Mis padres
I
Mis padres
habitantes de las noches más lejanas del olvido
inquilinos del rocío
hijos de la pena
náufragos
del hambre
transeúntes eternos de las noches lívidas del
verano
II
Mis padres
alegres tamboreros del alba
que tejen con sus manos tiernas los colores
vegetales del bosque
anónimos
cazadores de sueños
que hacen surcos de amor en el viento en donde
siembran la vida
III
Mis padres
peregrinos de la sed hundiéndose en la lluvia
temblorosas sus huellas
se deshojan en la piel arrugada del camino
amarrillo del otoño
sus voces cuajadas de ausencia tienen profundas
raíces de olvido
y entre sus ojos
el sol del crepúsculo estalla en la sed
del dolor ancestral del desarraigo
pesa tanto la sangre en el recuerdo
que deja en la mirada por siempre
una pena escondida
IV
hijos de un dolor lejano
mis padres
cargan sobre sus hombros el peso de una
historia antigua y amarga
de barcos de sangre naufragando en los sueños
perforados por los disparos de los arcabuces
que en el génesis del aire
sembraron de cadáveres la primavera
salpicando de sangre los espejos del tiempo
V
Mis padres
ángeles de ternura que habitan en los
fantásticos parajes del alba
donde siembran esperanzas en las claras
llanuras del rocío
en donde el amor estalla entre las manos del
viento
y en donde la vida
a pesar de todo
germina en el canto de los labradores
Dic. 2010
-TRAMPA ANCESTRAL
Pedazos de luna
derritiendo entre los espejos de las madrugadas
espada vencida por la
gloria
relámpago anfibio
torbellino de luz
tres naves carnívoras
navegando entre la bruma de agosto
hacia las luces y las
sombras de octubre
boca llena de una luz
mineral
trampa ancestral
junto al sendero del
ocaso un lirio resplandece
sonidos de tamboras
en la voz destemplada del viento
trapiche desolado
cañaveral
ensangrentado por un sonido de cadenas rotas
danza victoriosa
litoral de cenizas
lagrimas de cera en
los ojos de la quimera
y más allá del
resplandor amarillo de las olas que iluminan el amanecer
cadáveres mutilados
chorrean sangre sobre los pergaminos de la historia
2010
ARBOL SIN MEMORIA
Manuel
no fue más que un niño endeble y solitario
que tenía la piel del color del camino real
la mirada llena de pájaros azules que
picoteaban el alma de la ninfas del bosque
que defecaba flores en los huecos de las
carboneras que hacia con sus manos escuálidas
que corría
por los caminos grises del
invierno
tratando de encontrar en los sueños
los parajes imposibles de la fantasía
su voz tierna como el canto de los ruiseñores
pintaba de mariposas las paredes de las tardes
primaverales
y su desnudez la ondeaba el viento más allá de
los días lluviosos de mayo
en que la alegría sucumbía al hambre
a veces lo encontraba solitario en las lejanas
regiones del rocío
navegando a la deriva en un océano de celias
tatuadas en el viento frío del amanecer
lo llamaba
volteaba el
rostro
y me arropaba en el lienzo azul triste de su
mirada
corría hacia mis brazos
y me abrazaba por largo rato
sentía como su piel afiebrada se derretía en mi
piel
luego nos íbamos a los potreros del tío
Alberto
atravesábamos los conucos del abuelo Ismael
jugábamos con el viento
hablamos con los pájaros
corríamos felices por las praderas infinitas del medio día
hasta terminar exhaustos debajo de un árbol sin
memoria
a veces en el azul más limpio de su inocencia
se quedaba dormido
lo veía moverse inquieto
temblar
sonreír
cuando despertaba me contaba que había estado
en un hermoso lugar
donde seres luminosos con alas en la espalda
jugaban con él
que les dijeron
que pronto estaría con ellos
y que ya nunca más sentiría hambre
ni frío
ni soledad
Manuel
No tuvo más escuela que su corta vida
Sus nueve años sin historia y sin ninguna
procedencia
hoy que lo encontré dormido en una carbonera
arropado en su soledad
acurrucado en la nada
me deslumbró su recuerdo
descalzo
semidesnudo
sonriendo siempre
con su tristeza a cuesta
solitario
buscando entre los cubicuelos del hambre
un poco de agua
una fruta de lastima
un pedazo de pan
en las noches cuando se le hacia tarde
le suplicaba que se quedara con nosotros
no aceptaba
me miraba con toda su ternura acumulada entre
sus manos
y se despedía de mí con un abrazo de eternidad
y se alejaba entre las sombras hacia ninguna
parte
me quedaba junto al camino abrumado
por una inexplicable sensación de soledad
hasta que él se desvanecía en la distancia
con Manuel compartí la sed
el hambre
la pobreza
el frío
y la desnudez
y sobre todo la alegría infantil de correr
por los bosques memorables de la fantasía y los
sueños
Manuel
nunca me dijo donde vivía
cuando le preguntaba
me señalaba con insistencia un lugar perdido en
su memoria infantil
el cual yo no vería
ni encontraría
porque ese lugar sólo existía en el deseo que
él tenía de tener un hogar
cuando le decía que quería ir a su casa
conocer a sus padres
me miraba azorado
y se alejaba huyendo
ondeando su desnudez en el viento
escurriéndose en los latidos del bosque
ahora que Manuel está muerto
hemos buscado por todas partes su hogar
y sólo hemos encontrado debajo de un gran árbol
sin memoria
un lecho de flores y cenizas
donde Manuel todas las noches en su soledad
moría de frío y ausencia
Domingo Acevedo
Abril 2010
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras
amarillas del camino
la lluvia trajo en su
vientre
el olor sombrío del
musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y
ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros
fosforescentes en la noche
aviadores imposibles
haciendo piruetas
en un cielo crispado
de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja
Belén
Hijos póstumos
del rocío
Mis padres
hijos póstumos del
rocío
crecieron bajo el
sombrío reflejo
del relámpago y la
lluvia
cuando el trueno
iluminaba de misterios
los ignotos rincones
de los recuerdos
que se perdieron
entre la sangre y las flores
de una primavera
truncada por el peso
de las cadenas y los
arcabuces
allá
muy lejos en la
memoria
una embarcación
encalla entre los arrecifes
de los sueños
y bajo el resplandor
de una luna de cal
nostálgicas
tamboras atan mi vida
a la nostalgia
es aquí donde mis
padres
un hombre
y una mujer
ignorados leñadores
perdidos en el confín
del monte
diseñaron este traje
de carne y hueso
que he llevado puesto
por tanto tiempo
A mis padres Sergio
Bautista
y Cosuelo Acevedo
Otra
vez Santo Domingo
Ya es de noche
por la avenida
Duarte
una oleada humana se
escurre
entre los cristales
de las tiendas y la fantasía del neón
en el parque
Enriquillo agónicos bebedores de triculí
comparten su morada
con los palomitos del malecón
que huelen cemento
atracadores y
policías se confunden entre las sombras
y las luces de la
zona colonial
esperan a que sus
victimas
atraviesen los límites
de la inocencia
para atraparlos entre
las redes de la locura y el miedo
en Villa Juana y la Ciénaga
vendedores de crac y
marihuana
ofertan sus productos
al mejor postor
son las 3:00 A.M.
