viernes, agosto 05, 2016

Un monumento a la pobreza



Es prima noche, por el camino las sombras cabalgan en el viento hacia los infinitos espacios del tiempo perdido, tratando de alcanzar un horizonte de luz.

En el cielo, el destello de las estrellas se agolpa en nuestras miradas prisioneras por la grandeza de un universo en expansión, mientras que en el monte los grillos elevan una sinfonía al infinito  y junto al camino real una casita techada con tabla de palma, cobijada con yagua y con el piso de tierra, apenas iluminada por una lamparita de gas, se erige como un monumento a la pobreza, en ella una familia malvive todos los días su cotidianidad de hambre y miseria.

Domingo Acevedo.




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