UNA TUMBA VACIA Y HONDA
Soy
no soy nada
regreso cansado del olvido
nadie me recuerda
como un serafín herido
tengo el horizonte
pegado en la piel
y en los ojos un sol oscuro
ilumina el sendero
ensangrentado de flores
regreso cansado
tengo las manos repletas
de eternidad
llamaradas de mariposas
de ellas vuelan hacia el ocaso
donde solitarias estatuas
abandonadas al azar
me miran con lástima
soy
no soy nada
detrás de las puertas del tiempo
siempre abiertas
un cementerio de estrellas
un lirio roto
una tumba vacía y honda
soy
no soy nada
FRENTE
AL ESPEJO
Volveré a ser yo
cuando mañana me mire al espejo
y vea a las bailarinas muertas
orinándose de asco
en medio de la noche
bajo una luna de plata
que alumbra la ciudad de mis sueños
donde me enfrento en sus calles
cuchillo en mano
a los duendes invisibles del tiempo
en un duelo rutinario e inútil
sabiendo que mañana
frente al espejo
volveré a ser yo
cuando me quite la máscara
y ya no me conozca
APOLOGIA
DEL TIEMPO
Soy el eco unicelular
del viento
mi voz húmeda
antes prehistoria de la vida
cabalga sobre el potro
indomable del tiempo
espada en ristre
decapitando siluetas
cuyas cabezas líquidas
estallan al tocar la tierra
salpicando las noches
de
lirios y azucenas
LLUVIA
HORINZONTAL
El verano empezó a vestir las tardes de
otoño
En la distancia los colores danzan con
las sombras
y huyen
impetuoso el viento galopa sobre la
nada
paraíso invisible de alegres
prostitutas
que danzan desnudas por las calles de
asombro
de un mundo pervertido
bajo el amarillo resplandor del ocaso
mariposas mordidas por las sombras
lluvia horizontal de peces congelados
en el tiempo
la ciudad duerme
aúllan los perros
el otoño está cerca
helados puñales hieren la noche
DESPEDIDA
De los ojos del viento
caen lágrimas sobre el horizonte
por el camino azul infinito de la
tarde
un ángel con las alas rotas Se aleja
QUETZAL
DE CRISTAL
Roto por el tiempo
bajo el sol de la tarde
un quetzal
ES LA MUERTE
Un caballo alado que en mis
pupilas
huye de la lluvia es la muerte
LA BANDERA DEL ODIO
Ellos izaron en sus corazones la
bandera del odio
con sus cuchillos de sal
hirieron la conciencia del mundo
desde entonces
cada gota de sangre en mis manos
es un niño que agoniza
VENDAVAL DE SANGRE
Por el camino hueco que todas las
tardes
deja la brisa en el horizonte
un vendaval de sangre sepultó
en el útero de la noche la luz
PERROS ALADOS
Una jauría de perros invisibles
protege el templo donde mi voz
desnuda como una virgen habita
DETRÁS DE LA NOCHE
Detrás de la noche
un ojo ancestral
llora el dolor del mundo
EXCEPTO MI VOZ
Las llamas en el fuego envejecen
son cenizas disecadas en el
viento
blanco perfil del humo
esqueleto dormido al filo del
silencio
todo lo consume el fuego
todo
excepto mi voz
ESPEJO DE LA MUERTE
La luz cristalizada en una
lágrima
Apuñaló la carne
bronca la sangre al tocar la
tierra
se levanta es sí misma
parpadea frente al espejo de la
muerte
se ruboriza
luego regocijada y sin prisa
se aleja
LUNA DE OCTUBRE
Luna de octubre en las noches de
febrero
con sus cuchillos de sal
apuñalan los fantasmas la noche
sangre en las manos del viento
pájaros de sombra
picotean los ojos vidriosos del tiempo
sí el tiempo llora
en sus lágrimas se ahoga la eternidad
CASI
En el horizonte
casi ave
casi luna
el viento
LAGRIMA DEL OCASO
Soy memoria de la nada
lágrima del ocaso
gemido secreto del mar
soy del horizonte la mano que te aleja
soy del viento el canto que se queda
soy de la noche la herida que no
cierra
soy de la humanidad la sangre que no
cesa
AHÍ VA UN FUNERAL
La luz lleva sobre sus hombros un ataúd
llora el cielo
una hilera de madres petrificadas junto
al camino
se tapan el rostro con las manos
herida de ausencia la brisa congeló en
su vientre
el vuelo mineral de los ruiseñores
sonámbulos los árboles dicen adiós a
nadie
en la distancia
