NO A LA CAMPAÑA DE DESCREDITO QUE ALGUNOS MEDIOS ESPAÑOLES HAN DESATADOS CONTRA EL PAIS.
Rechazamos la campaña de descrédito que contra del país algunos medios informativos Españoles han lanzado y damos testimonios de que la primera ayuda que llegó a Haití fue desde la República Dominicana y que el país ha sido mas que solidario, no es cierto que la frontera este cerrada y que se impida la entrada de haitianos hacia el país, los hospitales nuestros están llenos de haitianos heridos a los que se les están dando el trato que merecen, y nuestra frontera está abierta, totalmente abierta para que la ayuda llegue a tiempo al pueblo haitiano y somos el centro de operaciones de muchas instituciones internacionales, que operan desde territorio Dominicano, desde el cual envían por vía aérea y terrestre la ayuda a ese empobrecido país.
Y recordamos a España la deuda de sangre que tiene con estos países, a los que enlutó y saqueo, no olvidamos como se ensañaron hace poco más de quinientos años contra estas naciones, en donde cometieron las más crueles atrocidades en nombre de Dios, aun no olvidamos el genocidio que en contra de nuestros indígenas cometieron y luego la trata de esclavos, la crueldad del amo Español en contra de los esclavos africanos, esa heridas a pesar del tiempo aun no cierran, están abiertas y sangran por las venas abiertas de América Latina.
No es España quien mejor trata a los extranjeros, las mujeres Dominicana que van a trabajar honestamente son constantemente vejadas en los aeropuertos Españoles, y son permanentes las quejas de nuestros trabajadores por el trato que se les da, en la mal llamada madre patria.
No a la campaña que algunos países, personas, y ongs, hace tiempo han desatado en contra del país por la problemática haitiana, somos un país soberanos y rechazamos la ingerencia extrajera, que España, Francia, Estados Unidos y Canadá asuman su responsabilidad en la crisis Haitiana, más allá del terremoto, es tiempo de forjar un futuro esperanzador para esa nación, es esta la oportunidad de darles a los haitianos la esperanza de organizarse como nación, de acabar con la tragedia del hambre y la pobreza.
Un nuevo amanecer para Haití, es posible.
Domingo Acevedo.
ENERO 2010