PARA VER LOS OBJETOS HAY QUE AMPLIARLAS.
Un espacio para compartir ideas, imágenes, propuestas, versos y la esperanza de un mundo mejor... Tel. 849 637 3922.
domingo, abril 01, 2012
OBJETOS VOLADORES NO IDENTIFICADOS EN ESTAS FOTOS MÍAS
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
Time-lapse history of human global CO2 emissions
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
miércoles, marzo 28, 2012
A MIGUEL HERNANDEZ , HOY QUE EMPIEZA A NACER SIEMPRE.
TU VOZ, CANTO QUE NO CESA.
Tu voz regresa de la pena en una lágrima
tu voz
que resplandece como un rayo en su breve eternidad
que de la sangre brota como un unicornio de cristal
cabalgando en la noche de tu agonía
hacia los bosques fabulosos de la esperanza
en donde tu vida herida por la ausencia
se escapa sin remedio al hastío
campanario de agua que ilumina de mariposas tu sonrisa
enredadera de luna llena en las noches mas frías del olvido
allá en las lejanas praderas de la soledad
detrás del espejo
tu cuerpo yerto
tus ojos que miran asombrado al mundo perdido
tu voz
canto que no cesa
por siempre en el viento ondea
Poema dedicado al inmenso Miguel Hernández.
Domingo Acevedo
Tu voz regresa de la pena en una lágrima
tu voz
que resplandece como un rayo en su breve eternidad
que de la sangre brota como un unicornio de cristal
cabalgando en la noche de tu agonía
hacia los bosques fabulosos de la esperanza
en donde tu vida herida por la ausencia
se escapa sin remedio al hastío
campanario de agua que ilumina de mariposas tu sonrisa
enredadera de luna llena en las noches mas frías del olvido
allá en las lejanas praderas de la soledad
detrás del espejo
tu cuerpo yerto
tus ojos que miran asombrado al mundo perdido
tu voz
canto que no cesa
por siempre en el viento ondea
Poema dedicado al inmenso Miguel Hernández.
Domingo Acevedo
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
martes, marzo 27, 2012
TRAS LAS HUELLAS DEL POETA. INVITA POETAS DEL MUNDO.
CHILE-Santiago: Como ya es una tradición, el Movimiento Poetas del Mundo organiza su 8º Encuentro Internacional de Poesía en Chile denominado “OCTUBRE: Tras las Huellas del Poeta”. El evento se desarrollará en las ciudades de Santiago, Valparaíso, Viña del Mar, Isla Negra, Cartagena, Melipilla, Rancagua, Chillán, Los Vilos, Illapel, Canela Coquimbo, La Serena, Vicuña y Montegrande. Serán 13 días en que poetas de diversos países y continentes estarán recorriendo 3 MIL kilómetros aproximadamente, compartiendo momentos inolvidables y creando lazos poéticos por la vida, la paz, el medio ambiente y el amenazado proyecto humano. Como cada año, desde que se inició este importante evento poético-cultural, el programa contempla visitas a establecimientos escolares y universitarios, hospitales, minas, sindicatos de pescadores, organizaciones sociales, etc.
P R O G R A M A:
P R O G R A M A :
PRIMERA ETAPA
Martes 09 de octubre (1° día)
Llegada, acreditación e instalación hotel
Hotel Plaza Londres – Londres 77. Barrio París-Londres – Santiago Centro
17:00 – 19:00
Visita a la Casa – Museo “La Chascona”. Casa en Santiago que perteneció a Pablo Neruda.
19:30 – 20:30
Acto de Inauguración frente al hotel, eso que es conocido como Londres 38.
21:00
Cena de bienvenida
Miércoles 10 (2° día)
Salida a Comunas con pequeños grupos:
Chillán
Melipilla
Rancagua
Los Andes
Jueves 11 de Octubre (3º día)
Continuación del programa en diferentes comunas:
Chillán
Melipilla
Rancagua
Los Andes
Viernes 12 de Octubre (4º día)
Mañana Libre
13:00 Almuerzo en Mercado Central
15:30 a 17:30 Actividades en Colegios, Universidades, etc. de Santiago
20:30 Cena
Sábado 13 de Octubre (5° día)
09:00 = Salida a Valparaíso
10:30 – 11:30 = Visita a casa-museo La Sebastiana de Pablo Neruda.
11:30 – 13:00 = Lectura de poesía en la Plaza de los Poetas.
13:30 – 14:30 = Almuerzo en Valparaíso.
14:30 – 16:30 = Visita a Valparaíso.
17:00 – 19:00 = Visita al Palacio Carrasco, recepción ofrecida por los escritores de Viña del Mar. Lectura de poesía.
19:00 = Cóctel en Viña del Mar con escritores, poetas y autoridades locales.
20:00 = Regreso a Santiago llegando al hotel Londres 35, a las 22:00 aproximadamente.
Domingo 14 de Octubre (6° día)
09:00 = Salida del Hotel en Santiago con destino a Isla Negra.
11:00 = Llegada a Isla Negra, visita de la casa museo del poeta Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971.
12:00 – 13:30 = Lectura de poesía y acto público en homenaje al poeta.
14:00 – 15:00 = Almuerzo en Cartagena.
15:00 – 16:30 = Tiempo libre para caminar por la playa.
17:00 -18:00 = Lectura de poemas ante la tumba de Vicente Huidobro.
19:00 – 22:30 = Evento poético – cultural en homenaje al 6º Aniversario de la muerte del poeta Víctor Marín Calquín, en el Espacio Social-Cultural Los Guajiros en la ciudad de Melipilla.
22:30
Regreso a Santiago, llegando al hotel a las 23:30 aproximadamente.
Lunes 15 de Octubre (7° día)
10:00 – 13:00 = Ponencias, presentación de libros, lecturas de poesía, performances en la Biblioteca Nacional de Chile.
13:30 = Almuerzo.
15:00 – 17:00 = Visita al Palacio Presidencial La Moneda y lectura de poemas en salones y el sitio donde murió el presidente Salvador Allende.
20:00 = Cena de despedida para la Primera Etapa en hotel Londres y entrega de diplomas.
Noche en hotel.
VALOR DE PARTICIPACIÓN PRIMERA ETAPA = 600 dls.
