El Ejército de Arabia Saudí ha sufrido fuertes pérdidas humanas al intentar ampliar su dominio en las montañas limítrofes con Yemen, ubicadas en la provincia suroccidental saudí de Jizan, donde su operación fue neutralizada por el movimiento popular yemení Ansarolá.
Según reportó el martes la televisión por satélite yemení Al Masirah, los combatientes de Ansarolá han matado y herido a docenas de tropas saudíes, además de destruir al menos dos vehículos blindados de sus enemigos en los combates ocurridos en los últimos días.
Las unidades saudíes trataron de ganar terreno en Jizan después de las últimas ofensivas de represalia llevadas a cabo por Ansarolá en esta región. Sin embargo, los miembros de Ansarolá presentaron férrea resistencia y emboscaron a sus enemigos.
A pesar de su supremacía aérea, las unidades saudíes se vieron obligadas a retirarse, dejando sus armas que luego fueron confiscadas por los yemeníes.
Entretanto, el Ejército saudí ha reconocido la muerte de cinco de sus uniformados, entre ellos un alto oficial castrense.
“El capitán Ahmad bin Wabel al-Wabel murió junto a cuatro soldados durante las batallas con los milicianos de Ansarolá en la frontera sur”, indica el comunicado del Ejército, recogido el martes por la agencia oficial saudí SPA.
El capitán Ahmad bin Wabel al-Wabel murió junto a cuatro soldados durante las batallas con los milicianos de Ansarolá en la frontera sur”, indica el comunicado del Ejército saudí.
Desde su inicio en marzo de 2015, la guerra saudí ha acabado con la vida de más de 10 000 yemeníes, además de hundir al país más pobre del mundo árabe en la hambruna y las epidemias, de acuerdo con el último balance ofrecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La campaña aérea saudí, que no cuenta con el aval de la ONU, ha atacado mercados, escuelas, instalaciones sanitarias y objetivos civiles, lo que ha provocado indignadas críticas internacionales.
No obstante, la costosa agresión saudí todavía no ha alcanzado ninguna de sus metas ulteriores, es decir, restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi y eliminar de la ecuación a Ansarolá.
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