Posición alternativa sobre cambio
climático, de los grupos ecológicos y sociales de
Nos movilizamos junt@s camino
a Río+20
En contra de las falsas
soluciones del capitalismo verde por una agricultura campesina sostenible ¡ya!
¡Justicia climática para el planeta!
Todo lo anterior indica que las
condiciones climáticas son fundamentales en los sistemas insulares,
caracterizados por una gran abundancia de endemismos y una extrema fragilidad,
situación que se empeora al ser objeto de las acciones de explotación
descontroladas de la tecnociencia y la política con fines mercantilistas,
componentes sobre los cuales se sustenta el modo de producción capitalista, con
resultados letales para la vida de los ecosistemas, dañando la coevolución; es
decir, la relación ser humano-naturaleza.
La quema de petróleo, carbón y
gas natural a manos del ser humano, ha causado un aumento
del Dióxido de Carbono (CO2), en la atmósfera, todo lo
cual produce el aumento de la temperatura: se estima que desde hace
unos 150 años, hasta la fecha, ésta ha aumentado
Para garantizar la vida de los
sistemas insulares; es decir, la del ser humano y del medio circundante, hay
que garantizar la permanencia de los ecosistemas en un mundo,
lamentablemente, insostenible para los hábitats de las islas, lo que es igual a
extinción.
Por todo ello, Posición
Alternativa sobre el cambio climático antropogénico tiene claro que asumir la
sostenibilidad significa un imperativo innegociable y no una opción.
A partir de este imperativo de la
sostenibilidad no es posible hablar de protección ambiental, ni de lucha contra
el cambio climático antropogénico, sin plantear la separación de la naturaleza
del mercado; sin denunciar el sobreconsumo y consumo compulsivo, así como
oponerse a la inequidad.
El territorio de
Para los cientos de miles de
víctimas, hombres y mujeres que han perdido las vidas, bienes e identidad por
los efectos del cambio climático antropogénico, no resulta fácil entender la
complejidad y magnitud de la catástrofe.
El Presidente de Tuvalu, un
Estado archipielágico del Pacífico, en varias oportunidades ha pedido a los
países del norte que paren las emisiones de gases. Sus tierras están infértiles
por las inundaciones con agua salada y sus habitantes dependen de costosas
importaciones de alimentos.
Norte y Sur
¡Necesitamos un espacio permanente
de diálogo en todos los organismos mundiales para llamar la atención sobre los
acontecimientos climáticos catastróficos que acontecen en los territorios
insulares!
¡Reclamamos la adopción de
políticas que sustituyan el modelo de producción capitalista por la
sostenibilidad!
En la lucha contra el cambio
climático, los estados insulares, por su indiscutible fragilidad y todos los
países del sur, por su gran vulnerabilidad, deben insistir en que la actividad
tecnocientífica no continúe apoyándose en la destrucción del ecosistema.
Demandarles a los países industrializados
la transferencia de tecnologías de forma horizontal y que asuman como premisa
de toda investigación la implementación de la ciencia con conciencia, que
incluye criterios claros sobre su interacción con el ser humano y los sistemas
ambientales.
Es deber de
El caso omiso a
Para el Norte todo sigue
igual, a excepción de la crisis cíclica del capitalismo que ahora amenaza sus
estilos de vida.
Fue durante
Entre los principios
fundamentales de esa Convención sobre Cambio Climático están: la
responsabilidad histórica de los países industrializados por el cambio
climático que marcaron el retroceso en las negociaciones climáticas de
Copenhague (2009), y Cancún (2010). No hubo motivo para esperar resultados
menos decepcionantes de
También, luego de
Pero, fue también en Río'92,
cuando ya el mundo agrupado empezó a levantar la bandera del "desarrollo
sustentable", pues había posibilidad de convertirlo en un buen negocio. Ese
mismo concepto, complementado en Río+10 con el de "responsabilidad social
corporativa" y subvertido hasta la médula por la simultánea apertura y
desregulación neoliberal y la financiación globalizada de la economía
capitalista hegemónica, provocan hoy estragos en la vida de los pueblos y del
planeta y amenazan con impactos aún peores. Es esta agenda la que se profundiza
a través políticas de ajuste estructural de la llamada "economía
verde".
Justicia climática
Se trata de que
-Los gobiernos de los países
industrializados no logran ponerse de acuerdo ni entre ellos, ni con sus
poblaciones. Cuando le hablan a su gente sobre el cambio climático y sobre los
“sacrificios” que deben asumir para la mitigación, lo hacen con miedo: la clase
política, por temor a ser castigados con el voto y los empresarios para no
perder sus posicionamientos en el mercado.
-Toda esa situación entorpece la
visión común en el largo plazo del futuro del clima. Es imprescindible entender
que el cambio climático es un problema civilizatorio, que involucra
directamente los estilos de vida de las poblaciones de los países
industrializados.
