FEBRERO ERA
GRIS ENTONCES
Playa
lejana
silencio
de olas y espumas
silencio
de polvo y arena
silencio
de Caracoles
Barcarola
de sueños y de ternura
uniformes
botas y
fusiles
mochilas
cargadas de ilusiones
guerrilleros
que se alejan de la playa
rumbo a
las montañas
donde el
frío muerde la noche
y la
muerte cabalga en el viento
y se
esconde entre los árboles trémulos
y acecha
uniformada
y sigue
el rastro húmedo
de sus
pasos sobre la hierba mojada
febrero
era gris entonces
y los
días
se
trasnocharon borrachos
en el
silencio de los cobardes
que
tenían las manos temblorosas
y la boca
llena de baba
y en la
sangre la angustia
y la
desesperación
por haber
anidado en el alma la traición
ellos
Coronel
inexplicablemente
callaron
la
presencia de ustedes en Caracoles
pero hoy
después de tantos años
hacen de
tus sueños un afiche
y de
febrero un escenario de flores y aplausos
cobardes
que todas
sus vidas han hablado
de
revolución
pero
nunca han tenido el valor de empuñar un fusil
y hacer
patria
seudo
revolucionarios
que
menstruaron de temor
blasfemos
que hacen
delirar a la multitud
con sus
discursos enérgicos
efímeros
astros
que
brillanen un opaco
firmamento
de sangre
frívolos
camaleones
hiedras
venenosas
que van
dejando tras de sí
las
huellas indelebles
de la
muerte y el luto
ellos te vendieron Coronel
a los
vampiros
que
ahogan en sangre
las más
mínimas aspiraciones de libertad
de los
pueblos que como el nuestro
luchan
por alcanzar la luz
a los
monstruos pálidos y crueles
que
habitan en el norte de la tierra nueva
y quienes
se creen con el derecho
de regir
el destino del mundo
febrero
era gris entonces
y tu piel
un rastro en la arena
que se
alejaba de la playa
rumbo a
las montañas
donde tu
voz de fusil
aún
truena lejana
y hace
temblar
a esos
Generales indecentes
que se
cagaron en los pantalones
cuando
supieron de tu presencia
en
Caracoles
porque
ellos
nunca
tuvieron tu estatura
ni tu
valor
ni tu
heroísmo
por eso
llamaron
a sus
amigos del Pentágono
quienes
precisaron
la necesidad
de tu muerte
y
ordenaron
que
enviaran la jauría tras de ti
que ávida
y sedienta de tu sangre
temerosa
te
buscaba incesante
entre el
hambre y la fatiga de los días
eternos
de febrero
donde la
muerte
se
escondía entre los árboles trémulos
y
acechaba uniformada
la muerte
hacía su
ronda cotidiana
febrero
era gris entonces
y la
tarde entristecida
mezcla de
pólvora y sangre
se
despedía furiosa
entre el
ruido de los fusiles
y los
gritos de los hombres
que no
podían concebir
la
ternura de las flores
porque menos
que las bestias
no tenían
noción del amor
ellos
nacieron para matar
y
disparaban ráfagas interminables
contra el
tiempo y los árboles
contra el
viento y las flores
contra la
aves y las piedras
cautelosos
seguían tus huellas
que ya no
iban a ninguna parte
sabían
que en algún lugar
te
encontrarían vencido
y te
arrancarían del pecho la ternura
para
entregársela al tirano
como
trofeo por la hazaña
de tu
crimen inútil
al tirano
sumiso y leal
ante los
que lejos
de
nuestras fronteras
propiciaron
tu muerte
hoy
los
encuentro en cualquier lugar
mostrando
sus medallas y ascensos
e
inventándose historias fantásticas
sobre tu
muerte
hay hasta
quienes han escrito libros
pero
ellos ignoran
que
tienen una deuda de sangre
que más
temprano que tarde
la
historia les cobrará con creces
porque yo
sé Comandante Román
que tu
crimen no quedará impune
rumor de
plenilunio
en un
aserradero abandonado
quedó el
coronel herido
cuidando
de su amigo moribundo
- seguid vosotros
romped el
cerco tendido
venced la
muerte
que
airada nos busca
la muerte
que no descansará
hasta
encontrarnos
y
destrozar con su odio nuestra carne
nuestros
sueños
y no les
importe el hambre
ni la
fatiga
ni el
frío
ni lo
largo del camino
ni que la
noche sea oscura
seguid
inexorables
hacia la
aurora
y
construid sobre las cenizas
de
nuestros huesos la esperanza
andad
seguid sin mí
y sed
cautos
que la
muerte está ahí
escondida
entre los dientes afilados
de las
piedras
entre las
hojas pálidas
la muerte
mecánica
absurda
fría
ciega
uniformada
la muerte
mezcla de
sangre y lodo
vomitando
su pus nauseabundo
su pus
amarillento y hediondo
vomitando
cuajarones de odio
la muerte
esta ahí violenta
amarga
real
febrero
era gris entonces
y entre
sueños
y
promesas inútiles
te
hicieron prisionero
y te
ataron
eran
hombres crueles
asesinos
por convicción
y te
llevaron ante los Generales
que
complacidos te observaron
y gozaron
impotentes
torturando
tu carne
y después
trituraron tus huesos
y un
General
con su
odio repugnante
te
disparó cobarde
y la bala
ciega
cumplió
la orden de muerte
de aquel
canalla
y después
quemaron
tu cadáver pero tu carne
resistió
el odio y el fuego
y te
enterraron
en un
valle lejano y sombrío
donde la
angustia irrevocable
de tus
huesos
dejó un
rastro amargo de sangre
sobre la
tierra
boquiabierta
y sedienta
y
hoy
después
de tantos años
ellos les
temen
al
silencio retorcido de tus huesos
a tu
nombre
porque
ellos saben que un día
el pueblo
se levantará
con tu
ejemplo
y hará
justicia
y
entonces
necesariamente
no habrá
lugar en esta tierra
ni para
los canallas que vendieron tus sueños
ni para
los criminales
que
cobardemente te asesinaron
Al
coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, y a los que junto a él murieron en las
frías montañas de la Cordillera Central, tratando de alcanzar una estrella.
Fotos tomadas de la red.