domingo, noviembre 24, 2024

Haiku.

 

Huye la tarde

serenas en el bosque

las mariposas


Domingo Acevedo.




Foto tomada de la red.

Haiku.

 

Bandadas de aves

los barcos en el puerto

parecen flotar


Domingo Acevedo.




Foto tomada de la red.

Haiku.

 

Sol y sereno

harapos y soledad

un mendigo

Domingo Acevedo.



Foto tomada de la red.

Haiku.

 

Luz en tus ojos

canción de todos los días

flores de abril

Domingo Acevedo.




Foto tomada de la red.

Haiku.

 El mar Caribe

vieja ciudad Colonial

calles en sombras

Domingo Acevedo.





Foto tomada de la red.

César Vallejo

 

César Vallejo

(Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938) Poeta peruano, una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. En el desarrollo de la poesía posterior al Modernismo, la obra de César Vallejo posee la misma relevancia que la del chileno Pablo Neruda o el mexicano Octavio Paz. Si bien su evolución fue similar a la del chileno y siguió en parte los derroteros estéticos de las primeras décadas del siglo XX (pues arrancó del declinante Modernismo para transitar por la vanguardia y la literatura comprometida), todo en su obra es original y personalísimo, y de una altura expresiva raras veces alcanzada: sus versos retienen la impronta de su personalidad torturada y de su exacerbada sensibilidad ante el dolor propio y colectivo, que en sus últimos libros se transmuta en un sentimiento de solidaridad como respuesta a sus profundas inquietudes metafísicas, religiosas y sociales.


César Vallejo

De origen mestizo y provinciano, su familia pensó en dedicarlo al sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo religioso. Vallejo cursó estudios de segunda enseñanza en el Colegio de San Nicolás (Huamachuco). En 1915, después de obtener el título de bachiller en letras, inició estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos (Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo.

En 1918 César Vallejo publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Rubén Darío (a quien siempre admiró) y de Julio Herrera y Reissig. Esta obra contiene, además, algún augurio de lo que será una constante en su obra: la solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se transforma en un grito de rebelión contra la sociedad. Acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta popular (1920), César Vallejo pasó tres meses y medio en la cárcel, durante los cuales escribió otra de sus obras maestras, Trilce (1922), un poemario vanguardista que supone la ruptura definitiva con el Modernismo.

En 1923, tras publicar las estampas y cuentos de Escalas melografiadas y la novela corta Fabla salvaje, César Vallejo marchó a París, donde conoció a Juan Gris y Vicente Huidobro, y fundó la revista Favorables París Poema (1926). En 1928 y 1929 visitó Moscú y conoció a Vladimir Maiakovski, y en 1930 viajó a España, donde apareció la segunda edición de Trilce. De 1931, año de un nuevo viaje a Rusia, son El tungsteno, novela social que denuncia la explotación minera de los indígenas peruanos, y Paco Yunque, cuento protagonizado por el niño del título, que padece los abusos de un alumno rico tras su ingreso en la escuela. En 1932 escribió la obra de teatro Lock-out y se afilió al Partido Comunista Español. Ese mismo año regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil española, reunió fondos para la causa republicana.

Entre sus otros escritos destaca la obra de teatro Moscú contra Moscú, titulada posteriormente Entre las dos orillas corre el río. Póstumamente aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940), conmovedora visión de la guerra de España y expresión de su madurez poética. Contra el secreto profesional y El arte y la revolución, escritos en 1930-1932, aparecieron en 1973.

La poesía de César Vallejo

Pese a que la trayectoria de César Vallejo parece seguir el devenir de la lírica hispana (del Modernismo a las vanguardias y del experimentalismo vanguardista hacia una poesía humana y comprometida), su quehacer poético se caracteriza por una permanente inquietud renovadora y una firme independencia en medio de las influencias del momento. Ideológicamente conservó dentro del marxismo una postura muy personal, compatible con sus preocupaciones religiosas y estéticas; rechazó el dogmatismo y la reducción de la literatura a finalidades proselitistas, viendo en el ideario marxista una senda de justicia y liberación del hombre, pero nunca una solución a las grandes cuestiones metafísicas.

