La Hora del Planeta: en busca del acuerdo climático que necesitamos en Durban
Por un nuevo compromiso global.
Durante 2011, debemos incrementar los esfuerzos encaminados a conseguir el acuerdo que el mundo necesita para evitar los peores impactos del cambio climático.
En un año, los compromisos del primer periodo del Protocolo de Kioto concluyen. Sin embargo todavía no tenemos garantizado un segundo periodo ni un acuerdo global que lo sustituya a partir de 2012.
La cumbre de Copenhague supuso un gran paso atrás en la negociación climática, que en parte fue recuperada en Cancún al restablecerse el proceso multilateral de las Naciones Unidas.
La cuenta atrás ya ha comenzado y todavía estamos lejos de conseguir un acuerdo con la ambición suficiente de reducción de emisiones para garantizar que no se supere el umbral de aumento de temperatura de 1,5ºC.
En este sentido, es necesario que en la Cumbre del Clima de diciembre de 2011 que se celebrará en Durban (Sudáfrica) los países aumenten sus compromisos de reducción respecto a los manifestados hasta ahora, y acordes con las recomendaciones científicas.
Además, el acuerdo debe ser justo, evitando que los países en desarrollo, que son los menos responsables del cambio climático, sufran de forma dramática sus consecuencias. Es necesario hacer operativo el Fondo Climático Verde, con fondos suficientes para la adaptación de los países en desarrollo a los impactos del cambio climático, y recursos financieros para limitar el crecimiento de sus emisiones.
Es necesario definir el mecanismo para reducir las emisiones derivadas de la deforestación, con las salvaguardias sociales y ambientales necesarias. Y por supuesto, el marco legal debe garantizar que se cumplan los objetivos y que no queden sujetos al voluntarismo de los países o sectores.
Desde WWF seguiremos trabajando, estableciendo alianzas con aquellos que, como nosotros, creen que un buen acuerdo climático es posible y es la mejor opción para la humanidad.
De acción local a movimiento global
Historia de la Hora del Planeta
La Hora del Planeta empezó en una sola ciudad de un país el 31 de marzo de 2007, cuando 2,2 millones de personas de Sidney, Australia, apagaron sus luces durante una hora para reclamar acciones contra el cambio climático.
Un año después, 370 ciudades de más de 35 países convirtieron esta iniciativa en un movimiento global por la sostenibilidad, consiguiendo que entre 50 y 100 millones de personas apagaran las luces en la Hora del Planeta 2008. Edificios emblemáticos como el puente Golden Gate, el Coliseo de Roma, Times Square o el Cristo Redentor de Río de Janeiro se unieron a este llamamiento de acción por el clima oscureciéndose durante una hora.
La Hora del Planeta 2009 hizo historia y se convirtió en la acción voluntaria global más grande nunca vista, participando cientos de millones de personas de todo el mundo. Se apagaron luces de 4.159 pueblos y ciudades de 88 países, incluyendo 73 capitales y 9 de las 10 ciudades más pobladas del mundo. La Esfinge y las Pirámides de Giza, la Torre Eiffel de París, Table Mountain de Ciudad del Cabo o las cataratas del Niágara se unieron a las más de 1.000 maravillas del mundo en esta llamada a la acción contra el cambio climático.
Este movimiento histórico fue más allá durante la Hora del Planeta 2010, cuando ciudadanos de 128 países de todos los continentes apagaron sus luces, celebraron fiestas y reuniones a la luz de las velas y organizaron muchas otras actividades para mostrar lo que puede hacer el mundo cuando actúa unido. La ciudad prohibida de Beijing, la Puerta de Branderburgo, las cataratas Victoria o el Museo de la Paz de Hiroshima se unieron a la lista creciente de iconos en todos los rincones del mundo para simbolizar la lucha contra el cambio climático.
En un intento de promover un cambio de actitud global, la Hora del Planeta 2011 irá más allá de la hora y del cambio climático, señalando el momento a partir del cual los individuos, empresas y gobiernos se comprometerán a realizar acciones a favor del planeta para todo el año. Hogares, oficinas, edificios oficiales e iconos arquitectónicos de Europa, Asia, África, Oceanía y América se oscurecerán para simbolizar las acciones de las personas para ir más allá de la hora.
La Hora del Planeta es un mensaje universal de esperanza y acción.
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