domingo, enero 05, 2025

Carlos Fuentes.

 


(Ciudad de Panamá, 1928 - México, 2012) Narrador y ensayista mexicano, uno de los escritores más importantes de la historia literaria de su país. Figura fundamental del llamado boom de la novela hispanoamericana de los años 60, el núcleo más importante de su narrativa se situó del lado más experimentalista de los autores del grupo y recogió los recursos vanguardistas inaugurados por James Joyce y William Faulkner (pluralidad de puntos de vista, fragmentación cronológica, elipsis, monólogo interior), apoyándose a la vez en un estilo audaz y novedoso que exhibe tanto su perfecto dominio de la más refinada prosa literaria como su profundo conocimiento de los variadísimos registros del habla común.


Carlos Fuentes

En lo temático, la narrativa de Carlos Fuentes es fundamentalmente una indagación sobre la historia y la identidad mexicana. Su examen del México reciente se centró en las ruinosas consecuencias sociales y morales de la traicionada Revolución de 1910, con especial énfasis en la crítica a la burguesía; su búsqueda de lo mexicano se sumergió en el inconsciente personal y colectivo y lo llevaría, retrocediendo aún más en la historia, al intrincado mundo del mestizaje cultural iniciado con la conquista española.

Biografía

Hijo de un diplomático de carrera, tuvo una infancia cosmopolita y estuvo inmerso en un ambiente de intensa actividad intelectual. Licenciado en leyes por la Universidad Nacional Autónoma de México, se doctoró en el Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra, Suiza. Su vida estuvo marcada por constantes viajes y estancias en el extranjero, sin perder nunca la base y plataforma cultural mexicanas. En la década de los sesenta participó en diversas publicaciones literarias. Junto con Emmanuel Carballo fundó la Revista Mexicana de Literatura, foro abierto de expresión para los jóvenes creadores.

A lo largo de su vida ejerció la docencia como profesor de literatura en diversas universidades mexicanas y extranjeras, y se desempeñó también como diplomático. Impartió conferencias, colaboró en numerosas publicaciones y, junto a la narrativa, cultivó también el ensayo, el teatro y el guión cinematográfico. Algunos de sus ensayos de tema literario fueron recopilados en libros, como La nueva novela hispanoamericana (1969) o el dedicado a Miguel de CervantesCervantes o la crítica de la lectura (1976).

A los veintiséis años se dio a conocer como escritor con el volumen de cuentos Los días enmascarados (1954), que fue bien recibido por la crítica y el público. Se advertía ya en ese texto el germen de sus preocupaciones: la exploración del pasado prehispánico y de los sutiles límites entre realidad y ficción, así como la descripción del ambiente ameno y relajado de una joven generación confrontada con un sistema de valores sociales y morales en decadencia.


Carlos Fuentes

Su éxito se inició con dos novelas temáticamente complementarias que trazaban el crítico balance de cincuenta años de "revolución" mexicana: La región más transparente (1958), cuyo emplazamiento urbano supuso un cambio de orientación dentro de una novela que, como la mexicana de los cincuenta, era eminentemente realista y rural; y La muerte de Artemio Cruz (1962), brillante prospección de la vida de un antiguo revolucionario y ahora poderoso prohombre en su agonía. Ambas obras manejan una panoplia de técnicas de corte experimental (simultaneísmo, fragmentación, monólogo interior) como vehículo para captar y reflejar una visión compleja del mundo.

La región más transparente (1958)

Las promesas de originalidad y vigor que ya se vislumbraban en Los días enmascarados se cumplieron plenamente con La región más transparente (1958), un dinámico fresco sobre el México de la época que integra en un flujo de voces los pensamientos, anhelos y vicios de diversas capas sociales. La primera novela de Fuentes supuso una ruptura con la narrativa mexicana, estancada en un discurso costumbrista y en la crónica revolucionaria testimonial desde una óptica oficialista. Con esta extensa obra acreditó el autor su vasta cultura, su sentido crítico y su pericia y audacia como prosista, rasgos que muy pronto lo convertirían en uno de los escritores latinoamericanos con más proyección internacional.

