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miércoles, mayo 16, 2012
El programa aulas pacificas de la Barrick Gold.y el señor Roberto Cavada.
Señor cavada o señor noticia como lo llaman, el programa aulas pacificas no es más que otro chantaje de la Barrick Gold, detrás del cual esconde la contaminación que está destruyendo a esa importante región agrícola, que es Cotui. 
martes, mayo 15, 2012
NUESTRO PESAR POR LA MUERTE DE CARLOS FUENTES.
VA NUESTRO PESAR POR LA MUERTE DE CARLOS FUENTES.
Juicio Contra la Minera Canadiense Barrick Gold Corporation jueves 31/05/2012
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Domingo Abréu Collado
809 383 4078
lunes, mayo 14, 2012
A LOS QUE EN PALESTINA LUCHAN POR SU LIBERTAD, NO DESMAYEN.
VA MI RECONOCIMIENTO  A LOS QUE EN PALESTINA LUCHAN Y MUEREN COTIDIANAMENTE POR SU DERECHO A EXISTIR COMO NACIÓN, SE QUE TANTOS MUERTOS , QUE TANTA SANGRE DERRAMADA NO HA SIDO NI SERA EN VANO, UN DÍA ESPERO NO MUY LEJANO, PUEDAN ALCANZAR EL SUEÑO DE LA LIBERTAD.
NO AL ATENTADO DE LA JUNTA CENTRAL ELECTORAL CONTRA LAS REDES SOCIALES
NO AL ATENTADO DE LA JUNTA CENTRAL ELECTORAL CONTRA LAS REDES SOCIALES, ES INACEPTABLE QUE SE LES HAYA OCURRIDO BLOQUEAR LAS REDES SOCIALES  DURANTE EL PROCESO ELECTORAL, ESAS DECISIONES PARECEN TRUJILLISTAS.
domingo, mayo 13, 2012
En África los que luchan por la vida
En África los que luchan por la vida parecen que han sido derrotados, en ese país el horror parece no tener fin.
sábado, mayo 12, 2012
MEMORIA DEL VIENTO.
JUNTO AL CAMINO REAL 
Nací en la Esperilla  junto al
camino real en una casita de yagua con piso de tierra 
bajo el cielo parpadeante de
un amanecer salpicado por el rocío del otoño 
impregnado por el olor
reciente y vegetal de los hornos que ardían a fuego lento 
más allá de los límites de la
aurora
fueron las manos luminosas de
Belén  
las que con asombro me
sacaron del vientre tibio y florecido de mi madre
las que lavaron mi piel
recién hecha
las que me vistieron de
ternura 
y me depositaron junto a la hoguera
anaranjada del amanecer 
para que el frío de los
inviernos remotos no salpicaran de escarcha mi alma 
para que mi piel siempre
tibia no se derritiera en las noches 
dejando un rastro invisible
de mariposas muertas en la dermis arrugada del tiempo 
LOS DIAS FELICES 
De
los días felices 
recuerdo
el amor de mi madre por las flores que ella  sembró junto al sendero  
que
del camino real a la casa lleva por siempre a la primavera 
que
florece eterna entre sus manos 
recuerdo
que detrás de la casa  había una mata
inmensa de trinitaria 
que
se entremezclaba con una de capá
sus
flores siempre intentaron tocar con sus dedos el sol 
rosas
azules también florecían 
y
cayenas de mil colores 
recuerdo
que en abril  los caminos se iluminaban de
mariposas entre mis ojos 
que
competían con la belleza salvaje de las flores silvestres
y
todo el monte llenaba la inmensidad de mi alma de un verde profundo y dulce 
lirios
y azucenas también crecían junto al sendero zigzagueante 
que
se perdía más allá de las sombras tenues 
de los atardeceres 
repetidos
pertinazmente días tras días 
hasta
convertirse  en una hermosa rutina de
viento y de pájaros
la
casa de los sueños aún permanece intacta con su olor a ruda y albahaca  
flotando
en el ambiente mágico de las botellas decoradas con papeles de fantasía
donde
las velas encendidas todavía iluminan los sueños truncos de nuestros abuelos 
vencidos
por la nostalgia de una gloria ya perdida
y
en las noches eternas de nuestra agonía 
las
fogatas milenarias 
el
café 
el
jengibre 
el
eco  lejano de los tambores de nuestros
ritos ancestrales
y
en mi memoria guardo los residuos fúnebres de los cánticos ceremoniales 
que
dejaron en mi alma huellas profundas 
y
una lágrima congelada en la orbita triste de mis ojos 
TRAMPA
ANCESTRAL 
Recuerdo
a la abuela Mamá tita
mariposas
de todas las tardes  
que
volaba plácida al cielo 
para
ser la estrella más brillante de 
nuestras noches de fiestas 
la
que guiaba nuestros pasos  por los
caminos de la esperanza
hacia
la alegría de compartir la vida y los sueños 
en
la tierra que conquistaron con su amor nuestros abuelos  
donde
la primavera entre sus manos 
fue
junto al camino real una flor 
la
más hermosa
la
que cautivó con su esplendor 
a
los viajeros que a travesaban nuestras tierras 
hacia
la ciudad la ciudad que resplandecía mas allá de la alborada
donde
las mujeres alegres y lujuriosas 
se
entregaban al placer intimo del amor 
con
los viajeros que podían comprar 
con
monedas de oro sus afectos 
la
recuerdo 
porque
todavía permanece sentada junto a la hoguera 
contándonos
las hazañas de los días 
en
que los hombres lucharon contra el tiempo 
para
hacer  eterna la esperanza en nuestros
corazones 
para
que la tristeza nunca nos enturbiara el alma 
de
una melancolía  de antes 
ya
que su dulce encanto no era más que una trampa ancestral 
que
debíamos obviar sí queríamos ser felices 
recuerdo
que en el fondo transparente de sus ojos 
las
estrellas siempre iluminaron los caminos solitarios 
de
los inviernos más crudos del trópico 
en
que nuestras huellas bajo la llovizna helada 
no
iban a ninguna parte 
circulares
en el tiempo regresaban junto a la hoguera 
donde
las noches pegajosas y turbias 
se
derretían lentamente hasta ser una gota de rocío 
en
el amanecer
LOS ALAMBRES DE SU IRA
Yo
apenas tenía dos años 
cuando
por primera vez llegó a nuestra tierra el 
hombres blanco
destruyendo
con su furia  nuestras casas y nuestros
conucos 
echándonos
de ella  
y para
que no regresáramos  a al tierra de
nuestros amores 
con
 los alambres de su ira  cercaron los días
atrás
dejábamos toda nuestra alegría dispersa sobre la tierra rota
pájaros
árboles
muertos  
nuestra
impotencia 
negros
que ríen y lloran 
negros
que cantan y aman 
negros
que siembran y cosechan 
dejen
la tierra que el jefe la quiere
váyanse
con sus ritos a otro lado 
negros
que
el jefe quiere la tierra 
y nos
dispersamos en el viento 
nos
fuimos por rumbos distintos 
a
poblar tierras lejanas 
habitamos
nosotros cerca del corazón del abuelo Ismael 
junto
al farallón construyó mi padre nuestra casa
con
pedazos de cartones y madera techó nuestras esperanzas
con
zinc viejo cobijó nuestros sueños 
después
que establecimos residencia bajo las constelaciones del sur 
el
hambre como un cuchillo en la garganta 
nos
hería el estomago
y mi
madre angustiada subía conmigo a la Esperilla 
a
escarbar en los conucos arrasados 
buscando
rabizas de yuca y batata para darnos de comer 
de
repente viejo 
aquel
buen samaritano que multiplicaba los panes 
y
mitigaba con su amor el hambre 
sus
hijas que compartían con nosotros la 
ternura
y
me acurrucaban en sus pechos tibios 
para
que la lluvia de los días interminables  de
mayo
no
mordiera con sus dientes de plata mi piel 
recién hecha 
ellas
sembraron en los surcos de mi memoria la esperanza
para
que no sucumbiéramos a la realidad de la ausencia 
por
que ellas sabían que en la distancia 
la
soledad habitaba en los resquicios del tiempo 
y
el hambre acechaba agazapada entre las ruinas 
de