Más decisiva para la configuración de su obra resulta su singular personalidad, dominada por un rasgo sumamente relevante: su acentuada sensibilidad ante el dolor, tanto para el dolor propio (fue un hombre vulnerable y torturado) como para el de los demás. Cuatro grandes poemarios (los dos últimos publicados conjuntamente tras su muerte) componen su obra lírica. Si bien debe aún bastante al Modernismo, Los heraldos negros (1918) se inserta ya en la superación de aquel movimiento. Frente a los oropeles modernistas, el estilo tiende hacia un lenguaje más sencillo, a menudo conversacional o incluso coloquial, y siempre hondísimo. Por su temática, parte de sus composiciones arraiga en la realidad americana, sentida desde su sangre indígena; pero junto a ello conviven otros muchos poemas dedicados a las realidades inmediatas: su casa, su familia...

Una profunda tristeza empaña muchas de sus composiciones ya desde el arranque de la obra, que se inicia con el poema que da título al libro, "Los heraldos negros". El alejamiento del Modernismo en ésta y en otras composiciones es patente. Frente a la belleza y perfección formal y la sensualidad y colorido de la imaginería modernista, se adopta un discurso casi coloquial, todo él emoción y desgarrada incertidumbre: "Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!". En lo que casi parece desnuda prosa se engarzan unas pocas imágenes de ascendencia religiosa: las duras experiencias por las que todo ser humano acaba pasando alguna vez son "Golpes como del odio de Dios"; tales golpes son como "los heraldos negros que nos manda la Muerte", y dejan marcado al hombre, "¡Pobre... pobre!", que al final "vuelve los ojos, y todo lo vivido / se empoza, como charco de culpa, en la mirada."


César Vallejo (Niza, 1929)

Más radical es la novedad de su segundo libro: Trilce (1922), uno de los títulos claves de la poesía de vanguardia. Vallejo adopta el verso libre y rompe violentamente con las formas tradicionales, con la lógica, con la sintaxis; crea incluso palabras nuevas, como la que da título a la obra. Algunos poemas son experimentos difícilmente comprensibles, pero en otros tal extremismo verbal se halla al servicio del choque emotivo. Es el caso de aquellas composiciones que sirven de vehículo a un recuerdo infantil o a un sentir amoroso; también hay otra vetas de emoción: la pasión erótica, la angustia de la cárcel, la opresión del paso del tiempo o la muerte. Juzgada actualmente como una de las mejores realizaciones del vanguardismo literario, la obra tardaría algunos años en ser comprendida; en 1930 fue de nuevo publicada en España con un prólogo entusiasta de José Bergamín.

Entretanto, Vallejo había iniciado un nuevo libro de poemas que se publicaría tras su muerte, en 1939: Poemas humanos. Es su obra cumbre, y uno de los libros más impresionantes jamás escritos sobre el dolor humano. Vallejo trasciende lo personal para cantar temas generales, colectivos, reuniendo la intimidad lírica con la conciencia común, en una actitud de unión con el resto de los hombres y el mundo. El dolor sigue siendo el centro de su poesía, pero ahora, junto a sus torturadas confesiones, hallamos el testimonio constante de los sufrimientos de los demás; la conciencia del dolor humano desemboca en un sentimiento de solidaridad, y la inquietud social inspira la mayor parte de sus versos.

Pero su vigilante conciencia artística le impide caer en la facilidad. El lenguaje del libro sigue siendo audaz (aunque menos que en Trilce): perviven las distorsiones sintácticas, las imágenes insólitas y la combinación incoherente (en apariencia) de frases heterogéneas. Ello no impide percibir con inusitada intensidad el sentido global de cada poema. A ello contribuye, por otra parte, el constante empleo de un registro coloquial, aunque sabiamente elaborado y magistralmente combinado con las expresiones ilógicas y metafóricas.

