sábado, febrero 11, 2017

SEÑALES DE HUMO


Era la abuela mamá Tita 
la que hilvanaba con los hilos del alma las noches 
la que todas las tardes se sentaba a orillas del camino real 
a mirar el horizonte 
intentando encontrar entre las rosas del crepúsculo 
señales de humo que los pieles rojas 
habitantes de más allá del mar 
envían al azar 
en las que dicen que ellos todavía luchan 
por recuperar las tierras sagradas 
que el hombre blanco hace tiempo les quitó 
que no descansarán hasta recuperar las colinas negras 
donde reposan  los espíritus de los guerreros 
que lucharon contra los caras pálidas 
cuya crueldad recién estrenaba con ellos el horror 

Domingo Acevedo.



 Fotos tomadas de la red.


Ecuentren los rostros econdidos en el árbol

Tomada de la red

viernes, febrero 10, 2017

49 años después de la masacre del 9 de febrero de 1966… ¡Nunca jamás!


Por José Bujosa Mieses
DSC06271SANTO DOMINGO. Bajo un brillante sol caribeño, aquella mañana de primavera, del 9 de Febrero de 1966, frente al Palacio Nacional, fueron asesinados y heridos varios estudiantes por reclamar del gobierno provisional que presidia el Lic. Héctor García Godoy, una respuesta positiva respeto a la solicitud de reconocimiento gubernamental del Movimiento Renovador Universitario (MRU).
El reconocimiento en cuestión implicaba la entrega de los fondos correspondientes a las asignaciones presupuestarias dejadas de entregar en los meses de vigencia del MRU, fraguado en el proceso revolucionarios constitucionalista y patriótico de la Guerra de Abril de 1965.
Portando la Bandera Nacional y sus útiles de estudio (mochilas, lápices y cuadernos), los estudiantes conducidos por la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) y las asociaciones estudiantiles de los liceos públicos encabezadas por la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER) y la Juventud Social Cristiana (JRC) marcharon desde muy temprano de la mañana desde sus respectivos liceos rumbo al palacio de gobierno.
Cerca de las 10 de la mañana alrededor de 1000 estudiantes se encontraban concentrados frente a la puerta de la sede de gobierno ubicada en la intercepción de las calles Dr. Báez y Moisés García.
Voces de jóvenes estudiantes con sus manos en alto y aferrados a las banderas lanzaban consignas de apoyo al Movimiento Renovador Universitario (MRU), al tiempo que demandaban los fondos presupuestales para la UASD.
Como medidas de seguridad, ante los febriles manifestantes, varios policías y guardias presidenciales se apostaron detrás de la verja en posición agresiva apuntando sus fusiles y ametralladoras contra los estudiantes.showimage.php
Cerca del Palacio, patrullas de soldados invasores, pertenecientes a la Fuerza Interamericana de Paz (FIP), se observaban en jeep pertrechados de cañones y ametralladoras de altos calibres.
Se recuerda que la FIP fue un engendro creado por Organización de Estados Americanos (OEA), obedeciendo órdenes del gobierno de los Estados Unidos de América, luego de ocupar militarmente el país, el 28 de abril de 1965, para impedir el triunfo de la Revolución Constitucionalista.
Entre consignas y arengas improvisadas de fervientes oradores los dirigentes de la FED, liderados por Amín Abel Hasbún, escogieron una comisión con el encargo de entrevistarse con el presidente Godoy. Los escogidos fueron: Amín Abel Hasbún, Secretario General de la (FED-Fragua), Carlos Dores Cabral (Fragua), Diomedes Mercedes (Fragua) Romeo Llinaz, (BRUC), José Sosa Valentín, (Fragua), Carlos Amiama (Fragua), Pedro Díaz (UER) Jimmy Sierra (JRC), Barón Suero (JRC), Gustavo González (JRC), Juan Vargas (UER), Otto Pichirilo (UER), Jacobo Valdez (Bruc) y Arístides Martínez (Fragua).
El presidente ausente
En el Palacio de Gobierno los comisionados son recibidos por el Secretario de Estado de la Presidencia, doctor Jaime Manuel Fernández quien les comunica que el mandatario no se encontraba en la sede presidencial pero que estaba en disposición de recibirlos en su residencia a las 3:00 P.M. Propuesta que fue rechazada por la comitiva que decide esperar al mandatario sentados en la escalinata del Palacio Presidencial, posición que les permitía observar lo que ocurría en la manifestación.
Mientras los comisionados gestionaban la entrevista con el mandatario deciden designar al Bachiller Romeo Llinas para que bajara a informar a los manifestantes los pormenores de su gestión..
Subido en el borde de una verja, ubicada en la intersección Dr. Báez con Moisés García, desde donde Llinaz se disponía dirigirse a la multitud, fue bajado violentamente por un agente policial, provocando la reacción inmediata de decenas de estudiantes que se abalanzaron contra el policía en solidaridad con su compañero.
Mientras esto ocurría otro grupo de estudiantes incendiaron una bandera de los EEUU a grito de ¡Go Home Yanquis! Fue en este instante que se escuchó la voz de un oficial policial ordenar ¡Fuego! A partir de esa orden solo se escuchó el ruido aterrador de las ametralladoras y fusiles que apuntaban sus cañones contra indefensos estudiantes.
Sangre y pólvora se unieron en una atmósfera irrespirable
EL 9 DE FEBRERO DE 1966 NUM 3 001Al término de la balacera, que duró por más de 5 minutos, solo se escuchaban los gritos y quejidos de los heridos tirados en el asfalto y rodeados de sus únicas armas: cuadernos, lápices, mochilas y banderas. Mientras otros despavoridos corrían por las calles aledañas gritando ¡Asesinos! ¡Asesinos! ¡Go Home Yanquis!
Héroes y mártires
