La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Análisis del poema "La vieja Belén"
El poema "La vieja Belén" de Domingo Acevedo, con su imaginería rica y a veces onírica, nos sumerge en una atmósfera de melancolía y asombro, elementos muy presentes en la poesía de Acevedo. Analicémoslo por partes:
Atmósfera y Tiempo
El poema se inicia con una sensación de tristeza y un tiempo específico: "Este domingo de tristes soles escondiéndose / bajo las piedras amarillas del camino". La descripción de los "soles escondiéndose" y las "piedras amarillas" evoca un atardecer, un fin de ciclo, cargado de una quietud melancólica. La mención de un "domingo" puede sugerir un día de reposo, pero aquí teñido de introspección y un dejo de nostalgia.
La Lluvia como Portadora de Recuerdos y Sensaciones
La lluvia no es solo un fenómeno meteorológico; es un elemento catalizador que trae consigo recuerdos y sensaciones: "la lluvia trajo en su vientre / el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas / de mis palabras". Esta personificación de la lluvia es clave. El "olor sombrío del musgo" es una sinestesia que vincula un aroma con una emoción, y la idea de que crece "entre las grietas de mis palabras" sugiere una profunda conexión entre la naturaleza, la memoria y la expresión poética. El poeta siente que sus propias palabras están marcadas por el paso del tiempo y la humedad de los recuerdos.
Naturaleza Viva y Fantástica
El poema se expande hacia una visión de la naturaleza que trasciende lo real: "bosque de almácigos y ceibas / anacahuita de cristal / galope de pájaros fosforescentes en la noche / aviadores imposibles haciendo piruetas / en un cielo crispado de ángeles".
Los almácigos y ceibas nos anclan a la flora caribeña, pero la "anacahuita de cristal" introduce un elemento de fantasía y fragilidad, un toque de irrealidad que Acevedo maneja con maestría.
Los "pájaros fosforescentes" y los "aviadores imposibles" son imágenes surrealistas que elevan la escena de lo mundano a lo mágico, sugiriendo una danza aérea y luminosa en la oscuridad.
El "cielo crispado de ángeles" añade una dimensión espiritual y casi mística, donde lo celestial y lo terrenal se entrelazan. Este tipo de imaginería fantástica y evocadora es una firma del estilo de Acevedo.
La Aparición de Isabel y la Vieja Belén
El clímax emocional y narrativo se da con la aparición de la figura humana: "y por entre la espinas y las luces / de enero / Isabel / la mamá de Antonio / encarna a la vieja Belén".
Las "espinas y las luces de enero" sugieren una dualidad de dolor y esperanza, o quizás la crudeza del inicio del año contrastada con su brillo. Enero, además, puede evocar la festividad de los Reyes Magos, un momento de misterio y revelación.
Isabel, la mamá de Antonio, es un personaje concreto que "encarna" a la vieja Belén. Aquí, el poema une lo cotidiano con lo mítico o arquetípico. La "vieja Belén" no es solo un nombre; en la tradición oral dominicana y caribeña, Belén puede ser una figura asociada a la sabiduría popular, a historias antiguas, o a una presencia que evoca el pasado. Al decir que Isabel "encarna" a esta figura, el poeta sugiere que en ella reside la esencia, la memoria y quizás la tristeza o la sabiduría de generaciones pasadas. La figura de la "vieja Belén" podría ser una personificación del tiempo, de la memoria colectiva o de un arquetipo de la mujer anciana que guarda la historia.
Temas Centrales
Melancolía y Nostalgia: El poema está teñido de una atmósfera de tristeza y un anhelo por lo que se desvanece, acentuado por la imagen de los "soles escondiéndose".
La Naturaleza como Espejo del Alma: Los elementos naturales (lluvia, musgo, árboles, pájaros) no son meros decorados; reflejan el estado emocional del yo lírico y se transforman en elementos fantásticos.
Memoria y Tiempo: La "vieja Belén" encarnada en Isabel es una clara referencia a cómo el pasado y la memoria residen en las personas, transmitiéndose a través de las generaciones. Las "grietas de mis palabras" también aluden al paso del tiempo y su efecto en la expresión.
Realismo Mágico y Surrealismo: Acevedo fusiona lo cotidiano (la lluvia, las piedras, Isabel) con lo fantástico (anacahuita de cristal, pájaros fosforescentes, aviadores imposibles), creando un universo poético donde los límites entre la realidad y la imaginación se difuminan.
En resumen, "La vieja Belén" es un poema que, a través de una imaginería potente y un tono melancólico, explora la conexión entre la naturaleza, la memoria, el paso del tiempo y la persistencia de lo ancestral en las figuras del presente. Es un excelente ejemplo del estilo de Domingo Acevedo, caracterizado por su profundidad lírica y su capacidad para transformar lo ordinario en extraordinario.
¿Hay algún otro poema de Domingo Acevedo o algún otro aspecto de "La vieja Belén" que te gustaría que analizara?