La proyección de las emisiones de dióxido de carbono –el principal gas de efecto invernadero– está cada vez más cerca del límite establecido en el acuerdo de París de 2015.
Un reporte de la ONU señala que los objetivos de emisión actuales de todas las naciones terminarían en un aumento de la temperatura global promedio de 3.2 grados Celsius para 2100 y eso es algo grave.
“Un mundo con 3.2 grados adicionales para finales de siglo provocaría muchos de los efectos extremos y graves para la salud humana, las economías globales y el aumento del nivel del mar que se pronostican en los escenarios de emisiones más altas”, dice el estudio de la ONU.
El informe de este año revela la mayor brecha de la historia, que es el resultado de un aumento en las emisiones y una lenta acción de mitigación.
“La ciencia es clara. Sin reducciones rápidas del CO2 y otros gases de efecto invernadero, el cambio climático tendrá impactos cada vez más destructivos e irreversibles en la vida en la Tierra. La ventana de oportunidad para la acción está casi cerrada”, dijo en un comunicado el secretario general del organismo de Naciones Unidas, Petteri Taalas.
El reporte halló niveles de dióxido de carbono de 405,5 partes por millón (ppm) en 2017, frente a las 403,3 ppm en 2016.
La OMM dijo que la tasa de aumento estaba en línea con el nivel de crecimiento promedio de la última década. Los niveles de dióxido de carbono han aumentado un 46 por ciento desde la era preindustrial, cerca del año 1750.
“Lo más alarmante es que (…) la mitad del incremento desde la era preindustrial se produce en los últimos 30 años”, dijo Oksana Tarasova, jefa de investigación ambiental atmosférica de la OMM.