Al modo de John Dos Passos en Manhattan Transfer respecto a Nueva York, o de Alfred Döblin en Berlin Alexanderplatz con la capital alemana, La región más transparente es el gran mosaico de Ciudad de México, el retrato a la vez atomizado y gigantesco de todas sus clases sociales a través del aproximadamente centenar de personajes que constituyen su "protagonista colectivo", siendo el verdadero protagonista la propia ciudad; así lo delata su mismo título, que procede de una frase con la que Alexander von Humboldt describió el valle de México.

La disección y crítica de la masa social del país (en la medida en que la ciudad incluye al campo al absorber las migraciones de campesinos depauperados) es la propuesta programática de la obra, y abarca desde los desheredados hasta los nuevos burgueses "que no saben qué cosa hacer con su dinero", desprovistos de cualquier inquietud cultural y sin otra clase que se les oponga. El dominio que muestra Fuentes de los distintos registros lingüísticos de cada clase social proporciona verismo a su retrato y convierte la novela en una magistral obra polifónica.

Los continuos saltos temporales (dentro de un dilatado periodo que abarca desde los años previos a la Revolución mexicana hasta el presente) y la irregularidad con que aparecen los personajes, con frecuencia a través del monólogo interior, dan a la narración una apariencia desordenada y anárquica; externamente, la novela está dividida en tres partes desproporcionadas que engloban capítulos distribuidos sin simetría. Sin embargo, en ningún momento se pierde el hilo de la narración, lo que demuestra el especial cuidado que pone el autor en la estructura.

La primera secuencia es la presentación de sí mismo que hace Ixca Cienfuegos, e inicia la novela con estas palabras: "Mi nombre es Ixca Cienfuegos. Nací y vivo en México, D.F." Su voz, la primera en aparecer, se dirige a sus iguales y a la ciudad. El hálito poético de su palabra dignifica su amargura y su resignación ante el destino que los mexicanos como él están condenados a padecer. La insistencia de frases como "qué le vamos a hacer" refuerza el fatalismo que caracteriza a la mentalidad indígena y crea lazos discursivos entre otros personajes marginados dentro de la misma novela. Su parlamento finaliza con las siguientes frases: "Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire".


Carlos Fuentes

La estructura de la novela está presidida por la circularidad: se abre con estas palabras de Ixca Cienfuegos y se cierra con "La región más transparente del aire". Este concepto circular, tan ligado al de la repetición, se observa en varios niveles de la novela y es básico para la tarea de enhebrar los numerosos elementos de esta obra y para sostener su simbolismo. Así, sobresale el que aglutina la muerte de varios personajes (el final de sus ciclos vitales).

Otro factor siempre presente en la obra es que el sacrificio ritual, como la Revolución, cuyos ideales yacen ya enterrados en el olvido, sacrificó no a todos sino a los de siempre, para mantener o encumbrar en su sitio a los mismos. En ausencia de cualquier valor, los personajes son figurantes de un teatro vacío; los pobres, los macehuales, están fatalmente destinados a permanecer enclavados en la región más transparente del aire: dentro de la miseria, sin porvenir, fuera de la historia, sin nombre.

La muerte de Artemio Cruz (1962)

La denuncia del fracaso de la Revolución se halla en la base de diversas obras de Carlos Fuentes, y muy especialmente en La muerte de Artemio Cruz (1962), una de las mayores novelas de las letras mexicanas. Sus páginas detienen por un instante, con una prosa compleja de identidades fragmentadas, el flujo de conciencia de un viejo militar de la Revolución de 1910 que se encuentra a punto de morir, e indagan también en el sentido de la condición humana. El magisterio de James Joyce (autor le que impresionó profundamente) es patente en el uso del monólogo interior como técnica narrativa fundamental; en el manejo del monólogo, Fuentes superó en esta obra en complejidad (y acaso en riqueza) al mismo maestro.

Alegóricamente, la historia de Artemio Cruz es la del nacimiento, implantación y muerte de la Revolución mexicana; el antiguo revolucionario refleja el modo en que se prostituyeron sus valores, subrayando que tal traición fue libre decisión de su soberana voluntad y no de presiones históricas, aunque sí quizá de una inquietante atmósfera común o de una huidiza naturaleza humana: el egoísmo, la ambición, la sed de poder y riqueza lo movieron lo mismo que a tantas personas de su entorno, carentes de todo escrúpulo.