Incluye: 7 noches de alojamiento en habitación compartida con baño privado (16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22 de octubre), todas las comidas, el transporte durante el periplo (Se recorrerán 1.500 KM aproximadamente en un bus de óptimas condiciones), diplomas, visitas, credencial, invitaciones y participación en antología editada por Apostrophes Ediciones.
P R O G R A M A :
SEGUNDA ETAPA
Martes 16 de octubre [Continuación 8º día]
08:00 = Salida hacia el norte a la ciudad de Los Vilos [230 Km. al norte de Santiago] Hora de llegada a Los Vilos a las 11:30 horas aproximadamente. Llegada frontis del Municipio de Los Vilos, saludos protocolares de autoridades encabezadas por el Sr. Alcalde Juan Jorquera
12:00 horas = Encuentro con pescadores artesanales de caleta Las Conchas en el sector de Quereo:
Tema: conocimiento de hallazgos arqueológicos en Quebrada de Quereo y exposición de dirigente Fernando Tirado
13:30 = almuerzo con los pescadores
16:00 – 17:30 = Visita a colegios de Los Vilos
19:00 – 20:30 = Una tertulia literaria con estudiantes, escritores, poetas, y comunidad en el Bodegón Cultural de Los Vilos.
Noche en Cabañas de Los Vilos.
Miércoles 17 de octubre [9° día]
Salida desde Los Vilos a la ciudad de Illapel: hora de llegada
10:00 a 10:30 = Saludo protocolares alcalde y autoridades
11:00 = Visita a colegios de Illapel
12:30 = Tertulia literaria casa de la Cultura de Illapel
13:30 = almuerzo
16:00 = Comitiva se traslada a la comuna de Canela saludo de autoridades
16:30 = Visita a colegios de Canela
19:00 = Tertulia literaria con escritores, poetas, autoridades en la casa de la Cultura de Canela
20:30 = Cena
Noche en Las Cabañas de Los Vilos.
Jueves 18 de octubre [8° día]
08:30 = Salida de Los Vilos con destino a Vicuña y Monte Grande.
12:00 = Almuerzo en Coquimbo
14:00 – 16:00 = Visita a Coquimbo y La Serena.
17:00 = Instalación en Hotel de Vicuña
20:00 = Cena
21:30 = Contemplación del estrellado cielo de Valle Elqui.
Viernes 19 de octubre [9°]
Mañana = Visita a Museo de Gabriela Mistral.
Tarde = Visita escuela de Montegrande, Mausoleo y lectura de poesía.
Sábado 20 de octubre [10° día]
09:30 = Salida Dirección Santiago
13:00 = Almuerzo en Los Vilos
15:00 = Continuación viaje a Santiago.
20:30 = Cena en Hotel Plaza Londres
Domingo 21 de octubre [11° día]
10:00 – 15:00 = Acto de Cierre a partir de las 10:00 de la mañana, entrega de diplomas.
Almuerzo de despedida.
Noche en hotel (está incluida en el importe)
VALOR DE PARTICIPACIÓN SEGUNDA ETAPA = u$ 600
Incluye: 7 noches de alojamiento en habitación compartida con baño privado (22, 23, 24, 25, 26, 27 y 28 de octubre), todas las comidas, el transporte durante el periplo (Se recorrerán 1.500 KM aproximadamente en un bus de óptimas condiciones), diplomas, visitas, credencial, invitaciones y participación en antología editada por Apostrophes Ediciones.
Programa sujeto a Cambios
CONTACTOS:
Luis Arias Manzo -
[Fundador – Presidente Mundial de Poetas del Mundo]
info@poetasdelmundo.com
TEL: 56-2- 633 1200
CEL: 56-9- 9075 42 12
Cómo Pagar el 50% del valor por concepto de reservaciones:
Con tarjeta de Crédito
http://apostrophes.cl/?p=339#more-339
En Chile:
Giro Bancario a:
Apostrophes S.A.
Banco: BBVA
Nº Cuenta: 0504-0074-0100026558
Santiago – Chile.
Por correo postal o por Western Union a:
Luis Arias Manzo
Santa Rosa 276-E
Santiago
Chile.
FICHE D’INSCRIPTION (Formulario de Inscripción)
Remplir et envoyer (Llenar y enviar)
Nom – Prénom (Nombre completo):
Nationalité (Nacionalidad):
Passeport (Pasaporte)*:
Adresse (Dirección Postal):
Téléphone (Teléfono):
E-Mail (Correo electrónico):
Vous êtes poète du monde ? (¿Eres poeta del mundo?):
Vous allez présenter un livre? (¿Vas a presentar un libro?):
Avez-vous une conférence a présenter? (¿Tienes una ponencia para presentar?)
*Es necesario para ingresar al palacio La Moneda, el día de la visita no olvidar llevar consigo el pasaporte o DNI
INSCRIPCIÓN
Por concepto de reservas y organización:
50 % del valor total (las dos etapas)
u$ 635 ((Incluye la comisión del envío de pago que cobra PayPal y que es de u$35 )
http://apostrophes.cl/?p=339
50 % del valor (Una Etapa)
u$ 320 (Incluye la comisión del envío de pago que cobra PayPal)
http://apostrophes.cl/?p=730
Publicación: 14-03-2012
POETAS DEL MUNDO.
P R O G R A M A:
P R O G R A M A :
PRIMERA ETAPA
Martes 09 de octubre (1° día)
Llegada, acreditación e instalación hotel
Hotel Plaza Londres – Londres 77. Barrio París-Londres – Santiago Centro
17:00 – 19:00
Visita a la Casa – Museo “La Chascona”. Casa en Santiago que perteneció a Pablo Neruda.
19:30 – 20:30
Acto de Inauguración frente al hotel, eso que es conocido como Londres 38.
21:00
Cena de bienvenida
Miércoles 10 (2° día)
Salida a Comunas con pequeños grupos:
Chillán
Melipilla
Rancagua
Los Andes
Jueves 11 de Octubre (3º día)
Continuación del programa en diferentes comunas:
Chillán
Melipilla
Rancagua
Los Andes
Viernes 12 de Octubre (4º día)
Mañana Libre
13:00 Almuerzo en Mercado Central
15:30 a 17:30 Actividades en Colegios, Universidades, etc. de Santiago
20:30 Cena
Sábado 13 de Octubre (5° día)
09:00 = Salida a Valparaíso
10:30 – 11:30 = Visita a casa-museo La Sebastiana de Pablo Neruda.