los días ensangrentados de una era marcada por el horror
y
como nos decía la tía Amantina
carajo
parece que en este país no hay un lugar 
donde
los pobres puedan vivir en paz
partimos
nuevamente hacia otras tierras 
dejábamos
detrás de nosotros un rastro triste 
de
adioses congelados entre los ojos del viento 
y habitamos
muy cerca del mar Caribe 
junto
a Manresa 
allí
se forjaron los primeros años de mi infancia 
salpicada
por el hambre y el rumor de las olas 
que
inundaban mi alma de caracoles y arena 
de
viento y salitre 
recuerdo
la primera vez que mi padre me llevó a ver el mar 
no
pude resistir la tentación del miedo 
ante
la majestuosa densidad azul del mar 
recuerdo
como las olas chocaban contra los acantilados de mis ojos 
rompiéndose
en pequeños pedazos de cristales líquido 
que
contra el sol del amanecer tropical 
formaban
pequeños arco iris que se repetían una y otra vez 
hasta
que el sol se derretía tras las montañas 
o
el mar se volvía dócil en el indetenible carrusel del tiempo 
el
recuerdo de esos días junto al mar 
es
una hoguera imperecedera que en mi memoria marca 
la
senda celular y remota de nuestro origen 
sus
huellas  invisibles van dejando el  rastro amargo 
de
nuestros pasos por la historia de este continente 
a
donde fuimos traídos sin querer 
y
en esta isla Sebastián  Lemba con su vida
nos
legó un lugar donde vivir con dignidad 
recuerdo
que mi padre salía  a lomo de Julia 
cuando
el sol 
cual
faro en el horizonte empezaba a salpicar de mariposas
el
camino del rocío hacia la ciudad de más allá de la alborada 
a
donde él iba a buscar donde echar un día para ganarse unos centavos
y
traernos de comer 
en
la casa 
con
los estómagos amarrados 
boquiabiertos
nosotros
esperábamos con ansiedad su regreso 
en
la tarde nos sentábamos en el frente de la casa 
con la mirada perdida 
en
la verdeazul sinuosidad del camino 
esperando
verlo llegar al trotecito apacible de Julia 
a
veces llegaba desesperado con las manos vacías 
impotente
y
nos abrazaba a todos con ternura 
como
queriendo espantar con su amor el fantasma del hambre
que
con el paso de los días se agigantaba más y más
triturando
entre sus fauces nuestros sueños de ser felices 
el
recuerdo de esos días de pena  lo guardo
en mi alma 
como
evidencia del horror 
los
fogones apagados bajo el cielo de las noches oceánicas
con
sus lunas y sus estrellas titiritando sobre el mar Caribe
el
amor de mis padres  y mis hermanos 
la
solidaridad de la tía Juanita
el
hombre que un día despechado 
echó
gasolina sobre su cuerpo y se pegó fuego 
los
marineros de todas las mañanas impecables y lívidos 
en
grandes camiones rutinarios y veloces 
y
sobre todo el recuerdo de león y julia 
sus
huellas en mi memoria se van perdiendo entre las brumas y el tiempo 
donde
a veces busco mi alegría removiendo los escombros del olvido 
y
sólo encuentro lágrimas congeladas 
entre
las cenizas de los años calcinados por el fuego de nuestro dolor 
UNA
TARDE CUALQUIERA
Es
una tarde cualquiera 
el
mar asoma por entre las ramas de los árboles 
Julia
pace plácidamente  
León
corretea alegremente  por el patio 
hoy
papá llegó temprano y trajo de comer
mamá
en la cocina prepara la comida 
arroz
habichuelas
y
pescados con coco 
por
el camino de la tarde mi padre se aleja hacia el mar 
león
corre tras él 
Julia
lo mira y rebuzna 
él
voltea el rostro y nos arropa a todos con su mirada azul triste
y
continua su viaje hacia el mar 
con
la compañía de León nuestro perro bravo y fiel 
va
a visitar a los viejos pescadores nocturnos 
sus
amigos de toda la vida 
que
todas las noches en sus pequeñas embarcaciones 
toman la ruta del mar
para
regresar todas las mañanas repletos de pescados que venden para vivir
la
tarde efímera va dejando en el alma el canto alegre de los pájaros 
y
un  dulce olor a flores silvestres   
el
lucero anuncia noche 
mi
padre salpicado de salitre y estrellas regresa 
sus
huellas del mar a la casa son eternas
el
camino conoce sus pasos 
ya
no es tan necesaria la prisa 
es
hora de comer 
junto
al mar las noches son infinitas y hermosas 
el
canto de los grillos 
el
rumor de las olas 
el
cielo estrellado
aquí
todo el universo queda resumido en un suspiro 
LA MUERTE DEL CHIVO 
Después
de la muerte del chivo volvimos a vivir 
a las Esperilla 
construimos
sobre las cenizas de la tierra arrasada nuestros sueños 
atrás
dejamos toda la nostalgia del mar 
el
fuego de los atardeceres consumiéndose en sus aguas azules 
olvidamos
el martirio de la soledad y el hambre  
con
nuestras manos hicimos posible que la primavera 
floreciera
nuevamente
volviendo  a ser felices en nuestra vieja sociedad
conuquera 
donde
el trueque era una cotidiana actividad comercial 
y
la abuela mamá tita y el tío Juan regían el destino 
de
todas las cosas 
éramos
una  familia y dos apellidos 
Acevedo
y Paniagua
y
nuestra historia  estaba íntimamente
ligada a la Esperilla
la
tierra que tanto amaron nuestros abuelos 
porqué
según la abuela Mamá tita en ella había nacido 
la
abuela de la abuela de su abuela 
así
resumía ella el tiempo 
y
tal vez por eso en las tardes legendarias por el camino real 
veíamos
pasar en grandes caballos blancos 
los
espíritus de de nuestros antepasados diciéndonos adiós 
con
sus manos pálidas de muertos
ellos
siempre lucharon contra el tiempo
pero
ignoraban que su peor enemigo no era el tiempo 
sino
el olvido
EL
REGRESO 
El
regreso fue feliz 
desenterramos
nuestros sueños petrificados debajo de la tierra  
con
nuestra alegría poblamos  los espacios de
la ausencia 
y
volvimos a correr por los caminos interminables del botao 
a
buscar mangos y aguacates en el fundo de la abuela 
a
levantarnos tempranito a  buscar la leche
donde el tío Juan de la Rosa
a
buscar agua al hotel el embajador 
volvimos
a caminar por los senderos de los sueños 
con
el alma salpicada lunas  y  estrellas 
recuerdo
las mañanitas frías
las
horas memorables del rocío
nuestros
viajes interminables hacia los amaneceres rosas de abril 
las
mariposas amarillas
el
olor de las guayabas
mayo
que tejía con hilos de plata los colores de la primavera
con
diciembre llegaba la época del amor y la nostalgia 
yo
siempre me dejaba vencer por la melancolía 
de
esos  días efímeros 
las
flores de pascua 
el
viento del norte que nos endulzándonos el alma 
con
la tristeza de un siglo enlutado por las guerras y el odio 
mientras
que en el cielo placido del invierno
 la luna llena
compañera
de mis noches alegres 
el
día de reyes 
el
ritual 
la
hierba de guinea
el
baso de agua 
la
meta verde
el
cigarrillo crema 
el
papelito
el
desvelo 
al
otro día la decepción 
los
reyes no pudieron entrar 
León
asustó a los camellos con sus ladridos y siguieron de largo  
nos
quedaba la tristeza de no entender por que no teníamos
un
juguete como los demás niños 
tampoco
comprendíamos la muda tristeza de nuestros padres 
que
desesperados nos decían 
no
se apuren que la vieja Belén pasará 
con
algún juguete de lástima para ustedes 
todo
parece tan absurdo después de tanto tiempo 
la
carretera de caliche 
el
hotel Embajador 
Borronoso
el
campo de golf
los
transformadores 
la
