lunes, abril 29, 2013

Hace 70 años, moría el gran poeta Miguel Hernandez


Hace 70 años, en un día como hoy, a los treinta y un años, en la Cárcel Franquista, moría el gran poeta Miguel Hernandez.....cuentan que unos meses antes, cuando su final se veía llegar, algunos "amigos" del poeta lo fueron a visitar y le propusieron la libertad a cambio de un pequeño gesto: una carta pidiendo perdón al Generalisimo; Miguel se acercó a la ventana de la habitación de visitas, miró a sus compañeros comunistas y les dijo: por ellos vine aquí, con ellos vivo y lucho, con ellos me quedo. El año pasado en un "homenaje" oficial, se "olvidaron" su identidad política, lo volvieron a matar. Pero Miguel está con nosotros, con los rojos, aunque el color de la revolución siga molestando a tantas y a tantos. Miguel se queda con los rojos y los rojos seguiremos siendo revolución, le guste a quien le guste, cueste lo que cueste, hasta la victoria, siempre.












Hace 70 años, en un día como hoy, a los treinta y un años, en la Cárcel Franquista, moría el gran poeta Miguel Hernandez.....cuentan que unos meses antes, cuando su final se veía llegar, algunos "amigos" del poeta lo fueron a visitar y le propusieron la libertad a cambio de un pequeño gesto: una carta pidiendo perdón al Generalisimo; Miguel se acercó a la ventana de la habitación de visitas, miró a sus compañeros comunistas y les dijo: por ellos vine aquí, con ellos vivo y lucho, con ellos me quedo. El año pasado en un "homenaje" oficial, se "olvidaron" su identidad política, lo volvieron a matar. Pero Miguel está con nosotros, con los rojos, aunque el color de la revolución siga molestando a tantas y a tantos. Miguel se queda con los rojos y los rojos seguiremos siendo revolución, le guste a quien le guste, cueste lo que cueste, hasta la victoria, siempre.

LAS SOMBRAS DEL INSOMNIO


UNA TUMBA VACIA Y HONDA
Soy
no soy nada
regreso cansado del olvido
nadie me recuerda
como un serafín herido
tengo el horizonte
pegado en la piel
y en los ojos un sol oscuro
ilumina el sendero
ensangrentado de flores
regreso cansado
tengo las manos repletas
de eternidad
llamaradas de mariposas
de ellas vuelan hacia el ocaso
donde solitarias estatuas
abandonadas al azar
me miran con lástima
soy
no soy nada
detrás de las puertas del tiempo
siempre abiertas
un cementerio de estrellas
un lirio roto
una tumba vacía y honda
soy
no soy nada

FRENTE  AL ESPEJO


Volveré a ser yo
cuando mañana me mire al espejo
y vea a las bailarinas muertas
orinándose de asco
en medio de la noche
bajo una luna de plata
que alumbra  la ciudad de mis sueños
donde me enfrento en sus calles
cuchillo en mano
a los duendes invisibles del tiempo
en un duelo rutinario e inútil
sabiendo que mañana
frente  al espejo
volveré a ser yo
cuando me quite la máscara
y ya no me conozca

APOLOGIA DEL TIEMPO


Soy el eco unicelular
del viento
mi voz húmeda
antes prehistoria de la vida
cabalga sobre el potro
indomable del tiempo
espada en ristre
decapitando siluetas
cuyas cabezas líquidas
estallan al tocar la tierra
salpicando las noches
de lirios y azucenas

LLUVIA HORINZONTAL

El verano empezó a vestir las tardes de otoño
En la distancia los colores danzan con las sombras
y huyen
impetuoso el viento galopa sobre la nada
paraíso invisible de alegres prostitutas
que danzan desnudas por las calles de asombro
de un mundo pervertido
bajo el amarillo resplandor del ocaso
mariposas mordidas por las sombras
lluvia horizontal de peces congelados en el tiempo     
la ciudad duerme
aúllan los perros
el otoño esta cerca
helados puñales  hieren la noche

DESPEDIDA

De los ojos del viento
caen lágrimas sobre el horizonte
por el camino azul infinito de la tarde
un ángel con las alas rotas Se aleja


QUETZAL DE CRISTAL

Roto por el tiempo
bajo el sol de la tarde
un quetzal

ES LA MUERTE

Un caballo alado que en mis pupilas
huye de la lluvia es la muerte

LA  BANDERA DEL ODIO

Ellos izaron en sus corazones la bandera del odio
con sus cuchillos de sal
hirieron la conciencia del mundo
desde entonces
cada gota de sangre en mis manos
es un niño que agoniza