La acción dantesca dejó un balance de cuatro estudiantes muertos: Antonio Santos Méndez, estudiante de Química Superior de la UASD, de 22 años, Miguel Tolentino, Luis Jiménez Mella, de 18 años y Amelia Ricart Calventi.
Amelia, de apenas 15 años, era estudiante del Instituto de Señoritas Salomé Ureña, su columna vertebral fue impactada por una bala que finalmente le arrancó la vida, tras ser sometida a una cirugía en los Estados Unidos.
Brunilda Amaral, estudiante del mismo instituto también fue herida de bala en la columna vertebral, sometida a varias cirugías pudo salvar su vida igual que Antonio Pérez (Tony).
Otros de los que recibieron heridas de consideración fueron: José Ramón Casimiro, Griselda Zorrilla, Miguel Núñez, Juan Castro, José María de la Cruz, Ernesto Caamaño y Víctor Ramírez. Y entre los lesionados de heridas menores estaban: Jaime Tomas Estrella, Ciprian de Jesús Báez, Modesto Guzmán Castro, José Javier Solís, Vinicio García, José Zabala, Roberto Ramírez y Evita Germán. La mayoría de los heridos fueron atendidos en el hospital Padre Billini y en la Clínica Abel González.
Reacción popular
La reacción popular a la masacre no estuvo espera. La comunidad educativa, religiosa, política y sindical repudio con energía la sangrienta embestida contra los estudiantes.
Ese mismo día, en horas de la tarde, se presentaron al Palacio de Gobierno el padre Sergio Figuereo acompañado de los estudiantes Héctor Manuel Valdez, Ramón Alburquerque y Rafael Alcántara a manifestarle al mandatario su rechazo al hecho de sangre en un gesto de solidaridad con la causa enarbolada por los manifestantes.
De la misma manera, cientos de ciudadanos de todos los estratos sociales visitaron los hospitales y clínicas para conocer el estado de los heridos y darles apoyo a sus familiares. La comunidad política y sindical llamó a una huelga general en repudio a la masacre, el cumplimiento de las demandas de los universitarios y la salida de las tropas de ocupación de los planteles y del territorio nacional.
El rector de la UASD, Andrés María Aybar Nicolás, el mismo día del hecho de sangre suspendió las labores académicas del día, al tiempo de declarar tres días de duelo oficial ante el infausto acontecimiento que enlutaba a la comunidad académica y estudiantil. En solidaridad con la causa de los estudiantes, los docentes de la Universidad Católica Madre y Maestra, de Santiago, abandonaron las aulas. Situación semejante ocurrió en las escuelas públicas y colegios privados al tiempo de exhibir a media asta la Bandera Nacional en demostración de duelo.
La huelga general fue convocada sin tiempo definido, pero se prolongó por siete días con un luctuoso balance, en sus primeros tres días, de 16 personas muertas, entre ellas tres agentes policiales. La jornada adquirió un carácter patriótico ante la presencia de las tropas de ocupación que fueron enfrentadas militarmente por ex combatientes constitucionalistas que les infringieron varias bajas a los invasores.
Sobrevivientes
En honor a los caídos, el 9 de Febrero de 1966, los sobrevivientes de la masacre fundaron el Comité Permanente 9 de Febrero que se encarga cada año de mantener vigente esta fecha en la memoria histórica del pueblo dominicano.
Este año lograron que el Congreso Nacional declarara el 9 de Febrero: Día de la Solidaridad Estudiantil. Y para la ocasión conmemorarán la gesta con una ofrenda floral, frente al Palacio Nacional, en la calle Moisés García esquina Dr. Báez. Donde hablaran, dirigentes del Comité de Homenaje, ex líderes estudiantiles de la época y autoridades de la UASD.
De aquí marcharán pacíficamente en dirección al cementerio de la Avenida Independencia donde se depositarán flores en la tumba de la mártir estudiantil Amelia Ricart Calventi y contará con las intervenciones de los familiares de la heroína, sobrevivientes del Comité y autoridades de la UASD, institución académica que iniciará, a las 8 de la mañana, los actos del día, colocando la Bandera Nacional y de la UASD a media asta en demostración de duelo.
Entre los ex dirigentes estudiantiles, sobrevivientes de la masacre están: Brunilda Amaral y Tony Pérez, ejemplos de dignidad y patriotismo, Juan Vargas, Marino Santana, Porfirio García, ex rector de la UASD, los periodistas, Rafael G. Santana, José-Chino-Bujosa Mieses, Elsa Expósito, Carlos Nina Gómez, Hugo Isalguez, Lázaro García, Tony Raful, Sagrada Bujosa, Iván Rodríguez, Diomedes Mercedes, Emma Bujosa, Leonardo Mercedes, José Sosa Valentín. Oscar Mejía, Felicita Heredia, Benito Fernández, Milvio Pérez, Jimmy Sierra, Ramón Mella, Faruk Miguel Castillo, Radhamés de Armas, Fidel Soto, Guillermo Ricart Calventi, Julio Cesar Rodríguez, Otto Pichirilo (recién fallecido) Eva Germán, Luis M. Fernández, Sotero Vásquez, Johnny Weber, Teresita Espaillat, entre otros.
En memoria de Amelia Ricart Calventi, la UASD creó el Liceo Experimental que lleva su nombre y que ofrece la población estudiantil del nivel medio en formación en armonía con los más avanzados criterios y principios sociales, dentro de las normas generales del sistema educativo dominicano, según explica el destacado académico Jacobo Moquete de la Rosa en su libro: Demanda y Masacre del 9 de Febrero de 1966.
Cerca de cinco décadas se van a cumplir de esta horrible masacre que dejó sin vida a cuatro estudiantes y cicatrices imborrables en sus cuerpos a 17. La hora de la justicia ha llegado. El Comité Permanente de la Masacre del 9 de Febrero es el indicado junto a los familiares de las víctimas a actuar en los tribunales contra los criminales que cegaron la vida de estos valiosos jóvenes.

