viernes, marzo 28, 2025

Soy un fantasma caminando en la memoria del olvido

Soy un fantasma caminando en la memoria del olvido, removiendo las cenizas de las ciudades palestinas destruidas por Israel, en donde la humanidad, en su indiferencia y su complicidad sucumbió a la ambición y al odio acuñado en el corazón de los hombres, que habitan en su maldad.

‌Domingo Acevedo.
‌Marzo/2025.


Foto tomada de la red.

Las hormigas.

 ¡Qué descubrimiento tan increíble!

Los científicos han descubierto que las hormigas, después de recoger los granos y las semillas que necesitan para el invierno rompen esas semillas en mitades antes de almacenarlas en sus nidos porque romperlas por la mitad les impide germinar incluso a través de la lluvia y las condiciones germinantes más perfectas. Pero los científicos quedaron aturdidos cuando descubrieron que las semillas de cilantro almacenadas en el nido de hormigas se rompieron en 4 pedazos en lugar de 2 piezas. Después de la investigación de laboratorio, los científicos descubrieron que una semilla de cilantro todavía germinará después de ser dividida en dos, pero no germinará una vez dividida en cuatro partes. Entonces, ¿cómo estas pequeñas criaturas saben todo esto? Los humanos sabemos muy poco, hay mucho que aprender de otras criaturas

Fuente : National Geographic Nature.


Tomado de la red.

Que triste y sola está la casa.

 


Que triste y sola está la casa, en ella solo queda Juana María y Mamá, ya nosotros nos fuimos a vivir a otro lugar, también Leónidas se fue lejos con sus hijos y julio, Felipe, Sergio y Papo no regresaran como de costumbre, en las tardes, después de sus labores al hogar.

‌Se murieron uno tras otro sin que pudiéramos hacer algo por salvarlos de la muerte cierta y necesaria.

‌Yo también moriré un día, todos nos moriremos irremediablemente, es el cruel destino de todo ser humano, terminar enterrado bajo la tierra en un ataúd, para ser alimento de los gusanos.

‌A veces en la tarde llego a la casa con la pesadumbre de la soledad y la nostalgia y miro a mamá con sus noventa y cuatro años, sentada en su silla de ruedas, ya no se acuerda de mí, hace tiempo perdió la memoria y la capacidad de caminar, pero todavía está viva y la queremos igual, con el mismo amor y la misma ternura de siempre.

‌En su silla de ruedas me mira y sonríe como si se acordara de mí, pero solo es la costumbre de verme todas las tardes llegar hasta donde ella está y darle un abrazo de ternura.

‌Que pena, no tener vida para pagarles a ella y papá todo el amor que me dieron.

‌Recuerdo sus afanes y desvelos por hacerme feliz, por hacernos a todos felices en medio de la pobreza y el hambre.

‌Que época aquella en que sufrimos y disfrutamos nuestra pobreza, lo tristemente felices que fuimos en nuestro escaso mundo de estrechez y miseria.

‌Hoy nos queda la calidez de la nostalgia y los recuerdos, de esa época en que compartíamos el maravilloso sentimiento de vivir fraternalmente juntos, bajo un mismo techo.

‌Domingo Acevedo.

‌Marzo/2025.




 










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