los jevitos de la Lincoln ebrios de cocaína
y velocidad
se masturban a nombre
de la madre
de la sociedad que
los parió
y en la París
con José Martí
viejas prostitutas de
algodón
hacen el amor a la
soledad
a esa misma hora en
la calle el Conde
frente a la catedral
primada de América
un mendigo defeca en
la conciencia de todos nosotros
desde la calle Isabel
la Católica
un fantasma lo
observa
y se aleja llorando
es la ciudad
en el semáforo de la Sarasota con Jiménez Moya
mendigos Haitianos se
suicidan con sus cuchillos de miseria
y en la zona norte
precisamente en
Capotillo
último reducto de la
esperanza
la policía reprime a
la población
que protesta contra
el FMI
y Joselito muere
asesinado
mientras que en Boca
Chica
una turista Alemana
se da un baño de sol y playa
el sueño de Hitler es
ya historia
a su lado
un negro criollo
duerme tranquilo
RAYO DE ETERNIDAD
Nací junto al resplandor azul
naranja de los sueños
en brazos de la quimera
cuando el sonido ancestral de los tambores
atrapaba a los hombres y las mujeres de la aldea
en la telaraña de la utopía y la nostalgia
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido
lejos del mar y la primavera
en el preámbulo de las mariposas
un día de otoño
cuando los soles eclipsados noviembre
emergían despacio de las aguas cenagosas del amanecer
ESPEJISMO DE LUNA
LLENA.
En mi voz
tus senos
resplandecen como el agua
bajo la luz de la
luna
dos alas crecen en tu
espalda
la noche es una flor
que en tu piel renueva sus pétalos minerales
y en la vaguedad
infinita de tus ojos
el mar pinta de
pájaros azulmarinos el horizonte
temblor del viento
detrás de los espejos aterciopelado de la alborada
libélula de cristal
atrapada en los contornos luminosos de tus fantasías
y en la voz del deseo
dos tatuajes de sal
se desnudan a la pasión
templos de leche
colinas de nata
pirámides de
azúcar
amanece en tu mirada
un sol ebrio de eternidad
y la luz
como un ángel de cristal líquido
danza en los
límite de tu desnudez y se aleja
y junto a un camino
de estrellas
en su génesis de
humedad
el rocío se desvanece
y entre tus piernas
en noches de olvido y
hastío
el fuego consume
sueños placeres
tentación de lo
infinito es el pecado de amar lo
prohibido
torres de algodón
hondura de la nada es
la distancia
que naufraga en la
pesadumbre de la ausencia
canto de sirena
tibios pezones de
miel
tu desnudez
ondula en mis
recuerdos
como un espejismo de
luna llena
2010
PENSARTE TAN
DISTANTE.
Pensarte tan distante
sentada en un trono
de ámbar
mujer que habitas en
mis sueños
equidistante de la
ternura y la pasión
retenida entre las
brumas del alba
diosa de cristal
enredadera luminosa
que trepa por las paredes de mi voz
canto de amor
unicornio de jade
bajo las lunas de abril
estrella de azúcar derretida
en la frente del horizonte
largo suspiro del mar
que salpica de salitre las ciudades
atrapadas en la
fantasía del neon
por sus calles de
hastío
un fantasma herido
por el tiempo
pregunta tu nombre a
pálidos transeúntes
atrapado entre los
espejos del olvido
2010
Haití
Grito que desgarra la
inocencia rota por el dolor
voces atrapadas bajos
los escombro del llanto
ciudades incineradas
cuerpos mutilados
cadáveres atrapados
en las enredaderas del viento
y detrás de los
parpados heridos de la noche
la multitud azorada
no despierta del horror
escarba entre los
escombros
busca entre las
cenizas un suspiro
halito de vida
luz que palpita en la
oscuridad de los días pasajeros
en la esperanza
atrapada bajo los escombros
en las manos
solidarias que remueven las piedras
buscando encontrar
bajo las ruinas de la sangre
el corazón herido de
la luz
2010
DOMINGO ACEVEDO
SANTO DOMINGO. R.D.