Pero el relato, en el que destacan un amor juvenil de Artemio que coincide con los días entusiastas de la revolución, su posterior matrimonio por interés y sin amor en tiempos de la institucionalización y un amor clandestino de la madurez con el que intenta rehabilitarse espiritualmente, perdería gran parte de su autoridad de no ser por la forma con que Fuentes ha sabido arroparlo.


Carlos Fuentes en una imagen de 1995

Viejo, rico y poderoso en la hora de su muerte, Fuentes relata la larga agonía de Artemio Cruz y los episodios en ella evocados mediante el empleo riguroso y sistemático del "yo", del "tú" y el "él". A través del "yo" nos ofrece, en tiempo presente (la obra se sitúa en el año 1959), el monólogo interior del antiguo revolucionario agonizante, mientras que el "tú" corresponde a su subconsciente, que instruye al moribundo acerca del futuro de sus elucubraciones mentales, y con el "él" recuerda, por el contrario, la historia pasada de Artemio y de quienes le rodearon o bien se rodeó en los distintos momentos de su vida.

Estas narraciones o intervenciones en primera, segunda y tercera persona forman una especie de tríadas que se van repitiendo a lo largo de las páginas del libro hasta doce veces, tantas como las horas que dura la agonía de su protagonista. A lo largo de la misma se nos ofrecen otras tantas revisiones de su pasado, que no se producen cronológicamente, sino a la manera de William Faulkner, de acuerdo con los desordenados y caprichosos saltos mentales a los cuales se entrega el moribundo.

El último de todos ellos, que se remonta a 1889, cuando Artemio vino al mundo, no es fruto de su pensamiento ni forma parte de la película de su vida que presencia mientras agoniza, sino obra del autor. Una última tríada, a la cual correspondería el fatídico número trece, queda truncada de repente por la muerte de Artemio tras la sola intervención del "yo" y el "tú". Así termina sus días el viejo caudillo mexicano; su historia simboliza la historia colectiva de su país, en cuyo intento de transformación revolucionaria participó, al que luego (como hicieron muchos otros) inevitablemente traicionó, y al que también corresponde buena parte de responsabilidad en sus destinos.

Obra posterior

Las novelas reseñadas otorgaron a Carlos Fuentes un puesto central en el llamado boom de la literatura hispanoamericana. Dentro de aquel fenómeno editorial de los años 60 que, desde España, daría a conocer al mundo la inmensa talla de los nuevos (y a veces anteriores) narradores del continente, Carlos Fuentes fue reconocido como autor de la misma relevancia que el colombiano Gabriel García Márquez, los argentinos Jorge Luis BorgesErnesto Sábato y Julio Cortázar, los cubanos José Lezama Lima y Guillermo Cabrera Infante, el peruano Mario Vargas Llosa o los uruguayos Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti.

Entre las dos novelas mencionadas, sin embargo, se sitúa una obra de andadura realista y tradicional: Las buenas conciencias (1959), que cuenta la historia de una familia burguesa de Guanajuato. Esas obras iniciales cimentaron un ciclo denominado por el autor "La edad del tiempo", obra en constante progreso a la que se fueron sumando diversos volúmenes. Espíritu versátil y brillante, Fuentes tendió a abordar en obras ambiciosas y extensas (a veces incluso monumentales) una temática de hondo calado histórico y cultural; la novela es concebida entonces con máxima amplitud, como un sistema permeable capaz de integrar elementos en apariencia dispersos pero dotados de poder evocativo o reconstructor.

Son de destacar, en este sentido, Cambio de piel (1967), con las abundantes divagaciones a que se abandonan cuatro personajes ante el espectáculo de una pirámide de Cholula. Zona sagrada (1967) retrata la difícil relación entre una diva del cine nacional y su hijo. Terra Nostra (1975), novela muy extensa que muchos consideraron inabordable, es probablemente su obra más ambiciosa y compleja; en ella llevó al límite la exploración de los orígenes del ser nacional y de la huella española (el ejercicio del poder absoluto por parte de Felipe II) en las colonias de América.

En Cristóbal Nonato (1987), inspirada en Tristram Shandy de Laurence Sterne, narró el Apocalipsis nacional empleando la voz de un niño que se está gestando; este sorprendente monólogo de un personaje no nacido se sitúa en 1992 (año del quinto centenario del descubrimiento de América) y constituye una celebración paródica en un México corrupto y destrozado.