11:30 – 13:00 = Lectura de poesía en la Plaza de los Poetas.
13:30 – 14:30 = Almuerzo en Valparaíso.
14:30 – 16:30 = Visita a Valparaíso.
17:00 – 19:00 = Visita al Palacio Carrasco, recepción ofrecida por los escritores de Viña del Mar. Lectura de poesía.
19:00 = Cóctel en Viña del Mar con escritores, poetas y autoridades locales.
20:00 = Regreso a Santiago llegando al hotel Londres 35, a las 22:00 aproximadamente.
Domingo 14 de Octubre (6° día)
09:00 = Salida del Hotel en Santiago con destino a Isla Negra.
11:00 = Llegada a Isla Negra, visita de la casa museo del poeta Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971.
12:00 – 13:30 = Lectura de poesía y acto público en homenaje al poeta.
14:00 – 15:00 = Almuerzo en Cartagena.
15:00 – 16:30 = Tiempo libre para caminar por la playa.
17:00 -18:00 = Lectura de poemas ante la tumba de Vicente Huidobro.
19:00 – 22:30 = Evento poético – cultural en homenaje al 6º Aniversario de la muerte del poeta Víctor Marín Calquín, en el Espacio Social-Cultural Los Guajiros en la ciudad de Melipilla.
22:30
Regreso a Santiago, llegando al hotel a las 23:30 aproximadamente.
Lunes 15 de Octubre (7° día)
10:00 – 13:00 = Ponencias, presentación de libros, lecturas de poesía, performances en la Biblioteca Nacional de Chile.
13:30 = Almuerzo.
15:00 – 17:00 = Visita al Palacio Presidencial La Moneda y lectura de poemas en salones y el sitio donde murió el presidente Salvador Allende.
20:00 = Cena de despedida para la Primera Etapa en hotel Londres y entrega de diplomas.
Noche en hotel.
VALOR DE PARTICIPACIÓN PRIMERA ETAPA = 600 dls.
Incluye: 7 noches de alojamiento en habitación compartida con baño privado (16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22 de octubre), todas las comidas, el transporte durante el periplo (Se recorrerán 1.500 KM aproximadamente en un bus de óptimas condiciones), diplomas, visitas, credencial, invitaciones y participación en antología editada por Apostrophes Ediciones.
P R O G R A M A :
SEGUNDA ETAPA
Martes 16 de octubre [Continuación 8º día]
08:00 = Salida hacia el norte a la ciudad de Los Vilos [230 Km. al norte de Santiago] Hora de llegada a Los Vilos a las 11:30 horas aproximadamente. Llegada frontis del Municipio de Los Vilos, saludos protocolares de autoridades encabezadas por el Sr. Alcalde Juan Jorquera
12:00 horas = Encuentro con pescadores artesanales de caleta Las Conchas en el sector de Quereo:
Tema: conocimiento de hallazgos arqueológicos en Quebrada de Quereo y exposición de dirigente Fernando Tirado
13:30 = almuerzo con los pescadores
16:00 – 17:30 = Visita a colegios de Los Vilos
19:00 – 20:30 = Una tertulia literaria con estudiantes, escritores, poetas, y comunidad en el Bodegón Cultural de Los Vilos.
Noche en Cabañas de Los Vilos.
Miércoles 17 de octubre [9° día]
Salida desde Los Vilos a la ciudad de Illapel: hora de llegada
10:00 a 10:30 = Saludo protocolares alcalde y autoridades
11:00 = Visita a colegios de Illapel
12:30 = Tertulia literaria casa de la Cultura de Illapel
13:30 = almuerzo
16:00 = Comitiva se traslada a la comuna de Canela saludo de autoridades
16:30 = Visita a colegios de Canela
19:00 = Tertulia literaria con escritores, poetas, autoridades en la casa de la Cultura de Canela
20:30 = Cena
Noche en Las Cabañas de Los Vilos.
Jueves 18 de octubre [8° día]
08:30 = Salida de Los Vilos con destino a Vicuña y Monte Grande.
12:00 = Almuerzo en Coquimbo
14:00 – 16:00 = Visita a Coquimbo y La Serena.
17:00 = Instalación en Hotel de Vicuña
20:00 = Cena
21:30 = Contemplación del estrellado cielo de Valle Elqui.
Viernes 19 de octubre [9°]
Mañana = Visita a Museo de Gabriela Mistral.
Tarde = Visita escuela de Montegrande, Mausoleo y lectura de poesía.
Sábado 20 de octubre [10° día]
09:30 = Salida Dirección Santiago
13:00 = Almuerzo en Los Vilos
15:00 = Continuación viaje a Santiago.
20:30 = Cena en Hotel Plaza Londres
Domingo 21 de octubre [11° día]
10:00 – 15:00 = Acto de Cierre a partir de las 10:00 de la mañana, entrega de diplomas.
Almuerzo de despedida.
Noche en hotel (está incluida en el importe)
VALOR DE PARTICIPACIÓN SEGUNDA ETAPA = u$ 600
Incluye: 7 noches de alojamiento en habitación compartida con baño privado (22, 23, 24, 25, 26, 27 y 28 de octubre), todas las comidas, el transporte durante el periplo (Se recorrerán 1.500 KM aproximadamente en un bus de óptimas condiciones), diplomas, visitas, credencial, invitaciones y participación en antología editada por Apostrophes Ediciones.
Programa sujeto a Cambios
CONTACTOS:
Luis Arias Manzo -
[Fundador – Presidente Mundial de Poetas del Mundo]
info@poetasdelmundo.com
TEL: 56-2- 633 1200
CEL: 56-9- 9075 42 12
Cómo Pagar el 50% del valor por concepto de reservaciones:
Con tarjeta de Crédito
http://apostrophes.cl/?p=339#more-339
En Chile:
Giro Bancario a:
Apostrophes S.A.
Banco: BBVA
Nº Cuenta: 0504-0074-0100026558
Santiago – Chile.
Por correo postal o por Western Union a:
Luis Arias Manzo
Santa Rosa 276-E
Santiago
Chile.