VENDAVAL DE SANGRE

Por el camino hueco que todas las tardes
deja la brisa en el horizonte
un vendaval de sangre sepultó
en el útero de la noche la luz

PERROS ALADOS

Una jauría de perros invisibles
protege el templo donde mi voz
desnuda como una virgen habita

DETRÁS DE LA NOCHE

Detrás de la noche
un ojo ancestral
llora el dolor del mundo

EXCEPTO MI VOZ

Las llamas en el fuego envejecen
son cenizas disecadas en el viento
blanco perfil del humo
esqueleto dormido al filo del silencio
todo lo consume el fuego
todo
excepto mi voz

ESPEJO DE LA MUERTE

La luz cristalizada en una lágrima
Apuñaló la carne
bronca la sangre al tocar la tierra
se levanta es sí misma 
parpadea frente al espejo de la muerte
se ruboriza
luego regocijada y sin prisa
se aleja

LUNA DE OCTUBRE

Luna de octubre en las noches de febrero
con sus cuchillos de sal
apuñalan los fantasmas la noche
sangre en las manos del viento
pájaros de sombra
picotean los ojos vidriosos del tiempo
sí el tiempo llora
en sus lágrimas se ahoga la eternidad

CASI

En el horizonte
casi ave
casi luna
el viento

LAGRIMA DEL OCASO

Soy memoria de la nada
lágrima del ocaso
gemido secreto del mar
soy del horizonte la mano que te aleja
soy del viento el canto que se queda
soy de la noche la herida que no cierra
soy de la humanidad la sangre que no cesa

AHÍ VA UN FUNERAL

La luz lleva sobre sus hombros un ataúd
llora el cielo
una hilera de madres petrificadas junto al camino
se tapan el rostro con las manos
herida de ausencia la brisa congeló en su vientre
el vuelo mineral de los ruiseñores
sonámbulos los árboles dicen adiós a nadie
en la distancia
los ángeles danzan con las sombras
y un galopar incesante de trompetas
ilumina las habitaciones efímeras
que el tiempo deja en el aire al pasar

MEMORIA NOCTURNA

Un rumor de olas
en la memoria nocturna del universo
salpica de colores el horizonte
atardece
el sol deposita en las manos vegetales del viento
los residuos minerales de su origen
y el ruido tembloroso de la luz entre mis ojos
quiebra los cristales de mi voz

EL MAIZ

Collar vegetal
de perlas amarillas
sobre el vestido verde
rizos de sol

SOBRE EL RIO

Mariposas color del viento
sobre el río la luna

ALBORADA DE HUMO

Escupitajo de silencio
alborada de humo esfumándose
detrás de los espejos distantes de la nada
luna devorada por los cocodrilos amarillos
del pantano nocturno
luz herida por la luz
anacahuita perenne
tamboras congeladas
en los sonidos azules del agua
lluvia de sal
volcán que eructa polvo
azufre
fuego
sobre la ciudadela de cristal de mis fantasmas
desnuda una virgen permanece sentada
en el trono de ámbar de mi soledad 

CRISTAL DE AGUA

Cristal de agua
la luz se ha roto
un arco iris

HACE TIEMPO

Parece que aquí
todos murieron hace tiempo
solo queda un gran árbol
de cadáveres suspendidos
en el aire

ES QUE DE PRONTO

Es que de pronto la sangre
absurda
irreverente
inoportuna
iluminó con su temblor repentino
al día renovado en el odio

ESPEJO DE AGUA

Lluvia de peces dorados en la memoria
mariposas que el viento deshoja
en los día grises
de un mes tardío como noviembre
ancianos pescadores frente al mar del olvido
espejo de agua donde una luna moribunda habita
niños tatuados de horizonte
sobre su conciencia cargan la luz
la acrisolada luz
la luz de la alborada
y sobre un caballo de cristal
una princesa de jade galopa

ESPEJO DE DOLOR

Me voy
siempre he sido un fugitivo
huyo de mí mismo
huyo del hambre y  la miseria de los niños
que cuelgan de mis palabras tiznados de llanto
huyo de la palabra angustia
huyo de los fantasmas que prisioneros
detrás del espejo se burlan de mí
huyo de la muerte
humanamente disfrazada de mujer
prostituta que en las esquinas
me invita a su morada
me  incita al amor
al sexo
huyo de los ojos llorosos de la noche
que detrás del cristal de una estrella
es rocío al amanecer
huyo de la pena
de sus tentáculos imposibles que me atan al dolor
huyo de la brisa fúnebre que viene de los cementerios
huyo del humo que es memoria absurda de la nada
huyo
me escondo detrás de los vitrales
de las tardes invernales de enero
y al mirarme en los ojos del dolor
descubro que nunca fui a ninguna parte
que la muerte siempre me retuvo a su lado

