viernes, noviembre 11, 2011

Ante la muerte de “Alfonso Cano”

Ante la muerte de “Alfonso Cano”
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> LA NEGOCIACIÓN ES LA ÚNICA
> ALTERNATIVA SENSATA
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> Gloria Inés Ramírez Ríos
> Senadora de la República por el PDA
>
> En la noche del viernes 4 de noviembre, el Ministro de Defensa,
> primero, y el Presidente de la República, después, anunciaron
> exultantes la muerte en las montañas del Departamento del Cauca del
> Comandante de las FARC, “Alfonso Cano”. Desde entonces, los más
> connotados voceros de la oligarquía y los grandes medios de
> comunicación desataron una de sus acostumbradas campañas de
> manipulación y odio, que reflejan a las claras la miseria moral del
> régimen dominante y los increíbles niveles de degradación que ha
> alcanzado el conflicto.
>
> Según las informaciones difundidas, el hecho fue posible gracias a un
> descomunal despliegue militar que contó con el apoyo del Comando Sur
> de Estados Unidos y en el que participaron numerosos aviones,
> helicópteros y tropas terrestres, frente a una precaria capacidad de
> respuesta de la guerrilla, cuyos combatientes no llegaban a una
> veintena. Sin embargo, se magnifica el papel de las fuerzas armadas
> hasta el punto de considerar que el calificativo de “héroes” les queda
> pequeño. La relaciones delictuosas entre el militarismo y el
> paramilistarismo, los crímenes de Estado encubiertos en la
> denominación de “falsos positivos” y las incontables violaciones a los
> derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, cuyos
> responsables pretenden ser amparados ahora con el Fuero Militar, no
> aparecen por ninguna parte en medio de la embriaguez triunfalista. La
> cruda realidad de la degradación del conflicto es arbitrariamente
> reemplazada por el maniqueísmo y el supuesto triunfo de las “buenos”
> sobre los “malos”.
>
> Tampoco existen la antidemocracia y la corrupción, puestas de
> manifiesto en la reciente campaña electoral, ni la injusticia social,
> que ha colocado a nuestro país en la vergonzosa posición de ser
> superado apenas por Haití y Angola en lo que respecta a la peor
> distribución de la riqueza en el mundo. Las causas objetivas que ha
> hecho de la sociedad colombiana una de las más desiguales y violentas
> y que están en la base del largo conflicto que nos agobia, son
> deliberadamente ignoradas para tratar de revestir al régimen imperante
> de una legitimidad que no tiene.
>
> Como demócratas y humanistas que somos, nos duele la interminable
> pérdida de vidas que a diario se registra en nuestro país, no nos
> alegramos de la muerte de nadie y sentimos profundamente la muerte del
> Comandante de las FARC, “Alfonso Cano”.
>
> Reconocemos en él a un hombre consecuente que dedicó su vida a la
> lucha por sus convicciones revolucionarias, que participó en varios
> procesos de negociación y que en los últimos meses hizo diversas
> manifestaciones de estar dispuesto a comprometerse en un proceso de
> negociación para encontrarle una salida al conflicto que vive el país
> desde hace 47 años. Su muerte constituye un severo golpe a estos
> propósitos y demuestra que el estribillo que el Presidente Santos
> viene repitiendo desde hace más de un año en el sentido de que “la
> puerta del diálogo no está cerrada con llave”, no pasa de ser
> propaganda engañosa y que su verdadero propósito es el aniquilamiento
> militar de la guerrilla o su rendición, lo que inevitablemente
> conducirá a que el conflicto continúe indefinidamente, por la sencilla
> razón de que a la paz no se llegará jamás amontonando cadáveres de
> parte y parte.
>
> Por eso, no nos cansaremos de insistir ante las partes en que busquen
> acercamientos en procura de un acuerdo humanitario que posibilite
> abrir un proceso de negociaciones, como la única alternativa sensata
> para ponerle fin al conflicto y alcanzar la paz que anhela la gran
> mayoría de los colombianos(as). Persistir en la guerra con la
> pretensión de conseguir la claudicación del contendor o su
> aniquilamiento, es condenar a nuestro país a la constante repetición
> de hechos dolorosos que lo único que hacen es reproducir la
> confrontación.
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> Bogotá, D.C., 9 de noviembre de 2011

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