miércoles, octubre 22, 2025

Horacio Quiroga

 



El hombre que nos enseñó a tener frío

Horacio Quiroga quiso tentar a Ezequiel Martínez Estrada para que fuera su vecino en Misiones: le regaló una hectárea, planos de una casa de madera, muebles hechos por él y hasta un violín rústico de timbó que sonaba como “gato en celo”. Estrada entendió el mensaje y no se mudó.
Poco después, Quiroga viajó a Buenos Aires por un malestar. Tenía cáncer terminal, pero los médicos no se lo dijeron. Internado en el Hospital de Clínicas, trabó amistad con un paciente escondido en el sótano, Batistessa, a quien contó historias de la selva. Este le reveló que la operación era inútil. Quiroga fue a comprar cianuro, lo mezcló con whisky y se suicidó. Lugones comentó: “Se mató como una sirvienta”; él mismo se suicidaría un año después. Alfonsina Storni, antigua amante, también seguiría ese camino.
Ni Lugones ni Storni acompañaron sus restos al Uruguay; Borges sí lo hizo, a pesar de haberlo criticado. Incluso Arlt, que lo había ridiculizado, cambió su opinión al escuchar una anécdota: días antes de morir, Quiroga había seguido a la viuda de Gómez Carrillo, actual pareja de Saint-Exupéry, y al verlos juntos comentó: “Me hubiera gustado ser aviador”.
Directo y sin diplomacia, Quiroga provocaba tanto admiración como escándalo. Crió a sus hijos en la selva con una dureza extrema y convivía con animales como un coatí, un búho y un yacaré. Lo acusaban de traer la barbarie a la ciudad, pero él prefería la selva antes que cualquier otra vida. Amaba por igual a Tolstói, Dostoievski, Jack London y Baudelaire.
En su última carta a sus hijos escribió: “Busco lo que casi nunca se encuentra. Soy capaz de romper un corazón por ver lo que tiene adentro, a trueque de matarme yo mismo sobre los restos de ese corazón”. Martínez Estrada resumió su legado: “Con él aprendimos a contar en serio”.

La guerra contra el fentanilo proclamada por Trump como justificación de los asesinatos en el mar Caribe es falsa.

 



Un exhaustivo reportaje del Washington Post concluye que la supuesta guerra contra el fentanilo proclamada por Trump como justificación de los asesinatos en el mar Caribe es falsa.

La aseveración de que Venezuela es el origen del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos expresada por Trump no tiene relación con la realidad.
20 de octubre de 2025
En las aguas turquesas que separan Venezuela de Trinidad y Tobago, el ejército más poderoso del mundo ejecuta una campaña de asesinatos sumarios. La justificación, esbozada por el presidente Donald Trump ante la prensa internacional y la población estadounidense, es la atribución de que los “eliminados” son “narcoterroristas” que transportan fentanilo, un “arma letal” que “envenena a estadounidenses”.
Sin embargo, esta narrativa se desmorona al primer contacto con la realidad y el rechazo crece tanto de líderes como Gustavo Petro, Inácio “Lula” Da Silva o la presidenta de México, Claudia Sheinbaum; y hasta en los propios congresistas estadounidenses que ya intentaron en dos ocasiones poner freno a estas masacres que han matado a más de 20 civiles, sin que se recuperen sus cuerpos y sin que sé de conocimiento de ningún tipo de material probatorio que respalden las afirmaciones de Washington.
En este sentido, este lunes el Washington Post publicó un exhaustivo reportaje, complementado con testimonios de familiares de las víctimas y análisis de funcionarios y expertos, que demuestra que los blancos de estos ataques no son eslabones de una cadena que lleva opioides sintéticos a Estados Unidos, sino principalmente pescadores y contrabandistas de marihuana que abastecen a Trinidad y Tobago, o, en el peor de los casos, serían un eslabón de paso en la ruta de la cocaína hacia los mercados de Europa y África.
“Los registros y entrevistas con 20 personas familiarizadas con la ruta o los ataques, incluyendo funcionarios estadounidenses e internacionales, tanto actuales como anteriores, contradicen las afirmaciones de la administración”, señala el artículo.
Esta estrategia no es nueva; es la reencarnación de un libreto probado con anterioridad, que resurge cada vez que la agenda del cambio de régimen en Washington necesita un villano convenientemente armado. El objetivo de esta ficción, no es otra, para el analista William Serafino, que la de utilizar operaciones de guerra psicológicas cuyo fin último es intervenir el Gobierno de Nicolás Maduro, para favorecer los intereses geopolíticos de su nación y los intereses económicos de grandes corporaciones afines.