los ángeles danzan con las sombras
y un galopar incesante de trompetas
ilumina las habitaciones efímeras
que el tiempo deja en el aire al pasar
MEMORIA NOCTURNA
Un rumor de olas
en la memoria nocturna del
universo
salpica de colores el horizonte
atardece
el sol deposita en las manos vegetales
del viento
los residuos minerales de su
origen
y el ruido tembloroso de la luz entre
mis ojos
quiebra los cristales de mi voz
EL MAIZ
Collar vegetal
de perlas amarillas
sobre el vestido verde
rizos de sol
SOBRE EL RIO
Mariposas color del viento
sobre el río la luna
ALBORADA DE HUMO
Escupitajo de silencio
alborada de humo esfumándose
detrás de los espejos distantes de la
nada
luna devorada por los cocodrilos
amarillos
del pantano nocturno
luz herida por la luz
anacahuita perenne
tamboras congeladas
en los sonidos azules del agua
lluvia de sal
volcán que eructa polvo
azufre
fuego
sobre la ciudadela de cristal de mis
fantasmas
desnuda una virgen permanece sentada
en el trono de ámbar de mi
soledad
CRISTAL DE AGUA
Cristal de agua
la luz se ha roto
un arco iris
HACE TIEMPO
Parece que aquí
todos murieron hace tiempo
solo queda un gran árbol
de cadáveres suspendidos
en el aire
ES QUE DE PRONTO
Es que de pronto la sangre
absurda
irreverente
inoportuna
iluminó con su temblor repentino
al día renovado en el odio
ESPEJO DE AGUA
Lluvia de peces dorados en la
memoria
mariposas que el viento deshoja
en los días grises
de un mes tardío como noviembre
ancianos pescadores frente al mar del
olvido
espejo de agua donde una luna moribunda
habita
niños tatuados de horizonte
sobre su conciencia cargan la luz
la acrisolada luz
la luz de la alborada
y sobre un caballo de cristal
una princesa de jade galopa
ESPEJO DE DOLOR
Me voy
siempre he sido un fugitivo
huyo de mí mismo
huyo del hambre y la miseria de
los niños
que cuelgan de mis palabras tiznados de
llanto
huyo de la palabra angustia
huyo de los fantasmas que
prisioneros
detrás del espejo se burlan de mí
huyo de la muerte
humanamente disfrazada de mujer
prostituta que en las esquinas
me invita a su morada
me incita al amor
al sexo
huyo de los ojos llorosos de la
noche
que detrás del cristal de una
estrella
es rocío al amanecer
huyo de la pena
de sus tentáculos imposibles que me
atan al dolor
huyo de la brisa fúnebre que viene de
los cementerios
huyo del humo que es memoria absurda de
la nada
huyo
me escondo detrás de los vitrales
de las tardes invernales de enero
y al mirarme en los ojos del
dolor
descubro que nunca fui a ninguna
parte
que la muerte siempre me retuvo a su
lado
LAS SOMBRAS DEL INSOMNIO
Salen de mi corazón
y se alejan hacia las brumas del
insomnio
por donde se esfuman
dejando una aureola de sangre
en las manos del viento
sus pasos concéntricos
vienen de los oscuros laberintos
de un mundo que los ignora
y los arrincona contra las noches
salitreras del mar caribe
por donde deambulan sonámbulos
escondiéndose en su propia miseria
bosteza el mar
parpadea el viento
languidece el sol
cantan los grillos
dueños de las noches y el dolor
con su tos y su hambre
sin mantas ni cobija
todas las noches
junto al mar se abrazan a la muerte
CIUDAD DE PAPEL
Ciudad que todos los días mira atónita
al mar Caribe
que la fecunda de salitre
embrujo de luna llena bajo estatuas de
bronce y cal
acantilado anfibio que muerde el
horizonte
ciudad de papel roída por la
lluvia
ciudad enclavada en un cateto de azúcar
y sal
ciudad antigua y ambigua
ombligo de la noche
equidistante del sol y las estrellas
ciudad recién nacida en su
heroísmo
en un golfo de flechas y sangre
cuidad de asombros y mendigos
de niños podridos por la
tuberculosis
y la modernidad
ciudad de prostitutas que a las 11:30
p.m.
en la Duarte con París se desvanecen en
su hastío
y a esa misma hora en la bolita del
mundo
un travestí hace el amor a la soledad
ciudad con sus náufragos de las 6:00
a.m.
