Aunque todos estamos expuestos a la delincuencia tanto común, como la de cuello blanco y la del estado a través de sus miembros e instituciones, no estoy de acuerdo con las ejecuciones sumarias, que no son propias de sociedades civilizadas ya que además quienes son ejecutados en las calles por una policía muy cuestionada son los delincuentes de los barrios.
Nunca verán a un banquero estafador y ladrón, o a un político corruto ejecutado por sus actos en las calles, todo lo contrario las instituciones policiales y militares son las garantes de ese estado de injusticias que es que fomenta la delincuencia en los barrios pobres.
La delincuencia hay que combatirla con educación, salud, empleos, oportunidades, con justicia, sin impunidad y midiendo a todos con la misma vara.
Domingo Acevedo.