El plan de Trump para Gaza llevará, como mucho, a un alto el fuego y un intercambio de prisioneros. No se puede lograr la paz sin tener en cuenta a los palestinos”




Ilan Pappé, historiador israelí: “El plan de Trump para Gaza llevará, como mucho, a un alto el fuego y un intercambio de prisioneros. No se puede lograr la paz sin tener en cuenta a los palestinos”

En su nuevo libro, el historiador israelí esboza la "desintegración inevitable" del Estado judío y señala el camino hacia una paz posible y un futuro concreto para Palestina.
Dos años desde el 7 de octubre de 2023. Dos años desde la fecha que cambió para siempre la faz del conflicto palestino-israelí. Ese día, Hamás lanzó un ataque terrorista contra Israel, matando a unas 1.200 personas y tomando 251 rehenes, y la respuesta de Israel fue la devastación total de la Franja de Gaza, la muerte de unas 70.000 personas, incluidos al menos 20.000 niños y el bloqueo de la ayuda humanitaria. Una respuesta que una Comisión Internacional Independiente de Investigación de las Naciones Unidas ha calificado de genocidio sin ambages. Un genocidio aún en curso.
Las imágenes que llegan de Gaza dos años después son las de una ciudad reducida a un montón de escombros, donde los supervivientes guardan en sus ojos todo el horror que han visto día tras día, el de familias enteras aniquiladas, niños muertos mientras hacían cola para conseguir agua, otros muertos por desnutrición. El ataque de Hamás y la devastadora respuesta israelí han acelerado un proceso que, según el historiador israelí Ilan Pappé, marca el principio del fin del proyecto sionista: no una crisis pasajera, sino una desintegración estructural. En su libro El fin de Israel (editado en Italia por Fazi Editore y en Estados Unidos por Beacon press, por el momento no disponible en España), Pappé pone de relieve el colapso político, moral y social del Estado israelí y esboza un horizonte alternativo: una Palestina post-sionista, democrática y descolonizada, basada en la justicia, el derecho al retorno y la igualdad.
Mientras escribo estas líneas, continúan las negociaciones en Egipto para alcanzar un acuerdo de paz entre Hamás e Israel, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentara con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el plan de paz para poner fin al conflicto. Pero los bombardeos siguen asoland gaza k
¿La paz está cerca?
El plan presentado por el presidente estadounidense Donald Trump traerá, como mucho, un alto el fuego y un intercambio de prisioneros, no un plan de paz. No se puede lograr la paz sin tener en cuenta a los palestinos y se mantiene la vieja idea de que son felices viviendo en dos megacárcele
¿A qué se refiere cuando habla del "fin" de Israel? ¿El fin de un régimen, de una idea?
Efectivamente, el fin de un régimen, pero también la transformación en un Estado fallido en el proceso. Hay falta de cohesión interna, atraviesa una profunda crisis económica y lidia con un ejército agotado, así como el aislamiento mundial y regional
¿Qué entiende por régimen?
El régimen es sionista y funciona como un Estado de apartheid cuya motivación es hacer todo lo posible para eliminar a Palestina y a los palestinos. Además, hoy en día, tiende a ser más teocrático.
Uno de los argumentos centrales de su libro es la división entre lo que usted llama "Estado de Israel", laico, y el "Estado de Judea", que es religioso/teocrático.
El problema es que el sionismo ha definido el judaísmo como nacionalismo. Los colonos de Cisjordania creen que implica un Estado judío teocrático, fanático y racista, gobernado según una rígida interpretación de las leyes bíblicas. Esta era una postura marginal hasta este siglo, pero una segunda y tercera generación de judíos norteafricanos han empezado a apoyar esta versión, al igual que los votantes del Likud [el partido de extrema derecha dirigido por Netanyahu]. Y han permitido que este grupo se haga con el control de la política, el ejército, los servicios de seguridad, la policía, y ahora apunte al sistema judicial. Han tomado el control del antiguo Israel laico.¿Cómo han influido los últimos acontecimientos en su análisis, en particular lo sucedido el 7 de octubre de 2023 y la posterior guerra en Gaza?
Todo el proceso que llevó al colapso se vio acelerado por los acontecimientos: Israel se movió más hacia la derecha, está más aislado, más debilitado. Fue como un terremoto que sacudió un edificio tambaleante.
En su libro también hay esperanza para el futuro de Palestina. ¿Cuál es su visión?
La esperanza es a largo plazo y la esperanza es que la desintegración conduzca a un Estado democrático desde el río hasta el mar, basado en la justicia transicional (con un retorno de los refugiados y redistribución de los recursos) y la reintegración en el mundo árabe que permita a los palestinos tener una vida normal. Algo que se les niega desde hace un siglo.
Artículo original publicado por Vanity Fair Italia.

