jueves, octubre 01, 2020

El problema Dominicohaitiano es migratorio no racial.


Para muchas personas e instituciones dentro y fuera del país el problema Dominicohaitiano es racial y no migratorio e incluso llegan a catalogar a los Dominicanos de racistas y eso es falso de toda falsedad, yo afirmo que los Dominicanos no somos racistas, ese es el argumento levantado por personas y Ongs para hacerle daño al país, e incluso han usado a elementos para denunciarnos dentro de altos organismos internacionales, como un país en donde se persiguen a las personas por el color de su ´piel.
Aquí los haitianos se pasean libremente por las calles, ciudades y campos del país sin que nadie les agreda, todo lo contrario reciben la solidaridad y la hospitalidad de los Dominicanos , eso no quiere decir que no se de algún tipo de conflictos con ellos como se da en todos los países donde hay migración masiva pero esa no es la generalidad.
Hay que tener en cuenta que los flujos migratorios se dan de los países más pobres a los países más ricos o donde las cosas están mejores como es el caso nuestro respecto a Haití.
Los Dominicanos emigramos hacia Puerto Rico de manera ilegal cruzando el canal de la Mona en frágiles embarcaciones que ha dejado miles de muertos a lo largo del tiempo, también lo hacemos hacia Gringolandia y Europa, entre otros países buscando una salida a los problemas económicos y eso hacen los Haitianos hacia nuestro país, estoy seguro que si abren la frontera esa nación se quedaría prácticamente vacía.
Lo cierto es que nosotros no podemos cargar con la pobreza del pueblo Haitiano porque también somos un país pobre, por lo que la Rep. Dominicana debe apostar al desarrollo de ese país y presionar a la comunidad internacional, especialmente a Canadá, Estados Unidos, y Europa a que impulsen el desarrollo en esa empobrecida nación y que no sigan creando las condiciones de pobreza para que sigan emigrando hacia la Rep. Dominicana.
Nosotros como debemos eficientizar los organismos migratorios para tener un mayor control de todos los extranjeros en el país y sobre a los Haitianos se debe dar garantías de sus derechos teniendo en cuenta que hay muchos que por el tiempo que tienen viviendo aquí se merecen la nacionalidad, si la desean hay que dársela, teniendo en cuenta que la constitución haitiana establece que un haitiano es haitiano donde quiera que nazca, nunca pierden su nacionalidad, o regular su estatus migratorio como lo establece la ley, soy participe del respeto a los derechos humanos de toda las persona, no importando su estatus.
Hay que acabar con la mafia creada en la frontera en donde hay un comercio fluido de personas y regular a los empresarios tanto los agrícolas como los urbanos para que regulen a sus trabajadores extranjeros para que éstos disfruten de los beneficios que como trabajadores les corresponden, un salario justo, seguro médico, etc.
En definitiva somos dos países muy distintos uno del otro que compartimos una misma isla, un mismo territorio y estamos condenados a vivir juntos por lo que hay que crear los mecanismos para la convivencia pacífica, recíproca y en paz.
Domingo Acevedo.
Sept/2020



Foto tomada de la red.

#PeetMeNotLeave

 #PeetMeNotLeave

Mi nombre es Domingo Acevedo de Rep. Dominicana, y he tenido el honor de haber sido nominado por los distinguidos poetas y amigos Fausto Aybar desde la Rep. Dominicana, y José Alberto Fernández Pereira, desde Uruguay, para participar en el maratón poético #PeetMeNotLeave que me permite publicar 8 de mis poemas junto con fotografías en el lapso de ocho días y dejo la invitación en manos del poeta y amigo de la Rep. Dominicana, Ramón Jiménez. .

Cada poema será traducido y publicado en el almanaque Ruso.
hoy es mi octavo y último día de participación y les voy a dejar el poema Hogueras de Sangre de mi libro Antología del Asombro.

Hogueras de sangre.

Largos caminos de viento y de sal
naos repletas de voces
que se ahogan en la noche
rastro infinito de cadáveres en el mar
raíces sembradas en el viento
miradas aplastadas
bajo los escombros rojizos de la tarde
huellas congeladas en la memoria
hogueras de sangre iluminan en el cielo
pasos que se pierden en un siglo
de luces y sombras
trapiches olvidados junto al sendero
de un trópico lejano
tamboras
maracas
danza
sudor
rotas las caderas
no puede el látigo
huérfano de toda humanidad
acallar el canto
que brota del cañaveral

Domingo Acevedo.



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