frente al parque independencia
atrapados en su destino de
transeúntes
ciudad
horizonte de luna llena más allá de la
alborada
ladrido de perros azules
refugio de los niños que huelen cemento
y de los ancianos que beben triculí
todas las noches
entre la Caracas y la Ravelo
el parque Enriquillo los acoge en su
agonía
la ciudad
temblor y congoja
vida y muerte en la zona norte
mientras que en Capotillo
en la calle 6
los jóvenes se sublevan
y en la Albert Thomas con Ovando
un manifestante es asesinado
de sus heridas emerge la
primavera
bandera azules ondea el viento
la multitud atrincherada detrás de sus
voces
retrocede
y se dispersa en las habitaciones del
medio día
en el asfalto una flor tiñe de rojo la
esperanza
a esa misma hora en el parque
Colón
un fantasma desnudo baila ga ga
con la reina Isabel la Católica de
España
la ciudad
por sus calles de lágrimas
un niño limpiabotas no vuelve a
su casa
se quedó dormido en un rincón de la
vida
su cuerpecito de azabache tierno
reposa tranquilo en manos
de la eternidad
ciudad
heroína de todas sus guerras
que amamantó en su pecho a todos sus
héroes
y enterró en la primavera a todos sus
muertos
ciudad de espanto y fantasmas
en la calle el Conde
Nicolás de Ovando se jacta de su
sadismo
a esa misma hora en Cuba
Hatuey es quemado en la hoguera
pero en Santo Domingo
Enriquillo y Sebastián Lemba
reivindican sus razas
pero por Dios no digan a nadie
que Francis Drake defecó en
la catedral
y uso como papel desechable
la partida de nacimiento de Cristóbal
Colón
por eso es que nadie sabe con certeza
el origen perverso de tan
intrépido navegante
y no olviden que la ciudad no es
más
que un espejismo de neón líquido en la
oscuridad
LAS CENIZAS DE MIS SUEÑOS
He venido a edificar sobre las cenizas
de mis sueños
un monumento a la muerte
a la terrible muerte
a la que tiene mil ojos diseminados en
el viento
la que me vigila desde mis
adentros
la que se alimenta desde mi silencio
la que se muta en mis
sentimientos
la que se prostituye con el tiempo
la humanamente inhumana muerte
la que seduce y no da tregua
OJOS DE SAL
Aureola de sangre
ojos de sal derritiéndose en la
noche
lengua mineral y salobre
víscera de animal feroz
dientes de vampiro sediento
corazón de hombre cruel
manos asesinas
aliento pestilente
boca de palabras endemoniadas
pies de cíclope derribado
brazos de Sansón ciego
muchedumbre acorralada y temerosa
es la humanidad
TIERNO CORAZON
Lluvia del sal sobre la primavera
rayo carnívoro que muerde
el corazón tierno de las nubes
anfibios sollozos perforando la noche
piedra de sacrificio
iluminada por la sangre de un sol ciego
virgen descorazonada
por los demonios de sus deseos
ángeles mutilados por el pecado
ojos que miran desde la ausencia de la
muerte
hombres consumidos en su ego
niños heridos en su inocencia por la
guerra
y más allá de la ira y el odio
una bandera blanca ondea en mi corazón
POR EL SENDERO
Es media noche
iluminan el sendero
los pasos sonámbulos
de una luna enamorada del sol
DOS ANGELES
De tu mirada dos ángeles heridos
de distancia se escapan
y en tu rostro
dos ventanas de ternura
se abren a la serena infinitud del
amor
DETRÁS DEL CRISTAL
En las noches
petrificado tras el cristal de mis
recuerdos
tu cuerpo desnudo danza en la penumbra
del tiempo
ALBORADA
La distancia
cristal roto por el tiempo
espejo de donde se escapan los
colores
con los que las manos mágicas del tiempo
pintan de fantasía la alborada
LA RUEDA DEL TIEMPO
Bajo la sombra del árbol de mi
voz
dos ángeles juegan con la rueda del
tiempo
enredada en la nada
la luna forcejea con el horizonte
intenta zafarse de las manos del viento
que contra un espejo azul la esclaviza
y la doblega en todo su ímpetu
mariposa enamorada del sol
congelada en el limbo redondo de la