Rafael Tomás Fernández Domínguez




Cuando un joven coronel de 30 años cambió para siempre el significado de ser soldado en la República Dominicana

✍️
Por: Andrés Julio Rivera Bazil
Rafael Tomás Fernández Domínguez nació el 18 de septiembre de 1934 en la comunidad de Damajagua (hoy municipio Esperanza, provincia Valverde).
Fue el primogénito del general Ludovino Fernández Malagón —oficial del Ejército Nacional, que llegó a ser Jefe de la Policía Nacional y Viceministro de Interior y Policía— y de doña Erminda Domínguez Cruz.
Por su línea materna, pertenecía a la familia Domínguez–Grullón de Damajagua–Mao (abuelos Aniceto Domínguez Grullón y Leona Cruz; bisabuelo José Domínguez).
Desde joven mostró una doble vocación: la formación académica civil (bachillerato en Ciencias Físicas y Matemáticas, diciembre de 1952) y la vocación militar.
Ingresó al Ejército en marzo de 1953 como raso, en febrero de 1954 pasó a cadete y en agosto de 1955 fue ascendido a segundo teniente.
En 1957 realizó un curso de Computaciones Geodésicas en la Escuela Cartográfica de Fort Clayton (Zona del Canal de Panamá).
En 1958 fue transferido al arma de Aviación; en 1959 ascendió a primer teniente y luego a capitán.
Se casó en diciembre de 1955 con Arlette Fernández Saba (Letty), quien fue su compañera en la vida y en el ideal patriótico.
Tuvieron cinco hijos: Ludovino, Arlette (Oleka), Ingrid, César y Rafael Tomás.
Entre sus hermanos se mencionan Carlos Alberto, Arcadio, Aurora, Celeste, y otros miembros de una extensa familia que combinó la tradición militar con la formación cívica.
Carrera, ética militar y liderazgo (1958–1965)
Rafael Tomás Fernández Domínguez fue nombrado Director de la Academia Militar “Batalla de Las Carreras” por el presidente Juan Bosch el 15 de junio de 1963, donde instauró una disciplina basada en el respeto al poder civil y al pensamiento democrático.
Rechazó unirse a la maquinaria represiva del régimen de Trujillo y rehusó ser sub-jefe del SIM ofrecido por Ramfis Trujillo, gesto que lo consolidó como un oficial de principios.
Tras el golpe del 25 de septiembre de 1963 contra Bosch, articuló con oficiales jóvenes y civiles la conspiración que más tarde desembocó en la Revolución de Abril de 1965, siendo su principal ideólogo y estratega militar.
La Revolución de Abril y la emboscada del 19 de mayo de 1965
El 14 de mayo de 1965 regresó del exilio y se incorporó de inmediato a la causa constitucionalista. Fue designado Ministro de Interior y Policía del gobierno constitucionalista —cargo que, según la Constitución, lo convertía en el primer sustituto del Presidente.
El 19 de mayo de 1965, lideró personalmente la operación para retomar el Palacio Nacional en Santo Domingo.
A pesar de las advertencias del coronel Montes Arache y otros oficiales sobre el riesgo extremo, Fernández Domínguez decidió seguir adelante, argumentando que debía ganarse el puesto en combate.
La emboscada
La emboscada ocurrió en la intersección de las calles 30 de Marzo y Abreu, barrio San Carlos, donde fueron sorprendidos por fuego cruzado proveniente de posiciones controladas por tropas estadounidenses desplegadas tras la intervención del 28 de abril de 1965.
