sábado, noviembre 15, 2025

La vida de aventura y sacrificio de Juancito Rodríguez




 Juancito: General Libertario

La vida de aventura y sacrificio de Juancito Rodríguez, ave nacional, recientemente exaltado al Panteón de la Patria
Hace 17 años publiqué en esta columna de Diario Libre una serie de 15 artículos dedicados a ponderar el aporte del legendario Juan Rodríguez García, Juancito, articulador principal de las expediciones libertarias de Cayo Confites (1947) y Luperón (1949). Así como a resaltar su contribución a la revolución costarricense de 1948 que encabezó Pepe Figueres con armas y personal facilitados por él desde su base operativa en Guatemala durante Arévalo (1945/51). En la cual destacaron Miguel Ángel Ramírez Alcántara y Horacio Julio Ornes, alcanzando los grados de general y coronel respectivamente por sus méritos de mando.
Diario Libre compiló esos textos y los donó en opúsculo a la Fundación de Héroes de Luperón, en ocasión de un aniversario del desembarco. En tanto, en fechas posteriores, el autor participó en múltiples paneles y charlas temáticos en el MMRD editados en su órgano Memoria y en el benemérito Club Fe en el Porvenir de Puerto Plata, compartiendo con Manuel Andrés Brugal, Elvia Miller Vda. Puig y Tirso Mejía Ricart. Junto a Ileana Ornes y Rosa Arvelo.
Los restos del tesonero luchador recién ingresaron al Panteón de la Patria, en ceremonia honradora presentes el presidente Abinader, familiares y entidades cívicas. En 1949, un semanario habanero trazó su semblanza. "Con seis pies de estatura, setenta y tantos años y chispeantes ojos de color acero, el viejo dominicano Juan Rodríguez García, cabeza indisputada de la lucha contra la dictadura de Rafael L. Trujillo en Santo Domingo, es un ejemplo de firmeza en la adversidad y de corajudo patriotismo. Opulento terrateniente, ganadero y primer cosechero de cacao del Caribe, el orgulloso JRG cambió las comodidades que ofrece la riqueza por una vida de inseguridad y aventura capaz de arrebatar a jóvenes soñadores y románticos."
La expedición de junio de 1949, fraguada bajo la jefatura de Juancito Rodríguez -quien sentenciaba filosóficamente en su rústico cuartel de Cayo Confites: "Ojalá los cuerdos no dañen algo que sólo pueden hacer los locos"-, contaba con la presencia de un alto número de extranjeros, nucleados en la llamada Legión del Caribe. En la definición de sus planes estratégicos y operativos no sólo predominaron asesores militares republicanos españoles como el teniente coronel Alberto Bayo -que vendieron información a Trujillo- y oficiales guatemaltecos como Roberto Cosenza, jefe de la fuerza aérea. También en su fuerza de combate el elemento multinacional era vital.
Era una verdadera operación multinacional, con una pata de la mesa en Costa Rica, otra en Guatemala, una tercera en México y la cuarta en Cuba. Con recursos operativos de veteranos de la fuerza aérea norteamericana y consejeros de la República Española. Por eso la maquinaria de propaganda de Trujillo y sus aliados extranjeros calificaron estas acciones de "filibusterismo moderno", violatorias de los convenios del sistema interamericano administrados por la recién creada OEA (1948) y del nuevo orden mundial de postguerra estructurado en la ONU y su Consejo de Seguridad.
El 16 de diciembre de 1947 se había suscrito en Guatemala el Pacto del Caribe, bajo auspicio del presidente Juan José Arévalo -quien fungía de árbitro entre las partes-, siendo signatarios Juan Rodríguez García, "por el pueblo de Santo Domingo", José Figueres, por Costa Rica, y Emiliano Chamorro, Gustavo Manzanares, Pedro José Zepeda y Rosendo Argüello, por Nicaragua.
Su propósito era "ir derrocando cada una de las tres dictaduras que nos proponemos combatir", formando para ello "un solo equipo revolucionario, con todos los recursos económicos, bélicos y humanos que seamos capaces de disponer". Para implantar el orden constitucional, la justicia y la democracia.
El Comité Supremo Revolucionario quedó presidido "por el general don Juan Rodríguez García, en reconocimiento a sus relevantes méritos personales, especialmente por su noble desprendimiento y espíritu de sacrificio, con el aporte de armamentos y él servirá además el cargo de comandante en jefe de los Ejércitos Aliados". Para cada país se constituía una Junta de Gobierno, con autonomía en asuntos internos, pero subordinada al Comité Supremo "hasta la eliminación de las dictaduras nominadas". Los signatarios se comprometían a reconstruir "la República de Centro América", continuación del ideal de la federación de 1823, que tuvo en Francisco Morazán a su último cruzado y precursora del actual esquema integracionista.
Los "locos" de Juancito Rodríguez y sus aliados -como el vigoroso intelectual Juan José Arévalo- se adelantaron a los tiempos en su visión de lo que hoy se llama el Gran Caribe. Esbozaron una Alianza Democrática del Caribe formada por los estados centroamericanos y la República Dominicana -la "alianza estratégica" formulada por el presidente Fernández en su primera administración ya plasmada en múltiples acuerdos de integración-, "a la cual podrán ingresar los países democráticos ribereños de este mar y además El Salvador y Ecuador, por motivos peculiares".
