lunes, agosto 17, 2015

Por mucho tiempo vivimos en este espacio frente a esta piedra.

Por mucho tiempo viví en este espacio frente a esta piedra.

Por mucho tiempo viví en este espacio frente a esta piedra por donde hay paa una avenida, con el farallon a nuestra espalda, al final del callejón, en principio mas allá de nuestra casa quedaba el monte en donde yo me perdía con mi arco y mi flechas a cazar fantasmas perdidos en el bosque, mitad indígena y mitad guerrero africano, simulaba un viejo centauro buscando por los caminos solitarios del monte las huellas perdidas de su origen.
Muchas veces me contaban los chicos algunas tardes al anochecer sentían tamboras sonando en la cueva de pluma el papá de Laurino y Josecito  y me imaginaban danzando en la oscuridad, pero que cuando llegaban no había nadie y se iban decpcionados.
Hasta que un día vinieron y nos dijeron   que por donde vivíamos pasaba una avenida la prolongación José Contreras o Cayetano Germosén  y tuvimos que organizarnos para que por lo menos nos  dieran una casa cerca de donde vivíamos,  por un poco lo conseguimos, hasta que el padre que coordinaba el movimiento se vendió al gobierno, nos traicionó y aunque no destruyó del todo el movimiento lo debilitó y no pudimos conseguir los apartamentos que nos correspondían el km 10 y medio  de la avenida Independencia.
Seguimos la lucha y conseguimos casas para todos los propietarios en diferentes lugares de la capital en los Mameyes, los alcarrizos y Sabana  Perdida y solares para los inquilinos, de eso hace más de veinte años, ya eso es historia, pero es bueno recordar a los que nos apoyaron en esa lucha a Doña Pura, a minerva, a las Mujeres en Lucha por la Vida, a feliz, Fausto, a Copadeba, y a otras muchas personas que creyeron en nosotros y se mantuvieron firmes.


Domingo Acevedo.






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