LAS SOMBRAS DEL INSOMNIO

Salen de mi corazón
y se alejan hacia las brumas del insomnio
por donde se esfuman
dejando una aureola de sangre
en las manos del viento
sus pasos concéntricos
vienen de los oscuros laberintos
de un mundo que los ignora
y los arrincona contra las noches
salitreras del mar caribe
por donde deambulan sonámbulos
escondiéndose en su propia miseria
bosteza el mar
parpadea el viento  
languidece el sol
cantan los grillos
dueños de las noches y el dolor
con su tos y su hambre
sin mantas ni cobija
todas las noches
junto al mar se abrazan a la muerte

CIUDAD DE PAPEL

Ciudad que todos los días mira atónita al mar Caribe
que la fecunda de salitre
embrujo de luna llena bajo estatuas de bronce y cal
acantilado anfibio que muerde el horizonte
ciudad de papel roída por la lluvia
ciudad enclavada en un cateto de azúcar y sal
ciudad antigua y ambigua
ombligo de la noche
equidistante del sol y las estrellas
ciudad recién nacida  en su heroísmo
en un golfo de flechas y sangre
cuidad de asombros y mendigos
de niños podridos por la tuberculosis
y la modernidad
ciudad de prostitutas que a las 11:30 p.m.
en la Duarte con París se desvanecen en su hastío
y a esa misma hora en la bolita del mundo
un travestí hace el amor a la soledad
ciudad con sus náufragos de las 6:00 a.m.
frente al parque independencia
atrapados en su destino de transeúntes
ciudad
horizonte de luna llena más allá de la alborada
ladrido de perros azules
refugio de los niños que huelen cemento
y de los ancianos que beben triculí
todas las noches
entre la Caracas y la Ravelo
el parque Enriquillo los acoge en su agonía
la ciudad
temblor y congoja
vida y muerte en la zona norte
mientras que en  Capotillo
en la calle 6
los jóvenes se sublevan
y en la Albert Thomas con Ovando
un manifestante es asesinado
de sus heridas emerge la primavera
bandera azules ondea el viento
la multitud atrincherada detrás de sus voces
retrocede
y se dispersa en las habitaciones del medio día
en el asfalto una flor tiñe de rojo la esperanza
a esa misma hora en el parque Colón
un fantasma desnudo baila ga  ga
con la reina Isabel la Católica de España
la   ciudad
por sus calles de lágrimas
un niño limpiabotas  no vuelve a su casa
se quedó dormido en un rincón de la vida
su cuerpecito de azabache tierno
reposa tranquilo  en  manos de la  eternidad
ciudad
heroína de todas sus guerras
que amamantó en su pecho a todos sus héroes
y enterró en la primavera a todos sus muertos
ciudad de espanto y fantasmas
en la calle el Conde
Nicolás de Ovando se jacta de su sadismo
a esa misma hora en Cuba
Hatuey es quemado en la hoguera
pero en Santo Domingo
Enriquillo y Sebastián Lemba
reivindican sus razas
pero por Dios no digan a nadie
que Francis Drake  defecó  en la catedral
y uso como papel desechable
la partida de nacimiento de Cristóbal Colón
por eso es que nadie sabe con certeza
el origen perverso de tan  intrépido navegante
y no olviden que la ciudad no es más
que un espejismo de neón líquido en la oscuridad

LAS CENIZAS DE MIS SUENOS

He venido a edificar sobre las cenizas de mis sueños
un monumento a la muerte
a la terrible muerte
a la que tiene mil ojos diseminados en el viento
la que me vigila desde mis adentros
la que se alimenta desde mi silencio
la que se muta en mis sentimientos
la que se prostituye con el tiempo
la humanamente inhumana muerte
la que seduce y no da tregua

OJOS DE SAL

Aureola de sangre
ojos de  sal derritiéndose en la noche
lengua mineral y salobre
víscera de animal feroz
dientes de vampiro sediento 
corazón de hombre cruel
manos asesinas
aliento pestilente
boca de palabras endemoniadas
pies de cíclope derribado
brazos de Sansón ciego
muchedumbre acorralada y temerosa
es la humanidad

TIERNO CORAZON

Lluvia del sal sobre la primavera
rayo carnívoro que muerde
el corazón tierno de las nubes
anfibios sollozos perforando la noche
piedra de sacrificio
iluminada por la sangre de un sol ciego
virgen descorazonada
por los demonios de sus deseos
ángeles mutilados por el pecado
ojos que miran desde la ausencia de la muerte
hombres consumidos en su ego
niños heridos en su inocencia por la guerra
y más allá de la ira y el odio
una bandera blanca ondea en mi corazón

