En mi voz
tus senos
resplandecen como el agua
bajo la luz de la
luna
dos alas crecen en tu
espalda
la noche es una flor
que en tu piel renueva sus pétalos minerales
y en la vaguedad
infinita de tus ojos
el mar pinta de
pájaros azulmarinos el horizonte
temblor del viento
detrás de los espejos aterciopelado de la alborada
libélula de cristal
atrapada en los contornos luminosos de tus fantasías
y en la voz del deseo
dos tatuajes de sal
se desnudan a la pasión
templos de leche
colinas de nata
pirámides de
azúcar
amanece en tu mirada
un sol ebrio de eternidad
y la luz
como un ángel de cristal líquido
danza en los
límite de tu desnudez y se aleja
y junto a un camino
de estrellas
en su génesis de
humedad
el rocío se desvanece
y entre tus piernas
en noches de olvido y
hastío
el fuego consume
sueños y placeres
tentación de lo
infinito es el pecado de amar lo
prohibido
torres de algodón
hondura de la nada es
la distancia
que naufraga en la
pesadumbre de la ausencia
canto de sirena
tibios pezones de
miel
tu desnudez
ondula en mis recuerdos
como un
espejismo de luna llena