viernes, octubre 31, 2014

Nací en la Esperilla, junto al camino real en una casita de yagua con piso de tierra.




Nací en la Esperilla,  junto al camino real en una casita de yagua con piso de tierra bajo el cielo parpadeante de un amanecer salpicado por el rocío del otoño e impregnado por el olor reciente y vegetal de los hornos que ardían a fuego lento más allá de los límites de la aurora
Fueron las manos luminosas de Belén las que con asombro me sacaron del vientre florecido de mi madre,  las que lavaron mi piel recién hecha y me vistieron de ternura y me depositaron junto a la hoguera anaranjada del amanecer para que  el frío de los inviernos remotos no salpicara de escarcha mi alma para que mi piel siempre tibia no se derritiera en las noches dejando un rastro invisible de mariposas muertas en la epidermis arrugada del tiempo


Domingo Acevedo.

Hay pasos ahondándose en la espesura de la incertidumbre

Un centauro.

Con una herida en el corazón
postrado ante el olvido
agoniza un centauro
en sus ojos anegados de eternidad
una luz se apaga
Domingo Acevedo.

Un enjambre de perros azules
Hay pasos ahondándose en la espesura de la incertidumbre
y más allá de la inexactitud del tiempo
un enjambre de perros azules arañan la noche
27/8/12

La luna lo sabe
Este camino que se pierde entre mis ojos
no lleva a ninguna parte
la luna lo sabe
por eso todas las tardes se entretiene a jugar en el horizonte
con las golondrinas

Heridas de ausencia
Estas dos palomas que huyen de mis ojos
heridas por la ausencia
sin ninguna oportunidad de regresar del olvido
se diluyen en la inmensidad del tiempo
28/8/12

En este viaje hacia el olvido
En este viaje hacia el olvido
atrapado en propia soledad
he llorado tantas veces mi vida
que no se si de verdad vivo o muero
mayo/12

He acumulado tanto dolor en mis recuerdos
que en mis ojos hay una herida que no cierra
Mayo/12

Hay un niño herido en mi voz
Mayo/12

Ya no se a donde voy
me he perdido en los laberintos
de la incertidumbre
buscando una salida para escapar
a tantos recuerdos
mayo/12

Estas dos lágrimas que ruedan por mi rostro
Arrastran consigo todo espeso amargo de mi edad
mayo/12

Aquí
arrinconado contra los últimos vestigios del tiempo
la vida se desvanece en la nada
mayo/12

La tarde llegó silenciosa
enterró sus cuchillos de sal en mi memoria
y se alejo cantando

Domingo Acevedo.

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