sábado, enero 19, 2019

Mujer latinoamericana sube al Everest sin oxígeno embotellado


La ecuatoriana Carla Pérez, de 35 años de edad, es la única mujer latinoamericana que consiguió conquistar la cima del Everest, la montaña más alta de la Tierra, con una altura de 8848 metros (29 029 pies) sobre el nivel del mar, sin utilizar oxígeno embotellado.
Mujer latinoamericana sube al Everest sin oxígeno embotellado

Pérez alcanzó la cumbre del monte Everest el 23 de mayo de 2016 a las 11:00 de la mañana (hora de Nepal) y sigue siendo un logro reconocido aunque ha pasado un año y ocho meses, ya que hasta el momento es la única mujer latinoamericana en alcanzar la cima de ese coloso sin oxígeno embotellado.
En ese momento, solo siete mujeres en todo el mundo pudieron lograr esta hazaña. Pérez fue la sexta; la séptima llegó el mismo día que ella, dos horas después. Sin embargo, desde entonces no se ha registrado ningún otro ascenso de una mujer sin oxígeno artificial a la cima de Everest.
En el documental ‘Apología del Everest’, sobre el ascenso de la ecuatoriana a la cumbre más alta en el planeta, se puede conocer la gran historia detrás del sueño de casi 20 años de Pérez que finalmente se cumplió.
Respecto a las razones de no usar oxígeno embotellado, la ecuatoriana explica: “Es esa idea de la pureza, de buscar el límite de tu cuerpo (...) no te puedes mentir a ti mismo tomando pastillas, usando oxígeno”.
Además sostiene que para ella “la conexión con todo el universo, el planeta, Dios, viene por medio de tener este contacto con el mundo, entonces una máscara de oxígeno a mi me hace sentir que es falso”.


19 de enero de 1817: Comienza el cruce de Los Andes liderado por el general José de San Martín

19 de enero de 1817: Comienza el cruce de Los Andes liderado por el general José de San Martín

19 de enero de 1817 el general José de San Martín ordena a sus tropas que inicien el cruce de los Andes en dirección a Chile. Se trata de una enorme fuerza de 5.423 hombres, 1.600 caballos, 10.000 mulas y 22 cañones.
19 de enero de 1817: Comienza el cruce de Los Andes liderado por el general José de San Martín

Inicia sus movimientos una de las dos columnas principales del Ejército de los Andes. Ésta columna estaba al mando del General San Martín.
Lo hará por el Paso de Los Patos, San Juan.
El cuerpo estaba formado por la vanguardia al mando del Brigadier Mayor Estanislao Soler, el centro al mando del brigadier Bernardo O’Higgins, la escolta de Granaderos a Caballo al mando de Teniente Coronel Mariano Necochea y la retaguardia al mando del Teniente Coronel Pedro Regalado de la Plaza, que conducía la maestranza del ejército. Había varios días de diferencia entre la vanguardia y la retaguardia. San Martín fue de los últimos en partir, porque precisamente estuvo controlando lo más importante, es decir la salida en orden del ejército. O`Higgins, quien iba al centro, le escribía casi cotidianamente a San Martín, que venía uno o dos días más atrás, y le informaba sobre su marcha y la de Soler.
El cuerpo inició el cruce propiamente dicho a partir del 19 de enero de 1817, tomó por Jagüel, Yalguaraz, Río de los Patos, salvó el alto cordón del Espinacito por el paso homónimo, situado a 5.000 metros. El 2 de febrero de 1817 inició el paso de la cadena limítrofe por el Paso de las Llaretas. Esta columna tropezó con las mayores dificultades, pues fue preciso escalar cuatro cordilleras. Soler que iba adelante logró las victorias de Achupallas (4 de febrero de 1817) y Las Coimas (7 de febrero de 1817).
Dicha Columna estaba compuesta por unos 3.000 hombres.
17 de enero de 1826: Regreso cargado de gloria
El 17 de enero de 1826, en veintitrés carretas, comienza la última etapa del regreso. En silencio, invencibles, cruzados de cicatrices, cargados de glorias, llegan a Buenos Aires, el 19 de febrero de 1826, los restos del regimiento de Granaderos a Caballo de los Andes, después de trece años de intenso batallar por los campos de medio continente para concretar la libertad de las naciones de América.
Retornan al mando de José Félix Bogado, aquel lanchero paraguayo de 1813, que ahora luce las insignias propias del coronelato. A sus órdenes llegan 78 hombres, entre ellos los seis que hicieron toda la campaña: Paulino Rojas, Francisco Olmos, Segundo Patricio Gómez, Damasio Rosales, Francisco Vargas, y Miguel Chepoyá.
Vuelto el regimiento a su antiguo cuartel del Retiro, las armas que trae se depositan en una caja, sobre la que se colocará una plancha de bronce con esta inscripción: “Armas de los libertadores de Chile, Perú y Colombia”.
Años después, Mitre trazó su elogio con estas expresiones:
“Concurrió a todas las grandes batallas de la independencia, dio a la América diecinueve generales, más de doscientos jefes y oficiales en el transcurso de la revolución, y después de derramar su sangre y sembrar sus huesos desde el Plata hasta Pichincha, regresó en esqueleto a sus hogares, trayendo su viejo estandarte bajo el mando de uno de sus últimos soldados ascendido a coronel en el espacio de trece años de campañas”

Los Auqueyes.


Los Auqueyes.


















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