La luz lleva sobre sus hombros un ataúd
llora el cielo
una hilera de madres petrificadas junto al camino
se tapan el rostro con las manos
herida de ausencia la brisa congeló en su vientre
el vuelo mineral de los ruiseñores
sonámbulos los árboles dicen adiós a nadie
en la distancia
los ángeles danzan con las sombras
y un galopar incesante de trompetas
ilumina las habitaciones efímeras
que el tiempo deja en el aire al pasar
Domingo Acevedo.
Fotos tomadas de la red.