Este bloque subregional -una utopía en el Caribe imperial de entonces-, en adición a sus objetivos democráticos y de alternabilidad en el mando, aspiraba a "recuperar las posesiones europeas que perduran en el Caribe y propender a la formación de una nueva República integrada por las Antillas Menores".
De los proyectos revolucionarios del grupo, sólo el de Costa Rica resultó exitoso, al triunfar en 1948 "la revolución liberadora" de José Figueres con las armas de Cayo Confites y los hombres bajo la égida del Pacto. El plan contra Somoza debió abortar en territorio costarricense, al tomar la iniciativa el dictador nicaragüense con el auxilio de exiliados costarricenses enemigos de Figueres. La intervención de la OEA puso fin al diferendo, firmándose un acuerdo de amistad entre las dos naciones. Pero quedaba pendiente Santo Domingo. Con la devolución de las armas prestadas a Figueres y el núcleo duro de la insurgencia, el febril general Rodríguez emprendió su nuevo proyecto revolucionario con la mira puesta en Trujillo.
Expedición Multinacional. De una lista de 55 embarcados en los dos aviones que no lograron llegar al quedar detenidos en México -conforme al libro de Alberto Bayo Tempestad en el Caribe-, apenas 8 eran dominicanos, o sea, el 15 %. Los demás: 12 nicaragüenses, 9 hondureños, 6 españoles, 6 mexicanos, 5 guatemaltecos, 4 cubanos, 4 norteamericanos y 1 costarricense. De los 15 que arribaron a suelo dominicano, casi la mitad (7) eran nacionales de Nicaragua (3), Costa Rica (1) y Estados Unidos (3). Si se mira sólo a los combatientes -ya que los tres norteamericanos formaban la tripulación del hidroavión que acuatizó en la Bahía de Gracia-, los extranjeros constituían un tercio. Poco se sabe de esta gente que vino a dejar sus huesos aquí.
Entre los nicaragüenses que llegaron figuraba Juan Alberto Ramírez González (1921-49), ex miembro de la Guardia Nacional. Natural de Jinotepe, hijo de barbero, cursó dos años de Derecho en la Universidad Central de Managua, ingresando en 1941 a la Academia Militar de Nicaragua, de la cual egresó en 1944 en la 2da promoción, designada Roosevelt en honor al presidente de Estados Unidos. Becado, estudió Investigación, Tránsito y Carabinero de Caballería en la Escuela de Policía de Perú. Ya de regreso en Nicaragua, ocupaba la Jefatura de la Policía de Investigación de Managua, cuando el general Anastasio Somoza, jefe de la Guardia Nacional (GN) y hombre fuerte del país, derrocó en mayo de 1947 al presidente Dr. Leonardo Argüello, de su propio Partido Liberal. Quien sólo duró 25 días en el cargo, al salirse del libreto de gobernante títere y reivindicar sus fueros constitucionales, realizando movimientos de mandos.
Un oficial de la 3ra promoción de académicos de la GN refiere en perspectiva histórica que se sentían frustrados al contrastar la vida real en los cuarteles -al servicio del enriquecimiento y la adulación a los Somoza- y lo aprendido de sus instructores. Leal al presidente Argüello, Alberto Ramírez, junto a un centenar de jóvenes oficiales, fue apresado y dado de baja de la Guardia Nacional. Ya en el exilio, se enroló en los proyectos revolucionarios contra las dictaduras en Centroamérica y el Caribe.
En Guatemala Alberto Ramírez fue instructor de sus compañeros de la expedición contra Trujillo en un campo de entrenamiento militar próximo a la Base Aérea de San José, en la costa del Pacífico. Sería la primera víctima mortal de esta aventura revolucionaria, perforado por cuatro balas disparadas por su colega, el dominicano Hugo Kunhardt, en un confuso incidente. Su cuerpo, ya inerte, quedó carbonizado al explosionar los tanques de combustible del hidroavión Catalina empleado en la invasión, alcanzado por el fuego del guardacostas GC-9 de la MGD, al intentar fallidamente remontar vuelo en la Bahía de Gracia. Su cadáver, junto al de los demás atrapados en el avión, fue conservado durante 13 años en formol por el Dr. Alejandro Capellán en el Instituto de Anatomía de la Universidad de Santo Domingo.
Alejandro B. Selva Cordero, también ex miembro de la Guardia Nacional de Nicaragua, nació en León, la ciudad amada por el poeta Rubén Darío. Hijo de médico, hizo estudios primarios y secundarios en Guatemala, donde residía su padre. Cursó tres años de Medicina en las universidades de Guatemala y El Salvador, ingresando en 1941 a la Academia Militar de Nicaragua, graduándose en 1944 en la 2da promoción como teniente de infantería, junto a Alberto Ramírez. Como otros jóvenes oficiales, su adhesión al orden constitucional le costó la baja y el exilio.
Conforme a un parte del Ejército dominicano, a tres días del desembarco de Luperón, se había verificado un combate en el que murieron Alejandro B. Selva Cordero y los norteamericanos Habet Joseph Maroot, George Raymond Scruggs y John William Chewning. Lo cierto es que fueron capturados y fusilados en el acto. Al parecer la tradición militar se mantuvo en la familia, ya que entre 1963 y 1978 el subteniente Armando Selva Cordero, luego capitán, siguió cursos para oficiales de policía militar y en aprovisionamiento en la afamada Escuela de las Américas operada en Fort Gulick por el US Army en la Zona del Canal.
Foto: a la derecha, en primer plano, el general Juancito Rodríguez, al lado de Leovigildo Cuello .

