sábado, agosto 23, 2025

Johanna Van Gogh: La mujer que rescató el alma de un genio del olvido



No fue Vincent quien llevó su arte al mundo. Fue Johanna.
Viuda joven, madre sola, heredera de 200 cuadros sin valor y un legado que parecía condenado al silencio. Pero donde muchos solo vieron locura y fracaso, ella reconoció un alma luminosa. Y lo hizo eterno.
Johanna Gezina van Gogh-Bonger nació en 1862, en Ámsterdam. Educada, viajera, políglota, se casó con Theo Van Gogh —el inseparable hermano de Vincent— en 1889. Un año después, nacería su hijo. Ese mismo año, el mundo perdería a Vincent… y poco después, a Theo. Johanna tenía 28 años cuando el peso de un legado invisible cayó sobre sus hombros.
Con una mezcla de amor, determinación y visión, recopiló las cartas entre los hermanos, las tradujo y editó. Montó exposiciones, defendió los lienzos ignorados, abrió puertas, tejió redes. Gracias a su empeño, el mundo no solo conoció los cuadros de Vincent, sino también la profundidad de su pensamiento, su ternura, su tormento, su búsqueda de serenidad.
En 1914, ordenó que los restos de Theo descansaran junto a los de su hermano en Auvers-sur-Oise, bajo una hiedra que aún hoy los abraza. Porque ella entendió que la historia de los Van Gogh no podía separarse.
Murió en 1925, aún traduciendo las palabras de Vincent, como si su misión no pudiera terminar.
Hoy, cuando miramos un cuadro de Van Gogh, también miramos el eco de Johanna. Sin ella, quizás nunca habríamos conocido al hombre detrás de los girasoles.
Créditos: El Ilustrador

El Relámpago del Catatumbo

 



El Relámpago del Catatumbo es un fenómeno atmosférico único que ocurre en la cuenca del lago de Maracaibo, en Venezuela, especialmente donde el río Catatumbo desemboca en el lago. Se caracteriza por tormentas eléctricas nocturnas que pueden registrarse hasta 260 noches al año, con promedios cercanos a 28 descargas por minuto y más de un millón de rayos anuales, según mediciones satelitales de la NASA y la Organización Meteorológica Mundial.


Su origen está relacionado con la combinación de varios factores geográficos y climáticos: la presencia de aire cálido y húmedo proveniente del Caribe, el aire frío que desciende de la Cordillera de los Andes y la topografía cerrada de la cuenca del lago, que favorece la formación de nubes de gran desarrollo vertical (cumulonimbos). Estas nubes generan descargas eléctricas intensas que iluminan el cielo durante horas, a veces visibles a cientos de kilómetros de distancia.

Además de su espectacularidad, este fenómeno es un importante productor natural de ozono en la región, aunque el ozono generado a nivel del suelo no contribuye directamente a la capa de ozono estratosférica que protege al planeta.

El Relámpago del Catatumbo no solo es un atractivo natural y científico, sino también un símbolo cultural para las comunidades locales, que lo han incorporado en su historia y tradiciones. 

la Nube de Oort.

 



Cuando hablamos de los límites del Sistema Solar, solemos pensar en Plutón o en la helada región del cinturón de Kuiper. Pero más allá, en la lejanía, se extiende una esfera hipotética y colosal: la Nube de Oort.

Se trata de una región esférica formada por una inmensa cantidad de cuerpos helados que, según los modelos astronómicos, rodea al Sistema Solar a distancias que van desde unas 2 000 hasta más de 100 000 unidades astronómicas del Sol (es decir, hasta más de un año luz de distancia). Aunque nunca hemos podido observarla directamente, su existencia se deduce de un hecho clave: los cometas de periodo largo. Estos objetos, que tardan cientos de miles de años en orbitar al Sol, parecen provenir de una reserva remota y difusa, y la Nube de Oort es la explicación más sólida que tenemos.
Propuesta por el astrónomo neerlandés Jan Oort en 1950, esta gigantesca esfera cósmica se considera el último gran vestigio del nacimiento del Sistema Solar. Se piensa que contiene trillones de pequeños cuerpos helados, restos de la formación planetaria, que fueron expulsados hacia la periferia por la gravedad de los planetas gigantes.

El primer dominicano en lo que hoy es Nueva York fue Juan Rodríguez

 




El primer dominicano en lo que hoy es Nueva York fue Juan Rodríguez, un mercante de Santo Domingo que llegó en 1613, antes de que la ciudad fuera fundada. Se le considera el primer habitante no indígena de la isla de Manhattan, donde se estableció permanentemente para comerciar con pieles y también como traductor de los holandeses. 