-Desde el 2007, cuando se
acordó el Plan de Acción de Bali, los estados que integran el Sur, altamente
vulnerables, y los territorios insulares, además, muy frágiles, esperan la
reducción de las emisiones de dióxido de carbono para evitar el aumento de la
temperatura media del planeta y reducir los riesgos que amenazan la existencia
de sus territorios. Es decir que amenazan su historia, memoria e identidad.
-Con el descenso del dióxido
de la atmosfera, a una concentración de 350 partes por millón (ppm), se
aminoran las amenazas del cambio climático antropogénico en todo el planeta y,
en el tiempo de la naturaleza, se inicia una disminución del aumento del nivel
del mar que ya comenzó a cubrir los territorios insulares y las líneas de costas
continentales.
- Ninguna de las medidas globales de
mitigación de las causas se han puesto en práctica, solo las que caben en el
mercado, como los MDL y el Comercio Internacional de Emisiones (Mercado de
Carbono).
- A 32 años de la adopción de
- Pese a los esfuerzos de los
organismos mundiales, a las investigaciones que han aportado la evidencia
científica y a los miles de muertos, refugiados y desarraigados no se
vislumbran aún respuestas. Los pueblos y estados del Sur son los que están
invirtiendo sus exiguos recursos económicos en la adaptación a una catástrofe
planetaria de la que solo es responsable, escasamente, del 3 % de las emisiones
históricas causantes de los impactos ambientales.
- La adaptación, planteada
como un acuerdo honorable con los países industrializados para la transferencia
de recursos financieros, tecnologías y creación de capacidades, como
compensación por la responsabilidad que tienen con las emisiones históricas de
GEI, se mecaniza a través de
- Cuando se hable de las
transferencias de recursos se debe tener claro que se trata del pago de la
deuda ambiental con el Sur, en otras palabras: de justicia climática y del pago
de la deuda ambiental, no de ayuda.
Ante esta realidad nos preguntamos:
¿es posible mantener el índice de crecimiento que el desarrollo sostenible
precisa sin modificar profundamente la sociedad? Como podemos ver, la respuesta
es: No, hay que reducir el crecimiento económico y sustituirlo por la noción de
otra cultura de la felicidad, del bienestar, recuperar los valores ancestrales
indígenas y campesinos.
La investigación científica
muestra que los pueblos campesinos e indígenas podrían reducir las emisiones
globales actuales al 75%, incrementar la biodiversidad; recuperar la materia
orgánica del suelo; sustituir la producción industrial de carne por una
producción diversificada a pequeña escala; expandir los mercados locales; parar
la deforestación y hacer un manejo integral de los bosques.
La agricultura campesina no
sólo contribuye positivamente al equilibro del carbono del planeta, sino que
crea también 2,800 millones de puestos de trabajo para hombres y mujeres en
todo el mundo, y es el mejor modo de luchar contra el hambre, la
desnutrición y la crisis alimentaria actual.
Precisamos convertir Río+20 en un
proceso mundial de fuerte movilización. Convocamos a involucrarnos en este
proceso y a movilizarnos en cada lugar camino a Río+20, impulsando campañas e
iniciativas de debate y formación, de ampliación de plataformas de estrategia y
acción conjunta, de coordinación y apoyo solidario entre las luchas concretas y
las demandas aglutinadoras.
Nosotr@s, organizaciones,
redes y movimientos sociales de
Luchamos para que se respete el
derecho de todos los pueblos a tener acceso al agua, alimentos, energía,
tierra, semillas, territorios y medios de vida dignos y para reivindicar los
Derechos de
Enfrentamos la embestida del
capitalismo y su cara reverdecida, incluyendo los mega-eventos, acaparamientos
de tierras, mega-proyectos, mecanismos llamados de desarrollo limpio y otras
tantas siglas y nombres engañosos como REDD, REDD+, biocombustibles.
Exigimos a los gobiernos del
Norte y del Sur el desarrollo e implementación de políticas que nos conduzcan a
la transformación de los modos de producción y de los patrones de consumo.
Así mismo, emplazamos
enérgicamente y una vez más al Consejo Nacional de Medio Ambiente del Gobierno
dominicano, al cumplimiento de los acuerdos establecidos desde su creación.
Llamamos a movilizarnos para
construir
Articulación Campesina
Justicia Climática Rep. Dominicana.
FUNDECOM
Campaña CRECE
¡La vida no se vende, se defiende!
¡Somos los pueblos los acreedores!
¡Globalicemos la lucha, globalicemos
la esperanza!
¡Seguiremos en marcha hasta que tod@s
seamos libres!
¡Por el derecho de los/as
campesinos/as de América, lucha!