miércoles, enero 30, 2013

Poeta




Nadie entiende tu soledad
poeta
esa soledad que pregona tu silencio
cuando caminas despacio por las calles
dejando huellas inconclusas y fatigadas en tu alma
esa soledad que destila tu mirada
cuando el viento en tu interior abre puertas
por donde se escapan los hombres
proscritos del tiempo
viejos violinistas encantados
que con su sonido de flautas
llenan tu sangre de prostitutas
y mendigos
de molinos de vientos
y quijotes
de alondras
y luciérnagas remotas
que viajan en tu mente
hacia un secreto universo de bitácoras
donde es un espejismo
tu soledad
un espacio vacío
un abismo cósmico
de fosforescentes  longitudes verticales
que ahondan la angustia de las estatuas colosales
que miran impávidas al cielo


con un silencio de salitre y olvido en sus labios petrificados por el tiempo
ellas lloran
poeta
inadvertidas suplican y sus lágrimas de rocío
sobre la hierba reseca
cada mañana guardan prisioneras las estrellas australes
nadie sabe de dónde vinieron
pero están ahí
mudo testimonio de una civilización de cíclopes
que se marcharon dejándolas como evidencias
y aunque posiblemente no volverán
ellas  aún esperan la llegada de los secretos visitantes del cielo
es en esa rígida actitud de melancolía
que ellas se parecen  a ti
poeta
a ti que tienes una herida abierta
por donde cada tarde se cuelan pájaros
y mariposas
a llenar de alas y flores tu mirada
que vuela tranquila hasta alcanzar la frontera más lejana del universo
ellas
poeta
se parecen a ti que tienes una edad prehistórica
que guarda relojes minerales
que esconden sueños de arena
que hablan de una historia diluida en un tiempo
que tiene dedos amargos que se aferran con dolor
al delirio de los arácnidos que tejen pausadamente
sus telarañas lumínicas   donde atrapan los insectos
que pueblan el pensamiento putrefacto
del hombre moderno
que no vive
que agoniza
enloquecido por el espanto cotidiano de la muerte
intoxicado por el humo
abrumado por la prisa
y en su delirio solo vive para el odio y la guerra
vociferando que la paz es sólo un sueño de guitarras y palomas
una canción  que los niños olvidaron antes de nacer
un discurso hueco
una palabra fría
nada
y olvida que él como tal es simplemente excremento
de un desarrollo que apesta a muerte
un esclavo de las máquinas
una cifra estadística
un número
que se maneja sin ningún valor humano
con desprecio
sin ninguna identidad
ese es el hombre moderno
viciado
prostituido
deshumanizado
el que agoniza acorralado por la prisa
en que el tiempo desvanece los sueños
y diluye la esperanza entre espejos rotos
el que no admite que al final del siglo XX
tu puedas soñar con la paz
y vestirte de ternura y solidaridad
para construir con las palabras el amor
para que la alegría perdure más allá de la profecía
para que la primavera estremecida por un vuelo horizontal de golondrinas
sea eterna bajo este cielo infinitamente breve
y si al final del poema él persiste y se obstina
en su actitud oscura hacia la vida arrojando al hombre común  al vacío
donde la muchedumbre amotinada
es triturada por la incertidumbre de un futuro incierto
míralo despacio y con desprecio
y en silencio guarda tu soledad en un bolsillo
y luego sigue tu camino sin prisa hacia la aurora
para que cuando amanezca tu tristeza sólo sea
un pájaro que se escapa de tus ojos hacia el olvido
y para que entre tus manos repletas de sueños
germine la vida
y se multiplique la esperanza

Domingo Acevedo.






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