El Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia, en 1981 tomó la decisión de instaurar el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en honor de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, tres hermanas nacidas en la República Dominicana que fueron asesinadas por el régimen militar que controló la isla entre 1930 y 1961.
Las tres mujeres nacieron en Ojo de Agua, un pequeño poblado perteneciente a la provincia de Salcedo en la isla. Eran hijas del matrimonio formado por Mercedes Reyes Camilo y el hacendado Enrique Mirabal, quienes tuvieron cuatro hijas en total (Bélgica Adela no fue apresada por la dictadura y sobrevivió a sus hermanas). Las Mirabal demostraron desde pequeñas ser dueñas de una inteligencia prodigiosa, sin embargo, Minerva destacó sobre las otras gracias a su ágil mente, amor por las artes y belleza.
El destino de la familia cambió en 1949 cuando fueron invitados a una recepción en honor del general Rafael Leonidas Trujillo. Fue durante la velada que la belleza de la segunda hermana capturó los ojos del dictador y éste comenzó a cortejarla sin mucho éxito, invitando a la joven a un par de ceremonias más.
Trujillo continuó sus avances que fueron rechazados por la joven, quien, además de desairarlo, tomó la iniciativa de exigir al gobernante que terminara el acoso judicial en contra de Pericles Franco, uno de los fundadores del Partido Socialista Popular encarcelado en diversas ocasiones y amigo íntimo de Minerva.
Ante las negativas de la joven, Trujillo ordenó vigilar celosamente a la familia y mandó apresar al padre, pronto Minerva y varias de sus amigas terminaron de igual manera tras las rejas, fueron liberadas después unas semanas. Enrique Mirabal, en cambio, fue apresado y liberado varias veces en los años posteriores, hasta que enfermó y murió en diciembre de 1953.
Minerva contrajo matrimonio con Manolo Tavares, un estudiante de derecho opositor al régimen, en 1955. Los levantamientos sociales acontecidos en América Latina a finales de la década de los 50, en especial la revuelta organizada en contra de Fulgencio Batista en Cuba, provocaron la creación de un movimiento en contra de la dictadura de Trujillo en la isla, éste llevó por nombre Agrupación 14 de junio –en honor a una expedición armada proveniente de Cuba que llegó a República Dominicana en dicha fecha–. Tavares fue su primer presidente y las hermanas jugaron un papel clave en la disidencia, eran conocidas como “Las Mariposas”.
El gobierno opresor encabezado por Trujillo no tardó en apresar a todos los involucrados en la creación de la Agrupación 14 de junio. Más de un centenar de personas fueron torturadas y varios perdieron la vida. La presencia de varios miembros de las familias más acomodadas de la isla entre los presos incrementó la presión social ante el gobierno de Trujillo, debido a esto muchos fueron liberados, aunque la vigilancia gubernamental y el acoso policiaco continuaron en su día a día. Manolo Tavares y otros miembros del movimiento quedaron tras las rejas.
Minerva, María Teresa y Patria fueron capturadas cuando regresaban a casa después de una visita a sus parejas en la cárcel. Interceptadas por un grupo de agentes, fueron golpeadas brutalmente, ejecutadas y arrojadas a un barranco al interior del jeep en que fueron emboscadas.
El asesinato de las hermanas Mirabal conmocionó a la sociedad dominicana. Trujillo buscaba acallar a los rebeldes con la ejecución, pero la muerte de las jóvenes sólo incrementó la presión contra su gobierno. Rafael Leonidas Trujillo fue emboscado el martes 30 de mayo de 1961 por un grupo de disidentes.
A continuación reproducimos un fragmento del poema Amén de las mariposas, creado por el poeta dominicano Pedro Mir en honor de las hermanas:
Pero un día se supo que tres veces el crepúsculo
veces el equilibrio de la maternidad
tres la continuación de nuestro territorio
sobre la superficie de los niños adyacentes
reconocidas las tres en la movida fiebre
de los regazos y los biberones
protegidas las tres por la andadura
de su maternidad navegadora navegable
por el espejo de su matrimonio
por la certeza de su vecindario
por la armonía de su crecimiento
y su triple escuela de amparo
habían caído en un mismo silencio asesinadas
y eran las tres hermanas Mirabal
¡oh asesinadas!
entonces se supo que ya no quedaba más
que dentro de los cañones había pavor
que la pólvora tenía miedo
que el estampido sudaba espanto
y el plomo lividez
y que entrábamos de lleno en la agonía de una edad
que esto era el desenlace de La Era
Cristiana
Gaceta UNAM.
FOTO TOMADA DE LA RED.