POR EL SENDERO

Es media noche
iluminan el sendero
los pasos sonámbulos
de  una luna enamorada del sol

DOS ANGELES

De tu mirada dos ángeles heridos
de distancia se escapan
y en tu rostro
dos ventanas de ternura
se abren a la serena infinitud del amor

DETRÁS DEL CRISTAL

En las noches
petrificado tras el cristal de mis recuerdos
tu cuerpo desnudo danza en la penumbra del tiempo

ALBORADA

La distancia
cristal roto por el tiempo
espejo de donde se escapan los colores
con los que las manos mágicas del tiempo
pintan de fantasía la alborada

LA  RUEDA DEL TIEMPO

Bajo  la sombra del árbol de mi voz
dos ángeles juegan con la rueda del tiempo
enredada en la nada
la luna forcejea con el horizonte
intenta zafarse de las manos del viento
que contra un espejo azul la esclaviza
y la doblega en todo su ímpetu
mariposa enamorada del sol
congelada en el limbo redondo de la eternidad

LOS GRILLOS

Perfil sonoro de la noche
los grillos

PAJAROS DE OTOÑO

Pájaros de otoño arrastran en su vuelo
los residuos minerales de un sol
que se crispa en la distancia y se aleja
dejando en las manos vegetales del viento
el resplandor mineral de la noche


QUIERO QUE ME RECUERDES

Quiero amor que me recuerdes
este septiembre azul de luto
en que nuestros muertos
permanecen recientes
en el tiempo de flores
de esta primavera muerta
intacta bajo las ruinas
de la historia
que bajo las  cenizas aún tibias
guardan petrificado el olor
a sangre de la pólvora
quiero amor que me recuerdes
precisamente esta tarde
en que después de la lluvia
por las calles húmedas y frías
ondean las banderas fúnebres
por los que se han ido
por los que ya no volverán
esta tarde en que después de la lluvia
amordazamos nuestra ira
y todo nuestro rencor
se reduce al silencio de unas lágrimas
secretas y breves
que surgen de nuestros pechos
hechas un grito desgarrador y sordo
que estremece los cimientos de la multitud
envuelta en su gris melancolía de lluvias
y nostalgias
que perfora el alma de cenizas
de las golondrinas de plata
que todas las tardes
sueñan con ser estrellas
de las noches cálidas
de un verano incierto
quiero que me recuerdes
hoy más que nunca
oh amor
en que para siempre
me he quedado solo
perdido entre las brumas
de esta tarde abismal
por cuya oquedad
la multitud se escapa
del tiempo que oxida sus sueños
que la dispersa
que la arrincona contra la nada
la multitud que aun clama y grita
por los que se han ido
por los que ya no volverán
y sus gritos de siempre
se pierden entre la brizna
de la noche eterna
de un tiempo amargo
donde el terror
redujo nuestra existencia
a la clandestinidad del exilio y la muerte

Dedicado a todos los mártires
de Septiembre

DE LA NOCHE AL OLVIDO

Mis padres  vienen eternamente del rocío
su lento caminar por el camino real
es ya nostalgia
sus voces el tiempo
las fue apagando en los conucos  
la lluvia se llevó todo lo hermoso
más allá de la primavera
la ciudad ahogó sus sueños
y en el espejo
ese esqueleto que fosforece se parece tanto a mí
que tengo miedo de mirar hacia atrás
y ver agonizar en los cubícalos del hambre
a ese niño que en su mirada lleva mi nombre
y en su frente tatuada una luna de sal   
detrás de la alambrada
un lirio de sangre ilumina la noche
y por el camino real
mis padres siguen su lento caminar
de la nostalgia  al olvido

         EXILIO II

Hoy añoro mi patria
desde la distancia más honda
que habita en mis recuerdos
mi patria herida
por el frío cristal del odio
herida por la humanamente
inhumana muerte
que persigue y aniquila
a los que levantan en sus manos
la bandera multicolor
de la esperanza
la muerte enseñoreada
en su incansable maldad
la que sin tregua traspasa el tiempo
hasta el último aliento de la vida
la muerte regocijada
en su trono púrpura
escupiendo azufre
sobre el fervoroso sueño
de la multitud
la muerte
la incansable muerte
la que se esconde
detrás del estridente destello
de la metralla
la que danza alegre
al compás fúnebre de la sangre
la muerte
la infinita muerte
omnipotente y omnipresente
la que aniquila y destierra
la muerte
la fatídica muerte
la verdadera muerte
hoy añoro mi patria
desde la distancia más honda
de esta ciudad en la que habito
en México o Praga
en París o Costa Rica
en Argentina o Chile
las calles serán siempre
igualmente solas y tristes

