Aborigen esencia coagulada 
en la inocencia intacta del amanecer
tainos prisioneros 
en las inéditas habitaciones 
de la sangre 
por la espada y la cruz
extinto su  linaje ancestral
por el odio de los  guerreros 
acorazados en su maldad
en la antesala de los días por venir
 ante  tanto horror 
un behique mudo 
se suicida con los cuchillos de las profecías
Isla de algodón y caña
el viento balbucea un abecedario de muerte 
y el mar bosteza cadáveres 
que agonizan en la arena luminosa de la alborada
hay 
en las voces de los que cantan en el cañaveral 
un oleaje de salitre
clima salobre que derrite la piel 
de los hombres 
que bajo el sol tropical de la isla
cortan la caña 
gotas de sal y sangre que humedecen la tierra
enferma ante tanta crueldad
mientras el látigo silba en el aire 
buscando airado la espalda del esclavo
que arrodillado suplica un sorbo de agua 
y como premio recibe 
una herida en la espalda
rotas las cadenas 
alegre danzan los negros 
al ritmo acompasado de las tamboras
cuando en las noches 
la luna 
como un nido de luciérnagas
en el cielo
chorrea su luz 
sobre el quilombo
Domingo Acevedo
Fotos tomadas de la red.
 





