El
regreso fue feliz
desenterramos
nuestros sueños petrificados debajo de la tierra
con
nuestra alegría poblamos los espacios de
la ausencia
y
volvimos a correr por los caminos interminables del botao
a
buscar mangos y aguacates en el fundo de la abuela
a
levantarnos tempranito a buscar la leche
donde el tío Juan de la Rosa
a
buscar agua al hotel el embajador
volvimos
a caminar por los senderos de los sueños
con
el alma salpicada lunas y estrellas
recuerdo
las mañanitas frías
las
horas memorables del rocío
nuestros
viajes interminables hacia los amaneceres rosas de abril
las
mariposas amarillas
el
olor de las guayabas
mayo
que tejía con hilos de plata los colores de la primavera
con
diciembre llegaba la época del amor y la nostalgia
siempre
me dejaba vencer por la melancolía
de
esos días efímeros
las
flores de pascua
el
viento del norte que nos endulzándonos el alma
con
la tristeza de un siglo enlutado por las guerras y el odio
mientras
que en el cielo placido del invierno
la luna llena
compañera
de mis noches alegres
el
día de reyes
el
ritual
la
hierba de guinea
el
baso de agua
la
meta verde
el
cigarrillo crema
el
papelito
el
desvelo
al
otro día la decepción
los
reyes no pudieron entrar
León
asustó a los camellos con sus ladridos y siguieron de largo
nos
quedaba la tristeza de no entender por que no teníamos
un
juguete como los demás niños
tampoco
comprendíamos la muda tristeza de nuestros padres
que
desesperados nos decían
no
se apuren que la vieja Belén pasará
con
algún juguete de lástima para ustedes
todo
parece tan absurdo después de tanto tiempo
la
carretera de caliche
el
hotel Embajador
Borronoso
el
campo de golf
los
transformadores
la
escuela
el
viejo maestros
que
cuando Andrés Longo se emborrachaba lo hacia huir
y
tenía que dormir en el monte
doña
Erica la esposa del embajador de Alemania en el país
las
monjitas de siempre
sor
Refugio
sor
Milagros
sor
Inés
siempre
tiernas y cariñosas
Minó
Pepe
el loco
Cohete
los
Dendenes dueños de las madrugadas y el rocío
el
play a donde íbamos a tirar piedras a la luna
Popó
Candela
Damiana
la Patana
Mandinga
la
vieja Tiesa
Caquín
el zapatero plebe remendón y borrachón
Juan
caco de yuca
Guaroita
Juan
Barriga
Zira
la mamá de Fafa Taveras
Ulises
que alguna vez nos paseó a todos en su vieja motoneta
por
las calles de fantasía de la ciudad alegre de más allá de la alborada
mi
padrino Higueyano
Chenchita
el
tío Gugú
María
de los Angeles
Josefita
escondida siempre tras un disfraz varonil
el
tío Vallejo solitario y tierno
vagando
por la tierra que lo olvida
con
su saco llenos de sueños tocando puertas
que
hace siglos la vida le cerró para siempre
la
tía Eufemia
Isidro
el caballo
Enrique
Julio
Guancho
Silvio
el hijo de Minta
el
tío Rafael
Pichao
todos
se dejaron vencer por el tiempo
ahora
nosotros luchamos contra el olvido
para
que no nos venza la nostalgia
Domingo Acevedo.