escuela 
el
viejo maestros 
que
cuando Andrés Longo se emborrachaba lo hacia huir 
y
tenía que dormir en el monte 
doña
Erica la esposa del embajador de Alemania en el país
las
monjitas de siempre
sor
Refugio 
sor
Milagros 
sor
Inés  
siempre
tiernas y cariñosas
Minó
Pepe
el loco 
Cohete
los
Dendenes dueños de las madrugadas y el rocío
el
play a donde íbamos a tirar piedras a la luna
Popó
Candela
Damiana
la Patana
Mandinga
la
vieja Tiesa
Caquín
el zapatero plebe  remendón y borrachón
Juan
caco de yuca
Guaroita
Juan
Barriga 
Zira
la mamá de Fafa Taveras  
Ulises
que alguna vez nos paseó a todos en su vieja motoneta
por
las calles de fantasía de la ciudad alegre de más allá de la alborada
mi
padrino Higueyano 
Chenchita
el
tío Gugú
María
de los Angeles
Josefita
escondida siempre tras un disfraz varonil 
el
tío Vallejo solitario y tierno 
vagando
por la tierra que lo olvida
con
su saco llenos de sueños tocando puertas 
que
hace siglos la vida le cerró para siempre 
la
tía Eufemia 
Isidro
el caballo 
Enrique
Julio  
Guancho
Silvio
el hijo de Minta
el
tío Rafael 
Pichao
todos
se dejaron vencer por el tiempo 
ahora
nosotros luchamos contra el olvido 
para
que no nos venza la nostalgia 
NUESTRA
INFANCIA 
Nuestra
infancia transcurrió
entre
los conucos y los pastos lejanos 
arreando
vacas hacia los potreros 
de
las lejanas regiones del rocío 
maroteando
en los montes interminables 
de
nuestros sueños 
corriendo
por los caminos sin fin 
hacia
el olvido 
buscando
entre las flores las huellas ancestrales 
de
nuestros abuelos que escaparon hacia los manieles 
huyendo
de la crueldad de la esclavitud
todavía
conservo en mi alma el olor de los potreros 
el
recuerdo lejano 
de
los amaneceres esplendorosos de la primavera
el
canto de los pájaros
el
perfume de las flores 
y
el húmedo y cristalino destellos del rocío
los
conucos 
el
maíz
sus
espigas doradas 
símbolo
de nuestros días de esplendor 
evidencia
de que el hambre había quedado atrás
enterrada
entre las cenizas de las noches  festivas
en
que alrededor de la hoguera 
bailábamos
al compás rítmico de los tambores
la
danza de la buena cosecha 
hasta
que los rayos del sol en el horizonte 
anunciaban
que un nuevo día comenzaba
y
todos nos íbamos felices de haber compartido 
en
una danza la alegría y los sueños de vivir unidos 
por
el lazo fraterno del amor a la tierra  
LAS
PUERTAS DEL TIEMPO 
Abriré
las puertas del tiempo esas que dan al olvido 
para
volver a tu lado
para
compartir tu alegría infantil 
para
no ser parte de tus recuerdos 
sino
ser parte de tu presente 
abriré
las puertas del tiempo esas que dan al pasado 
a
los días más felices de nuestra niñez
en
donde nos amamos a escondida 
entre
los escombros de los días del otoño 
y
aunque el tiempo se ha ido 
todavía
te imagino corriendo 
por
el sendero de flores silvestres hacia mis brazos 
a
donde ibas a enterrar en mi pecho la ternura 
para
que en mi corazón floreciera el amor 
sabes
aún
las tardes  huelen a ti 
y
en otoño cuando el sol en el horizonte 
salpica
de colores mi alma 
te
imagino colgada a mi cuello pidiéndome a gritos 
que
te pinte la piel 
con
los colores recientes y efímeros del crepúsculo
recuerdo
que desesperado ahogaba a besos tus gritos 
mientras
la tarde se desvanecía en la distancia  
dejando
tras de sí 
un
rastro luminoso de pájaros dormidos en tu piel 
MAYO
Recuerdo
los días inmensos de mayo 
fatigados
bajo la lluvia incesante
en
mayo la lluvia parecía eterna 
el
sonido de los truenos y la luz cegadora y fugaz 
de
los relámpagos nos ensombrecían el alma de temor
mi
madre hacia una cruz inmensa de cenizas en el patio
que
nos protegía de amenaza milenaria de los rayos 
mayo
aun corre por mis venas 
llenando
mi alma de una oscura nostalgia 
que
tritura mis huesos de cal y arena 
enterrados
en una primavera que el olvido marchita 
mi
niñez aun corre desnuda a través de la lluvia 
que
hace florecer en mi pensamiento
los
recuerdos muertos de los días amargos de mi infancia 
DESPUES
DE LA LLUVIA 
Después
de la lluvia de mayo 
el
monte nos llenaba el alma con su dulce aroma 
a
pintura fresca y vegetal 
por
el camino resbaladizo de los sueños 
las
tardes húmedas y tristes se escapan  
dejando
tras de sí un rastro perfumado y líquido 
de
sombras y estrellas 
un
adiós desesperado  de soles amarillos y
pájaros fugaces
en
la piel desnuda del tiempo 
MEMORIAS
DEL VIENTO 
De
los días lluviosos de mayo
 recuerdo a los huéspedes secretos que
desesperados tocaban 
las
puertas que el tiempo  había cerrado para
siempre
para
que no se escaparan los sueños que entre las cenizas 
de
tanta sangre derramada guardábamos en el alma
como
evidencia de que en América a pesar del horror 
África
palpita en nuestros corazones 
cuando
en las noches de luna llena el sonido de las tamboras 
nos
junta alrededor de la hoguera en una danza milenaria y sensual 
mientras
en una esquina del tiempo los abuelos juntan estrellas entre sus ojos 
y
cuentan al viento las hazañas de las guerras antiguas 
que
ellos libraron contra el hombre blanco 
para
que el viento las guarde en su memoria como testimonio al heroísmo 
de
los negros cimarrones que en los manieles 
hicieron
posible la esperanza de una raza por sobrevivir 
al
horror de la esclavitud
LAS
TARDES DE SEPTIEMBRE
Recuerdo
las tardes llenas de relámpagos lívidos y silenciosos
lejanos
después de la lluvia 
dulces
y tristes tardes de septiembre y tormentas 
allá
en aquel tiempo la tierra nos hizo esclavo de su ternura 
y
enterramos en ella nuestras esperanzas 
para
que la primavera floreciera eterna en nuestros corazones
recuerdo
las noches más limpias de luna llena
redonda
y clara junto a la hoguera 
cuando
amaneciera mañana 
la
noche será un recuerdo de neblina y rocío 
entre
mis ojos trasnochados de llevar a cuesta 
esta
luna amanecida entre mis parpados 
recuerdo
las mañanas llenas de mariposas y flores
ay
primavera 
dulce
encanto de colores y chichiguas perfumadas y distantes
perdidas
en nuestros sueños infantiles 
LA
LLUVIA
Esta
lluvia repentina y breve nos hace pensar 
en
el otoño tropical que se acerca
EL
VIENTO DEL NORTE 
Amo
profundamente el olor a hierba fresca 
que
después de las lluvias prolongadas 
de
los primeros días de diciembre
el
viento del norte arrastra más allá  
de
los límites temporales del monte 
perfumándonos
el alma 
con
el olor de las flores de la navidad 
EL
ENCANTO DE LA NAVIDAD 
Recuerdo
las tardes lívidas de diciembre 
reflejadas
en una llovizna pertinaz y leve 
de
un mes que recién estrenaba su vestido de agua y arco iris 
ya
para entonces los días habían perdidos  
la
esplendorosa luminosidad del otoño tropical 
para
sumergirse el la bruma de una melancolía 
que
nos humedecía el alma  de una vieja
ternura 
cuya
reminiscencia de pájaros atravesaba nuestros ojos  
hacia
un amarillos horizonte crepuscular y eterno 
como
los recuerdos ancestrales de nuestros abuelos 
diciembre
siempre nos envolvía en su magia 
en
su azul encanto de mariposas lluvias y flores 
en
la dulzura de sus noches que olían a uvas maduras 
golosinas
extranjeras y manzanas 
noches