eternidad
LOS GRILLOS
Perfil sonoro de la noche
los grillos
PAJAROS DE OTOÑO
Pájaros de otoño arrastran en su vuelo
los residuos minerales de un sol
que se crispa en la distancia y se
aleja
dejando en las manos vegetales del
viento
el resplandor mineral de la noche
QUIERO QUE ME RECUERDES
Quiero amor que me
recuerdes
este septiembre azul
de luto
en que nuestros
muertos
permanecen recientes
en el tiempo de
flores
de esta primavera
muerta
intacta bajo las
ruinas
de la historia
que bajo las
cenizas aún tibias
guardan petrificado
el olor
a sangre de la
pólvora
quiero amor que me
recuerdes
precisamente esta
tarde
en que después de la
lluvia
por las calles
húmedas y frías
ondean las banderas
fúnebres
por los que se han
ido
por los que ya no
volverán
esta tarde en que
después de la lluvia
amordazamos nuestra
ira
y todo nuestro rencor
se reduce al silencio
de unas lágrimas
secretas y breves
que surgen de
nuestros pechos
hechas un grito
desgarrador y sordo
que estremece los
cimientos de la multitud
envuelta en su gris
melancolía de lluvias
y nostalgias
que perfora el alma
de cenizas
de las golondrinas de
plata
que todas las tardes
sueñan con ser
estrellas
de las noches cálidas
de un verano incierto
quiero que me
recuerdes
hoy más que nunca
oh amor
en que para siempre
me he quedado solo
perdido entre las
brumas
de esta tarde abismal
por cuya oquedad
la multitud se escapa
del tiempo que oxida
sus sueños
que la dispersa
que la arrincona
contra la nada
la multitud que aun
clama y grita
por los que se han
ido
por los que ya no
volverán
y sus gritos de
siempre
se pierden entre la
brizna
de la noche eterna
de un tiempo amargo
donde el terror
redujo nuestra
existencia
a la clandestinidad
del exilio y la muerte
Dedicado a todos los
mártires
de Septiembre
DE LA NOCHE AL
OLVIDO
Mis padres
vienen eternamente del rocío
su lento caminar por
el camino real
es ya nostalgia
sus voces el
tiempo
las fue apagando en
los conucos
la lluvia se llevó
todo lo hermoso
más allá de la
primavera
la ciudad ahogó sus
sueños
y en el espejo
ese esqueleto que
fosforece se parece tanto a mí
que tengo miedo de
mirar hacia atrás
y ver agonizar en los
cubícalos del hambre
a ese niño que en su
mirada lleva mi nombre
y en su frente
tatuada una luna de sal
detrás de la
alambrada
un lirio de sangre
ilumina la noche
y por el camino real
mis padres siguen su
lento caminar
de la nostalgia
al olvido
EXILIO
II
Hoy añoro mi patria
desde la distancia
más honda
que habita en mis
recuerdos
mi patria herida
por el frío cristal
del odio
herida por la
humanamente
inhumana muerte
que persigue y
aniquila
a los que levantan en
sus manos
la bandera multicolor
de la esperanza
la muerte enseñoreada
en su incansable
maldad
la que sin tregua
traspasa el tiempo
hasta el último
aliento de la vida
la muerte regocijada
en su trono púrpura
escupiendo azufre
sobre el fervoroso
sueño
de la multitud
la muerte
la incansable muerte
la que se esconde
detrás del estridente
destello
de la metralla
la que danza alegre
al compás fúnebre de
la sangre
la muerte
la infinita muerte
omnipotente y
omnipresente
la que aniquila y
destierra
la muerte
la fatídica muerte
la verdadera muerte
hoy añoro mi patria
desde la distancia
más honda
de esta ciudad en la
que habito
en México o Praga
en París o Costa Rica
en Argentina o Chile
las calles serán
siempre
igualmente solas y
tristes
Dedicado a Roque Dalton
TESTAMENTO DE DOLOR
Los días se dejaron vencer
por los duendes de la
lluvia
iluminan el ambiente
los restos podridos
de las mariposas de
abril
mayo como un
galipote
perdido en el bosque
llora
la muerte danza con
la miseria
y en el bohío
los niños
moribundos
de doña Isabel
escriben con
sangre
en los papiros
de la memoria
su testamento de
dolor
a la humanidad