FICHE D’INSCRIPTION (Formulario de Inscripción)
Remplir et envoyer (Llenar y enviar)
Nom – Prénom (Nombre completo):
Nationalité (Nacionalidad):
Passeport (Pasaporte)*:
Adresse (Dirección Postal):
Téléphone (Teléfono):
E-Mail (Correo electrónico):
Vous êtes poète du monde ? (¿Eres poeta del mundo?):
Vous allez présenter un livre? (¿Vas a presentar un libro?):
Avez-vous une conférence a présenter? (¿Tienes una ponencia para presentar?)
*Es necesario para ingresar al palacio La Moneda, el día de la visita no olvidar llevar consigo el pasaporte o DNI
INSCRIPCIÓN
Por concepto de reservas y organización:
50 % del valor total (las dos etapas)
u$ 635 ((Incluye la comisión del envío de pago que cobra PayPal y que es de u$35 )
http://apostrophes.cl/?p=339
50 % del valor (Una Etapa)
u$ 320 (Incluye la comisión del envío de pago que cobra PayPal)
http://apostrophes.cl/?p=730
Publicación: 14-03-2012
POETAS DEL MUNDO.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
lunes, marzo 26, 2012
Relámpago de sombras
Relámpago de sombras
Un relámpago de sombras anuncia la noche
más allá de un horizonte marino
la luna como una gota de sangre
resbala por las paredes del insomnio
hasta el amanecer
La ciudad que lo ignora.
Hundido en el abismo de la noche
un mendigo agoniza
en la ciudad que lo ignora
Como el día solloza.
Veras como la noche borra sus huellas en el día
y como le día solloza todas las tardes
en los brazos del horizonte
La voz de la sangre.
La voz de la sangre aúlla en la conciencia
de un mundo acorralado por las guerras y el hambre
Dos garzas.
Suspendidas en la mirada
Dos garzas atraviesan los limites de la tarde
Y se pierden en la oscuridad de la noche
En el cielo
De pronto
En el cielo
Anochecen
Golondrinas y nubes
Puñal de jade.
Puñal de jade clavado en la voz quebrada del viento
luna de sal derritiéndose en un horizonte de sangre
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.
Entre las sombras y la sangre.
Es la tristeza mi alegría
la soledad mi vida
la noche mi hogar
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre
vivo atrapado.
La luna se viste de horizonte
Allá
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira
Domingo Acevedo.
Un relámpago de sombras anuncia la noche
más allá de un horizonte marino
la luna como una gota de sangre
resbala por las paredes del insomnio
hasta el amanecer
La ciudad que lo ignora.
Hundido en el abismo de la noche
un mendigo agoniza
en la ciudad que lo ignora
Como el día solloza.
Veras como la noche borra sus huellas en el día
y como le día solloza todas las tardes
en los brazos del horizonte
La voz de la sangre.
La voz de la sangre aúlla en la conciencia
de un mundo acorralado por las guerras y el hambre
Dos garzas.
Suspendidas en la mirada
Dos garzas atraviesan los limites de la tarde
Y se pierden en la oscuridad de la noche
En el cielo
De pronto
En el cielo
Anochecen
Golondrinas y nubes
Puñal de jade.
Puñal de jade clavado en la voz quebrada del viento
luna de sal derritiéndose en un horizonte de sangre
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.
Entre las sombras y la sangre.
Es la tristeza mi alegría
la soledad mi vida
la noche mi hogar
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre
vivo atrapado.
La luna se viste de horizonte
Allá
en la mirada del viento
la luna se viste de horizonte
y suspira
Domingo Acevedo.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
domingo, marzo 25, 2012
Pablo Ross prepotente e irrespetuoso.
Pablo Ross prepotente e irrespetuoso.
Me dio mucha pena ver a Pablo Ross, llamar chusma a la tele audiencia del programa de Robertico, en el canal once. No acostumbro a ver la televisión Dominicana porque tiene pocas cosas que ofrecer a los televidentes, por casualidad estaba de visista en casa de un amigo y tenia puesto el programa, donde Robertico entrevistaba al susodicho intelectual de pacotilla, en la que este llamó en reiteradas ocasiones chusma a las personas que ven dicho programa.
Es evidente el desprecio que sienten los intelectuales Dominicanos por los pobres del país, lo manifiestan en su comportamiento y en las cuestiones que escriben, se creen intocables, los dioses del olimpo, los predestinados de la época, a los que hay que adorar, rendir pleitesía, un tributo inmerecido, porque en definitiva son tránsfugas, arribistas, que comercializan con su intelectualidad, siempre están con los que están con el poder.
Es por eso, que esa postura de Pablo Ross, no es extraña, ya que desde los días de antes del despotismos ilustrado, hasta nuestros tiempos, nuestros intelectuales han servido a sangrientas dictaduras y a rancias democracias secuestradas por determinados grupo de poder, como ahora.
Por eso digo a Pablo Ross, que se pudra, que se vaya con su intelectualidad a donde él sabe y que no olvide que son los pobres los que necesariamente, más temprano que tarde, tendrán que dar al traste con este sistema oprobioso, que personajes como él alimentan, ese día Pablo Ross yo también estaré en las calles haciendo justicia, la justicia necesaria de los pobres.
Domingo Acevedo.
Me dio mucha pena ver a Pablo Ross, llamar chusma a la tele audiencia del programa de Robertico, en el canal once. No acostumbro a ver la televisión Dominicana porque tiene pocas cosas que ofrecer a los televidentes, por casualidad estaba de visista en casa de un amigo y tenia puesto el programa, donde Robertico entrevistaba al susodicho intelectual de pacotilla, en la que este llamó en reiteradas ocasiones chusma a las personas que ven dicho programa.
Es evidente el desprecio que sienten los intelectuales Dominicanos por los pobres del país, lo manifiestan en su comportamiento y en las cuestiones que escriben, se creen intocables, los dioses del olimpo, los predestinados de la época, a los que hay que adorar, rendir pleitesía, un tributo inmerecido, porque en definitiva son tránsfugas, arribistas, que comercializan con su intelectualidad, siempre están con los que están con el poder.
Es por eso, que esa postura de Pablo Ross, no es extraña, ya que desde los días de antes del despotismos ilustrado, hasta nuestros tiempos, nuestros intelectuales han servido a sangrientas dictaduras y a rancias democracias secuestradas por determinados grupo de poder, como ahora.
Por eso digo a Pablo Ross, que se pudra, que se vaya con su intelectualidad a donde él sabe y que no olvide que son los pobres los que necesariamente, más temprano que tarde, tendrán que dar al traste con este sistema oprobioso, que personajes como él alimentan, ese día Pablo Ross yo también estaré en las calles haciendo justicia, la justicia necesaria de los pobres.