esas llenas del olor trepidante de la pólvora quemada 
y
del destello súbito de los petardos al estallar 
y
de detrás del olvido regresábamos nosotros todas las navidades
a
cambiar nuestra tristeza  por alegría y
nuestro odio  por amor 
es
el encanto de la navidad que a pesar de la lluvia de diciembre 
iluminaba
nuestro camino con su luz celestial 
FELIPE
Y PIMPA
Felipe
y Pimpa  llegaron a la esperilla como de
un largo viaje 
cuando
el camino como un cristal de soles florecidos 
se
perdía en el horizonte 
donde
los duendes fabricaban colores 
con
los que pintan en mis pupilas los crepúsculos de rutina
no
recuerdo si era mañana o tarde sólo recuerdo 
que
llegaron con tantas mariposas en el corazón 
que
florecían entre sus dedos las estrellas 
todo
su equipaje era la nada 
todos
sus sueños era la tierra
llegaron
desamparados sin mas cobija que el cielo 
desnudos
como el rocío 
cargando
sobre sus hombros todo el peso de su destino 
escapaban
de un tiempo tan amargo y antiguo 
que
doblegaba los sentidos llenando la memoria de cruces 
junto
al camino que se pierde entre los siglos 
por
eso al verlo la abuela Mamá Tita  
tristes
y desamparados en su regazo le dio abrigo
y
con tablas de palma y yagua 
bajo
el sol les construyó un tibio bohío 
LA
TIA JUANITA
La
abuela mamá Tita y la tía Juanita 
fueron
compañeras inseparables 
en
sus viajes por los caminos polvorientos 
de
los conucos y las carboneras hacia la utopía
donde
forjaron sudorosas sus sueños 
e
hicieron realidad la fantasía de ser felices 
en
su mundo residual de flores  pájaros
lagartos 
y
hermosos atardeceres 
ellas
ignoraban que un monstruo avanzaba 
lenta
y silenciosamente hacia nuestras tierras 
devorando
entre sus fauces 
todo
lo que encontraba a su paso
ignoraban
que un día la modernidad llegaría hasta las puertas 
de
nuestros sueños 
y
arruinarían para siempre nuestras vidas 
CATO
A
cató la guardo en mi corazón 
todavía
la imagino en las mañanas distantes y grises
junto
a los fogones encendidos haciendo café como siempre 
fabricando
arepas de sueños y conconetes de ternura 
no
olvido la expresión de sus ojos 
siempre
llenos de flores azules y mariposas amarillas
creando
el alba de mi infancia
en
que yo iba hacia su casa 
sembrando
por todo el camino mis sueños 
iba
feliz a buscar la leche donde el tío Juan de la Rosa 
quien
la acompañaba en la senda de los sueños y el amor 
recuerdo
cuando yo entraba a la cocina 
con
mi traje de neblina y rocío 
y
la encontraba intacta entre el fuego de los fogones 
y
las flores del crepúsculo 
fabricando
con sus manos colores con que se visten los amaneceres 
en
el horizonte lejano de nuestra utopía 
y
le decía madrinita madrinita 
y
ella me respondía mi ahijaito mi 
ahijaito 
y
me daba un poco de café pata ahuyentar los duendes del frío 
entonces
me iba al potrero donde el tío Juan 
junto
a chobolo guancho y mañé ordeñaba las vacas
de regreso a casa el recuerdo de Cató aun pone alas a
mis pies 
BAJO LOS TAMARINDOS 
Junto al camino trasnochado del agua
más allá del horizonte y las estrellas 
bajo los tamarindos florecidos de esmeraldas y lunas
junto a Ramonita 
vivía doña Lola 
fabricando con sus manos rosas 
para vestir de ternura la aurora
para que las aves que habitaban en su voz 
pudieran todas las tardes 
encontrar el camino de regreso a sus nidos 
EL CAMINO DEL AGUA 
Era largo y escarpado el camino del agua 
hasta el hotel Embajador 
teníamos que levantarnos oscurito todos los días 
para poder dar dos o tres viajes 
ya para entonces habíamos cambiado las calabazas 
por latas vacías de aceite de maní el manicero 
íbamos en grupos dos o tres familias el fila india 
uno tras otros con nuestra rutina de estrellas y rocío
con el alma apretada por la neblina y el frío 
para cuando amaneciera debíamos tener agua suficiente
para beber lavar y cocinar  
LA TIA AURORA
Cuando empezaba a caer la tarde la tía Aurora 
solía sentarse junto a la puerta de su casa que daba
la camino real 
su mirada anochecida se llenaba del rumor de los
pájaros fugaces 
y el vuelo de las mariposas que salpicaban el broque
de colores 
que parecían navegar en un océano espectral de
girasoles 
espigados contra la bruma del ocaso 
su mirada se perdía más allá de los límites
transitorios de las tardes 
prisionera del tiempo nunca la ví sonreír
su tristeza insular había marcado su vida con la
angustia residual 
de la impotencia de ver morir irremediablemente la
primavera 
sin que sus manos pudieran hacer nada por salvar las
flores 
de la furia de los tractores que a su paso por
nuestras tierras 
lo arruinaban todo 
allí en un rincón de la tarde ella permanecía largo tiempo
con su cachimbo de barro antiguo entre sus labios 
fumando 
mirando hacia atrás 
hacia el olvido
 tratando de
encontrar una salida en el tiempo 
a lo que ella sabía 
inevitable 
pero caramba 
esta vida de pobre siempre ha sido una falsa
decía
y su tristeza se fue haciendo grande 
y con sus manos fabricaba adioses de nostalgia 
que guardaba en un rincón de su corazón
de su corazón que a ratos  se cansaba y por momento dejaba de latir 
y ella sentía sofocada el alma de una ansiedad de
muerte 
que ya no le asustaba tanto porque más allá de la vida
otra primavera llenaría sus ojos de  una paz de lunas y flores 
perfumadas sin prisa en las noches tibias de las
añoranzas
ella ya no temía a la muerte todo lo contrario hacía
tiempo 
que se había detenido a esperar la llegada de la hora
suprema 
de dejar siempre este mundo del carajo 
sin embargo se entristecía cuando miraba el camino 
que llevaba sin prisa al cementerio 
a aquel lugar de misterios y sombras 
donde algunas flores exhaustas por el tiempo 
crecen descuidadas y tristes junto al mármol y las
cruces 
que marcan severas la ultima morada de os seres
humanos
la tía Aurora nació y envejeció con el siglo 
y danzó con él la danza amarga del hambre en noches
calientes 
bajo el asombro suspicaz del arcturus 
el siglo la marcó con su trauma de sangre y miseria 
incrementando en ella la tristeza celular de los de su
raza
y sus huellas de agua 
se alejan lentamente 
hacia donde la tarde no es más que un espejismo
horizontal 
de luces y colores donde a pesar del tiempo 
ella permanece intacta como un efigie faraónica
esculpida en oro viejo 
eterna y sencilla como una flor silvestre inadvertida
en medio del monte 
LAS COSAS MÁS SENCILLAS 
Esta noche hemos tomado el camino hacia Borronoso
allá la tía Eufemia siempre nos espera con los brazos
abiertos 
Pipí nos contará un cuento y seremos felices 
contaremos las estrellas 
y nos sentaremos junto a la hoguera
hablaremos como siempre de las cosas mas sencillas 
tomaremos café y volveremos a casa 
con la seguridad que en Borronoso  
la tía Eufemia siempre nos esperará con los brazos
abiertos 
MAS ALLA DE LOS ALMACIGOS 
Más allá de los almácigos donde todavía florecen 
en nuestra memoria los flamboyanes 
en la frontera imaginaria de la primavera y el verano 
junio nos enturbia la piel de mariposas amarillas 
y soles tibios 
de tardes lívidas 
en la ruta perfumada hacia las noches 
a donde vamos a construir una escalera de sueños 