ENTRE EL AMOR Y LA
NOSTALGIA
Nacimos entre las
flores y las estrellas
entre el amor y una
inmensa nostalgia
donde nuestra alegría
no fue más que una utopía
un ritual
amargo de tamboras
que hacían crecer
nuestras raíces
en noches de cánticos
fúnebres
hasta otros
amaneceres
donde la realidad no
era más que un sendero
en donde nos encontrábamos
con nuestra soledad
profética
en la que quedábamos
atrapados por siempre
pedidos en un mundo
mágico
de fantasmas y
duendes
que nos persiguen más
allá del tiempo
y yo que he
sobrevivido a la muerte
soy el único que
escribe con su voz
en las paredes del
tiempo
un testamento al
olvido
LA TIA AGUSTINA
La tía Agustina
todavía permanece
recostada en la
ventana del tiempo
mirando hacia el
sur
hacia donde el mar
Caribe
se alarga hacia lo
infinito de su imaginación
salpicando sus ojos
de nubes fugaces
y remotos
pájaros marinos
petrificados en ámbar
celular de su mirada antigua
que todas las tardes
se derrite en la distancia
chorreando el
horizonte
de fosforescentes
mariposas
que vuelan sin pausa
tratando de alcanzar el sol
que navega en un
espectral océano de colores
hacia ninguna
parte
SEÑALES DE HUMO
Era la abuela mamá
Tita
la que hilvanaba con
los hilos del alma las noches
la que todas las
tardes se sentaba a orillas del camino real
a mirar el horizonte
intentando encontrar
entre las rosas del crepúsculo
señales de humo que
los pieles rojas
habitantes de más
allá del mar
envían al azar
en las que dicen que
ellos todavía luchan
por recuperar las
tierras sagradas
que el hombre blanco
hace tiempo les quitó
que no descansarán
hasta recuperar las colinas negras
donde reposan
los espíritus de los guerreros
que lucharon contra
los caras pálidas
cuya crueldad recién
estrenaba con ellos el horror
VERTIGO DE NOSTALGIA
Hermano
hace tiempo que
partiste
en el carrusel de la
inocencia
hacia el inefable
laberinto de la nada
te fuiste
a poblar de ángeles
la ausencia
pero el llanto
irrevocable
aún humedece los
recuerdos
y en la memoria
la llovizna pertinaz
de entonces
se mezcla con el humo
de los fogones
donde la esperanza se
consume
fúnebres banderas
ondean
en las manos del
viento
vértigo de nostalgia
huracán de cenizas
que viste la noche de
luto
dagas clavadas en la
garganta
ay mis dedos siguen
cavando fosas
donde no cabe la
angustia
adiós
pero deja hermano mío
deja
que mis lágrimas
aten tu recuerdo a mi
corazón
no te quedes callado
rompe tu silencio de
abismo sideral
abre los ojos
abrázame con la
mirada perenne
de la vida
y si te vas
si te vas llévame
contigo
no me dejes
llévame contigo
dolor
llanto
lágrimas
ya no te encontraré
amasando con tus
manos recién nacidas
la luz del crepúsculo
ay tu cuerpo
horizontal y pálido
tu cuerpo de cristal
quebrado
por un haz de luz
carnívoro
tus ojos
helados promontorios
de estrellas
en la cúspide del
universo
tus manos dormidas
entre mis manos
tus manos de témpanos
morados
tus manos
tu risa
tu risa
tu risa enorme como
el viento
cantan los árboles tu
nombre
en donde podré
esconderme
que la soledad no me
atrape
A Guaroita
Acevedo
Mi
hermano
NACI FRENTE AL MAR
Nací frente al mar
en una ciudad ilusoria
atestada de fantasmas
que corren y danzan alegres
por calles anegadas
de algas, peces y corales
que florecen todo el año
Iluminando los rincones
de las casas invisibles
donde habitan las sirenas
que atraen con su canto
a viejos marineros
con sueños de piratas
que navegan perdidos
por lugares remotos
donde el olor estancado
de lunas florecidas
deja un rastro lumínico
de pétalos dormidos
sobre los mares
del tiempo perdido
donde peces gigantescos
y monstruos marinos
devoran los barcos
con la tripulación adentro
esa ruta de naufragio
lleva a lejanos puertos
de babilónicas ciudades
donde hermosas sirenas
disfrazadas de doncellas
