jueves, mayo 19, 2016

Asalto Al Palacio, 19 De Mayo 1965. Muere coronel Fernández Domínguez


Cada revolucionario debe contemplar el hecho probable de su muerte como un accidente de la lucha que ha de sobrevenirle en la continuidad de su acción hasta la victoria. (Amaury German Aristy).

Había transcurrido abril y en su discurso del 1 de mayo del 1965, Fidel Castro exaltaba la epopeya que en esos días se escribía calle a calle en la ciudad de Santo Domingo, describía con admiración el valor de los dominicanos y a su vez se indignaba, execraba la intervención del imperio.

En esos primero días de mayo, las tropas norteamericanas desataron una fuerte ofensiva, intensificaron la operación limpieza en los barrios pobres de la parte Norte de la ciudad, que luego de fieros combates y atrocidades fueron apagando toda resistencia en esas zonas, con un saldo que casi podría ser considerado como cacería humana y avanzaron en sus posiciones con el objetivo de crear un corredor de seguridad y dividir la ciudad, dividir a las fuerzas constitucionalistas.

Por igual, los invasores apretaron el cerco por la Zona Sur, por lo que aún con la tenacidad y el coraje de los patriotas, los constitucionalistas quedaron entre la ciudad amurallada, reducidos al ámbito de la ciudad colonial y ciudad nueva.

El 4 de mayo el pueblo fue convocado frente al Altar de la Patria, para presenciar la toma de posesión del presidente del gobierno en Armas. Llegada la hora, se procedió al acto de juramentación y siguiendo el protocolo, con voz firme y decidida, salida de un pecho erguido, valiente, se escuchó un Juro inmaculado y solemne, expresión sincera y tangible de lealtad al pueblo, obediencia a las leyes e indescriptible amor a la patria, era el inmortal comandante de abril, presidente Francisco Alberto Caamaño, que asumía su responsabilidad con gesto enérgico y decidido. Quizás ha sido el único presidente que asumió el juramento como verdadero compromiso, hasta la muerte.

Los días transcurrían entre el estruendo del fusil y el olor a muerte. La ciudad era ruido y balaceras. Los norteamericanos atacaban y sólo el valor dominicano, de intrepidez espartana, hasta de puño en mano, era lo que hasta el momento contenía esas tropas. El imperio, también agredía moralmente y con infundios, proyectaba una imagen miserable del movimiento, de asalta bancos y matones, que pretendía reducir la moral de los combatientes constitucionalistas, sin saber que en las filas dominicanas ya se había suscrito un compromiso, donde todo era vocación de servicio y martirio, viviendo día a día la patria como algo tangible, probable y querido.

Los invasores desconocían que en el puño airado del dominicano se concentraba una voraz pasión por la libertad. Cada revolucionario debe contemplar el hecho probable de su muerte como un accidente de la lucha que ha de sobrevenirle en la continuidad de su acción hasta la victoria. (Amaury German Aristy).

Así llegó el 19 de mayo. "... se efectúa el encuentro final, previo a la misión decidida, en el Parque Rubén Darío (calles José Gabriel García y la Pina) y en el lugar, se presenta el coronel Rafael Fernández Domínguez, el gran gestor del movimiento insurreccional, colocándose de hecho, al frente del grupo integrado por unos 300 hombres, a eso de pasadas las tres de la tarde. Finalizada la arenga del coronel, el numeroso grupo marcha por la calle Pina, pasando por el Parque Independencia y caminan para el asalto al palacio nacional, para tomar el símbolo del poder.

Ese mismo día el italiano Ellio Capozzi, instructor de los hombres ranas, le comunica al coronel Montes Arache "...que centenares de combatientes con cintas verdes y rosadas en el brazo izquierdo se está moviendo en dirección a la Casa Ejecutiva, con la intención de tomarla, y reacciona muy sorprendido al recibir la noticia.

El coronel no tiene otra alternativa que acudir en apoyo de una tarea, que previamente por su experiencia militar, la contemplaba logísticamente inapropiada. En gesto solidario, entra en la acción que prácticamente ya se había desatado en el terreno de los hechos...
"Se viven horas de alta tensión bélica, y el desenlace trágico se hace presente en las filas de los rebeldes".

Al filo de las siete de la noche -recuerda Pedro Rodríguez, actor participante- un aguerrido Euclides Morillo, en pleno apogeo de los actos del enfrentamiento, recibe algunos disparos, que les penetran por la garganta y el estómago. Es el instante, donde Amaury Germán Aristy (joven líder estudiantil) se quita un sombrero puesto en su cabeza y en unión a Pedro acuden a auxiliar a Euclides, que se desangraba a causa de las heridas sufridas.

Tuvieron que pasar algunas horas para poder montar en una camioneta propiedad del... mocano Tico Guzmán, al herido grave Morillo. Ya en ese momento, el gran Tico formaba parte del cuerpo elite de hombres ranas. En dicho vehículo, Amaury y Pedro condujeron a Euclides al Hospital Padre Billini, donde finalmente cerró sus ojos para siempre. En el empeño de rescatar a Morillo, un fuego intenso de disparos se producía por armas de distintos calibres, y es ahí, donde Amaury es herido en una pierna... Amaury fue llevado a una clínica situada en la calle 16 de Agosto de la ciudad, donde fue atendido, sin mayores consecuencias... "

"El italiano Capozzi cae mortalmente en el interior del Palacio. Fernández Domínguez a la entrada del Palacio y a quién conociera y tratara meses antes en Moca, el valiente Juan Miguel Román en el jardín presidencial... también que estas muertes y la situación física de Amaury, produjo una real caída emocional del espíritu en el sector constitucionalista... Tico Guzmán Rodríguez, Winston Arnaud y el propio Pedro Rodríguez, tuvieron roles destacados en el hecho relatado. Tomado del Diario Libre del 19-mayo-2010, "El 19 de Mayo de 1965", Jorge R. Díaz Piñeyro).

Así transcurrió el 19 de mayo de 1965, caían, entre muchos otros, el coronel Fernández Domínguez, Euclides Morillo, Elio Capozzi y Juan Miguel Román, máximo dirigente militar del 14 de junio, ante el fuego de los soldados norteamericanos.

Entonces, arribó triste la noche, desconsolada y nubosa noche de abril, consciente de que la patria estaba en Guerra, en lucha por su soberanía, la tierra irredenta lloraba sus hijos, pero reconocía su gesto de convertir su entrega en llama inapagable, para que pudiera ondear libre en nuevas auroras, el estandarte nacional.

19 de mayo del 1965, cuando morir o vivir era ser consecuente con la palabra fulgurante, que habla de patria y libertad, de justicia y bondad, honor y decoro, un grupo de hombres murieron bajo el plomo y el odio invasor, pero dejaron con su acción un legado de albas y estrellas, dejándonos la patria que no vivieron y que nosotros hoy, podemos vivir….…

VIVAN LOS HEROES DE ABRIL, VIVA REPUBLICA DOMINICANA..

Sócrates David Peña Cabral..

Posdata. El día 19 de mayo de cada año se conmemora como “Día del Soldado Democrático”, en recordación al coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, por su conducta y ejemplo en procura del respeto a la Constitución de la República, a la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas y a la voluntad popular expresada democráticamente en las urnas en el año 1962, así como a los demás militares que han creído en la democracia dominicana, como ejemplo perenne a las actuales y futuras generaciones.
/Fuente: Siembra Hirelo/

Archivo del blog