A esta selección se agrega la novela corta Aura (1962), historia mágica, fantasmal y extraña en la mejor tradición de la literatura fantástica. Diverso carácter posee La cabeza de la hidra (1978), que, bajo la modalidad de una novela de espionaje, trata sobre la corrupción de la vida política mexicana; la "hidra" del título es el petróleo mexicano, una riqueza natural que no genera prosperidad, sino dinero, corrupción y esclavitud. Al igual que Gringo viejo (1985), novela sobre la estancia y desaparición del periodista norteamericano Ambrose Bierce en el México revolucionario, fue llevada al cine.

Su experimentalismo narrativo fue menguando con el curso de los años, como se hizo perceptible en Diana o la cazadora solitaria (1994), breve novela que recontaba su tormentosa relación con la actriz Jean Seberg. A pesar de ello agregó a su obra títulos interesantes como Constancia y otras novelas para vírgenes (1990), El naranjo o los círculos del tiempo (1993) y La frontera de cristal (1995), conjunto de historias centradas en la línea divisoria que separa a México de Estados Unidos.

Posteriormente publicó Los años con Laura Díaz (1999), Instinto de Inez (2001), La silla del águila (2003), Todas las familias felices (2006), La voluntad y la fortuna (2008) y Adán en Edén (2009). Ensayista, editorialista de prestigiosos periódicos y crítico literario, escribió también obras de teatro, como El tuerto es rey (1970) y Orquídeas a la luz de la luna (1982). Una inteligencia atenta al presente y sus inquietudes, el profundo conocimiento de la psicología del mexicano y una cultura de alcance universal hacen de su obra un punto de referencia indispensable para el entendimiento de su país. En 1987 fue galardonado con el Premio Cervantes, en 1994 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y en 2008 recibió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.

Cómo citar este artículo:
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «Biografia de Carlos Fuentes» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/fuentes.htm [página consultada el 5 de enero de 2025].

La invasión del vientre.


 

Las contradicciones,enfrentamientos y dididencias a lointerno de las organizaciones del karate

 Hemos podido ver a través de los años, cómo a lo interno de estilos, federaciones y asociaciones de karate en todo el mundo se dan contradicciones, enfrentamientos y disidencias, que muchas veces ponen en entredicho los principios éticos y filosóficos, del karate, su disciplina y su código de honor.

‌Y podríamos decir entonces, fallo el karate, pero no, el karate no ha fallado, hemos fallados nosotros, los seres humanos, que contaminamos todo lo que tocamos, cuando anteponemos nuestro ego y nuestros intereses particulares y a veces económicos por encima de los intereses de la colectividad a la que pertenecemos, fraccionanandola y obstruyendo su desarrollo, en este caso el del karate.

‌Domingo Acevedo.
‌Enero/2024.

Como definir un buen maestro de karate.

 No necesariamente todos los que hayamos alcanzados un cinturón negro en karate, seremos buenos maestros.

Ya que es através de la aplicación correcta de los conocimientos aprendidos durante muchos años de práctica sistemática y reflexiva en el karate, cuando podemos alcanzar la madurez y la sabiduría necesaria para ser verdaderos maestros.
Y como podríamos definir a un verdadero maestro de Karate, bueno un verdadero maestro de Karate es aquel que enseña a sus estudiantes, no solo a hacer ejercicios, a tirar trompadas y patadas sino que lo prepara física y espiritualmente para entender el mundo en toda su plenitud y para enfrentar todos los retos que se les presenten en la vida, convirtiéndolos además en seres humanos sencillos, mansos, humildes, pacificos y solidarios.
‌Domingo Acevedo.
‌Enero/2025.


sábado, enero 04, 2025

Espectadores del alba.


 

Desde e lrío hasta el mar.


 Foto tomada de la red.

Generación BETA.

 

Los nacidos en 2025 pertenecerán a la Generación Beta: aquí las características

Los nacidos en 2025 pertenecerán a la Generación Beta: aquí las características

La generación Beta estará compuesta por niños nacidos entre 2025 y 2039, quienes vivirán integrados en un mundo de tecnología avanzada. (Imagen Ilustrativa Infobae)

  • Entre 2025 y 2039 crecerán las personas en un entorno donde la tecnología avanzada y la inteligencia artificial estarán profundamente integradas en la vida diaria.