reciben a los viajeros
con guirnaldas de estrellas
música de ángeles
banquetes faraónicos
y amplios salones
decorados sin prisa
donde marineros decrépitos
y hermosas sirenas
disfrazadas de doncellas
bailan sin descanso
música triste de otros tiempos
RUISEÑOR DE LUZ
Pequeño ángel distraído junto al
sendero
descalzo sobre la tierra mojada
semidesnudo en medio de la luz
cenagosa
de la tarde
amasando con tus manos el barro
fosforescente
de la alborada
me miras y sonríes
y de tus manos se escapa un ruiseñor de
luz
que atraviesa los salones en penumbra
de la sangre
y se posa en el árbol más alto de la
memoria
desde donde alumbra con su trino
el lugar donde habitas desde
entonces
Miguel
A Miguel Ángel Acevedo
EL AROMA DE TU SOMBRA
Hoy nos llega tu recuerdo
vestido de diamantes y rocío
ya no hay estrellas en tus ojos
ni la luna brilla en tu voz
sólo nos queda tu ausencia
el aroma de tu sombra en cada rincón de
la casa
el pley donde se forjaron todas tus
ilusiones
los guantes
las pelotas
el bate
los niños que te veneran y te
nombran
el sonido de tus pasos que vienen y van
por las calles que cargaron por
siempre
todos tus sueños
tu afán
tu cotidiano afán
tu lucha permanente
tu sed de justicia
toda tu ternura se resume
en el irrevocable amor por tu
madre
en esos tres lirios que
sembraste
en el huerto de la vida
y al final
sólo nos queda tu recuerdo
la grandeza de tu obra
que aplasta la voz agorera de los
inicuos
que archivaron en su vientre la maldad
hijos perversos de la mediocridad
que el día de tu muerte
jubilosos alzaron sus copas
y brindaron
ellos tienen nombres y apellidos
y el fétido olor de los traidores
a pesar de su ira
tu creces todos los días
en las tiernas sonrisas de los
niños
tu humanidad se multiplica
entre los dedos alfareros del
viento
que nos trae tu nombre en su voz
Ay Miguel
como nos duele tu ausencia
como sangra este enero en la
piel
A Miguel Ángel Acevedo
EL MAR
Del mar lejano e
inalcanzable
sólo tuvimos
referencias absurdas
que según la leyenda
dejaron a los abuelos hace siglos
extraños viajeros
azules como el color líquido del mar
que pasaron
presurosos por nuestras tierras
huyendo nuca supimos
de quien ni de que
dejando todo el
camino un rastro indefinido y húmedo
que salpicaba de rocío
las mañanitas amarillas del otoño
cuyo encanto de luna
nueva
todavía nos endulza
el alma de una rara sensación
que nunca pesar del
tiempo hemos podido explicarnos
aun cuando todavía
sentimos la necesidad
de hablar con alguien
de ella
de buscar evidencias
de querer compartir
ese raro sentimiento con los demás
de seguir el rastro
que dejaron esos viajeros en nuestros corazones
que marca la ruta más
lejana hacia la fantasía
donde ellos no son
más que un espejismo
que tuvieron los abuelos
que se murieron
anhelando ver el mar
sin saber que
lo tenían tan cerca
que si querían con el
alma lo podían tocar
FUEGO INTERIOR
A veces te huelo dentro de mí
te presento a mi lado
trepando por las paredes de mis
sueños
y sigo tu rastro a través del invierno
voy marcando mis huellas sobre la nieve
del olvido
para que el viento gélido del
olvido
no apague el fuego que arde en nuestro
interior
a veces te imagino en las antiguas
terrazas
del templo Kyomizu
mirando los cerezos que florecen
en las manos del viento
o disfrazada de geisha navegando a la
deriva
entre la multitud que naufraga
tras los cristales de las tiendas
que en la exclusiva zona de Ginza
fosforecen
como lunas extraviadas en el fondo del
mar
o simplemente parada
en la estación del tren hacia Tokio
Kobe me parece desde aquí
una ciudad fantástica
con luces y estrellas que en las
noches
se agrupan en tus ojos
como veleros que navegan
hacia los puertos babilónicos de la
fantasía
donde tú permaneces frente al mar