Sin entregarse a radicales experimentaciones lingüísticas, Vallejo introduce una tonalidad nueva y original en su estilo: el ritmo y la organización de los materiales del poema pasan a un primer plano; sus composiciones se hacen más largas, más ricas en visualidad, y adoptan en ocasiones una irónica amplitud casi retórica. Sirva de ejemplo el poema que empieza "Considerando en frío, imparcialmente": la composición se construye sobre el esquema de una fría sentencia judicial que pretende examinar la condición humana de manera objetiva, llegando a afirmar que el hombre "me es, en suma, indiferente". Tales expresiones no hacen sino poner más de relieve el sentimiento solidario que, pudorosamente ocultado bajo ese formulismo, se desborda al final.

Durante la guerra civil española, Vallejo compuso España, aparta de mi este cáliz, que se publicó junto a Poemas humanos. Es un magno poemario en que Vallejo canta al pueblo en lucha, a las tierras recorridas por la contienda, y en que da salida a su amor por España y a su esperanza; al absurdo de la guerra y la deshumanización del mundo moderno opone una vívida fraternidad. Su altura poética no es menor que la de Poemas humanos. Su visión de la guerra española, en que la ideología política desaparece tras la inmediatez del sentir, no carece en ciertos momentos de un profetismo cósmico afín al de Walt Whitman.

Pero incluso esta grandeza de voz vaticinadora cede a la habitual preponderancia de la pura experiencia inmediata, como en el poema dedicado a la muerte del camarada Pedro Rojas, a quien le encontraron "en la chaqueta una cuchara muerta". En poemas como "Masa" la expresión, al igual que en la mayor parte del libro, es relativamente sencilla, pero la estructura del poema, perfectamente meditada, es de máxima eficacia: ante un fallecido en la guerra, acude un hombre suplicándole que no muera, "Pero el cadáver, ¡ay!, siguió muriendo." Acuden después "veinte, cien, mil, quinientos mil" y luego "millones de individuos" con el mismo ruego y con el mismo resultado, expresado en el estribillo antes citado. La visión final es impresionante: sólo cuando todos los hombres de la Tierra rodean al cadáver, éste se incorpora, abraza al primer hombre y se echa a andar.

La estimación de la obra vallejiana no ha cesado de crecer con los años; su influencia se dejaría sentir en las siguientes generaciones, tanto en las inclinadas a la temática social como a la experimentación vanguardista, y actualmente es ya valorado, con toda justicia, como un clásico de la literatura hispánica. Por otra parte, su alianza de contenidos humanísimos y de rigor artístico en el lenguaje ha convertido a César Vallejo en el ejemplo que, en los debates literarios, deja superada la superficial antinomia entre responsabilidades cívicas y exigencias estéticas; ambas quedan armónica e indisolublemente unidas en la obra de uno de los más grandes poetas del siglo XX.


Biografias y Vidas, la Enciclopedia en Linea.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de César Vallejo». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/vallejo.htm [fecha de acceso: 24 de noviembre de 2024].

Ernest Hemingway

 


(21/07/1899 - 02/07/1961)

Ernest Hemingway

Escritor estadounidense

Considerado uno de los escritores más influyentes del siglo XX y uno de los exponentes más destacados del movimiento literario conocido como Generación Perdida.

Obras: El viejo y el mar, Fiesta, Adiós a las armas, Por quién doblan las campanas...

Género: Novela, relato, periodismo

Premios: Premio Pulitzer (1953) Premio Nobel (1954)

Padres: Grace Hall y Clarence Edmonds Hemingway

Cónyuges: Elizabeth Hadley Richardson, (1921-1927), Pauline Pfeiffer, (1927-1940), Martha Gellhorn, (1940-1945), Mary Welsh Hemingway (1946-1961)

Hijos: Jack, Patrick, Gregory

Nombre: Ernest Miller Hemingway

Altura: 1,83 m


Ernest Hemingway nació el 21 de julio de 1899 en el suburbio de Oak Park, Chicago, Illinois.