Domingo Acevedo.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
sábado, marzo 24, 2012
POEMAS DE AMOR Y DESAMOR.
ARBOL DE SOMBRAS
Hace tiempo te esperaba
llegaste dormida en la luz de un relámpago
arropada en los sueños
vestida de silencio
descalza sobre la transparencia de mi voz
dejando tus huellas entre mis ojos
que te tocan
que te desnudan
que te acarician el pubis
que trepan hasta la cúspide imaginaria del placer
que se ahondan hasta el orgasmo en tu sexo
mis ojos que tejen en tu piel un vestido de música y flores
donde el alba es una luz que se desgrana en los latidos de la pasión
tu piel que deja entre mis manos el dulce sonido de tu aroma
que en la ausencia se deshoja en la tentación de lo prohibido
tu cuerpo desnudo lo dibujo en el nocturno lienzo del insomnio
y pongo dos alas en tu espalda
cierro los ojos
y estás a mi lado
aunque hace tiempo te alejas entre las brumas de la ausencia y el olvido
es allá
en los ignotos paraje de los recuerdos
donde este amor como un árbol de sombras
germina
crece
QUIMERA DISTANTE.
Habitas en mis sueños
corres desnuda por los pasillos de mi alma
hasta las imaginarias habitaciones del alba
en donde te quedas para siempre en mi voz
mi voz que construye para ti un mundo de fantasía
quimera distante
flor de los Andes
ángel de tentación
mujer que traspasa el tiempo y la distancia
y se pierde entre las luces y la fantasía de la ciudad
busca entre los túneles de la noche un poco de amor
Hago el amor a la quimera
Desnudo la soledad
beso el silencio
abrazo la ausencia
hago el amor a la quimera
tan distante
tú
Tus senos
Son tus senos
dos tibias paloma que anidan en mis manos
DETRÁS DEL CRISTAL
En las noches
petrificado tras el cristal de mis recuerdos
tu cuerpo desnudo danza en la penumbra del tiempo
Árbol de pájaros azules
Árbol de pájaros azules
atrapados en los cubículos de las sombras
tres ruiseñores de sal
estampan en las paredes del olvido
tu nombre
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Vestida de luna en su desnudez
Hace tiempo la sueño
vestida de luna en su desnudez
dejando sus huellas sobre las alfombras nocturnas del tiempo
alejándose para siempre entre las luces y las sombras
de la ciudad agrietada por la ausencia
hacia los antiguos suburbios del alba
En los murales imaginarios de tu alma
Mis manos dibujan lirios de agua en los murales imaginarios de tu alma
y en la profundidad de los sueños se desnudan las palabras en la voz del deseo
PENSARTE TAN DISTANTE.
Pensarte tan distante
sentada en un trono de ámbar
mujer que habitas en mis sueños
equidistante de la ternura y la pasión
retenida entre las brumas del alba
diosa de cristal
enredadera luminosa que trepa por las paredes de mi voz
canto de amor
unicornio de jade bajo las lunas de abril
estrella de azúcar derretida en la frente del horizonte
largo suspiro del mar que salpica de salitre las ciudades
atrapadas en la fantasía del neon
por sus calles de hastío
un fantasma herido por el tiempo
pregunta tu nombre a pálidos transeúntes
atrapado entre los espejos del olvido
Sol de Cristal
El viento
como un ruiseñor herido huye
trata de esconderse
tras el horizonte
al que nunca llega
bajo mi piel la noche se esconde
con un rumor de siglos
las estrellas afloran
entre mis ojos húmedos
de distancia
veloces unicornios galopan
hacia los insólitos rincones
de la memoria
donde tu recuerdo
bajo un sol de cristal
como una bandera victoriosa ondea
A donde va la luna
I
A dónde va la luna
vestida como una diosa
II
En busca de un amor
tan alto como el sol
III
Por qué siente celos
la tierra de ella
IV
Por qué sueñan las dos
con el mismo amor
Virgen en pecado
I
Ven
ebria de soledad
a mis brazos
II
Ven
sedienta
como un cascabel
mudo de sonidos
III
Ven
vacía como un cántaro
roto por la eternidad
IV
Ven
y grita mi nombre
en la insondable noche
del olvido y la muerte
V
Ven
y búscame
entre la multitud de ángeles
que habitan en tus sueños
Piel de Sándalo
Piel de sándalo
cabellos de lianas dormidas
sobre los árboles de la selva
ojos de mar insondable y sereno
pezones erectos y tibios
entre mis manos
labios que saben mi nombre
labios que besan y ríen
lengua apasionada y sedienta
cintura de anillo nupcial
ombligo de caramelo en mi boca
largas piernas
sexo de fuego
pies descalzos
sobre la alborada de mis sueños
ven mujer
traspasa el tiempo y la distancia
desnúdate
y danza para mí bajo la luna
Dios te creó
I
Dios te creó
yo te hice
mis manos de alfarero
moldearon tu cuerpo
II
Dios te dio la vida
Yo te di el amor
Pequeña mujer
Hecha de rocío y de luz
Quise huir
I
No hay donde esconderse
II
Hoy
la alegría sonora
de los amantes clandestinos
me delató
III
Me sorprendió agachado
detrás de las murallas
del horizonte
IV
Quise huir
pero al intentarlo
me hirió el alma
el llanto de un niño
recién nacido
V
Petrificado
entre las pestañas de la brisa
mi cuerpo hecha raíces
Me atan cadenas
No podré ir a tu lado
ahora que te amo
ahora que guardo en mi corazón
para ti
un quetzal de cristal
ahora que soy joven y tierno
como un sauce
ahora que mis sueños
pueden volar tan alto
como un cóndor sobre los andes
II
Me quedaré aquí
no quiero
pero me atan cadenas
las cadenas de la distancia
me atan a la ausencia
III
OH amor
honda es la pena de quedarme
de no ir a tu lado
de morir tan lejos de la aurora
Sublime ritual
Noches estremecidas
por los quejidos húmedos
que brotan de tus labios
nuestros cuerpos
horizontalmente desnudos
hacen del acto del amor
un sublime ritual
Atesoro
Atesoro entre mis manos
el estridente perfume de tu piel
fuego que enciende mi tacto