Dedicado a Roque Dalton

TESTAMENTO DE DOLOR

Los días se dejaron vencer
por los duendes de la lluvia
iluminan el ambiente los restos podridos
de las mariposas de abril
mayo como un galipote
perdido en el bosque llora
la muerte danza con la miseria
y en el bohío
los niños moribundos
de doña Isabel
escriben con sangre
en los papiros  de la memoria
su testamento de dolor
a la humanidad

ENTRE EL AMOR Y LA NOSTALGIA

Nacimos entre las flores y las estrellas
entre el amor y una inmensa nostalgia
donde nuestra alegría no fue más que una utopía
 un ritual amargo de tamboras
que hacían crecer nuestras raíces
en noches de cánticos fúnebres 
hasta otros amaneceres
donde la realidad no era más que un sendero
en donde nos encontrábamos
con nuestra soledad profética
en la que quedábamos atrapados  por siempre
pedidos en un mundo mágico
de fantasmas y duendes 
que nos persiguen más allá del tiempo
y  yo que he sobrevivido a la muerte
soy el único que escribe con su voz
en las paredes del tiempo
un testamento al olvido

 


LA TIA AGUSTINA

La tía Agustina todavía permanece
recostada en la ventana del tiempo
mirando hacia el sur
hacia donde el mar Caribe
se alarga hacia lo infinito de su  imaginación
salpicando sus ojos de nubes fugaces
y  remotos pájaros marinos
petrificados en ámbar celular de su mirada antigua
que todas las tardes se derrite en la distancia
chorreando el horizonte
de fosforescentes mariposas
que vuelan sin pausa tratando de alcanzar el sol
que navega en un espectral océano de colores
hacia ninguna parte

SEÑALES DE HUMO

Era la abuela mamá Tita
la que hilvanaba con los hilos del alma las noches
la que todas las tardes se sentaba a orillas del camino real
a mirar el horizonte
intentando encontrar entre las rosas del crepúsculo
señales de humo que los pieles rojas
habitantes de más allá del mar
envían al azar
en las que dicen que ellos todavía luchan
por recuperar las tierras sagradas
que el hombre blanco hace tiempo les quitó
que no descansarán hasta recuperar las colinas negras
donde reposan  los espíritus de los guerreros
que lucharon contra los caras pálidas
cuya crueldad recién estrenaba con ellos el horror

VERTIGO DE NOSTALGIA

Hermano
hace  tiempo que partiste
en el carrusel de la inocencia
hacia el inefable laberinto de la nada
te fuiste
a poblar de ángeles la ausencia
pero el llanto irrevocable
aún humedece los recuerdos
y en la memoria
la llovizna pertinaz de entonces
se mezcla con el humo de los fogones
donde la esperanza se consume
fúnebres banderas ondean
en las manos del viento
vértigo de nostalgia
huracán de cenizas
que viste la noche de luto
dagas clavadas en la garganta
ay mis dedos siguen cavando fosas
donde no cabe la angustia
adiós
pero deja hermano mío
deja
que mis lágrimas
aten tu recuerdo a mi corazón
no te quedes callado
rompe tu silencio de abismo sideral
abre los ojos
abrázame con la mirada perenne
de la vida
y si te vas
si te vas llévame contigo
no me dejes
llévame contigo
dolor
llanto
lágrimas
ya no te encontraré
amasando con tus manos recién nacidas
la luz del crepúsculo
ay tu cuerpo horizontal y pálido
tu cuerpo de cristal quebrado
por un haz de luz carnívoro
tus ojos
helados promontorios de estrellas
en la cúspide del universo
tus manos dormidas entre mis manos
tus manos de témpanos morados
tus manos
tu risa
tu risa
tu risa enorme como el viento
cantan los árboles tu nombre
en donde podré esconderme
que la soledad no me atrape