22 de febrero jornada nacional de movilización contra la impunidad


jueves, febrero 09, 2017

La toma de posesión del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, nos enfrenta directamente al nuevo mundo creado por la propaganda de los gobiernos ‘occidentales’ sobre el ‘terrorismo islámico’.

[alai-amlatina] El terrorismo de Occidente

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El terrorismo de Occidente

Marco A. Gandásegui h.

ALAI AMLATINA, 09/02/2017.- La toma de posesión del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, nos enfrenta directamente al nuevo mundo creado por la propaganda de los gobiernos ‘occidentales’ sobre el ‘terrorismo islámico’. Recientemente, el filósofo norteamericano Andre Vltchek respondió a varias preguntas sobre el fenómeno. Es autor del libro Terrorismo occidental. El discurso de Trump sobre el terrorismo es la continuidad de una realidad impuesta por las potencias del occidente europeo, comenzando en España y culminando en Inglaterra y su hija transatlántica, EEUU.

Según Vltchek, “durante varios siglos, Occidente saqueó el mundo, militar y económicamente. Para ‘legitimar’ sus crímenes, fabricó un sistema de propaganda extremadamente complejo y eficaz, imponiendo su ‘lógica’ y sus dogmas culturales al resto del mundo. Se hizo con tanta persistencia y habilidad, que todos los demás relatos desaparecieron.

“Es una tragedia, porque varias culturas conquistadas eran claramente superiores y mucho más humanistas que Occidente. El resultado es que el desarrollo natural y lógico del mundo ha sido descarrilado, incluso aplastado. Solamente los dogmas occidentales prevalecieron, trayendo el desequilibrio, la confusión y la frustración al mundo”.

A Vltchek se le preguntó, ¿qué piensa de los discursos de ‘guerra contra el terrorismo’ por parte de los líderes occidentales? Respondió que “el terrorismo es esencialmente lo que los imperios occidentales han utilizado contra el resto del mundo. Fíjese en el mundo musulmán: históricamente, el Islam ha sido muy progresista y socialmente orientado. La primera universidad pública, los primeros hospitales públicos – todo estaba en el mundo musulmán.

“Incluso, después de la Segunda Guerra Mundial, los países musulmanes se inclinaban hacia el socialismo. Por lo tanto, tenían que ser descarrilados, arruinados y ‘radicalizados’ por Occidente. EEUU y sus aliados destruyeron a los tres estados progresistas del mundo musulmán más importantes: Irán, Egipto e Indonesia. Luego utilizó a Afganistán y Pakistán como intermediarios en su guerra contra la Unión Soviética, destrozando a esos dos países también”.

Vltchek propone que se eche un vistazo al pasado colonial para entender el presente neocolonial. Occidente ha estado fabricando directamente el ‘terrorismo islámico’.  Tomando prestado, aparentemente, de Eduard Said, nos recuerda que ‘Occidente no puede existir sin Oriente’. Así creó un enemigo (‘los musulmanes’) - realmente poderoso - de la nada, y atormentó a todos los países musulmanes en el proceso. Recientemente, en Teherán, dos grandes filósofos me dijeron que Occidente realmente creó, en muchos lugares, una religión totalmente nueva, nada en común con el Islam”.

El filósofo se refirió al llamado ‘choque de civilizaciones’, figura utilizada por la extrema derecha norteamericana. Con la llegada de Trump a la Casa Blanca, ¿han logrado su objetivo estos sectores políticos?  “Sí, está ocurriendo, según Vltchek, pero los culpables no son sólo los neoconservadores, sino también los llamados liberales. Hay y habrá un gran choque de civilizaciones, pero ocurrirá bajo diferentes estandartes y con una lógica diferente de la que está siendo promovida por los ideólogos occidentales”.

También se le pregunto a Vltchek, ¿cómo deben las fuerzas progresistas abordar las cuestiones relativas a la identidad cultural y a los conflictos étnicos en el siglo XXI? ¿Es la visión eurocéntrica una gran trampa para aquellos que tratan de entender y cambiar el mundo? “La izquierda occidental perdió de lleno y de manera patente, responde el filósofo. La esperanza está ahora en América latina y Asia, y unos pocos países de África. La izquierda occidental, creo, debería dejar de ser ‘purista’ y apoyar lo que todavía queda en este mundo, en lugar de definir ‘quién es un verdadero marxista y quién no es’. La lucha principal ahora debe ser la lucha contra el imperialismo occidental. Conozco el mundo y estoy convencido de que si el imperialismo occidental fuese derrotado, el resto del mundo encontraría una manera de convivir pacíficamente y construir un mundo humano, mucho más amable y compasivo”.

A pesar del discurso en contra del euro-centrismo de Vltchek y su denuncia del imperialismo, se olvida que desde principios del siglo XIX la expansión de Occidente ha sido sobre el crecimiento exponencial del capitalismo. Este sistema, en la actualidad, se enfrenta a una crisis. Algunos consideran que la crisis es terminal, otros que es estructural. El capitalismo dio nacimiento a la clase obrera (asalariada) que también ha crecido (exponencialmente). En última instancia, la ‘solución final’ se producirá en el marco de la lucha entre quienes producen las riquezas (trabajadores) en el sistema capitalista y quienes se apropian de las mismas (capitalistas).

 - Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) 



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miércoles, febrero 08, 2017

Fotos.





Fotos tomaadas de la red.

martes, febrero 07, 2017

Si supieras cómo te amo.José Luis Perales

Quita Espuela, 25, 26 y 27

Reiteramos la invitacón para subir la loma Quia Espuela en San Francisco los días 25, 26 y 27 de febrero, salimos el 25 en la tarde y regresamos el 27 en la mañana, para mayor informacion llmar al tel. 829 568 3544 o escribir al correo domingoacv2@gmail.com

www.brigadacimarronasebastianlemba.blogspot.com

lunes, febrero 06, 2017

Joan Manuel Serrat. Poema de amor.