Padres

Fue el segundo hijo del matrimonio de Grace Hall cantante y profesora de música, y de Clarence Edmonds Hemingway, un médico al que le gustaba la caza y la pesca. Su progenitora era ambiciosa e independiente, y su progenitor severo, profundamente religioso.

Su padre se suicidó en 1928 a causa de a una enfermedad incurable. No tuvo una infancia muy feliz, queda traumatizado por una madre autoritaria que lo vestía de niña y, posteriormente, a causa de una dolorosa experiencia al verse obligado a acompañar al padre (ginecólogo) en el difícil parto de una india cuyo marido se suicidó por no poder soportar los gritos de su mujer.


Primero su madre quiso que Ernest fuera músico y lo obligó a tocar el violonchelo. Se aficionó al deporte -destacando en el fútbol y en el boxeo- y la caza. Su madre después quiso que estudiara para médico, pero al acabar en 1917 sus estudios medios, renunció a entrar en la universidad y consiguió trabajo en el rotativo Star de Kansas City. Viajó por distintos países de Europa y África.

Primera Guerra Mundial

Cuando su país decidió intervenir en la I Guerra Mundial quiso alistarse en el ejército, pero una antigua herida en el ojo se lo impidió. Entró en la Cruz Roja y se convirtió en conductor de ambulancias en el frente italiano donde resultó herido de gravedad antes de cumplir los diecinueve años. Fue condecorado con dos medallas: la "Medaglia dArgento al Valore Militare" y la "Croce di Guerra ". En sus actuaciones en el frente demostró siempre un gran valor y se destacó en los lugares de mayor peligro.

Corresponsal

De regreso a los Estados Unidos después de la guerra, contrajo matrimonio con Hadley Richardson y volvió al periodismo, como corresponsal del Toronto Star. Su esposa perdió una maleta en una estación de tren en 1922 con casi toda la obra escrita que Hemingway había completado hasta ese momento. Tuvo que empezar casi desde cero.

La cadena de periódicos de Hearst, le nombró corresponsal en Europa. En 1927 regresó a Estados Unidos, donde se casó en segundas nupcias con Pauline Pfeiffer y en 1930 compró su casa en Cayo Hueso (Florida), que desde entonces sería su lugar de trabajo, pesca y descanso.


Guerra Civil española

En 1929 visita por primera vez España y tuvo su primera cita con los Sanfermines de Pamplona. Volvió en 1937 durante la Guerra Civil como corresponsal de guerra y se decantó por el lado republicano, al que defendió en artículos y novelas. En España conoció a Martha Gellhorn, corresponsal de la revista Collier's y autora de cuentos y se enamoró de ella. En noviembre de 1940 se divorció de su segunda mujer y se casó con Martha. La pareja partió en viaje de luna de miel a China donde ambos actuaron como corresponsales de guerra. Más tarde fue reportero del primer Ejército de Estados Unidos.

En 1944 fue testigo, como corresponsal, del Día D: el desembarco aliado en las playas francesas. Llegó hasta París con las tropas libertadoras. Después de la guerra, se estableció en Cuba, cerca de La Habana, y en 1958 en KetchumIdaho. Ernest Hemingway llegó por primera vez a Cuba en abril de 1928 en el vapor Orita, cuando el buque que lo llevaba de Europa a Key West (Florida) hizo una breve parada. Aquel paraje lo embriagó tanto que estuvo en la isla intermitentemente entre 1932 y 1960.

Escritor

Fue uno de los escritores más importantes entre las dos guerras mundiales. La primera obra que firma está fechada en 1923 y fue publicada en la revista Poetry. Un año más tarde, apareció un volumen de cuentos titulado En nuestro tiempo (1924), Hombres sin mujeres (1927), libro que incluía el cuento 'Los asesinos' y El que gana no se lleva nada (1933), libro de relatos en los que describe las desgracias de los europeos.