A  Guaroita Acevedo
     Mi hermano


NACI FRENTE AL MAR

Nací frente al mar
en una ciudad ilusoria
atestada de fantasmas
que corren y danzan alegres
por calles anegadas
de algas,  peces y corales
que florecen todo el año
Iluminando los rincones
de las casas invisibles
donde habitan las sirenas
que atraen con su canto
a viejos marineros
con sueños de piratas
que navegan perdidos
por lugares remotos
donde el olor estancado
de lunas florecidas
deja un rastro lumínico
de pétalos  dormidos
sobre los mares
del tiempo perdido
donde peces gigantescos
y monstruos marinos
devoran los barcos
con la tripulación adentro
esa ruta de naufragio
lleva a lejanos puertos
de babilónicas ciudades
donde hermosas sirenas
disfrazadas de doncellas
reciben a los viajeros
con guirnaldas de estrellas
música de ángeles
banquetes faraónicos
y amplios salones
decorados sin prisa
donde marineros decrépitos
y hermosas sirenas
disfrazadas de doncellas
bailan sin descanso
música triste de otros tiempos

RUISEÑOR DE LUZ

Pequeño ángel distraído junto al sendero
descalzo sobre la tierra mojada
semidesnudo en medio de la luz cenagosa
de la tarde
amasando  con tus manos el barro fosforescente
de la alborada
me miras y sonríes
y de tus manos se escapa un ruiseñor de luz
que atraviesa los salones en penumbra de la sangre
y se posa en el árbol más alto de la memoria
desde donde alumbra con su trino
el lugar donde habitas desde entonces
Miguel

A Miguel Ángel Acevedo


EL AROMA DE TU SOMBRA

Hoy nos llega tu recuerdo
vestido de diamantes y rocío
ya no hay estrellas en tus ojos
ni la luna brilla en tu voz
sólo nos queda tu ausencia
el aroma de tu sombra en cada rincón de la casa
el pley donde se forjaron todas tus ilusiones
los guantes
las pelotas
el bate
los niños que te veneran y te nombran
el sonido de tus pasos que vienen y van
por las calles que cargaron por siempre
todos tus sueños
tu afán
tu cotidiano afán
tu lucha permanente
tu sed de justicia
toda tu ternura se resume
en el irrevocable amor por tu madre
en esos tres lirios que sembraste 
en el huerto  de la vida
y  al final
sólo nos queda  tu recuerdo
la grandeza de tu obra
que aplasta la voz agorera de los inicuos
que archivaron en su vientre la maldad
hijos perversos de la mediocridad
que el día de tu muerte
jubilosos alzaron sus copas
y brindaron
ellos tienen nombres y apellidos
y el fétido olor de los traidores
a pesar de su  ira
tu creces todos los días
en las tiernas sonrisas de los niños
tu humanidad se multiplica
entre los dedos alfareros del viento
que nos trae tu nombre en su voz
Ay Miguel
como nos duele tu ausencia
como sangra este enero en la piel  


A Miguel Ángel Acevedo


EL MAR

Del mar lejano e inalcanzable
sólo tuvimos referencias absurdas
que según la leyenda dejaron a los abuelos hace siglos
extraños viajeros azules como el color líquido del mar
que pasaron presurosos por nuestras tierras
huyendo nuca supimos de quien ni de que
dejando todo el camino un rastro indefinido y húmedo
que salpicaba de rocío las mañanitas amarillas del otoño
cuyo encanto de luna nueva
todavía nos endulza el alma de  una rara sensación
que nunca pesar del tiempo hemos podido explicarnos
aun cuando todavía sentimos la necesidad
de hablar con alguien de ella
de buscar evidencias
de querer compartir ese raro sentimiento con los demás
de seguir el rastro que dejaron esos viajeros en nuestros corazones
que marca la ruta más lejana hacia la fantasía
donde ellos no son más que un espejismo
que tuvieron los abuelos
que se murieron anhelando ver el mar
sin saber que  lo tenían tan cerca
que si querían con el alma lo podían tocar 

FUEGO INTERIOR


A veces te huelo dentro de mí
te presiento a mi lado
trepando por las paredes de mis sueños
y sigo tu rastro a través del invierno
voy marcando mis huellas sobre la nieve del olvido
para que el viento gélido del olvido
no apague el fuego que arde en nuestro interior
a veces te imagino en las antiguas terrazas
del templo Kyomizu
mirando los cerezos que florecen
en las manos del viento
o disfrazada de geisha navegando a la deriva
entre la multitud que naufraga
tras los cristales de las tiendas
que en la exclusiva zona de Ginza fosforecen
como lunas extraviadas en el fondo del mar
o simplemente parada
en la estación del tren hacia Tokio
Kobe me parece desde aquí
una ciudad fantástica
con luces y estrellas que en las noches
se agrupan en tus ojos 
como veleros que navegan
hacia los puertos babilónicos de la fantasía
donde tú permaneces frente al mar 
acurrucada en mi pecho
como una niña recién nacida