Artistas oportunistas.

Tomada de la red.

De tan pacifico que somos parecemos pendejos.

Yo firmo contra la corrupcion pero pienso que necesitamos acciones mas contudentes y dejar el cliché de que todas las actividades son pacificas, si la viloelencia siempre la ha puesto el gobierno.
Pienso que eso está de más decirlo y da un sello que es una clase que la organiza, ademas la violencia muchas veces ha sido tan necesaria sino pasemos revista a los pueblos que se han liberdados sólo dos o tres lo han hecho pacificamente.
A mí de manera particular me molesta cuando se recalca tanto lo de pacifico porque de tan pacifico que somos parecemos pendejos.
Firmaré contra la corrpcion pero avencemos hacia la movilizacion general del pueblo dominicano contra este gobierno de ladrones que tenmos.
Domingo Acevedo.
Enero/17


domingo, febrero 05, 2017

Sin Bandera - En Ésta No

jueves, febrero 02, 2017

Espero que el ministro de medio ambiente tambien le entre como la conga a las mineras

Espero que el ministro de medio ambiente tambien le entre como la conga a las mineras que pretenden realizar actividades mineras en la cordillera Central con el auspicio del estado dominicano,

Ya está la Barrick Gold en Cotuí comiendose el bosque y contaminado el agua de los ríos, pretenden comenzar en San juan la actividad minera y Loma Miranda está en veremos.

En la cordillera central que es donde esta Valle Nuevo, nacen los ríos más importante del país y las mineras por la gran cantidad de minerales que existen allí, tienen sus ojos puestos en ella aupadas por el gobierno.

sabemos que no se actua con la misma rudeza cuando trata de corporaciones extranjeras, que cuando se trata de agricultores y empresarios dominicanos, a ellas el trato es de entregarselo todo a cambio de jugosas comisiones para los que negocian los contratos que casi siempre atentan contra los intereses del país.

Señor ministro de medio ambiente declare parque nacional a Loma Miranda, detenga de depredación de nuestros ríos, cierre los aserraderos que destruyen nuestros bosques, pare las mineras y muy especialmente la Barrick Gold porque como usted sabe el agua vale más que todo el oro del mundo y las mineras destruyen y contaminan nuestros bosques y nuestras fuentes de agua y cuando se van solo dejan pobreza, contaminacion y muerte.

Domingo Acevedo.
Enero/17



Buenos días.

Foto tomada de la red-

martes, enero 31, 2017

Guerreros invencibles del Aconcagua.



Esta noche
solitarios guerreros danzan en los pergaminos del tiempo
alrededor de una luna de plata
parecen mariposas danzando en el viento
tratando de alcanzar un sueño
una luz perdida en los lejanos suburbios de la alborada
fantasmas que recorren los Andes
atravesando senderos amazónicos
buscando entre los residuos de la historia
los restos incinerados de la utopía
encendiendo hogueras apagadas por el llanto
para que nuevamente iluminen de esperanza
las aldeas remotas de los Mapuches
hechos de amor y ternura
de un sentimiento tan profundo
que los ata por siempre a la tierra
por la viven y mueren
guerreros invencibles del Aconcagua
hechos de barro y agua
habitantes de más allá del río Maule
araucanos bravíos
eternizándose en el tiempo
raza que emigra desde el dolor y el sacrificio a la gloria
hoy por un sendero de sangre  que viene del pasado
un centauro herido se aleja a morir en mi voz


Domingo Acevedo 



Fotos tomadas de la red.

Señor procurador no se haga el loco

Señor procurador no se haga el loco, no le de largas al asunto de la Odebrecht, la sociedad dominicana está esperando, que usted diga los nombres de los que recibieron el dinero de los sobornos y hable de las sobrevaluaciones, no encubra la corrupción, actue ya.


lunes, enero 30, 2017

Canto de cadenas rotas

Canto de cadenas rotas
huellas de sangre que en las noches vuelven al mar
luna llena que derrama su luz líquida y mineral
sobre altas palmeras
seibas sagradas
anacahuitas de cristal
hogueras de sangre
danza milenaria
trapiche de humo
caña con sabor a látigo
sudor y sangre en la mirada azorada del viento
días atrapados en un horizonte atardecido  por el luto
y de los pechos destrozados por el arcabuz
un vendaval de mariposas anuncian el alba

Domingo Acevedo.
Julio/13

Dedicado a Sebastian Lemba.






Fotos tomadas de la red

JOSE LUIS PERALES-SI SUPIERAS COMO TE AMO

Jose Luis Perales-Despedida

domingo, enero 29, 2017

La compra y venta de conciencia.

En la República Dominicana a la hora de hacer un análisis sobre nuestros líderes políticos contemporáneos hay que tener en cuenta que muchos liderazgos y simpatías políticas se han obtenido a través del clientelismo, la dadiva y la compra de conciencia, por lo que esos liderazgos y esas simpatías políticas están sometidas al libre juego de la oferta y la demanda política, por esa razón el que está en el poder tiene la capacidad económica de comprar más conciencia, por lo tanto más votos.

Eso a largo plazo tendrá un costo que terminará destruyendo al sistema de partidos que tenemos, que es un sistema antidemocrático, corrupto y perverso, que solo beneficia a la clase política sistémica y a la burguesía, afectando de manera directa al pueblo que es utilizado cada cuatro años para oficializar una supuesta democracia que en la práctica no existe ya que el pueblo vota paro no elige.

Domingo Acevedo.

