Indudablemente que hubo muchas
trabas para que los nacionales haitianos se regularizaran en la Republica
Dominicana tanto aquí, como en Haití. Hoy
veo como tristeza como muchos de ellos con sus corotos a cuesta se van hacia su
país, hacia un futuro incierto, dejando detrás los sueños y las ilusiones de
una vida más digna, los inmigrantes no son los culpables de la crisis global,
son sus víctimas.
En esto hay una cuestión humana
que no debemos pasar por alto, pienso que con toda las diferencias que tenemos
haitianos y dominicanos, tenemos también muchas cosas en comunes que
nos unen, por lo que como países que compartimos una misma isla debemos luchar
por un futuro común y promisorio, en
donde el respeto, la cooperación, la
solidaridad y la humanidad normen nuestras relaciones.
Señor presidente sus ambiciones
reeleccionistas no deben despojarlo de su humanidad, sí es que acaso es usted humano, esos seres
humanos merecen una prorroga de por lo menos tres meses y todas las facilidades
necesarias para que puedan regularizarse, démosle una nueva oportunidad.
Domingo Acevedo,
Junio/15