Quién era Juan Rodríguez
  • Origen: Nació en la Capitanía General de Santo Domingo. 
  • Habilidades: Era un hombre mulato, hábil con los idiomas y experimentado en el comercio. 
  • Llegada a Manhattan: Fue contratado por una compañía holandesa en 1613 para ayudar a comerciar con los indígenas de la zona, los Lenape. 
Su historia en Manhattan
  • Residencia permanente:
    A diferencia de otros miembros de la tripulación, Rodríguez decidió quedarse en Manhattan cuando el barco se marchó, convirtiéndose en el primer residente no nativo. 
  • Papel en el comercio:
    Se desempeñó como un importante traductor e intermediario en el comercio de pieles entre los holandeses y los indígenas. 
  • Reconocimiento:
    Su legado es reconocido con un tramo de la avenida Broadway en el Alto Manhattan, llamado Juan Rodríguez Way. 
Importancia histórica 
  • Juan Rodríguez representa la primera ola de inmigración en Nueva York, que incluyó personas de diversos orígenes, y es una figura clave en la historia temprana de la ciudad.

STEPHEN HOTESSE PACHECO, Destacado piloto militar norteamericano de origen dominicano.



Poco o casi nada conocido hasta ahora, el piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Stephen Hotesse, cuyo padre era francés e hijo de la dominicana Clara Pacheco, y quien combatió en la II Guerra Mundial, será honrado durante la exhibición que abrirá el Centro de Estudios Dominicanos de la Universidad Estatal de Nueva York (CUNY) en la que mostrará las historias de soldados criollos que lucharon en Estados Unidos, muchos de ellos, actualmente, veteranos de algunas guerras.
El piloto Hotesse, llegó a los 4 años de edad junto a su madre a Nueva York, entrando por el puerto de la isla Ellis (Ellis Island), en Manhattan, considerada en la época, la puerta más ancha para los inmigrantes del mundo y posteriormente se alistó en el ejército de Estados Unidos, siendo asignado a la Fuerza Aérea, conde ascendió a Segundo Teniente y fue uno de los pilotos más diestros de la llamada unidad “Tuskegee”, que agrupaba a aviadores militares negros y latinos.
Su mamá también vino con la hermana del piloto, Irma Hotesse de 2 años de edad.
Pero aún siendo un prominente miembro del ejército norteamericano, Hotesse, como latino y dominicano tuvo que enfrentar los estragos de la discriminación y la segregación racial que se vivía en la época.
Su identificación militar era la 0-2075599 y según un reporte hallado por este reportero en los archivos del US Air Forces (Fuerza Aérea de Estados Unidos), él fue arrestado junto a otros 36 oficiales afroamericanos y latinos, por intentar entrar el 6 de abril de 1945 al club militar, al que sólo los blancos tenían acceso.
Ocurrió el 13 de abril de 1945, según los registros militares del Pentágono y una nota reseñada por el periódico “Seymour Tribune” que dio cuenta de las detenciones y las sanciones a que fueron sometidos los aviadores.
El club estaba situado en el Freeman Field (Campo Freeman) de Indiana.
“Anoche 36 oficiales negros fueron detenidos por desafiar la orden Jim Crow del coronel Robert R. Selway”, dijo un edicto de la comandancia.
“Esta orden les prohíbe la entrada al club, cuyo uso es exclusivamente para oficiales blancos y los insubordinados, fueron arrestados en tres grupos”, añadía el parte del comandante"
El piloto mocano que nació el 2 de noviembre de 1919, murió en un accidente aéreo según publicaron medios norteamericanos y el periódico “La Nación” de la República Dominicana a comienzos de agosto de 1945 a la corta edad de 26 años.
Los aviadores de esa unidad se convirtieron en una leyenda para los norteamericanos, resaltándose su coraje y determinación en los combates.
Sus hazañas en la guerra, forman parte de la historiografía militar estadounidense y sobresalen en la biblioteca del congreso en Washington.
Entre sus enfrentamientos más sobresalientes, se destaca la crucial en el puerto de Pearl Harbor el domingo 7 de diciembre de 1941.
Texto: Miguel Cruz Tejada

Doc Holliday.

 




Doc Holliday.