Enero/17

sábado, enero 28, 2017

Ahora que el olvido llega (NARRACIONES)

Ahora que el olvido llega


Ahora que el olvido llega y se lleva los recuerdos, quiero rendir un tributo permanente a: Tatín, Mamá Tita, Agustina, Aurora, doña Lola, Eufemia y a las demás mujeres que con su amor forjaron nuestros sueños en aquel tiempo donde vivir era tan difícil para los pobres y muy especialmente a las parteras que con sus manos fecundas nos sacaron del vientre de nuestras madres y nos mostraron el mundo

También a los hombres que como Juan de la Rosa, el abuelo Ismael, el tío Alberto, Ovidio y el tío Rafael entre otros, fueron guardianes celosos de nuestra raza.

Domingo Acevedo

                            Horizonte de pájaros fugaces.

Se nubla el horizonte de fugaces pájaros que esconden sus nidos detrás de los cristales de la tarde.
Planean en un cielo crispado de nubes y sombras, heridos por los rayos de un sol que agoniza en los brazos de la noche.
Por el camino real Ninito, con todo el peso de la noche sobre su espalda, cabalga despacio hacia donde la abuela Mamá, Tita lo espera con los brazos abiertos.
Feb. 2012

Domingo Acevedo.
Un monumento a la pobreza

Es prima noche, por el camino las sombras cabalgan en el viento hacia los infinitos espacios del tiempo perdido tratando de alcanzar un horizonte de luz. 

en el cielo, el destello de las estrellas se agolpa en nuestras miradas prisioneras por la grandeza de un universo en expansión, mientras que en el monte los grillos elevan una sinfonía al infinito  y junto al camino real una casita techada con tabla de palma, cobijada con yagua y con el piso de tierra, apenas iluminada por una lamparita de gas, se erige como un monumento a la pobreza, en ella una familia malvive todos los días su cotidianidad de hambre y miseria.

Domingo Acevedo.
Enero/13

Desde donde vivo


Desde donde vivo puedo ver el mar distante levantarse más allá del muelle, lamiendo con su lengua azul el horizonte. A veces el viento del sur nos trae residuos de olas resecas por el sol, plumas de pelícanos gigantes, huesos de peces invisibles y restos de barcos hundidos por los años.


El río Haina parte el muelle en dos partes iguales, el muelle que permanece iluminado más allá de la oscuridad de los barrios haineros. De vez en cuando una bengala ilumina la noche o un disparo largo de fusil estremece el viento y ahuyenta a los polizones y a los ladrones de furtivos de mercancías barata.

Cuando desde mi ventana veo a los barcos anclados tan lejos de los sueños, siento pena de los marineros prisioneros del salitre y la distancia, que sueñan con hermosas sirenas que les roban el corazón para esclavizarlos en su mundo submarino de calamares fantásticos, caballitos tiernos de mar y peces de colores.

Feb/12

A esta hora el camino real.

El camino real a esta hora esta desierto, una brisa caliente levanta nubes de polvo que se pierden entre los matorrales resecos.

Es medio día, en julio el verano achicharra todo el monte y la primavera es un vestigio lejano de flores y mariposas derretido en el recuerdo de los abuelos que debajo de una mata de mango dormitan en el efímero esplendor de los sueños.
Enero 2012



A ninguna parte he ido todo este tiempo de vivir

A ninguna parte he ido todo este tiempo de vivir. He caminado sin rumbo por los caminos de la vida, he vivido una vida que no es mía, que es ajena, que le pertenece a otros, he cargado sobre mis hombros sueños y dolores ajenos.

Hoy me he quitado la máscara que he llevado puesta por tanto tiempo y he ido al espejo a mirarme cual tal soy y no me conozco, no soy yo, mi rostro es el rostro de todos, soy el pueblo, soy la vida, la esperanza.

Soy ese niño que muere cada tres segundos de hambre, soy esa mujer crucificada en la  más absoluta pobreza, soy ese hombre que después de un día de andar por la ciudad buscando una esperanza, vuelve a su casa con las manos vacías, soy ese anciano abandonado a su suerte, soy el mendigo de la calle, soy la muchedumbre acorralada por las guerras y el hambre, yo soy el dolor, soy la vida, soy la esperanza última.
Enero 2012




Bajo el gran árbol de la noche



Más allá de la miserable realidad de nuestra existencia, nuestra alegría permanece intacta  bajo los escombros purpuras de los amaneceres efímeros  del invierno tropical.

Nuestra rebeldía nos llevó a ser felices en medio de tanto horror, nada nos detuvo, ni el peso de las cadenas, ni la pobreza, ni el hambre, ni la lluvia eternizándose en el camino.

En las noches alrededor de la luna, en una danza olvidábamos nuestras penas. El ritmo de las tamboras y el calor de las hogueras nos emborrachaban de felicidad y nuestros cantos hacía florecer el maíz y multiplicaba los panes en las manos del hambre.

Bajo el gran árbol de la noche, florecido de constelaciones y estrellas, con fuego escribíamos nuestra historia en los pergaminos del tiempo, lo tristemente felices que éramos en  esa estación donde aún fluye la sangre en el inminente trayecto de la aurora, por donde todos los días, los fantasmas de Miche, Amantina y la abuela Mama tita se aleja hacia la ciudad dejando sobre el rocío, retazos del alma evaporándose con el sol de este amanecer que tejieron  entre mis ojos las manos analfabetas y tiernas de la tatarabuela, que se murió de ausencia en las habitaciones del verano, esperando ver como en noviembre en la luna llena  las planicies del sur se  llenan de unicornios.

Domingo Acevedo.
Feb/14



Mis huellas vienen de ninguna parte

Mis huellas vienen de ninguna parte y se pierden en una ciudad donde la soledad y el olvido se adueñan de todas las cosas.

Todos estos tiempo en caminado en circulo alrededor de la nada sin darme cuenta lo rápido que se han ido todos estos años, llevándose con ellos parte de mi vida.