acurrucada en mi pecho
como una niña recién nacida
LA CIUDAD DE EDO
Te imagino
navegando a la deriva
entre la nebulosa marea de la
antigua
ciudad de Edo
salpicada por las voces de los
noctámbulos
transeúntes del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan sin
fin
alrededor de las ultimas
hogueras
que iluminan el verano
en noviembre
en lo más alto del monte Fuji el sol se
crispa
y envejece
y te imagino
bajo las sombras congeladas
de los rascacielos de la parte alta de
Tokio
diluyéndote a través de las tibias
vidrieras
de las tiendas
o mirando a través de los
recuerdos
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando
a través de la ventana
de tu apartamento en Osaka
como las sombras de la noche
aletean
en la distancia y mueren
abril es un cerezo que florece en mi
voz
cuando te nombro
es la hora del té
las calles de Asakusha
se perfuman con los colores rojo
amarillo
de las Geishas que se eternizan
en el ambarino reflejo del
neón
y más allá de la pena
el sol se revuelca en sus cenizas
y resplandece en tu ojos
mientras por el sendero de bambú
el musgo y el olvido crecen
en el estanque
una flor de loto ilumina la noche
OCEANO PURPURA
Los días finales da abril
se fueron navegando en un océano púrpura
hasta naufragar en el supremo instante
de la muerte
SOL DE VERANO
Atardece
el sol del verano se denuda y danza
seduce a las sombras y huye
por la ciudad perdida en la memoria del
tiempo
un niño con hambre se aleja
BRUMAS DE INSOMNIO
Brumas de insomnio
sobre los campos verdes
gotas de rocío
EL SOL BOSTEZA
El sol bosteza
amenaza con llover
un arco iris
FLOR DE LOTO
En el estanque
ilumina la noche
una flor de loto
UN COLOBRI
todas las tardes
un colibrí reaparece
de dónde viene
SOL TAN DISTANTE
Sol tan distante
brisa de primavera
flores de abril
VA TRAS LA TARDE
Prisionero de la brisa
un caballito del diablo
va tras la tarde
EN EL VACIO
Duele en la ausencia
la mirada del tiempo
en el vacío envejece
LUNA CRECIENTE
Manchas de pecas
en el rostro de la noche
una sonrisa
COLOR DEL OTOÑO
La noche es un árbol que florece en el
mar
sus ramas repentinamente concéntricas
humedecen con sus sombras
todos los confines del universo
sus hojas
pájaros color del otoño
picotean las paredes de la ciudad
que la quimera forró
de fosforescentes mariposas
EL TEMPLO DE JADE
Alados peces persiguen barcos
remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas
delfines de colores
tiburones perdidos en un banco de
coral
un océano de sueños
ofrezco a la mujer que tiene su
trono
en el templo de jade
NOCHE POSTUMA
Tronco de árbol perezoso
que crece en el bosque de la
nostalgia
raíz de agua luminosa
enredaderas de sombras
noche póstuma
hoguera celestial
enluta la primavera
la sangre de la luna herida por los
siglos
FLOTA LA LUZ
Flota la luz sobre la tenue oscuridad
del amanecer
cantan los gallos
aúllan los perros
se disipan las sombras
despierta el día
sonríe el sol
los pájaros salen de sus nidos y
bostezan
en el arado
los hombres reivindican la vida
MUDA DE SANGRE
Tan parecido a mí
un niño llora en mi conciencia
sus lágrimas
cuchillos de sal hieren mi voz
mudas de sangre
mis palabras pululan por la
ciudad
iluminan de esperanza
los escondrijos de la muerte
HOGUERAS DE SANGRE
Largos caminos de
viento y de sal
naos repletas de
voces
que se ahogan en la
noche
rastro infinito de
cadáveres en el mar
raíces sembradas en
el viento
miradas aplastadas
bajo los escombros
rojizos de la tarde
huellas congeladas en
la memoria
hogueras de sangre
iluminan en el cielo
pasos que se pierden
en un siglo
de luces y sombras
trapiches olvidados
junto al sendero
de un trópico lejano
tamboras
maracas
danza
sudor
rotas las cadenas
no puede el látigo
huérfano de toda
humanidad
acallar el canto
que brota del
cañaveral.