Pedro Mir

 



Juan Bosch y Pedro Mir

Juan Bosch, con esa visión de águila que poseía para de inmediato detectar cuando una persona tenía talento literario, fue quien presentó y le anunció al país que Pedro Mir sería "el poeta social esperado".
Lo hizo el 19 de diciembre de 1937 desde la página literaria de Listín Diario de la que era director.
Pasaron los años y Pedro Mir se convirtió en nuestro Poeta Nacional. Un día de 1949 Pedro le presentó a Juan su poema "Hay un país en el mundo", y Juan quedó totalmente fascinado y conmovido.
Dándose cuenta que tenía en ese poema una joya de extraordinaria calidad literaria, perdurable a los años, lo llevó a una imprenta y lo publicó.
Ese poema sería el más famoso y el más apreciado de los poemas de Don Pedro, aunque no necesariamente el de mayor calidad.
Entre Juan Bosch y Pedro Mir no sólo hubo una hermosa amistad, sino también una gran admiración. Se querían y se admiraban. En una ocasión Don Juan dijo: "Entre los pocos vicios que tengo, uno es el de oír a Pedro Mir, sea cual sea el tema de cualquiera de sus charlas".
En otra ocasión expresó: "Pedro Mir, lo que es: uno de los más altos poetas de la lengua española; y lo juzgaría por la calidad de su poesía no por la cantidad que haya escrito...de haber sido leído en Suecia Pedro Mir sería Premio Nobel".
Pedro Mir es un dominicano que enorgullece la patria americana.

El valle de Hunza.



El valle de Hunza, en las montañas del norte de Pakistán, se ha vuelto famoso por las historias que describen a sus habitantes como un pueblo que casi no enferma y que podría vivir más de un siglo. Investigaciones explican que su reputación proviene en gran parte de las observaciones realizadas hace décadas, especialmente por el médico británico Sir Robert McCarrison, quien afirmó no haber encontrado allí enfermedades comunes en Occidente. También se menciona que su estilo de vida sería la clave: una dieta simple basada en vegetales, frutas, granos, lácteos fermentados y pequeñas porciones de proteínas, junto con actividad física diaria y un ambiente montañoso de aire limpio y agua de glaciar.