Esta mañana me he mirado al espejo y me he visto tan desamparado que lloré imperturbable mi desdicha de ser humano.

EL RASTRO DE UN LÁGRIMA.

He seguido el camino de una lágrima dibujada en el rostro del atardecer, ya oscurece, esperamos a Felipe y a Ñoñó que fueron a pescar tilapias a la laguna de Manganagua, ha sido duro el día en el largo trajinar del hambre, la sequía  destruyó toda la cosecha, el monte achicharrado por el sol de julio, resplandece con las primeras estrellas y nuestras miradas se pierden entre las sombras del anochecer, a ver si vemos aparecer a nuestros hermanos    por el camino real.
Nos preocupa su tardanza, además el hambre ya hace estragos en nuestros estómagos, en la cocina mamá mantiene el fuego encendido, papá aun no regresa del monte, anda cortando la leña para mañana preparar el horno, han sido largos todos estos días de hambre, no hay maquey, ni yambí,  el monte está desolado,  con esta prolongada sequía, hasta las aves se han ido a otros lugares.
Desde aquí puedo ver el fuego de la cocina de Popó Candela, Negra su esposa debe estar haciendo la cena. Imagino a Miguela jugando con las sombras de la noche, más allá de las anacahuitas gemelas,  bajo los limoncillos florecidos de eternidad de la tía Tatín. El orgullo nos impide ir a pedir  un poco de comida a las casas ajenas, preferimos morirnos de hambre, inmerso en nuestra soledad. Desde aquí escuchamos las canciones tristes de la vellonera del negocio de Andrés Longo, cierro los ojos y se me humedecen los ojos de estrellas.
No sabemos que horas es, pero presentimos la presencia cercana de nuestros hermanos, oteamos el horizonte, el viento nos trae su olor mezclado con el olor de los pescados, suspiramos tranquilos, ya podemos sentir sus pasos certeros en la oscuridad, silban, para decirnos que ya llegaron, viene felices, cargados de tilipias y jicoteas. En medio del patio nos abrazamos bajo el cielo infinito de estrellas, mamá sale y también los abraza, nos preparamos debajo de la mata de javey, para quitarles las escamas a los pescados, ellos apartan un poco para llevarlos a sus casas, son muchos no nos lo comeremos todos esta noche. Papá llega, sudoroso, con toda la oscuridad de la noche pegada en la piel, deja a Julia, libre, que se acerca hasta donde nosotros estamos, rebuzna y sacude la cabeza, es su manera de decirnos, yo también estoy aquí, León ladra alegre, juguetea, salta,  nos lame las piernas y luego se acomoda en el suelo junto a nosotros.
Después de limpiar los pescados, buscamos un lugar en el patio donde encender una fogata y nos sentamos alrededor de ella, ya mamá hierve los pescados, hace un cardo con sal, ajo y orégano, no hay nada más, pero será suficiente por el día de hoy. Reímos, contamos historias, entonamos canciones ancestrales, León nos mira con asombro y Julia descansa hasta que mi padre la lleve al lugar donde pasa la noche, cerca de la casa debajo de la mata de café cimarrón, ella y León son parte de la familia, después de comer, Felipe, se irá  dormir con la tía Aurora y Ñonó, se irá a donde la tía Amantina, ella  lo crió desde muy pequeño. Más allá de la alambrada los grillos cantan incesante a las estrella.
Entre mis ojos cabe todo el universo, la noche huele a bosque seco, a luna llena y caldo de pescado, busco el calor de mis dos hermanos mayores, me siento entre  los dos y los miro con orgullo, ellos son  buenos pescadores y mejores cazadores,  un día seré como ellos y podré ir por el monte y  llegar más allá de los limites ancestrales y cazar la quimera, para entregarle a mis padres la felicidad eterna.
Mamá nos llama, es hora de comer, entramos a la casa, en la sala la llama de la lamparita jumeadora danza al compás del viento, por momentos parece que se apagará, para luego renacer de sus cenizas como un ave fénix,  está sabroso el caldo, sólo que la tilapias tienen muchas espinas hay que comerlas con sumo cuidado para que no se quede una en la garganta, es una pena que no apareció un coco para cocinarla, nos quedan algunas tilapias para mañana y tres sabrosas  jicoteas, para los días siguientes, así que podremos invitar a otros vecinos  a compartir  nuestra comida.
Manuel, mí pequeño y solitario amigo hace rato se fue, tal vez con hambre, imagino que vive allá, muy lejos, donde se ve aquella lucecita distante, él nunca ha querido llevarme a su casa.
Ya comimos, es hora de dormir, Felipe y Ñonó se despiden entre abrazos y sueños y me dicen que mañana temprano me llevarán con ellos a las distantes regiones del norte, a cazar, que me prepare, que pasarán a las seis de la mañana por mí, me voy a la cama feliz, el corazón no me cabe en el pecho, mañana por fin  podré ir cazar.
Nosotros conocemos y amamos cada palmo de nuestra tierra, amamos al viento, las nubes, las aves, los árboles, los animales, las mariposas, la lluvia, la primavera que hace florecer al bosque,  cada camino tiene un  horizonte  que termina en nuestros sueños y en definitiva, nuestro amor por la madre tierra, es el amor por la vida, es el amor a Dios que lo ha creado todo tan perfecto.
Para mí lo más importante es que se acerca el día en que podré atravesar los límites ancestrales del monte y atrapar a la quimera, para entregarles a mis padres la felicidad eterna.  
Mientras cierro los ojos, escucho los tambores lejanos que invitan para mañana en la noche, a bailar en el patio de la abuela Mamá Tita, la danza de la lluvia para conjurar la sequía.


El centauro


Recuerdo con pena, como hace ya más de quinientos años de la llegada del hombre blanco a estas tierras, que las compartíamos diversas criaturas del bosque en paz.