cuando la humedad digital
de tu sexo en mis labios
endulza todos mis sentidos de placer
Las puertas de mis sueños
Mujer que todas las noches
desnuda abre las puertas de mis sueños
penetra hasta las intimas habitaciones de mi alma
para que yo dibuje con mis labios en su piel
una flor
Mujer
estatua taciturna derritiéndose en mis labios
Antiguas Prostitutas
Bajo los escombros de la noche
a esta hora la ciudad
parece abandonada
sólo algunos autos iracundos y veloces
se pierden en la oscuridad
antiguas prostitutas
solitarias y sombrías
naufragan bajo las luces últimas
del amanecer
sus cadáveres angustiados
flotan sobre los altos edificios
espejismo de un mundo absurdo
en el que habito
Pájaros azules
Entre mis manos crece tu risa
igual que en el pasto distante
crece la hierba
eres un destello breve
súbito
que ilumina de repente
la abrupta sombra
de mi cuerpo horizontal
tendido sobre las tardes
grises de enero
ven
deja que tu nombre entre mis labios
sea un rayo que hiera la distancia
deja que mis manos hagan surcos en tu piel
para sembrar en tu sexo de flores
la simiente congelada en mi semen
para que en tu vientre la vida
igual que el trigo en los campos
ilumine los ignotos senderos
de la fantasía
soy un héroe
vencedor de mil batallas
mas en tus brazos como un centauro
caigo vencido al amor y la ternura
atados mis sueños a tu nombre
ya no voy a ninguna parte
he anclado mi barca
en la remota soledad del tiempo
junto a la insondable desnudez
de tu cuerpo
dormido sobre un lecho de pétalos
petrificados sobre la nada
refugio de los fantasmas
que huyen de la furia
de los minotauros
yo también huyo de la furia ciega
del amor
mas en tu piel anidan
los pájaros azules de mis manos
A pesar de los pesares
I
Te amo desde la plenitud
de mi soledad
en ella naufragaron barcos invisibles
sus tripulantes remotos
se resisten a morir
ahogados en el tiempo
y chapalean desesperados
en la nada
tratando de sobrevivir
al canto sublime de las sirenas
que en silencio los seduce
II
Te amo y este siglo que palidece
al borde del abismo
me arrastra hacia un ocaso
de mariposas muertas
donde el hielo de la noche
guarda el rostro azorado
de los niños muertos
por el furor milenario
de un hambre atroz
que tritura los sueños
de las breves prostitutas
III
Que en una ciudad junto al mar Caribe
en un frío malecón
por unas monedas venden ternura
a hombres solitarios y tristes
que se deshacen de placer
en el sexo muerto de las niñas pálidas
que en las noches lívidas
del último otoño
hacen turno para morirse de sed
ahogadas en las sombras
de una ciudad diluida
entre caricias fingidas
y túneles infinitos y estrechos
por donde se les escapa la vida
a gotas de sangre y semen
IV
Te amo a pesar del odio
de los hombres que me apartan de ti
y me atan al olvido
y me empujan al vacío
de un siglo casi muerto
donde soy testigo de mi propia soledad
y donde se mueren las flores
marchitas por el peso
de una primavera de sangre
Profecía
Perdí tu amor hace siglo
entre la soledad muda de los libros
y las cenizas ensangrentadas
y calientes
de las batallas inacabables
de imposibles victorias
que en el fragor de las noches inciertas
azotadas por un viento lúgubre
siempre torturaron mi alma
de soldado vencido
pero a pesar de mi soledad profética
no puedo renunciar a ti
aun sabiendo que soy un hombre
marcado por la tristeza milenaria
de los milicianos que fueron a la guerra
a morir por un extraño idealismo
que los fanatizó de tal manera
que nunca alcanzaron a entender
que en esa vorágine eterna
de sangre y metralla
perdían su humanidad
y se morían lejos
en la soledad de su crueldad
consumidos por el fuego helado
de un invierno eterno
que aún guarda congelado
el rostro de miedo
de los soldados muertos
en la última batalla
de la guerra del fin del mundo
y yo que sobrevivo a los designios
me resisto a perderte
Y te busco más allá de la profecía
entre los espejos rotos
de los aposentos imaginarios
donde mi infancia
diluida entre la sangre
y los laureles
agoniza tras la ambarina
levedad de tus ojos
que me miran desde el olvido
más puro de tu alma
Tu mirada
He desenterrado la luz
que los dioses
enterraron en la noche
ignoraban ellos
que la luz
como tu mirada
no caben en la nada
Rota la luz
Rota la luz
en la inefable quietud
de tus ojos
en tu mirada se condensan
los colores del arco iris
La luz
La luz atravesando
el prisma de tus ojos
mil mariposas
El secreto amor
El júbilo sempiterno de los sapos
el agua serena del estanque
las estrellas dormidas en tus ojos
y el secreto amor que no llega
Canto de sirena
La ciudad difusa
se esconde tras la brisa
limpia y perfumada
del invierno
pequeños hombrecitos dorados
pintan de colores el horizonte
mientras en el cielo
pausadas las estrellas
se van agrupando como potros
doblegados en un corral
con una tranquilidad celestial
serenas las luces van despertando
llenando de luciérnagas
los remotos rincones de la ciudad
que esconde tras las vidrieras
un mundo subterráneo
donde mujeres prisioneras
en el ámbar de la nada
venden placeres a hombres
azorados y tristes
que fascinados no sobreviven
al canto de las sirenas
y sus cadáveres sonámbulos
flotan tranquilos sobre un océano
de lunas derretidas
mientras el viento
los va juntando más allá del horizonte
cenagoso del amanecer
el viento que también agoniza
herido por un concierto
de pájaros funerarios
que se alimentan de la carne
hueca y perfumada
de los hombres que sedientos
mueren huérfanos de amor
en brazos de las mujeres
que vestidas de lunas y estrellas
florecen y se multiplican
bajo los faroles del tiempo
ESPEJISMO DE LUNA LLENA.