para alcanzar las estrellas más lejanas 
para hacer con ellas un collar celeste 
para guardarlo como evidencia de que nosotros 
todas las noches llegamos sin agonía 
a la cúspide más lejana y fría del universo
DIEGO EL HIJO DE TAINA
Diego y Canina  llegaban por la mañanita a casa 
todavía con el olor del rocío en la piel
y  en la mirada
el fulgor plateado de las últimas estrellas 
que aun permanecían intactas  
en el cielo anaranjado del amanecer 
trazando el camino perdido de la noche 
que agonizaba despacio entre la maleza 
y los árboles 
lejanos 
dejando tras de sí un rastro sonoro de pájaros fugaces
y mariposas encantadas en la memoria del tiempo
ellos siempre nos encontraban en la cocina 
calentándonos junto a los fogones encendidos 
tratando de ahuyentar a los duendes del frío 
que nos mordían la piel con sus huecos y afilados
dientes de plata
siempre nos traían algún recuerdo de nostalgia entre
sus manos 
y tenían la mágica virtud  de calentarnos la piel con tan sólo mirarnos
y nosotros desentumecidos y felices los llevábamos de
las manos
por el sendero de flores eternas hasta el camino real 
por donde después de beberse una taza de café caliente
seguían su camino hacia los conucos lejanos 
donde el tiempo se había detenido 
para que la primavera floreciera por siempre 
más allá de la fantasía alucinante de nuestros sueños 
que era la materia prima con la que fabricábamos los recuerdos
 
JUNTO AL CAMINO 
Ya junto al camino no hay tope tope 
ni huellas fugaces de niños desnudos tras al aurora
ni lirios 
no 
ya junto al camino no están las hogueras  
que encendieron los abuelos 
para que iluminaran las noches secretas 
de nuestra huida hacia los manieles 
en donde ellos hicieron de la libertad 
un canto de amor y esperanza
LA RUTA SECRETA
Todavía mis pasos marcan la ruta secreta del alba
tratando de encontrar entre la niebla del olvido 
el origen más lejano de mi estirpe
LAS ESRELLAS Y EL ROCIO 
Después de tanto tiempo sólo nos queda 
la tristeza de las estrellas y el rocío 
el enorme vacío del fuego 
y la sed insaciable del agua 
MARIPOSAS IMPERIALES 
Siempre fuimos tras las huellas invisibles de las
mariposas imperiales 
sus colores nos envanecieron tanto 
que no nos dimos cuenta de que nos moríamos de pena 
ahogados en las lágrimas absurdas de nuestro propio
dolor  
POR EL CAMINO DE FLORES
Por el camino de la primavera viene bajando mi madre 
con un paquete de leña sobre su cabeza
viene de las tierras bajas del norte 
son los días finales de abril 
entristecidos por una brisa gris  y fría de presagios
lejanos relámpagos en el horizonte 
anuncian la presencia inverosímil y distante de mayo 
que se acerca lentamente 
amenazando con aplastar los días bajo la lluvia
por eso mi madre no cesa en afán de buscar leña  
para que el fuego de los fogones 
a pesar de la lluvia que no da tregua no se apague
nunca
para cuando mayo llegue habrá en la cocina leña
suficiente 
para un siglo 
de lluvia 
y mi madre desde la ventana feliz mirará
como en estos días prolongados y húmedos 
el cielo a lo lejos se desvanece entre sus ojos 
LA TIA GRANDE
Por el camino hacia la casa de Celia la tía grande 
ya no hay apasote 
ni azucenas 
ni arco iris luminosos y distantes 
más allá de las tardes lluviosas de los inviernos más
grises 
de nuestra tierra tropical 
en que la lluvia generosa atravesaba el tiempo 
y nos envolvía en su vieja ternura 
que nos empujaba hacia la tibia dulzura de los fogones
encendidos 
que en esos días prolongados y fríos nos calentaban el
alma 
LUNA LLENA
Por el camino la tarde es eterna 
su olor a flores lo llevamos dentro del alma 
y en nuestros pensamientos 
todavía florecen lirios y azucenas 
yen el bosque de yagrumo las noches de luna llena 
son una lumínica fantasía de plata
LOS FLAMBOYANES 
Allá lejos 
recónditos en los recuerdos imborrables de mi infancia
perviven memorables los flamboyanes florecidos 
como una evidencia de que el trópico la primavera es
eterna 
PAJAROS MARINOS
Yo siempre miraba al sur 
y presentía más allá de los farallones 
al mar que suspiraba lejano entre los árboles
y sentía naufragar entre mis ojos remotos pájaros
marino   
que sobrevivieron a la inmensa y fría de los
glaciales  
y que venían a salpicar de peces y caracoles 
la lejanía horizontal de mi alma 
DOMINGOTA 
Con las primera sombras de la noche 
Domingota se perfumaba el alma con agua de colonia
extrajera 
para que en su piel la primavera oliera a las flores
más exóticas del bosque 
LOS CAMINOS DE ANTES 
Los caminos de antes eran eternos 
y se perdían infinitos entre la magia de los recuerdos
y la lejanía azul gris de los límites temporales del
monte 
por ellos se perdieron mis  pasos 
en las remotas soledades del tiempo
en un viaje interminable hacia la utopía 
tratando de rescatar del olvido los sueños de los
abuelos 
perdidos entre las cenizas aun caliente de las tardes
milenarias 
que ardieron bajo el fuego imperial de la corona española
EL ABUELO ISMAEL 
El abuelo Ismael el padre de mi padre venía de lejos 
Julia lo traía sobre su lomo con todo el peso de su
edad 
veía de tan cerca del 
mar que podíamos sentir el olor de las olas 
en su mirada salpicada de cielo que nos envolvía en su
amor ancestral 
él siempre llegaba alegre 
con la piel manchada de los colores recientes del
amanecer insular
con una sonrisa de rocío entraba a la cocina donde
mamá hacía café de pilón 
y nosotros felices corríamos hacia él gritando 
abuelo abuelo 
él nos abría sus 
brazos infinitos 
y nos apretaba contra su pecho florecido de ternura
nosotros sabíamos que en su macuto antiguo 
siempre nos traía regalos de amor y una historia
distinta
que entes de irse al conuco nos contaba 
así era el abuelo Ismael 
sus manos hacedoras de las lluvias y la primavera 
hacían florecer sobre la tierra la esperanza 
de la casa al conuco sus huellas son eternas 
en mi memoria que recolecta los residuos 
de nuestro pasado nublado de olvido 
para que la yuca la batata el maíz las habichuelas y
el maní congo 
se llenen de flores en el alma de los fantasmas que
nos visitan cada noche 
al caer la tarde el abuelo Ismael partía al trotecito
apacible de Julia 
y nosotros nos quedábamos parados en el patio del
crepúsculo 
hasta que él se perdía en la azul sinuosidad del
camino 
de regreso a su casa ya las piedras y los pájaros lo
conocen 
y los árboles saben su nombre que el viento lleva
entre sus labios   
MI NIÑEZ
Recuerdo mi niñez diluida en un tiempo de flores 
mis pasos solitarios tratando en vano de atravesar
las noches lívidas del último  otoño
recuerdo la tristeza de los días eternos de mayo 
tejidos bajo la lluvia incesante 
recuerdo el encanto de las noches tibias de luna llena
la dulzura fugaz 
de los amaneceres fríos del invierno tropical 
recuerdo el mar lejanos 
inalcanzable más allá de la línea horizontal de mis
sueños 
recuerdo cuando mis manos tocaban las estrellas 
cuando podía sonreír
cuando fabricaba con mis manos la ternura 
y la repartía a todos como quien reparte el pan 
EL MAESTRO
Más allá del horizonte tenue de los atardeceres
remotos 
en el confín del monte 