Ellos después de construir rústicos poblados que después se fueron convirtiendo en hermosas ciudades, en su inmenso egoísmo, no se conformaron con la tierra que tenían  y se fueron adueñando poco a poco y a la fuerza de todos los territorios de más allá del horizonte, donde habitábamos nosotros en,  no valió que resistiéramos, los caminos se fueron tiñendo con la sangre de las creaturas  de bosque, todo el que se opuso fue aniquilado.

Yo el último sobreviviente de aquellas batallas, el heroico y solitario guerrero de las sombras, el que no pudo ser vencido por la crueldad del hombre blanco, el que no cayó en sus engaños y trampas, el más temido y odiado, derrotado por el cansancio y la modernidad, no me quedó más que disfrazarme de humano para poder sobrevivir a la crueldad del hombre. Cuanto me costó adaptarme a sus defectos, y miserias, a su injusticia, a su inhumanidad.

Hoy que el tiempo ha pasado, envejecido en mi soledad casi eterna, arrastrando el dolor del extermino ya no puedo, no tengo fuerzas para seguir escondiendo por más tiempo lo que soy, es por eso que he decidido tirarme de este precipicio hacia la libertad.



Sueños perdidos en los conucos.

Son las seis de la tarde, detrás de la casa papá prepara su montura. Julia es una burra que nos ha acompañado en un gran trecho de nuestras vidas, ha estado ahí, en las buenas y en las malas, sobre su lomo nos ha llevado por todos los confines de esta tierra y más allá, a la ciudad en donde no hay espacio para los humildes labradores que llenos de harapos por sus calles inhóspitas venden sus sueños perdidos en los conucos y  por las que pregonan  a viva voz: verduuuras, yuuuca, aguaaaaacates, maaaaangos marchanta llevo carbooon, venga marchanta que llevo huevos criollos, para después de vender nuestros productos por miserables monedas, perdernos nuevamente en el monte con todos nuestros sueños a cuesta.

Ya la montura está lista, León juguetea entre nuestras piernas alegre, salta, ladra, mientras Julia nos mira con toda su ternura resumida en sus ojos tristes. No me acuerdo cuando llegó a casa pero la recuerdo de toda la vida, desde siempre, desde que tengo uso de razón.

Estamos detrás de la casa, bajo la mata de capá, mi madre, mi hermano Juancito, y yo, Felipe y Ñonó no se por donde andan. Ya mí padre está preparado al lado de Julia, se despide con un gesto de la mano y se monta, yo corro y me aferro con ternura a una de sus piernas y luego me alejo para ver como él, mí padre, se aleja por el camino en sombras a un lugar perdido en el monte, León  va tras él ladrando y saltando alegre, nosotros nos quedamos parados en medio de la noche hasta que ellos se pierden en la oscuridad.


Allá en un claro del monte mi padre tiene un horno hecho de troncos secos para hacer carbón vegetal, para luego venderlo en la ciudad. Tiene que cuidarlo, por eso es que amanece todas las noches vigilándolo para que no se incendie  porque sino en vez de carbón sólo encontrará cenizas.

En la carbonera, a la intemperie dormirá sobre algunos sacos de cabuya que lo cubrirán del frío de la noche y los mosquitos, acompañado de los grillos y las estrellas, las lechuzas y los murciélagos. A su lado León gruñirá a los fantasmas que rondan la soledad de la noche en el monte, él y Julia no desampararán a mi padre por nada del mundo, estarán siempre a su lado protegiéndolo de toda maldad escondida entre el silencio nocturno y la oscuridad.

Mañana tempranito, antes que salga el sol, mi madre, Juancito y yo iremos a encontrarnos con mi padre, les llevaremos un poco de café y algo de comer ya a  esa hora el carbón estará listo para llenar cuatro o cincos sacos para acomodarlos en el lomo de Julia y regresar a la casa, para de inmediato mi padre tomar el camino hacia la ciudad y venderlo a algún comerciante para traernos de comer para unos cuantos días.



HOY QUE GUANCHO NO ESTA.

Guancho fue uno de los pocos seres humanos con las que compartí retazos de mí vida, no fuimos niños de escuela. Nuestra infancia estaba diseminada por todo el monte, entre los conucos y los potreros, entre la maleza y los árboles perdidos bajo el sol ondulante de la primavera, entre los maizales dorados de mayo y los pastos de la tierra encantada donde, el tío Juan y el tío Alberto, peregrinos del alba, apacentaban  sus vacas.

Nuestra infancia todos los días se perdía por los infinitos senderos que recorríamos descalzos  detrás de la quimera, ensimismados en las historias que nos contaban  los abuelos que prisioneros de una gloria ya perdida en el ocaso de sus vidas todavía viven atrapados en sus sueños.

Hoy que guancho no está, lo recuerdo porque él siempre quiso estar a mi lado, compartir mi soledad  y mi tristeza, esa tristeza que él nunca entendió y que me acompañaría por el resto de mi vida. Recuerdo que recorrer el monte era nuestra única obsesión, trepar por  los árboles hasta alcanzar las nubes, hacernos invisibles entre las hojas y el viento y perseguir a los viajeros  hasta más allá de los límites de nuestras tierras, jugar con las mariposas y los pájaros y después de perseguir inútilmente a los fantasmas de nuestros abuelos por los infinitos senderos de la fantasía, tendernos boca arriba sobre el pasto a soñar con la felicidad, que la abuela Mamá tita nos decía que estaba más allá del horizonte y que nunca, por más buscamos entre  la fantasía y los sueños la  pudimos encontrar para regresarla a la aldea.
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Domingo Acevedo.


Ya son más de las cuatro de la tarde, el sol empieza a acrisolar el horizonte con sus rayos que se van atenuando con el paso de las horas  vistiendo de colores las nubes que raudas se alejan, huyendo de las sombras.