DE ÁFRICA
De África a los
trapiches
de los trapiches a
los manieles
de los manieles a la
aurora
venturoso es el
camino
que lleva negro a la
gloria
ÁFRICA
I
África
te llevamos dentro de
nosotros
donde corres
impetuosa
como un río que infla
nuestras venas de
orgullo
II
lates en nuestros
corazones
como un tambor
que enciende nuestra
sangre
de ritmo y pasión
III
África
tan lejos y tan cerca
como el horizonte
de una primavera
tropical
IV
oscura y dulce como
el azúcar crema
V
liviana y simple como
una mariposa
VI
alegre y tierna como
una doncella
enamorada por primera
vez
VII
África
aquí en nosotros
tú vives en América
TROPICO DE FUEGO
Trópico de fuego
cañaveral de sangre
ingenios oxidados por
el dolor
senderos perdidos en
la memoria
hombres tendidos al
sol
con el alma
encadenada
a los sueños
y más allá de la
angustia púrpura
del látigo en la
espalda
la libertad es un canto
TRIBUTO DE SANGRE
El silencio rinde su tributo de
sangre a mi voz
a mi voz
a mi voz Caribeña
a mi voz antillana y mulata
a mi voz infatigable de tamborero
a mi voz de ingenio
donde los hombres salpicados de
caña y azúcar
se levantan con los primeros
fulgores a dejar en un canto
la vida en el cañaveral
a mi voz repartida en el viento
grito de guerra que reivindica en las
noches
bajo las palmeras en una danza su
origen
su origen perdido entre las olas y el
salitre del tiempo
su origen de cadenas
y espanto exilio de muerte
rastros de agua y sal
en la memoria una multitud de cadáveres
azorados
se amotinan
y de cada latigazo en la espalda del
negro
nace este canto
nace esta danza
nace mi voz
SEBASTIÁN LEMBA
Ven aquí negra mía
y deja que la luna
de seda y ternura
te vista la piel
vamos
que en los manieles
repican las tamboras
anuncian que
Sebastián Lemba
las cadenas rompió
y los negros en
América
libres ya son
PIEDRA DE SACRIFICIO
Esta herida que tengo
en el costado izquierdo
de la memoria
no deja de sangrar
mariposas amarillas
en mi voz
mi voz que llegó de
África a este continente
desnuda y con
grilletes
en una carabela que
iba vomitando cadáveres
por los mares sin
retornos del tiempo perdido
dejando en los
salones memorables de la noche
un cementerio de
muertos innombrables
que permanecen
intactos en las urnas funerarias
del viento
esta herida que
tengo en el costado izquierdo
de la memoria
no deja de
sangrar mariposas amarillas
en mi voz
en mi voz de tambor
ancestral
que ilumina con su
canto
los azules rincones
del agua
eco luminoso
manantial de luz que
brota
de las heridas del
tiempo
piedra de
sacrificio
raíz de árbol sagrado
hoja petrificada tras
el ambarino cristal
del otoño
cuchillo de sal que
hiere la eternidad
canto de guerra
alarido de
muerte
mi voz
llanto de sirena en
un océano envenenado
de cadáveres
fosforescentes
lluvia de caracoles
dormidos en el alma
ala de guaraguao
nido de aves
fantásticas
sonido de selva
tropical
mi voz de cañaveral y
trapiche
de guarapo y
melaza
de algodón
ensangrentado de sudor
y espanto
mi voz
por el sendero
que une a los dos continentes
un sonido de cadenas
rotas ilumina la historia
TU HISTORIA
Es la tambora
la única que sabe tu
historia
no es el látigo
que en tu espalda
levanta surtidores de
sangre
en tu piel
no es el sol que
derrite
tus sueños
ni es el amo
ay negro
es la tambora
la que en cada sonido
cuenta tu historia
EL LATIGO
Del látigo al salario
tu historia
siempre ha sido la
misma
negro
la vida por
nada
en el trabajo dejas
NEGRO
Negro
no olvides que vienes
de África
que tu jornada es la
gloria
que con tu sangre en
América
también se escribe la
historia
NEGRA
I
Negra
ven a los brazos del
negro
que la noche es breve
II
Ven
que el amo duerme
III
Ven
que el amor te libera
LA REINA
Negra
que habitas en el
ritmo
de los atabales
que gritan tu
procedencia
cuando en las noches
bajo las ceibas florecidas
de estrellas
las manos sudorosas
de los hombres
despedazan a ritmo
los cueros de las
tamboras
para que tú
coronada de ilusiones
seas la reina del
batey
UN SENDERO DE SANGRE
Ay negro
cuando quisiste ser
libre
nadie pudo detenerte
por un sendero de
sangre
tus huellas van tras
la alborada
TROPICO Y SANGRE
Sol de trópico y sangre
noche de luna y danza
bajo el sol del medio día
un negro suda y canta
ESTRUENDO DE ARCABUCES
Estruendo de arcabuces
perforan las paredes del tiempo
Anochece
el mar salpica de cadáveres
los azules rincones de la
distancia
arde la noche
en la memoria
pasos desnudos huyen
y un galope desenfrenado de
caballos
acorrala en la oscuridad
los gritos y las voces de los
guerreros
que con su sangre iluminan el
camino
de la esperanza
piedra de dolor
inerte la carne
mudas las tamboras
una hilera de hombres y mujeres
vencidos
miran azorados a sus verdugos
y al compás de la muerte
el látigo y las cadenas danzan
amanece
por un océano de sangre
una embarcación se aleja
DOMINGO ACEVEDO