en la ruta del sol 
lejos del camino real 
habitaban ellos 
él era de origen ingles y tenía la estirpe  
de los viejos caballeros andante de la Europa medieval
ella era una mujer antigua
que en su juventud debió ser muy hermosa 
de piel color de la aceituna 
ojos grandes 
mirada profunda 
alta y esquiva 
de cabellos largos 
más allá de  los
cintura 
parecía una indígena de antes de la conquista 
tenían seis hijos 
tres hembras y tres varones
los varones eran bravos y veloces como gacelas 
las hembras eran hermosas y exquisitas
como las mujeres que aparecían en las revistas
sociales de la  época 
que nosotros 
nunca vimos  
ellos eran felices en su mundo residual de pájaros
lagartos y flores 
corriendo por los caminos inigualables de los días más
luminosos de la primavera 
tratando de alcanzar las mariposas que huyendo de la
noche 
cada tarde partían tras el sol para tintar sus alas
con la luz inequívoca
del mágico crepúsculo tropical  
fue una tarde esplendorosa de junio cuando la abuela
descifró el enigma
y determinó que eran inofensivos
que podían formar parte de nuestra  cotidianidad social 
que podían compartir con nosotros 
la alegría de vivir  unidos por el lazo fraterno del amor a la
tierra 
LIRIOS Y FANTASMAS 
Esta tarde que se retuerce entre los árboles 
que cae lentamente 
gota a gota en la tierra 
transformándose en lirios y fantasmas 
esta tarde fugaz como los pájaros al atardecer 
va dejando en mi alma el rastros de un sol derretido 
que corre por mis venas 
manchando el horizonte de colores entre mis ojos 
LA TIA AMANTINA 
La tía Amantina vivía junto a la lejanía fugaz del
ocaso
allá donde el sol todos los días se despedía 
en una alegre danza de pájaros y colores 
donde las nubes veloces 
dibujaban en nuestra memoria al pasar
jirafas mandriles leones elefantes orangutanes e
hipopótamos 
entre otros animales que forman parte de nuestro
pasado 
un pasado al que nos resistimos  renunciar 
porqué todavía al mirar hacia atrás 
la lluvia nos salpica el alma de nostalgia 
y en las noches que guardan celosas el origen sagrado
de nuestra raza 
el tam tam de los tambores nos junta junto a la
hoguera 
donde en una danza evocamos nuestro pasado 
nuestro origen diluido entre los recuerdos y la sangre
y África como una evidencia late en nuestros corazones
JULIA 
Julia fue la que cargó sobre su lomo todas nuestras
ilusiones
la que un día nos llevó por un camino de flores 
hasta los parajes del olvido  
cerca de los sueños 
para que no olvidemos que ella
a pesar del tiempo y la distancia 
es nuestra fiel compañera 
SEÑALES DE HUMO 
Era la abuela mamá Tita 
la que hilvanaba con los hilos del alma las noches 
la que todas las tardes se sentaba a orillas del
camino real 
a mirar el horizonte intentando encontrar
 entre las rosas
del crepúsculo señales de humo 
que los pieles habitantes de más allá del mar envían
al azar 
en las que dicen que ellos todavía luchan 
por recuperar las tierras sagradas que el hombre
blanco 
hace tiempo les quitó 
que no descansarán hasta recuperar las colinas negras 
donde reposan 
los espíritus de los guerreros 
que lucharon contra los caras pálidas 
cuya crueldad recién estrenaba con ellos el horror 
EL TIO JUAN Y EL TIO ALBERTO 
Todavía el tío Juan y el tío Alberto 
cabalgan paralelos hacia los pastos 
de las distantes regiones del rocío 
ellos habitantes de las remotas soledades del sur 
arrean a prisa su ganado 
hacia los esplendorosos amaneceres de abril 
antes que mayo con sus días fatigados bajo la lluvia
los alcance 
y tienda sobre el mundo su red cristalina y
transparente 
atrapando en sus delgados hilos de plata el curso
inefable del tiempo 
entumecido por el hielo reciente del invierno 
que bajo el sol implacable de abril  se derrite
después de  un
siglo de olvido 
todavía el tío Juan y el tío Alberto cabalgan en el
tiempo 
erguidos sobre sus monturas van marcando sus huellas 
sobre las horas trémulas de estos amaneceres recién
hechos 
de rocíos y estrellas  
van reventando el aire con la furia de sus foetes 
cuyo sonido arrincona al ganado en un galope
desenfrenado  
hacia los pastos de las regiones distantes del rocío 
ellos habitantes de las  remotas soledades del sur 
no son más que fantasmas difuminados en el tiempo 
un símbolo errante de nuestro pasado 
que bajo los flamboyanes florecidos 
todavía se pasean por los caminos perdidos de la
memoria 
LAS MUÑECAS DE TRAPO 
Era el tiempo de las muñecas de trapo 
y los sueños mas puros 
por el camino Canina viene 
en su borriquito de plata 
lleno de sueños 
cabalgando hacia la noche 
donde una luna llena cuelga de mi corazón 
destrozado por los recuerdos de un tiempo hermoso 
donde mi niñez prisionera de la nostalgia 
trata de alcanzar el lucero que todas las tardes 
brilla más allá de 
los corozos florecidos 
NUESTRO HOGAR
Recuerdo las noches más limpias y claras de luna llena
en que nosotros subíamos a la cima más alta 
del corazón de la abuela 
para fabricar una escalera de sueños 
para tratar de llegar a  la luna para construir en ella 
lejos del odio de los hombres nuestro hogar 
LA UNICA EVIDENCIA
La tía Bertilia y el tío Rafael  
se fueron a trabajar a la ciudad lejana 
de más allá de la alborada 
se quedaron 
allá para siempre 
para toda la vida 
se casaron 
tuvieron hijos 
echaron raíces 
y fueron felices 
ellos como nosotros nunca renunciaron al pasado
a los recuerdos 
que es la única evidencia  que nos queda del ayer 
el único lazo que a pesar del tiempo y la
distancia  nos une 
SUEÑOS TRUNCOS 
El tiempo fue quedando resumido 
entre los pétalos perfumados de una melancolía
de pájaros y mariposas 
de arcabuces 
atabales y sueños truncos 
por el camino invisible  de la memoria 
vi las huellas de los que atravesaron los límites
temporales 
del bosque imaginario de la utopía 
para que no les quitaran los últimos sueños 
que en sus ritos ancestrales guardaban celosos 
como evidencia de 
un pasado lleno de gloria y esplendor 
ellos se marcharon para no asistir al evento
traumático
de contemplar como las maquinas trituraban entre sus
fauces 
la  simple
cotidianidad del bosque 
como sucumbía la vida incesante bajo las orugas de los
tractores 
que sin prisa vencían a las especies que no querían
huir 
porque parecía que el futuro era el mismo en cualquier
lugar
TESTIMONIO
Yo Domingo Acevedo (Mario Alegría)
nací junto al camino real entre carboneras conucos y
potreros 
una amanecer esplendoro de noviembre
envuelto en la melancolía del otoño tropical 
lejos del mar y la primavera 
lejos de las mariposas de junio 
entre la alegría y la esperanza de los de mi raza
raza que junto a la hoguera de los sueños 
todavía danza alegre al compás rítmico
del tam tam de los viejos tambores evocadores 
de un tiempo diluido entre las cenizas de los siglos 
que todavía en el horizonte ensangrentado 
de nuestra historia arden bajo los cascos de los
caballos 
de los conquistadores que en vano intentan 
incinerar nuestra memoria 
y hoy  aquí
nosotros en América
orgullosos de nuestra estirpe 
evocamos en una danza nuestro pasado 
LOS ABUELOS 
