domingo, junio 10, 2012

Los topos y los linces son dos unidades motorizadas de la Policía Nacional, que se caracterizan por ser crueles sádicos y abusadores.


Los topos y los linces son dos unidades motorizadas de la Policía Nacional, que se caracterizan por ser crueles sádicos y abusadores.

Los topos y los linces son dos unidades motorizadas especiales de la policía dominicana entrenadas en Colombia y especializadas en lo que es la represión y el crimen y son sádicos, crueles y abusadores a la hora de reprimir,  se visten de negro y  nunca enseñan el rostros, siempre andan en motores en grupos de más de cuatro, dos en cada motor.

Vi una vez que venía de Monte Plata a la salida de Villa Mella como los linces mataron un joven de un grupo que venían  en una camioneta, parece que venían de trabajar construcción, porque tenían toda la ropa llena de cemento húmedo, uno del grupo le voceo bultero y les cayeron atrás y cuando le dieron alcance uno de los policía sin preguntar le dio un tiro en la cabeza a uno de l os jóvenes.

Los demás jóvenes huyeron despavoridos   y entre los linces, los amet y otros policías que estaban ahí los persiguieron como fieras, no se en que quedo todo ya que nosotros íbamos en una camioneta y no nos detuvimos, solo vimos el cuerpo del joven tendido en la cama de la camioneta en que venían muerto.

Hago este relato porque en estos mismos momentos, las nueve de la noche de este domingo 10 de junio, los Topos acaban de herir a un joven en el Nieto de Quita Sueño y debo decir que ellos andan con fusiles AK 47 y pistolas automáticas cuyas heridas son mortales por necesidad.

En los barrios pobres del país la policía mantiene en zozobra a la juventud sana, trabajador y estudiosa, mientras que los delincuentes, los ladrones y los narcotraficantes se pasean a sus anchas sembrando el terror y la muerte en los barrios marginados.

A los problemas de los apagones, la falta de agua, de salud, de trabajo, de pobreza y hambre  hay que agregarle el de la represión policial. Las constantes redadas en los barrios pobres, los retenes en calles y avenidas como si estuviésemos en guerra con sus secuelas de violaciones a los derechos humanos, ya son parte de la cotidianidad a la que nos enfrentamos cada día los dominicanos y digo que tantos abusos un día tendrán que acabar  ya que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

Domingo Acevedo.

Archivo del blog