Por el camino los labriegos regresan de sus conucos, sobre sus hombros cargan el peso amargo de la pobreza. La tierra con esta larga sequia es poco lo que da.

Regresan cansados con sus azadas al hombro, sus machetes en el cinto, con sus sombreros de paja, las camisas sudadas, los pantalones remangados y los pies descalzos.
Julio es un mes árido donde el calor que se eterniza más allá de las noches parece quemarlo todo, hasta los sueños.

Ya hace un rato que el tío Juan de la Rosa y el tío Alberto regresaron de más allá de las lejanas praderas del rocío, se alejaron tanto hacia el oeste buscando pastos que cruzaron las claras aguas de la cañada de Guajimía y llegaron a Manoguayabo, en donde el ganado comió hasta hartarse y después abrevó en las aguas del rio Haina.

Son más de las siete  de la noche imagino que ya el abuelo Ismael llegó a su casa, en el km7 de la carretera Sánchez, llevó a Julia donde pasa la noche, se dio un baño, cenó y luego como todas las noches se sentó bajo los limoncillos florecidos de sobras y estrellas, junto  a Mimina, su esposa a ver como se alejan por la carretera Sánchez los pocos carros que pasan rumbo a Haina o San Cristóbal.

En la esperilla, los hombres después de darse un baño y comer algo se van juntando poco a poco en la pulpería de Andrés Longo a tomarse un trago, escuchar canciones en la vellonera y contarse viejas historias repetidas y carcomidas por el tiempo en donde olvidan lo amargo de sus vidas.

Es extraño pero Manuel hoy no ha dado señales de vida no se por donde andará mi solitario amigo. 

Hace un rato la tía Eufemia que venía de Manganagua, pasó por casa a saludar a mamá y siguió su camino hacia Borronoso, en donde vive con su familia.
Nosotros como es costumbre nos juntamos en el rancho de la abuela Mamá Tita, en el encontramos a  Ninito que hace un rato  llegó y mientras los adultos conversan en la enramada, nosotros correteamos por el patio, hacemos piruetas, danzamos  y nos hacemos dueños de la noche y construimos con la inocencia los sueños que nos permitirán sobrevivir a la vorágine del hambre.


Domingo Acevedo.



Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita,  haciendo chola de Guayiga.

Ahora recuerdo a la abuela Mamá tita,  haciendo chola de Guayiga,  para mitigar el hambre de toda la vida, atrás ha quedado la  primavera, el verano se adueñó de todo el paisaje. Julio está lleno de malos presagios, hasta las gallinas han muertos en esta agria sequía.

Cada año que pasa el sol desata su ira con más fuerza sobre el bosque, sólo las hormigas han sobrevivido a la inclemencia del tiempo,  los ancianos dormitan debajo de una mata de mango, tratando de escapar del sopor del medio día.

La brisa caliente se desenreda entre los arbustos achicharrados, levanta nubes de  polvo en el patio, se arremolina, parece danzar y luego se aleja por el camino real,  más allá de los últimos bohíos del pueblo.

Domingo Acevedo.
He querido y no he podido resumir en mis palabras toda la tristeza de mis ancestros, todo el dolor que hemos acumulados en estos siglos de ausencia y exilio, en que hemos vividos marginados en el dolor de la pobreza, no ha bastado haber resistido tanto tiempo, al final nos ha vencido la nostalgia, aquí, en estas tierras hemos sepultado nuestras esperanzas, ya no regresaremos a nuestros orígenes, tristemente nos hemos resignado a morir aquí, tan lejos del calor de la aurora.
Domingo Acevedo.
Junio/15

LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO

Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas  de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul  del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del  tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno. 




Me he quedado azorado ante el paisaje que tengo esta  tarde ante mis ojos: el mar asoma en la distancia por encima del muelle, entre los arboles dispersos en la distancia y las aves  marinas que rondan el cielo.
Los niños juegan a  lo lejos, saltan, corren, vocean, ríen, en la infinita felicidad de su niñez. Un racimo de rulo, el primo olvidado del plátano, se recorta contra los alambres de cobre del tendido eléctrico de alta tensión y los techos de cinc de las casas, una doña en una silla parece dormitar, agobiada por el sopor de la cuaresma,  mientras el viento con su andar pausado recorre los rincones del barrio y se aleja. Hay cayenas florecidas en los jardines  improvisados  de las casas miserables del barrio.
Ahora los niños regresan de la escuela con su algarabía y su inocencia dispersa por las calles polvorientas que se van perdiendo entre las sombras de la tarde que languidece, dejando paso a la oscuridad de la noche que se adueña de los rincones más inverosímiles  del barrio.
En el breve espacio que hay entre la tarde y la noche, el bosque se queda densamente tranquilo.  Por un instante la vida parece congelarse, para luego ebullir en el canto de los pájaros y los insectos del monte.
Las sombras se escurren lentamente por entre los flamboyanes dormidos vistiendo de tonalidades grises todo el paisaje.
Ya hace rato que el sol termino de acurrucarse detrás de las montañas dejando en el horizonte un trémulo resplandor de colores que la noche ahoga.
Apresuro mis pasos por el camino, me embriago del dulce olor a clorofila, en el cielo no cabe una estrella más, que desde la más remota antigüedad forman increíbles constelaciones que recrean la imaginación.
Grandes luciérnagas iluminan el camino que después de un día agotador en el conuco me lleva de regreso al bohío.
Nov/16
Domingo Acevedo.

Hace muchas lunas.
Ya hace muchas lunas que Mandinga el hijo de los Dendenes murió de soledad, entristecido debajo de los limoncillos de la tía Tatín, aturdido en el leve temblor de la aurora sin saber para que le sirvió la vida.
Domingo Acevedo.
Nov/16



Domingo Acevedo.

Marzo/14


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