LA CIUDAD DE EDO

Te imagino
navegando a la deriva
entre la nebulosa marea de la antigua
ciudad de Edo
salpicada por las voces de los noctámbulos
transeúntes  del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan sin fin
alrededor  de las ultimas hogueras
que iluminan el verano
en noviembre
en lo más alto del monte Fuji el sol se crispa
y envejece 
y te imagino
bajo las sombras congeladas 
de los rascacielos de la parte alta de Tokio
diluyéndote a través de las tibias vidrieras
de las  tiendas
o mirando a través de los recuerdos
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando
a través de la ventana
de tu apartamento en Osaka
como las sombras de la noche aletean
en la distancia y mueren
abril es un cerezo que florece en mi voz
cuando te nombro
es la hora del té
las calles de Asakusha
se perfuman con los colores rojo amarillo
de las Geishas que se eternizan
en  el ambarino reflejo del neón 
y más allá de la pena
el sol se revuelca en sus cenizas
y resplandece en tu ojos 
mientras por el sendero de bambú
el musgo y el olvido crecen
en el estanque
una flor de loto ilumina la noche

OCEANO PURPURA

Los días finales da abril
se fueron navegando en un océano púrpura
hasta naufragar en el supremo instante de la muerte



SOL DE VERANO

Atardece
el sol del verano se desnuda y danza
seduce a las sombras y huye
por la ciudad perdida en la memoria del tiempo
un niño con hambre se aleja

BRUMAS DE INSOMNIO

Brumas de insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío

EL SOL BOSTEZA

El sol bosteza
amenaza con llover
un arco iris


FLOR DE LOTO

En el estanque
ilumina la noche
una flor de loto

UN COLOBRI

todas las tardes
un colibrí reaparece
de dónde viene

SOL TAN DISTANTE

Sol tan distante
brisa de primavera
flores de abril

VA TRAS LA TARDE

Prisionero de la brisa
un caballito del diablo
va tras la tarde

EN EL VACIO

Duele  en la ausencia
la mirada del tiempo
en el vacío envejece


LUNA CRECIENTE

Manchas de pecas
en el rostro de la noche
una sonrisa

COLOR DEL OTOÑO

La noche es un árbol que florece en el mar
sus ramas repentinamente concéntricas
humedecen con sus sombras 
todos los confines del universo
sus hojas
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la ciudad
que la quimera forró
de fosforescentes mariposas

EL TEMPLO DE JADE

Alados peces  persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas
delfines de colores
tiburones perdidos en un banco de coral
un océano de sueños
ofrezco a la mujer que tiene su trono
en el templo de jade

NOCHE POSTUMA

Tronco de árbol perezoso
que crece en el bosque de la nostalgia
raíz de agua luminosa
enredaderas de sombras
noche póstuma
hoguera celestial
enluta la primavera
la sangre de la luna herida por los siglos 

FLOTA LA LUZ

Flota la luz sobre la tenue oscuridad del amanecer
cantan los gallos
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos y bostezan
en el arado
los hombres reivindican la vida

MUDA DE SANGRE

Tan parecido a mí
un niño llora en mi conciencia
sus lágrimas 
cuchillos de sal  hieren mi voz
mudas de sangre
mis palabras pululan por la ciudad
iluminan de esperanza
los escondrijos de la muerte

HOGUERAS DE SANGRE


Largos caminos de viento y de sal
naos repletas de voces
que se ahogan en la noche
rastro infinito de cadáveres en el mar
raíces sembradas en el viento
miradas aplastadas
bajo los escombros rojizos de la tarde
huellas congeladas en la memoria
hogueras de sangre iluminan en el cielo
pasos que se pierden en un siglo
de luces y sombras
trapiches olvidados junto al sendero
de un trópico lejano
tamboras
maracas
danza
sudor
rotas las cadenas
no puede el látigo
huérfano de toda humanidad
acallar el canto
que brota del cañaveral.








DE ÁFRICA

De África a los trapiches
de los trapiches a los manieles
de los manieles a la aurora
venturoso es el camino
que lleva negro a la gloria




ÁFRICA

         I
África
te llevamos dentro de nosotros
donde corres impetuosa
como un río que infla
nuestras venas de orgullo

         II
lates en nuestros corazones
como un tambor
que enciende nuestra sangre
de ritmo y pasión

         III
África
tan lejos y tan cerca
como el horizonte
de una primavera tropical

         IV
oscura y dulce como el azúcar crema

         V
liviana y simple como una mariposa

         VI
alegre y tierna como una doncella
enamorada por primera vez

         VII
África
aquí en nosotros
tú vives en América



TROPICO DE FUEGO

Trópico de fuego
cañaveral de sangre
ingenios oxidados por el dolor
senderos perdidos en la memoria
hombres tendidos al sol
con el alma encadenada
a los sueños
y más allá de la angustia púrpura
del látigo en la espalda
la libertad es un canto


