Somos un
pueblo acostumbrados a recibir dadivas de los gobiernos de turno que se
nutren de la ignorancia del pueblo y abusan del clientelismo político para mantenerse
en el poder y no sólo para mantenerse en el poder sino también para enriquecerse,
robándose el dinero que pertenece al pueblo y que debiera invertirse en salud, educación,
empleos entre otros servicios que los gobiernos deben garantizarle a su pueblo
pero que por la corrupción son precarios y a veces inexistentes.
Como pueblo estamos gobernados por grupos políticos
que a la hora de robarse los recursos del estado son insaciables.
Domingo Acevedo.