Se suele afirmar que los Hunza podrían descender de soldados del ejército de Alejandro Magno que pasaron por la región hace más de 2.300 años. Conocidos también como Hunzakut o pueblo Burusho, viven en el norte de Pakistán y en algunas zonas de Afganistán, Cachemira e India, con una población cercana a las 87.000 personas. Suelen describirse como un grupo físicamente distinto de sus vecinos, con rasgos más claros, pero lo que más llama la atención es la reputación que tienen de alcanzar edades excepcionales, con una supuesta esperanza de vida que llegaría a los 130 años e incluso casos que, según la tradición local, alcanzarían los 150.

El caso de los Hunza invita a reflexionar sobre cómo el estilo de vida puede influir en el bienestar.

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 Fuente:
- "Hunza - a healthy and a long living people", National Library of Medicine

Breve historia del estilo: Shorinji-Ryu Karate-Do Renshinkan

 



 Breve historia del estilo: Shorinji-Ryu Karate-Do Renshinkan se inició por el Soke Isamu Tamotsu fundador, 10 º Dan (Hanshi), en la ciudad de Kagoshima, Japón, en 1955. Sr. Tamotsu nació en la ciudad de Naze, prefectura de Kagoshima en 1919. Se le dio lecciones elementales de karate de los pescadores en Itoman, Okinawa en su infancia y se mudó a Taiwán cuando tenía 17 años. Tamotsu aprendió Judo Kodokan y adquirió chino Shorinji Nampa (sur) Kempo de Chin roshi, al mismo tiempo. Después de la Segunda Guerra Mundial, adquirió Kyan Chen Mie (legendario del karate-ka) meijin jikiryu (escuela tradicional), en Okinawa.

La integración de estas artes marciales con houen-ryu-taijutsu (houen-ryu de arte de gimnasia), Kensou-ryu-jujutsu (Kensou-Ryu Yawara), hakkou-ryu-jujutsu (hakkou Yawara-ryu), bo (bastón largo), sai ( espada como arma corta), Jo (bastón corto), antiguo arte marcial chino, etc, y establecer su propio punto de vista, Tamotsu comenzó Renshinkan Shorinji-ryu karate-do.

Con excelente técnica y gran espiritualidad, Renshinkan se ha extendido rápidamente por todo el Japón y el mundo durante los últimos 43 años. Renshinkan dispone de 1.000 oficinas y 300.000 estudiantes en Japón.

Renshinkan también proliferan en muchos países extranjeros,Rep.Dominicana,  República de China, EE.UU., Filipinas, India, Puerto Rico, Dominica, Finlandia, Suecia, Rusia, México, Brasil y Panamá.

Miguel Peña, considerado padre del karate dominicano

 