En mi voz
tus senos resplandecen como el agua
bajo la luz de la luna
dos alas crecen en tu espalda
la noche es una flor que en tu piel renueva sus pétalos minerales
y en la vaguedad infinita de tus ojos
el mar pinta de pájaros azulmarinos el horizonte
temblor del viento detrás de los espejos aterciopelado de la alborada
libélula de cristal atrapada en los contornos luminosos de tus fantasías
y en la voz del deseo
dos tatuajes de sal se desnudan a la pasión
templos de leche
colinas de nata
pirámides de azúcar
amanece en tu mirada un sol ebrio de eternidad
y la luz
como un ángel de cristal líquido
danza en los límite de tu desnudez y se aleja
y junto a un camino de estrellas
en su génesis de humedad
el rocío se desvanece
y entre tus piernas
en noches de olvido y hastío
el fuego consume sueños placeres
tentación de lo infinito es el pecado de amar lo prohibido
torres de algodón
hondura de la nada es la distancia
que naufraga en la pesadumbre de la ausencia
canto de sirena
tibios pezones de miel
tu desnudez
ondula en mis recuerdos
como un espejismo de luna llena
Vestida de azul I
Así vestida toda de azul me acompañas en mis sueños,
viajas conmigo por los senderos del amor,
tan feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna
luego sudorosa y jadeante
corres hacia mis brazos
y en la soledad del tiempo
bajo las estrellas
arropados por las sombras de la noche
hacemos el amor
Vestida de azul II
Busco tu rostro que la noche dibuja
en los pergaminos de la ausencia
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer
herida por las luces y la soledad
en una esquina bajo la sombra de un farol
una prostituta hace el amor a la nostalgia
ebrios transeúntes suben la escalinatas
de los sueños
y antes del amanecer
ante mis ojos sin ningún rubor
se suicidan
la ciudad
por sus calles de asombro te busco
entre los fantasma de la zona colonial
y te imagino vestida de azul
en los balcones de la alborada
diciéndome adiós para siempre
No quiero
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
E l aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Tu ausencia
Es tu ausencia
un puñal de sal clavado en mi voz
herida que salpica de silencio las palabras
ESPEJO DE AGUA
Lluvia de peces dorados en la memoria
mariposas que el viento deshoja
en los día grises
de un mes tardío como noviembre
ancianos pescadores frente al mar del olvido
espejo de agua donde una luna moribunda habita
niños tatuados de horizonte
sobre su conciencia cargan la luz
la acrisolada luz
la luz de la alborada
y sobre un caballo de cristal
una princesa de jade galopa
QUIERO QUE ME RECUERDES
Quiero amor que me recuerdes
este septiembre azul de luto
en que nuestros muertos
permanecen recientes
en el tiempo de flores
de esta primavera muerta
intacta bajo las ruinas
de la historia
que bajo las cenizas aún tibias
guardan petrificado el olor
a sangre de la pólvora
quiero amor que me recuerdes
precisamente esta tarde
en que después de la lluvia
por las calles húmedas y frías
ondean las banderas fúnebres
por los que se han ido
por los que ya no volverán
esta tarde en que después de la lluvia
amordazamos nuestra ira
y todo nuestro rencor
se reduce al silencio de unas lágrimas
secretas y breves
que surgen de nuestros pechos
hechas un grito desgarrador y sordo
que estremece los cimientos de la multitud
envuelta en su gris melancolía de lluvias
y nostalgias
que perfora el alma de cenizas
de las golondrinas de plata
que todas las tardes
sueñan con ser estrellas
de las noches cálidas
de un verano incierto
quiero que me recuerdes
hoy más que nunca
oh amor
en que para siempre
me he quedado solo
perdido entre las brumas
de esta tarde abismal
por cuya oquedad
la multitud se escapa
del tiempo que oxida sus sueños
que la dispersa
que la arrincona contra la nada
la multitud que aun clama y grita
por los que se han ido
por los que ya no volverán
y sus gritos de siempre
se pierden entre la brizna
de la noche eterna
de un tiempo amargo
donde el terror
redujo nuestra existencia
a la clandestinidad del exilio y la muerte
LA CIUDAD DE EDO
Te imagino
navegando a la deriva
entre la nebulosa marea de la antigua
ciudad de Edo
salpicada por las voces de los noctámbulos
transeúntes del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan sin fin
alrededor de las ultimas hogueras
que iluminan el verano
en noviembre
en lo más alto del monte Fuji el sol se crispa
y envejece
y te imagino
bajo las sombras congeladas
de los rascacielos de la parte alta de Tokio
diluyéndote a través de las tibias vidrieras
de las tiendas
o mirando a través de los recuerdos
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando
a través de la ventana
de tu apartamento en Osaka
como las sombras de la noche aletean
en la distancia y mueren
abril es un cerezo que florece en mi voz
cuando te nombro
es la hora del té
las calles de Asakusha
se perfuman con los colores rojo amarillo
de las Geishas que se eternizan
en el ambarino reflejo del neón
y más allá de la pena
el sol se revuelca en sus cenizas
y resplandece en tu ojos
mientras por el sendero de bambú
el musgo y el olvido crecen
en el estanque
una flor de loto ilumina la noche
EL TEMPLO DE JADE
Alados peces persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas
delfines de colores
tiburones perdidos en un banco de coral
un océano de sueños
ofrezco a la mujer que tiene su trono
en el templo de jade
Relámpago de mariposas
De tus labios enredado en el viento
un relámpago de mariposas
perfuma de colores la distancia
Ebria de soledad
Ebria de soledad y ausencia
hace surcos de agua en tu ombligo
la luna
Hace tiempo te esperaba
llegaste dormida en la luz de un relámpago
arropada en los sueños
vestida de silencio
descalza sobre la transparencia de mi voz
dejando tus huellas entre mis ojos
que te tocan
que te desnudan
que te acarician el pubis
que trepan hasta la cúspide imaginaria del placer
que se ahondan hasta el orgasmo en tu sexo
mis ojos que tejen en tu piel un vestido de música y flores
donde el alba es una luz que se desgrana en los latidos de la pasión
tu piel que deja entre mis manos el dulce sonido de tu aroma
que en la ausencia se deshoja en la tentación de lo prohibido
tu cuerpo desnudo lo dibujo en el nocturno lienzo del insomnio
y pongo dos alas en tu espalda
cierro los ojos
y estás a mi lado
aunque hace tiempo te alejas entre las brumas de la ausencia y el olvido
es allá
en los ignotos paraje de los recuerdos
donde este amor como un árbol de sombras
germina
crece
QUIMERA DISTANTE.