TRIBUTO DE SANGRE

El silencio  rinde su tributo de sangre a mi voz
a mi voz
a mi voz Caribeña
a mi voz antillana y mulata
a mi voz infatigable de tamborero
a mi voz de ingenio
donde los hombres salpicados  de caña y azúcar
se levantan con los primeros fulgores  a dejar en un canto
la vida en el cañaveral
a mi voz repartida en el viento
grito de guerra que reivindica en las noches
bajo las palmeras en una danza su origen
su origen perdido entre las olas y el salitre  del tiempo
su origen de cadenas
y espanto exilio de muerte
rastros de agua y sal 
en la memoria una multitud de cadáveres azorados
se amotinan
y de cada latigazo en la espalda del negro
nace este canto
nace esta danza
nace mi voz






SEBASTIÁN  LEMBA

Ven aquí negra mía
y deja que la luna
de seda y ternura
te vista la piel
vamos
que en los manieles
repican las tamboras
anuncian que Sebastián Lemba
las cadenas rompió
y los negros en América
libres ya son




PIEDRA DE SACRIFICIO

Esta herida que tengo en el costado izquierdo
de la memoria
no deja de sangrar mariposas amarillas
en mi voz
mi voz que llegó de África a este continente
desnuda y con grilletes
en una carabela que iba vomitando cadáveres
por los mares sin retornos del tiempo perdido
dejando en los salones memorables de la noche
un cementerio de muertos innombrables
que permanecen intactos en las urnas funerarias
del viento
esta herida que tengo  en el costado izquierdo
de la memoria
no deja de  sangrar mariposas amarillas
en mi voz
en mi voz de tambor ancestral
que ilumina con su canto
los azules rincones del agua
eco luminoso
manantial de luz que brota
de las heridas del tiempo
piedra de sacrificio
raíz de árbol sagrado
hoja petrificada tras el ambarino cristal
del otoño
cuchillo de sal que hiere la eternidad
canto de guerra
alarido de muerte
mi voz
llanto de sirena en un océano envenenado
de cadáveres fosforescentes
lluvia de caracoles dormidos en el alma
ala de guaraguao
nido de aves fantásticas
sonido de selva tropical
mi voz de cañaveral y trapiche
de guarapo y melaza
de algodón ensangrentado de sudor
y espanto
mi voz
por el sendero  que une a los dos continentes
un sonido de cadenas rotas ilumina la historia



TU HISTORIA

Es la tambora
la única que sabe tu historia
no es el látigo
que en tu espalda
levanta surtidores de sangre
en tu piel
no es el sol que derrite
tus sueños
ni es el amo
ay negro
es la tambora
la que en cada sonido
cuenta tu historia




EL LATIGO

Del látigo al salario
tu historia
siempre ha sido la misma
negro
la vida por nada
en el trabajo dejas



NEGRO

Negro
no olvides que vienes de África
que tu jornada es la gloria
que con tu sangre en América
también se escribe la historia




NEGRA


         I

Negra
ven a los brazos del negro
que la noche es breve

         II

Ven
que el amo duerme

         III

Ven
que el amor te libera





LA REINA

Negra
que habitas en el ritmo
de los atabales
que gritan tu procedencia
cuando en las noches
bajo las ceibas florecidas
de estrellas
las manos sudorosas de los hombres
despedazan a ritmo
los cueros de las tamboras
para que tú
coronada de ilusiones
seas la reina del batey





UN SENDERO DE SANGRE

Ay negro
cuando quisiste ser libre
nadie pudo detenerte
por un sendero de sangre
tus huellas van tras
la alborada



TROPICO Y SANGRE

Sol de trópico y sangre
noche de luna y danza
bajo el sol del medio día
un negro suda y canta


ESTRUENDO DE ARCABUCES

Estruendo de arcabuces
perforan las paredes del tiempo
Anochece
el mar salpica de cadáveres
los azules rincones de  la distancia
arde  la noche
en la memoria
pasos desnudos huyen
y un  galope desenfrenado  de caballos
acorrala en la oscuridad
los gritos y las voces de los guerreros
que con su sangre iluminan el camino
de la esperanza
piedra de dolor
inerte la carne
mudas las tamboras
una hilera de hombres y mujeres vencidos
miran azorados a sus verdugos
y al compás de la muerte
el látigo y las cadenas danzan
amanece
por un océano de sangre
una embarcación se aleja



DOMINGO ACEVEDO


















































Archivo del blog