EMPEZÓ SUS PRÁCTICAS DE ARTES MARCIALES EN 1966 Y TODAVÍA NO SE HA DETENIDO

    Carolina Martínez
    Santo Domingo

    Miguel Peña es considerado como el padre del karate deportivo en el país, su historia marca todo un rumbo en el desarrollo de esta disciplina. Su trabajo, su trayectoria, su entrega total y lealtad a las artes marciales hacen que sea un orgullo dominicano. El Kyoshi, Miguel Peña, nace un 29 de septiembre de 1948 en la ciudad de San Pedro de Macorís, empieza sus prácticas de artes marciales en Tae Kwon Do en el año 1966, bajo las enseñanzas del profesor José Ramón Reyes (Cuqui). Pasa a practicar el Okinawa Kenpo Karate-Do en el año 1967 bajo las enseñanzas del profesor Felton Messina (primer dominicano que recibió cinta negra, en Mayagüez, Puerto Rico), siendo a finales de 1968, el primer dominicano en recibir el grado de cinta negra, examinado y promovido en este país, dicho examen fue dado por el profesor Edwin Rodríguez, cinta negra 2do dan. En este mismo año gana por concurso como profesor de esta disciplina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. En el año de 1975 introduce el karate en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y clubes sociales como el Naco, Casa de España, Arroyo Hondo, Coanca y el Club de Codetel. En el año 1976 viaja a Japón, donde practica directamente con el Soke-Sho Isamu Tamotsu, creador del Renshinkan Shorinji Ryu Karate-do, donde retorna a su país con la cinta negra 4to dan, fue el primer latino en ser incluido en el libro de oro de dicho estilo, en el 2004 fue reconocido cinta negra 7mo. dan. “Mi vida es y seguirá siendo el karate, una de mis satisfacciones es ver a mis alumnos cómo se destacan en esta disciplina y en su carrera profesional, siempre motivo a que la lleven de la mano y que miren el karate no como un deporte sino como disciplina de vida”. LegadoEl Kyoshi Miguel Peña ha fundado escuelas de karate desde Pedernales hasta San Pedro de Macorís, ha enseñado en México, Puerto Rico y ha sido maestro en Japón, tiene más de 46 años dedicado a esta disciplina la cual ha llenado de satisfacción, alegría, metas y el seguir formando mejores deportistas le valió el reconocimiento de “Padre del Karate en la República Dominicana” y que también le valiera para ser reconocido como vieja gloria del deporte nacional, primer paso para ser exaltado a inmortal del deporte nacional. “La Federación Dominicana de Karate tiene recursos para que nuestros karatecas puedan ir a los Juegos Olímpicos, pero deben de concentrarse más en el objetivo principal de esta disciplina, explicó el Kyoshi, “entiendo que el karate debe unificarse y que la federación reconozca todos los estilos porque al final es el mismo objetivo”. Padre de 5 hijos, los cuales ha llevado a que vean esta disciplina como un modo de vida. Uno de sus hijos, el sensei José Manuel, agradece a Dios en haber nacido y formado en esta familia. José Manuel: “Estoy orgulloso de mi padre, es un ejemplo de generaciones, me ha enseñado que esta disciplina nace del corazón y de sentimientos arraigados por brindarle lo mejor a la patria”. “He tenido la suerte de tener alumnos hace más de 45 años”, manifestó el Kyoshi. “Empezaron conmigo desde que eran niños y hasta el momento estamos juntos como lo es Julián Güilamo, Arturo Quiñones, Odalis Santana, Santos Eusebio, Elbin Odalix Calderón. Opiniones de alumnosEl respeto, la mística, la formación y dedicación se unen en este estilo de artes marciales el cual el Kioshi Peña ha dado toda su vida. “En mi vida nunca me había sentido tan orgulloso de pertenecer a esta disciplina después de conocer al Kioshi Peña, vengo de San José de Ocoa dirigía una escuela y una vez me dijeron: tú eres aquí lo que es Miguel Peña en Santo Domingo, eso fue lo más grande de mi vida”, con alegría el sensei Elvin Odalix Calderón. (+)NÉSTOR J. GÜILAMO“He sido campeón en mi peso en varias ocasiones y me gustaría ser igual que mi profesor cuando crezca. Esta disciplina la realizaba de manera informal, pero cuando conocí la escuela que en ese tiempo era Kenpo, me gusto y desde entonces a la cabeza del Kyoshi Peña me he mantenido por mas de 35 años con esta lealtad, admiración y todo mi respeto y gallardía, porque esta es mi vida, esta es mi familia”, explica Néstor J. Gu¨ilamo.Satisfacción Ímpetu, resistencia, velocidad, flexibilidad y equilibrio emocional y físico se destacan en sus estudiantes, cualidades de igual importancia a la hora de asegurar un completo y correcto resultado.“Nunca le han negado una visa a ninguno de mis estudiantes, en el tiempo que tenemos compitiendo a nivel mundial y han representado a su país dignamente”, afirma el pionero local en su disciplina.Siempre estaré agradecido de todas las personas que han brindado la confianza en esta disciplina.Tuve el alto honor de ser maestro en Japón y ser reconocido por mi trayectoria con la juventud en América Latina, también fui el primero en entrar a la gloria del deporte en esta disciplina.“Actualmente tengo alrededor de mil alumnos que practican en la escuela y cientos de ellos han viajado a Japón, Estados Unidos y Latinoamérica como lo son Mihail Veljkovic, Miguel González, Hernani Montalvo, Rigoberto Armas, entre otros tantos que forman parte importante de este equipo de luchadores del deporte. “Impartimos clases de lunes a domingo a niños, jóvenes y adultos en diferentes tandas, la escuela esta ubicada en el sector El Cacique Club Coanca y desde aquí han salido karatecas del estilo Shorinji Ryu con disciplina y resultados extraordinario” explicó.Resume que practicar esta disciplina ha garantizado el desarrollo físico completo de quienes lo realizan sin importar la edad o sexo ayudando a que nuestra mente y cuerpo sean saludables.


    Fuente Listin Diario.


    LA CONECCION DEL SHORINJI RYU EN EL TIEMPO, EN LA REP. DOMINICANA I



































     

    LA CONECCION DEL SHORINJI RYU EN EL TIEMPO, EN LA REP. DOMINICANA II









































     

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