La novela que le dio la fama, Fiesta (1926), narra la historia de un grupo de estadounidenses y británicos que vagan sin rumbo fijo por Francia y España, miembros de la llamada generación perdida del periodo posterior a la I Guerra Mundial. En 1929 publicó su segunda novela importante, Adiós a las armas. Siguieron Muerte en la tarde (1932), artículos sobre corridas de toros, y Las verdes colinas de África (1935), escritos sobre caza mayor. Tanto su novela Tener y no tener (1937) como su obra de teatro La quinta columna, publicada en La quinta columna y los primeros cincuenta y nueve relatos (1938), condenan duramente las injusticias políticas y económicas. Dos de sus mejores cuentos, 'La vida feliz de Francis Macomber' y 'Las nieves del Kilimanjaro', forman parte de este último libro.

En la novela Por quién doblan las campanas (1940), basada en su experiencia durante la Guerra Civil española, intenta demostrar que la pérdida de libertad en cualquier parte del mundo es señal de que la libertad se encuentra en peligro en todas partes. Por el número de ejemplares vendidos, esta novela fue su obra de más éxito. Durante la década siguiente, sus únicos trabajos literarios fueron Hombres en guerra (1942), que él editó, y la novela Al otro lado del río y entre los árboles (1950). En 1952 publicó El viejo y el mar, una novela corta sobre un viejo pescador cubano, por la que ganó el Premio Pulitzer de Literatura en 1953.


Premio Nobel

En 1954 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Su última obra publicada en vida fue Poemas completos (1960). Los libros que se publicaron póstumamente incluyen París era una fiesta (1964), un relato de sus primeros años en París y España, Enviado especial (1967), que reúne sus artículos y reportajes periodísticos, Primeros artículos (1970), la novela del mar Islas en el golfo (1970) y la inacabada El jardín del Edén (1986). Dejó sin publicar 3.000 páginas de manuscritos.

«No hay amigo tan leal como un libro».

Ernest Hemingway
En Londres, conoció a Mary Welsh, corresponsal de la revista Times. De regreso a La Habana se divorció de Martha Gellhorn y contrajo matrimonio con ella. El escritor abandonó Cuba y se instaló con Mary en su nueva casa de Ketchum, Idaho, Estados Unidos.

KGB

En la década de 1940, Hemingway trabajó para la KGB soviética con el nombre de "Argo" según notas en sus archivos de inteligencia de Vassiliev, un ex oficial de la KGB, a las que se pudo acceder en los años 90. Según estas, fue reclutado en 1941 antes de hacer un viaje a China y "expresó en varias ocasiones su deseo y voluntad de ayudarnos" cuando se reunió con agentes soviéticos en La Habana y Londres en los años 40. Sin embargo, no pudo dar ninguna información política y nunca fue verificado trabajo práctico.

Hijos

Con Elizabeth Hadley Richardson tuvo un hijo, Jack. Con Pauline Pfeiffer fue padre de Patrick y Gregory Hancock, también conocido como Gloria Hemingway.

Accidentes y enfermedades

Estuvo al borde de la muerte en la Guerra Civil española, cuando estallaron bombas en la habitación de su hotel; en la II Guerra Mundial al chocar con un taxi durante los apagones de guerra, y en 1954, cuando estando de safari se estrelló en África en dos accidentes aéreos sucesivos que lo dejaron dolor y mala salud durante el resto de su vida.

Sobrevivió al ántrax, la malaria, la neumonía, la disentería, cáncer de piel, hepatitis, anemia, diabetes, presión arterial alta, un riñón dañado, rotura del bazo, hígado dañado, una vértebra aplastada, una fractura de cráneo, heridas de metralla de mortero, tres accidentes automovilísticos y quemaduras en incendios forestales.

Muerte

Por entonces sufría ya problemas mentales, y tuvo que ser hospitalizado dos veces a causa de procesos depresivos, que finalmente no pudo vencer, suicidándose de un tiro de escopeta en su residencia de Ketchum el 2 de julio de 1961. Hacía solo cinco días que había sido dado de alta, en la clínica Mayo de Rochester, Minnesota, donde había estado sometido a tratamiento.

«La vida de cada hombre termina de la misma manera. Son solo los detalles de cómo vivió y cómo murió lo que distingue a un hombre de otro».

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