Los topos y los linces son dos
unidades motorizadas de la
Policía Nacional , que se caracterizan por ser crueles sádicos
y abusadores.
Los topos y los linces son dos unidades
motorizadas especiales de la policía dominicana entrenadas en Colombia y
especializadas en lo que es la represión y el crimen y son sádicos, crueles y
abusadores a la hora de reprimir, se
visten de negro y nunca enseñan el
rostros, siempre andan en motores en grupos de más de cuatro, dos en cada
motor.
Vi una vez que venía de Monte Plata a la salida
de Villa Mella como los linces mataron un joven de un grupo que venían en una camioneta, parece que venían de
trabajar construcción, porque tenían toda la ropa llena de cemento húmedo, uno
del grupo le voceo bultero y les cayeron atrás y cuando le dieron alcance uno
de los policía sin preguntar le dio un tiro en la cabeza a uno de l os jóvenes.
Los demás jóvenes huyeron despavoridos y entre
los linces, los amet y otros policías que estaban ahí los persiguieron como
fieras, no se en que quedo todo ya que nosotros íbamos en una camioneta y no
nos detuvimos, solo vimos el cuerpo del joven tendido en la cama de la
camioneta en que venían muerto.
Hago este relato porque en estos mismos
momentos, las nueve de la noche de este domingo 10 de junio, los Topos acaban
de herir a un joven en el Nieto de Quita Sueño y debo decir que ellos andan con
fusiles AK 47 y pistolas automáticas cuyas heridas son mortales por necesidad.
En los barrios pobres del país la policía
mantiene en zozobra a la juventud sana, trabajador y estudiosa, mientras que
los delincuentes, los ladrones y los narcotraficantes se pasean a sus anchas
sembrando el terror y la muerte en los barrios marginados.
A los problemas de los apagones, la falta de
agua, de salud, de trabajo, de pobreza y hambre hay que agregarle el de la represión policial.
Las constantes redadas en los barrios pobres, los retenes en calles y avenidas
como si estuviésemos en guerra con sus secuelas de violaciones a los derechos
humanos, ya son parte de la cotidianidad a la que nos enfrentamos cada día los
dominicanos y digo que tantos abusos un día tendrán que acabar ya que no hay mal que dure cien años ni cuerpo
que lo resista.
Domingo Acevedo.