Diciembre del 1963
En las montañas lejanas
grises
y frías
de un diciembre remoto
a pesar del tiempo transcurrido
el viento del invierno
aún florecen amapolas
en un bosque
bordado de rizos tiernos
de lluvia y rocío
donde el alba es una cascada
luminosa de colores
horizontalmente líquidos
sobre el claro amanecer del sacrificio
que hizo posible la esperanza
de un nuevo amanecer
en este siglo salpicado de sangre
conmovido por un horario de lágrimas
que se alargan hasta alcanzar
el lívido reflejo de las orquídeas rotas
cuyo dolor conmueve el vuelo
transparente de las mariposas
que brotan eternas de los ojos
de los guerrilleros asesinados
en las frías montañas
de un diciembre amargo
petrificado en el tiempo
repetido pertinazmente
para que el odio no convierta
el dolor en una máscara
donde se esconda el amor necesario
para liberar la patria
Manolo
Manolo vive justo
Junto a las montañas
de las manaclas
allí caído
permanece tendido
como una flor herida
que se resiste a morir
olvidada
A Manolo Tavarez Justo y a los que junto
a él se inmolaron en las escarpadas montañas de nuestro país
Fotos tomadas de la red.