Ola de sal
El tiempo se ha roto con tu ausencia 
dejando un rastro de eternidad en mi voz 
a veces la sensación de tu partida 
levanta en mis ojos una ola de sal 
que destruye las habitaciones del olvido
y todas las noches 
la luz 
va dejando espejos de luna
en las paredes de la alborada  
donde los niños 
con los dedos tiznados de ternura  
escriben tu nombre 
Miguel 
A Miguel Ángel Acevedo 
Aspas de sombras
Abatida por la metralla 
la noche se eterniza en la mirada 
ausente de la muerte 
campanarios heridos por el silencio oxidado 
del invierno
carne desnuda en su púrpura inocencia 
temblor y congoja en la selva
grito desolado 
flores incineradas
aspas de sombras  
llora la sangre en  alas de la eternidad  
voz quebrada de quijote 
muerte que da vida a la vida 
vida que no termina con la muerte
cadáveres sonámbulos girando 
alrededor de la alborada
y más allá de los sueños 
la esperanza aún retoña
en el acrisolado destello del rocío
A Raúl Reyes 
Made in Israel
un misil que debió estallar en Gaza
atravesó mi corazón
y se estrelló en el lado oscuro de mi memoria
donde un niño Palestino 
jugaba con la luz de la alborada
cada pedacito de su cuerpo destrozado 
salpica de sangre 
la conciencia de un mundo 
que indiferente ve pasar su  funeral
Rayo de eternidad.
Nací junto al fuego azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera 
cuando el sonido ancestral de los tambores 
atrapaba a los hombres y la mujeres de la aldea 
en la telaraña de la utopía y la nostalgia 
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío 
bajo los escombros del olvido 
lejos del mar y la primavera 
en el preámbulo de las mariposas 
un día de otoño 
cuando los soles eclipsados de noviembre 
emergían de las aguas cenagosas del amanecer
Vendaval de sangre
Por el camino hueco que todas las tardes 
deja la brisa en el horizonte 
un vendaval de sangre sepultó 
en el útero de la noche la luz
Perros alados
Una jauría de perros invisibles 
protegen el templo donde mi voz 
desnuda como una virgen 
habita
Detrás de la noche
Detrás de la noche 
un ojo ancestral 
llora el dolor del mundo
Tierno corazón
Lluvia de sal sobre la primavera
rayo carnívoro que muerde 
el corazón tierno de las nubes 
anfibios sollozos perforando la noche
piedra de sacrificio 
iluminada por la sangre de un sol ciego
virgen descorazonada 
por los demonios de sus deseos 
ángeles mutilados por el pecado
ojos que miran desde la ausencia de la muerte
hombres consumidos en su ego
niños heridos en su inocencia por la guerra
y más allá de la ira y el odio
una bandera blanca ondea en mi corazón
Ojos de sal
Aureola de sangre
ojos de  sal derritiéndose en la noche 
lengua mineral y salobre
víscera de animal feroz
dientes de vampiro sediento  
corazón de hombre cruel 
manos asesinas
aliento pestilente
boca de palabras endemoniadas
pies de cíclope derribado
brazos de Sansón ciego
muchedumbre acorralada y temerosa
es la humanidad
Color del otoño
La noche es un árbol que florece en el mar
sus ramas repentinamente concéntricas
humedecen con sus sombras  
todos los confines del universo 
sus hojas 
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la ciudad 
que la quimera forró 
de mariposas
El templo de jade
Alados peces  persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas 
delfines de colores 
tiburones perdidos en un banco de coral 
un océano de sueños 
ofrezco a la mujer que tiene su trono 
en el templo de jade
Noche póstuma
Tronco de árbol perezoso
que crece en el bosque de la nostalgia 
raíz de agua luminosa 
enredaderas de sombras 
noche póstuma
hoguera celestial 
enluta la primavera 
la sangre de la luna herida por los siglos  
Flota la luz
Flota la luz sobre la tenue oscuridad de la alborada
cantan los gallos 
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos y bostezan 
en el arado 
los hombres reivindican la vida
Rondas mis sueños
Rondas mis sueños
danzas desnuda bajo el embrujo de esta luna de jade
coqueteas con el viento azulado de la noche
mariposa atrapada tras los cristales del tiempo
rítmico reflejo de la ausencia
dama del amor imposible
reina de mis noches solitarias
es aquí
en este lugar
donde te amo desde siempre
desde los primeros días de la ausencia
perdidos entre los libros
y los viajes recurrentes a ningún destino
es aquí  donde te amo
en las claras habitaciones de los sueños
donde tu cuerpo desnudo resplandece entre mis manos
tibias de eternidad
Tu voz distante y dulce
A veces imagino tu voz extraviada 
en las claras habitaciones del agua
tu voz distante y dulce
tu voz estremecida en el viento
tu voz  que regresa del olvido
y trepa por las paredes de la noche
y se desgrana en el trino de los pájaros al amanecer
y salpica de mariposas la distancia
Tristemente feliz
Tristemente feliz
Si me preguntan si he sido feliz
les contestaré
que he sido  tristemente feliz
que casi siempre hay lágrimas enredadas en mi sonrisa
que en mis ojos dos ruiseñores  heridos de ausencia agonizan
que muchas veces el llanto estalla inadvertido en mi
voz
lo sabe la luna
lo murmura el viento entre los árboles
cuando la tarde en la distancia se convierte en mariposas
que vuelan sin prisa hasta alcanzar la noche
Canto por la paz.
Multitud de sueños en la voz del viento
banderas multicolores en la mirada de sol
voces de amor arrullan el sueño de los niños 
que en Afganistán o Colombia
en Irak o Somalia
en Palestina o Etiopía 
son heridos en su inocencia por la guerra 
huellas de esperanza
se alejan de los oscuros laberintos del odio 
hacia las amplias planicies iluminadas del amor
en donde la humanidad 
en un canto solidario por la paz
se abraza
Domingo Acevedo.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