He arañado la tierra buscando 
entre las ruinas del tiempo muerto una evidencia 
un rastro que me lleve lo más lejos posible 
para recordar a los abuelos que no conocí
porque la vida de los llevó 
por el camino sin retorno de la muerte
allá no los alcanzo todavía 
sólo recuerdo con ternura sus nombres 
lo poco que me han dicho de ellos 
de mi abuela paterna mi padre Sergio Bautista 
me ha contado que se llamaba Antonia Marte 
y que murió cuando él tan sólo era un niño 
dejándolo en una soledad profunda y sola 
de mi abuelo materno la tía Amantina 
me ha contado que se llamaba Gregorio Paniagua 
que era guapo y mujeriego 
que le gustaba el ron y las parrandas 
que tuvo muchos hijos 
y que venía del sur 
de San Juan de la Maguana 
de ellos es lo único que sé 
hubiese querido conocerlos 
para compartir con ellos la vida y los sueños 
LUNA LLENA
Por el camino la tarde es eterna 
su olor a flores lo llevamos dentro del alma 
y en nuestros pensamientos 
todavía florecen lirios y azucenas 
y en el bosque de yagrumo 
las noches de luna llena 
son una lumínica fantasía de plata
EL HORIZONTE
A veces me quedo mirando largo tiempo el horizonte 
tratando de encontrar en la distancia señales de humo 
perdidas entre la memoria de mi vieja estirpe 
diluida en un tiempo 
donde el horror de los conquistadores 
ha  intentado en
vano destruir nuestra identidad 
EL TRUENO
Hace tiempo que no sentía al trueno 
amenazar al hombre 
con convertir su furia en tormenta 
EL MAR
Del mar lejano e inalcanzable 
sólo tuvimos referencias absurdas 
que según la leyenda dejaron a los abuelos hace siglos
extraños viajeros azules como el color líquido del mar
que pasaron presurosos por nuestras tierras 
huyendo nuca supimos de quien ni de que 
dejando todo el camino un rastro indefinido y húmedo 
que salpicaba de rocío las mañanitas amarillas del
otoño
cuyo encanto de luna nueva 
todavía nos endulza el alma de  una rara sensación 
que nunca pesar del tiempo hemos podido explicarnos 
aun cuando todavía sentimos la necesidad 
de hablar con alguien de ella
de buscar evidencias 
de querer compartir ese raro sentimiento con los demás
de seguir el rastro que dejaron esos viajeros en
nuestros corazones 
que marca la ruta más lejana hacia la fantasía 
donde ellos no son más que un espejismo 
que tuvieron los abuelos 
que se murieron anhelando ver el mar 
sin saber que 
lo tenían tan cerca que si querían
con el alma lo podían tocar  
EL BOSQUE DE ALQUITIRA
Detrás de la casa 
en un bosque de alquitira
bajo una mata de capá 
junto al camino que se perdía 
más allá de las bayahondas y los campeches 
tenía yo un jaguey 
lleno de invisible pececitos azules 
que en ese reducido espacio  líquido 
brillaban como hambrientas estrellas 
prisioneras de las noches espaciales y claras del
verano
AFRICA
África te llevamos dentro de nosotros  
donde corres como un río impetuosa 
que infla nuestras venas de orgullo 
África late dentro de 
nuestros corazones  
como un tambor sonoro y mágico
África tan lejos y tan cerca  
como el horizonte de una primavera tropical 
oscura y dulce como el azúcar crema 
liviana y simple como una mariposa
alegre y tierna como una niña 
enamorada por primera vez
África aquí en América tu vives en nosotros 
ABRIL 1965
Recuerdo cuando a fuerza de yambí 
cazabe  
maquey y chola hecha de guayiga 
conjugamos el hambre de los días amargos de la guerras
en que nuestros hombres abandonaron los conucos 
para ir a defender la patria de los gorilas criollos 
que intentaron en vano truncar la esperanza
y luego contra el invasor yanqui que ahogó en sangre 
las aspiraciones de libertad del pueblo Dominicano 
que a pesar de lo que ellos representaban como
potencia 
los enfrentó heroicamente en las calles de Santo
Domingo
ellos como siempre metieron sus narices 
en un conflicto interno de un país que tenía todo el
derecho 
a decidir su propio destino 
inclinando la balanza a favor de quienes nunca han
creído 
en la democracia ni la libertad 
así los gorilas genocidas de san Isidro 
con Wessin yWessin 
Imbert Barreras 
Atila Guzmán y Benoit 
entre otros lograron imponer su voluntad 
por encima de las aspiraciones de libertad de nuestro
pueblo 
y sobre los cadáveres de los Dominicanos que murieron 
defendiendo la constitución del 1963 
iniciando así unos de los períodos más oscuros de
nuestra historia 
donde las desapariciones los encarcelamientos 
los crímenes selectivos y el  exilio estuvieron a la orden del día
el fracaso de la guerra marcó nuestras vidas  
ya que fuimos afectados por esa vorágine de
injusticias 
que por doce años oscureció el cielo de nuestra patria
enlutando de sangre y dolor el futuro 
COMO HACE 500 AÑOS 
Ellos llegaron una tarde que se pierde entre la brizna
del tiempo  
y la melancolía
ya para aquella época la guerra  había terminado  
y el muñequito de papel después de unas elecciones
irregulares 
había asumido el poder bajo las botas onerosa de los
gringos 
que como una afrenta a nuestra dignidad permanecían en
el país
para los vencedores la gloria que da el poder 
para los vencidos la clandestinidad 
la cárcel
el exilio 
y la muerte
fueron amargos aquellos días de persecución y
crimen   
de lágrimas y luto 
ellos venían de la ciudad de más allá de la alborada
donde son alegres y seductoras las mujeres 
y ambiciosos y crueles los hombres 
por eso cuando llegaron aquella tarde 
los miramos con odio 
con un rencor milenario 
sabíamos que esos hombres pálidos
que escondían la mirada   detrás de unas gafas oscuras 
no venían con buenas intenciones 
imaginamos lo peor 
y no nos equivocamos 
como hace quinientos años dispusieron de la tierra 
y nos opusimos a que nos quitaran la vida y los sueños
y luchamos con la única arma que teníamos 
nuestra razón
y ellos con su poder lo destruyeron todo 
asesinaron la flor 
la esperanza 
el bosque 
la vida
y construyeron sobre la primavera una gran ciudad 
con largas avenidas 
altos edificios 
y un parque inmenso con túneles y plazas  
y fuentes hermosas y románticas 
donde los ricos celebran los domingos 
los cumpleaños fabulosos de sus primogénitos  
donde hacen rutinas diarias de ejercicios para
adelgazar 
y donde como una historia repetida nosotros somos
extraños 
en una tierra que nos vio nacer
LA TIA TATIN 
Aún la tía Tatín barre el patio de su utopía
con su escoba arrincona contra las tardes  
los recuerdos mas lejanos de nuestra memoria 
enciende junto al camino real las hoguera de nuestra
ira ancestral 
la tía Tatín menuda
frágil 
leve 
sus pasos cansados por los años se pierden en el
tiempo 
entre los limoncillos y los mamones florecidos 
sus pasos no volverán del olvido 
por que una tarde se murió de pana 
cuando sintió la aguda ausencia de los pájaros y el
trueno 
y pregunto por la lluvia 
y le dieron que Mamá Tita 
se había ido envuelta en un manto de lagrimas 
a otras tierras lejanas y extrañas 
y las flores 
preguntó
la primavera agoniza 
le contestaron 
con razón la tarde huele a sangre 
dijo 
y se vistió de tristeza y por la ventana abierta del
crepúsculo 
miro con ternura por última vez las anacahuitas
gemelas 
