UNA TARDE CUALQUIERA
Es una tarde cualquiera 
el mar asoma por entre las
ramas de los árboles 
Julia pace plácidamente  
León corretea
alegremente  por el patio 
hoy papá llegó temprano y
trajo de comer
mamá en la cocina prepara la
comida 
arroz 
habichuelas 
y pescados con coco 
por el camino de la tarde mi
padre se aleja hacia el mar 
león corre tras él 
Julia lo mira y rebuzna 
él voltea el rostro y nos
arropa a todos con su mirada azul triste
y continua su viaje hacia el
mar 
con la compañía de León
nuestro perro bravo y fiel 
va a visitar a los viejos
pescadores nocturnos 
sus amigos de toda la vida 
que todas las noches en sus
pequeñas embarcaciones  se piden mar adentro
para regresar todas las
mañanas repletos de pescados que venden para vivir
la tarde efímera va dejando
en el alma el canto alegre de los pájaros 
y un  dulce olor a flores silvestres   
el lucero anuncia la noche 
y mi padre salpicado de
salitre y estrellas regresa 
sus huellas del mar a la casa
son eternas
el camino conoce sus pasos 
ya no es tan necesaria la
prisa 
es hora de comer 
junto al mar las noches son infinitas
y hermosas 
el canto de los grillos 
el rumor de las olas 
el cielo estrellado
aquí todo el universo queda
resumido en un suspiro
Domingo Acevedo. 