La llegada de 2025 trae la aparición de una nueva generación conocida como Beta, la cual representará el 16% de la población mundial, según lo que menciona McCrindle, una empresa australiana que busca e investiga tendencias.

Al desarrollarse en un entorno en el que la tecnología y la ciencia están mucho más avanzadas, sus características serán muy específicas, pues la evolución del entorno permitirá que mejoren las herramientas disponibles e incluso que implementen opciones que contribuyan a la sociedad del momento.

Su aparición en un mundo que ya cuenta con inteligencia artificial y redes sociales permite que los expertos predigan algunos comportamientos en función del contexto que los rodeará. A continuación mencionaremos sus características según lo que señalan analistas generacionales.

Características de la Generación Beta

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Los padres de los Beta valorarán el equilibrio entre el tiempo frente a las pantallas y las actividades en contacto con la naturaleza.

Después de recorrer generaciones como la X, Y y Z, McCrindle señala que los sociólogos decidieron seguir con el alfabeto griego, por lo que las personas nacidas entre 2010 y 2024 son conocidas como Alfa, mismas que se caracterizan por ser las primeras en nacer en un siglo completamente nuevo y posteriormente llegan las Beta.

Se anticipa que esta generación nacida entre 2025 y 2039 estará muy integrada a la tecnología pero también se caracterizará por ser muy curiosa, tendrá una tendencia a valorar la diversidad y aceptará tanto el cambio como la diferencia.

McCrindle menciona que “como estos son los temas de hoy, esperamos que continúen en los próximos años. Esto es lo que podemos predecir, pero, por supuesto, surgirán cosas que pueden sorprender”.

También menciona que los mundos digital y físico serán indivisibles, pues mientras que la Generación Alfa experimentó el auge de la tecnología inteligente y la inteligencia artificial, “los Beta experimentarán una era en la que la IA y la automatización están totalmente integradas en la vida cotidiana”.

La misma fuente señala que esto se verá reflejado en diferentes niveles que van desde la educación y los lugares de trabajo hasta la atención médica y el entretenimiento e incluso existe la posibilidad de que sea la primera Generación que experimente el transporte autónomo a gran escala, tecnologías sanitarias ponibles y entornos virtuales inmersivos como aspectos habituales de la vida cotidiana.

“Sus años de formación estarán marcados por un mayor énfasis en la personalización: los algoritmos de IA adaptarán su aprendizaje, sus compras y sus interacciones sociales de maneras que hoy apenas podemos empezar a imaginar”, especifica McCrindle.

Sin embargo, es importante mencionar que igualmente existe una conciencia cautelosa ante los posibles peligros que la integración de la tecnología traería y con esto menciona que esta razón “impulsa a los padres a equilibrar el tiempo frente a la pantalla con actividades al aire libre e interacciones interpersonales”.

Una Generación que enfrentará grandes desafíos

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La vida cotidiana de la generación Beta combinará la interacción social de forma física y digital de manera indivisible, según expertos en tendencias generacionales.

Además de encontrarse con un entorno científica y tecnológicamente avanzado, la Generación Beta estará marcada por un mundo en el que el cambio climático, los cambios demográficos globales y la rápida urbanización son una alerta roja.

Por ello, una de sus prioridades será la sostenibilidad e incluso una expectativa. Al ser criada por padres millennials y mayores de la generación Z, muchos de ellos priorizarán la adaptabilidad, la igualdad y la conciencia ecológica en su crianza.

Con esto, McCrindle señala que “la Generación Beta tendrá una mentalidad más global centrada en la comunidad y más colaborativa que nunca, pues su educación enfatizará la importancia de la innovación tanto por conveniencia como para resolver los desafíos más urgentes”.

Otro problema al que se enfrentarán será la conexión social debido a que la tecnología siempre está activa, por lo que deberán enfrentarse a tener amistades, educación y carreras profesionales en una era en la que la interacción digital será una norma.

Ante tal situación, la creación de sus identidades digitales con seguridad y sabiduría será una prioridad para sus padres, así como también ayudarlos pero fomentando un sentido de individualidad, tanto en entornos en línea como fuera de ella.

“Prevemos que la Generación Beta encarnará el equilibrio entre la hiperconectividad y la expresión personal. Redefinirán lo que significa pertenecer, combinando las relaciones en persona con las comunidades digitales globales”, señala McCrindle.

Periodico HOY.

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