Al ver las atrocidades cometidas
alrededor de todo el mundo por Occidente y muy especialmente por los Norte Americanos,
dudo que los hombres y las mujeres que
dirigen la política imperialista del planeta, tengan algo de humanidad en sus corazones. Sobre
sus conciencias cargan el peso de cientos
de miles de personas asesinadas en Irak, Afganistán, Libia, siria, Yermen,
Somalia, etc.
Además de los miles y miles de
personas sin hogares condenadas a vivir refugiadas en esos países, golpeadas
por el hambre las enfermedades y las inclemencias del clima, entre otros graves
problemas.
Ante estos actos colectivos de
inhumanidad que desbordan nuestra sensibilidad hay que unir esfuerzos alrededor
de todo el mundo para presionar a esos países a respetar el derecho de los
pueblos más débiles a su auto determinación, al derecho que tienen a dirimir
sus diferencias sin la intervención de fuerzas foráneas.
Si nos quedamos con los brazos
cruzados, sino levantamos nuestras voces por la paz, por la libertad y la autodeterminación,
nos hacemos cómplices de toda esa barbarie cometida por el mundo supuestamente
civilizado.
Domingo Acevedo.
Abril/17