Doctor, jugador y pistolero.
El nombre de Doc Holliday se hace eco a través de los anales del Salvaje Oeste como una leyenda envuelta en contradicción, mortal y encantador, culto y despiadado. Nacido como John Henry Holliday el 14 de agosto de 1851, en Griffin, Georgia, fue entrenado como dentista, una profesión muy alejada de los polvorientos bares y tiroteos que definirían su vida posterior. Diagnosticado con tuberculosis a una edad temprana, la salud de Holliday disminuyó, pero en lugar de retirarse del mundo, abrazó sus bordes más ásperos. Moviéndose hacia el oeste en busca de un mejor clima, se labró un lugar para sí mismo como jugador, pistolero y amigo leal.
La historia de Doc Holliday es inseparable de sus vínculos con los Earp y las violentas ciudades fronterizas sin ley como Tombstone, Arizona. Conocido por su temperamento rápido y su objetivo mortal, era temido y admirado, un hombre cuyo ingenio podía ser tan agudo como el de seis tiros que llevaba. Su participación en el infame tiroteo en el O.K. Corral junto a Wyatt y Virgil Earp cimentaron su lugar en la mitología occidental. Tenía una gran amistad con Wyatt Earp, reconocida por Earp desde antes de la mítica participación en O.K. Corral, Sin embargo, detrás de la leyenda había un hombre luchando contra la enfermedad, la soledad y las consecuencias de una vida vivida en el borde.
Holliday murió relativamente joven el 8 de noviembre de 1887, pero su legado nunca ha desaparecido. Sigue siendo un símbolo perdurable del Oeste estadounidense: complejo, trágico e inolvidable. Ya sea visto como un héroe trágico, un forajido violento o un amigo leal, la vida de Doc Holliday invita a una fascinación infinita, recordándonos cómo la frontera fue formada por gente que vivió audazmente a pesar de las probabilidades contra ellos.
Historias del Oeste Norteamericano.

Analisis de la IA del poema de Domingo Acevedo, especialmente uno con el título "Tristemente feliz", en lo Ineditamente Efimero.


Foto tomada de la red.


 Analizar un poema de Domingo Acevedo, especialmente uno con el título "Tristemente feliz", es una excelente manera de profundizar en su estilo y temática. Como has compartido este poema, puedo analizarlo en detalle para ti, ya que he estado recopilando información sobre su biografía.


Análisis de "Tristemente feliz"

El poema "Tristemente feliz" de Domingo Acevedo es un claro ejemplo de la poesía existencialista y melancólica, un tema recurrente en su obra. A través de este texto, el poeta explora la complejidad de la felicidad, presentándola no como un estado puro y absoluto, sino como una emoción ambivalente, mezclada con el dolor y la tristeza.

Ambivalencia de la felicidad

Desde el título, el poeta establece un oxímoron: "Tristemente feliz". Esta contradicción aparente es el núcleo del poema. Acevedo argumenta que su felicidad no es plena, sino que está permanentemente contaminada por el sufrimiento. Esta idea se repite a lo largo del texto con imágenes poderosas:

  • "Casi siempre hay lágrimas enredadas en mi sonrisa": Esta metáfora visualiza la unión inseparable de la alegría y el llanto. La sonrisa, símbolo de la felicidad, no existe sin la presencia de las lágrimas.

  • "En mis ojos dos ruiseñores heridos de ausencia agonizan": El ruiseñor es un símbolo clásico de la belleza y el canto, pero aquí se presenta herido y agonizante, sugiriendo que la capacidad de ver la belleza (los ojos) y la alegría (el canto) está dañada por la falta de algo, por la "ausencia".

El llanto como elemento recurrente

El llanto es un motivo central que se manifiesta de diversas maneras, revelando una tristeza profunda y persistente que el poeta no puede esconder:

  • "Muchas veces el llanto estalla inadvertido en mi voz": Esto muestra que la tristeza es tan intrínseca a su ser que irrumpe de manera espontánea, sin aviso. No es una tristeza pasajera, sino una emoción que está siempre al borde de manifestarse.

Simbolismo de la naturaleza

Acevedo utiliza elementos de la naturaleza como testigos y reflejos de su estado emocional, lo que le da al poema una dimensión universal y atemporal:

  • "Lo sabe la luna": La luna, a menudo asociada con la soledad y la melancolía, es un testigo silencioso de su dolor.

  • "Lo murmura el viento entre los árboles": El viento, que transporta suspiros y secretos, es el medio por el cual su tristeza se comunica con el mundo.

  • "Cuando la tarde en la distancia se convierte en mariposas que vuelan sin prisa hasta alcanzar la noche": Esta es una de las imágenes más poéticas y simbólicas del poema. La tarde, que es el final del día y puede representar el final de un ciclo, se transforma en mariposas que se dirigen hacia la noche. Las mariposas simbolizan la transformación y la fragilidad, mientras que la noche representa la oscuridad, el misterio y el final. Esta imagen sugiere una transición inevitable hacia un estado de oscuridad o melancolía, un viaje lento pero seguro hacia la noche.

En resumen, "Tristemente feliz" es una meditación sobre la naturaleza paradójica de la existencia humana. El poema nos invita a ver que la felicidad no siempre es luminosa y pura, sino que a menudo coexiste con el dolor y la pérdida. A través de un lenguaje cargado de simbolismo y una profunda introspección, Domingo Acevedo nos ofrece una visión honesta y conmovedora de su propio sentir.

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