Testimonios de combatientes y de su hijo Ludovino Fernández señalan que los disparos provinieron desde los techos de edificios cercanos, alcanzando a Fernández Domínguez por la espalda y en el tobillo izquierdo.
En el enfrentamiento cayeron también Juan Miguel Román e Illio Capocci, entre otros combatientes constitucionalistas.
Aquella acción —heroica y desesperada— marcó el sacrificio máximo del movimiento constitucionalista. Su cuerpo fue encontrado en el pavimento, aún con la pistola en mano, símbolo de que murió combatiendo por el retorno de la democracia.
Reconocimientos oficiales y memoria nacional
Ley 58-99 (11 jun 1999): lo declara Héroe Nacional.
Ley 154-08 (22 abr 2008): instituye el 19 de mayo como “Día del Soldado Democrático”.
En 2011, la Autopista de San Isidro fue designada con su nombre.
Sus restos reposan en el Panteón de la Patria, junto a los más grandes héroes de la historia dominicana.
Deportista completo: campeón de tiro y boxeo; ganó la primera carrera de automovilismo oficial en República Dominicana (junio 1960) con un Mercedes-Benz 300 SL “Gullwing” en San Isidro.
Cartas inéditas a Letty: escribió misivas desde el exilio y antes de su retorno, de alto valor humano y literario.
Familia heroica: era primo hermano del coronel Juan María Lora Fernández, caído también en 1965, lo que demuestra la coherencia de un linaje comprometido con el constitucionalismo.
Rafael Tomás Fernández Domínguez representa el modelo del soldado ético, técnico y democrático.
Su muerte, más que una tragedia, fue una lección: las armas no pertenecen al poder personal, sino a la Constitución.
Fue el punto de quiebre entre la vieja oficialidad trujillista y una nueva ética militar republicana, y su sacrificio definió un estándar moral que aún guía a las Fuerzas Armadas modernas.
Su legado sigue vivo en las aulas militares, en los actos cívicos y en la memoria de un pueblo que reconoce en él al soldado que defendió la ley hasta el último aliento.
Cronología esencial
18 sep 1934: Nace en Damajagua, Valverde.
1953-55: Ingreso y ascenso en el Ejército.
1957: Curso en Fort Clayton, Panamá.
15 jun 1963: Director de la Academia Militar “Batalla de Las Carreras”.
25 sep 1963: Golpe de Estado a Bosch; se une al movimiento constitucionalista.
14 may 1965: Regresa del exilio.
19 may 1965: Muere en combate en Santo Domingo.
11 jun 1999: Ley 58-99, declarado Héroe Nacional.
22 abr 2008: Ley 154-08, instituye el Día del Soldado Democrático.
Fuentes y referencias verificadas
José Bujosa Mieses, La caída de Rafael Tomás Fernández Domínguez y Juan Miguel Román (19-M-1965), Acento.
Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, inspirado de amor por su patria, Acento.
Cómo Fernández Domínguez se ganó el respeto y la gloria, Diario Libre.
Vanguardia del Pueblo, artículos conmemorativos (2021-2024).
Leyes 58-99 y 154-08, Gaceta Oficial.
Efemérides Patrias, actos del Panteón Nacional (2024-2025).

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