En los barrios la delincuencia
y el narcotrafico se ganan a nuestros jóvenes.
A mí de manera particular me duele ver como el narcotráfico
y la delincuencia se ganan a los jóvenes de nuestros barrios sin que podamos
hacer nada. Muchas veces jóvenes inteligentes y talentosos que se ven
acorralados en una sociedad que les niega sus derechos más elementales, teniendo
que hacer esfuerzos sobrehumanos para salir de la marginalidad y la discriminación
de que son objetos.
Por eso pienso que nosotros los que hacemos trabajo
comunitario en los barrios debemos vernos de manera crítica ya que nuestro trabajo
ha disminuido sustancialmente, dejando a nuestros jóvenes a la deriva, sin
brindarles opciones alternativas, sólo lamentándonos del deterioro de nuestra
sociedad, agravado por el auge desmesurado de la delincuencia y el narcotráfico
que nos han desplazados del lugar que ocupábamos en los barrios.
Existe un triangulo de control en barrios y
pueblos del país. Los policías, los delincuentes comunes y el narcotráfico. Nuestra
policía mantiene un vínculo de corrupción con delincuentes y narcotraficantes
que complica el combate de estos dos flagelos que carcomen los cimientos de
nuestra sociedad, por lo que pienso que plantearse seriamente la lucha contra
estos dos males hay replantearse una nueva policía porque con la que tenemos no
es posible derrotar a los delincuentes y a los narcotraficantes por el grado de
compromisos que esta tiene con los que delinquen y venden estupefaciente en los
barrios.
Yo soy de los que plantea que debemos diseñar
nuevas estrategias para recuperar los espacios perdidos en los barrios y
pueblos del país, teniendo como punto de partida propuestas atractivas e innovadoras,
capaces de atraer a nuestros jóvenes hacia la consolidación de nuevo espacios
de poder popular a través de los cuales podamos
recuperar nuevamente nuestra capacidad de convocatoria.
Pienso que los sectores progresistas y revolucionarios debemos sentarnos en la mesa
del dialogo a discutir como insertarnos nuevamente en la población para
educarla y movilizarla por sus derechos, para que recupere la esperanza
perdida, y luche por su liberación.
Domingo Acevedo
1/12/12