que junto al camino real arañaban el cielo 
y que ella amaba tanto 
porque en su oquedad junto a sus hijos 
ella sobrevivió al ciclón San Zenón
fue aquella tarde cuando por primera vez 
sintió el ruido macabro de los tractores destruyendo
el bosque 
y sintió sobre sus hombros el peso de la primavera que
moría
EXILIO 
Después de tanto tiempo 
resumido en 
estos años  de exilio
en que los recuerdos se van diluyendo en la nada 
y nuestra memoria histórica en este constante ir y
venir
se va desvaneciendo 
me pregunto 
dónde está el tío Vallejo con su saco lleno de
ternura  
caminando por la tierra que lo olvida 
y Mario el tuerto que sus pasos sobre el invierno
pálido y seco 
se pierden entre las horas oscuras y frías de
enero  
y los Dendenes dueños de las noches y el rocío 
y Mandinga en su soledad muerto 
dónde está Damiana la patana  
y la vieja tiesa
dónde está el tío Gugú
y María de los Ángeles 
dónde están 
a dónde se han ido todos 
díganme por dios 
en dónde está la tía Eduvilgen 
y doña Lola 
y Juan caco de yuca
a dónde se han ido 
donde está Mayen 
y doble tapa 
que se hizo Caquín el zapatero plebe y  borrachón
dónde el viento 
junta su llanto 
dónde la noche arremolina olas y estrellas 
donde están todos 
dónde 
hoy  sólo
quedamos nosotros y el olvido 
es tan grande que nos vence 
nos aniquila 
hoy el olvido es nuestro peor tragedia 
EVIDENCIA
Yo que transito en el tiempo recolectando estrellas 
tengo la maleta repleta de recuerdos 
de nombres viejos y olvidados 
de muertos ignorados de mi infancia 
que solo yo recuerdo 
cuando rebusco entre las cenizas del olvido 
y mis manos tocan con ternura 
los huesos de mi viejo linaje
y en mi memoria se encienden milenarias hogueras 
y en mi pecho un tambor late 
y África como una evidencia 
es una lagrima entre mis ojos 
cuando miro el camino real 
que se pierde más allá del horizonte 
FLOR IGNEA
Nos quitaron las noches 
las estrellas 
el rocío 
la luna 
el sol  
las mañanas con sus colores alucinantes 
nos quitaron los sueños 
la tierra
el viento 
los árboles 
los pájaros 
nos proscribieron 
y después nos quitaron la vida  
todo nos quitaron 
todo
menos nuestra dignidad 
en nuestros pechos todavía palpita 
la llama imperecedera del amor por la libertad 
esa flor ígnea
onírica
que nuestra sangre generosa alimenta 
para que en las futuras generaciones 
no muera jamás la esperanza  
VENCIDOS  
Parece que nos vence el olvido
UN SIGLO DEL OLVIDO
Después de un siglo de 
olvido 
las huellas de mi padre todavía van al mar 
que aún asoma sereno 
entre sus ojos nublados por el olvido  
parece que el destino de nuestras vidas 
está marcado por el éxodo y la soledad 
parecemos náufragos en medio de una sociedad 
que nos rechaza
LAS CELIAS 
Amo profundamente las Celias 
que un día mi madre sembró 
más allá de las tardes húmedas de mayo
para que la primavera más que una flor 
fuera en nuestra memoria 
un canto de amor y esperanza
EL MAR CARIBE
De aquellos días junto al mar Caribe 
guardo en el viejo cofre de mi alma 
el amor profundo por mis padres 
EL OLVIDO 
A veces me paseo por los intrincados 
laberintos del pasado 
buscando entre los recuerdos 
los nombres de las personas 
que desfilaron a lo largo de mi infancia
y que se van perdiendo sin querer 
entre la bruma del olvido
LA TIA AGUSTINA
La tía agustina todavía permanece 
recostada en la ventana del tiempo 
mirando al sur 
hacia donde el mar Caribe 
se alarga hacia lo infinito de la imaginación 
salpicando sus ojos de cielo y rocío 
de remotos pájaros marinos 
petrificados en ámbar celular de su mirada antigua 
que todas las tardes se derrite en la distancia 
chorreando el horizonte 
de fosforescentes mariposas 
que vuelan sin pausa tratando de alcanzar el sol 
que navega en un espectral océano de colores 
hacia ninguna parte 
ENTRE EL AMOR Y LA NOSTALGIA 
Nacimos entre las flores y las estrellas 
entre el amor y una inmensa nostalgia 
donde nuestra alegría no fue más que una utopía 
 un ritual
amargo de tamboras 
que hacían crecer nuestras raíces
en noches de cánticos fúnebres  
hasta otros amaneceres 
donde la realidad no era más que un sendero
en donde nos encontrábamos
con nuestra soledad profética 
en la que quedábamos atrapados  por siempre 
pedidos en un mundo mágico 
de fantasmas y duendes 
que nos persiguen más allá del tiempo 
mas yo que he sobrevivido a la muerte 
no me queda más mirar hacia atrás con dolor 
MI ORIGEN 
La tarde recrea  ante mis ojos la nostalgia de mi origen
perdido en África. 
La   tristeza de estos largos años de exilio en
que hemos perdido nuestra identidad, hace florecer entre mis ojos lirios  de agua. 
La pena acumulada durante
estos siglos de huir a ningún lado golpea mi 
memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a
sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han  dejando en mi boca el  agrio sabor de la ausencia 
África sigue es en mi corazón
una hoguera que se enciende entre mis ojos cuando mira hacia atrás, se  que ya no volveré al acrisolado mundo de mis
sueños;  me he resignado a morir en esta
tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá,  en la aldea de donde una noche  mi ADN sin querer, empezó a viajar en un
cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años  después, la mirada triste de la abuela Mamá
Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y  los gritos de los  hombres 
que defendían  a los suyos, hasta
terminar atados a la codicia de unos hombres 
que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían  por un sendero de horror hasta una
embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin
retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un
sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero  ya llevaba sobre mis hombros el peso de una
historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las
noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
MIS
PADRES
Mis
padres 
hijos
póstumos del rocío
crecieron
bajo el sombrío reflejo 
del
relámpago y la lluvia 
cuando
el trueno iluminaba de misterios 
los
ignotos rincones de los recuerdos
que
se perdieron entre la sangre y las flores 
de
una primavera truncada por el peso 
de
las cadenas y los arcabuces  
allá
muy
lejos en la memoria 
una
embarcación encalla entre los arrecifes 
de
los sueños 
y
bajo el resplandor de una luna de cal 
nostálgicas
tamboras  atan mi vida 
a
la nostalgia 
es
aquí donde mis padres 
un
hombre 
y
una mujer
ignorados
leñadores 
perdidos
en el confín del monte  
diseñaron
este traje de carne y hueso 
que
he llevado puesto por tanto tiempo 
Este domingo  de tristes soles escondiéndose 
bajo las piedras amarillas del
camino
la lluvia trajo en su vientre 
el olor sombrío del musgo que
crece entre las grietas  
de mis palabras 
bosque de almácigos y ceibas 
anacahuita de cristal
galope de pájaros
fosforescentes  en la noche 
aviadores imposibles haciendo
piruetas 
en un cielo crispado de ángeles 
y por entre  la espinas y las luces
de enero  
Isabel 
la mamá de Antonio 
encarna a la vieja Belén
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