Habitas en mis sueños
corres desnuda por los pasillos de mi alma
hasta las imaginarias habitaciones del alba
en donde te quedas para siempre en mi voz
mi voz que construye para ti un mundo de fantasía
quimera distante
flor de los Andes
ángel de tentación
mujer que traspasa el tiempo y la distancia
y se pierde entre las luces y la fantasía de la ciudad
busca entre los túneles de la noche un poco de amor
Hago el amor a la quimera
Desnudo la soledad
beso el silencio
abrazo la ausencia
hago el amor a la quimera
tan distante
tú
Tus senos
Son tus senos
dos tibias paloma que anidan en mis manos
DETRÁS DEL CRISTAL
En las noches
petrificado tras el cristal de mis recuerdos
tu cuerpo desnudo danza en la penumbra del tiempo
Árbol de pájaros azules
Árbol de pájaros azules
atrapados en los cubículos de las sombras
tres ruiseñores de sal
estampan en las paredes del olvido
tu nombre
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Vestida de luna en su desnudez
Hace tiempo la sueño
vestida de luna en su desnudez
dejando sus huellas sobre las alfombras nocturnas del tiempo
alejándose para siempre entre las luces y las sombras
de la ciudad agrietada por la ausencia
hacia los antiguos suburbios del alba
En los murales imaginarios de tu alma
Mis manos dibujan lirios de agua en los murales imaginarios de tu alma
y en la profundidad de los sueños se desnudan las palabras en la voz del deseo
PENSARTE TAN DISTANTE.
Pensarte tan distante
sentada en un trono de ámbar
mujer que habitas en mis sueños
equidistante de la ternura y la pasión
retenida entre las brumas del alba
diosa de cristal
enredadera luminosa que trepa por las paredes de mi voz
canto de amor
unicornio de jade bajo las lunas de abril
estrella de azúcar derretida en la frente del horizonte
largo suspiro del mar que salpica de salitre las ciudades
atrapadas en la fantasía del neon
por sus calles de hastío
un fantasma herido por el tiempo
pregunta tu nombre a pálidos transeúntes
atrapado entre los espejos del olvido
Sol de Cristal
El viento
como un ruiseñor herido huye
trata de esconderse
tras el horizonte
al que nunca llega
bajo mi piel la noche se esconde
con un rumor de siglos
las estrellas afloran
entre mis ojos húmedos
de distancia
veloces unicornios galopan
hacia los insólitos rincones
de la memoria
donde tu recuerdo
bajo un sol de cristal
como una bandera victoriosa ondea
A donde va la luna
I
A dónde va la luna
vestida como una diosa
II
En busca de un amor
tan alto como el sol
III
Por qué siente celos
la tierra de ella
IV
Por qué sueñan las dos
con el mismo amor
Virgen en pecado
I
Ven
ebria de soledad
a mis brazos
II
Ven
sedienta
como un cascabel
mudo de sonidos
III
Ven
vacía como un cántaro
roto por la eternidad
IV
Ven
y grita mi nombre
en la insondable noche
del olvido y la muerte
V
Ven
y búscame
entre la multitud de ángeles
que habitan en tus sueños
Piel de Sándalo
Piel de sándalo
cabellos de lianas dormidas
sobre los árboles de la selva
ojos de mar insondable y sereno
pezones erectos y tibios
entre mis manos
labios que saben mi nombre
labios que besan y ríen
lengua apasionada y sedienta
cintura de anillo nupcial
ombligo de caramelo en mi boca
largas piernas
sexo de fuego
pies descalzos
sobre la alborada de mis sueños
ven mujer
traspasa el tiempo y la distancia
desnúdate
y danza para mí bajo la luna
Dios te creó
I
Dios te creó
yo te hice
mis manos de alfarero
moldearon tu cuerpo
II
Dios te dio la vida
Yo te di el amor
Pequeña mujer
Hecha de rocío y de luz
Quise huir
I
No hay donde esconderse
II
Hoy
la alegría sonora
de los amantes clandestinos
me delató
III
Me sorprendió agachado
detrás de las murallas
del horizonte
IV
Quise huir
pero al intentarlo
me hirió el alma
el llanto de un niño
recién nacido
V
Petrificado
entre las pestañas de la brisa
mi cuerpo hecha raíces
Me atan cadenas
No podré ir a tu lado
ahora que te amo
ahora que guardo en mi corazón
para ti
un quetzal de cristal
ahora que soy joven y tierno
como un sauce
ahora que mis sueños
pueden volar tan alto
como un cóndor sobre los andes
II
Me quedaré aquí
no quiero
pero me atan cadenas
las cadenas de la distancia
me atan a la ausencia
III
OH amor
honda es la pena de quedarme
de no ir a tu lado
de morir tan lejos de la aurora
Sublime ritual
Noches estremecidas
por los quejidos húmedos
que brotan de tus labios
nuestros cuerpos
horizontalmente desnudos
hacen del acto del amor
un sublime ritual
Atesoro
Atesoro entre mis manos
el estridente perfume de tu piel
fuego que enciende mi tacto
cuando la humedad digital
de tu sexo en mis labios
endulza todos mis sentidos de placer
Las puertas de mis sueños
Mujer que todas las noches
desnuda abre las puertas de mis sueños
penetra hasta las intimas habitaciones de mi alma
para que yo dibuje con mis labios en su piel
una flor
Mujer
estatua taciturna derritiéndose en mis labios
Antiguas Prostitutas
Bajo los escombros de la noche
a esta hora la ciudad
parece abandonada
sólo algunos autos iracundos y veloces
se pierden en la oscuridad
antiguas prostitutas
solitarias y sombrías
naufragan bajo las luces últimas
del amanecer
sus cadáveres angustiados
flotan sobre los altos edificios
espejismo de un mundo absurdo
en el que habito
Pájaros azules
Entre mis manos crece tu risa
igual que en el pasto distante
crece la hierba
eres un destello breve
súbito
que ilumina de repente
la abrupta sombra
de mi cuerpo horizontal
tendido sobre las tardes
grises de enero
ven
deja que tu nombre entre mis labios
sea un rayo que hiera la distancia
deja que mis manos hagan surcos en tu piel
para sembrar en tu sexo de flores
la simiente congelada en mi semen
para que en tu vientre la vida
igual que el trigo en los campos
ilumine los ignotos senderos
de la fantasía
soy un héroe
vencedor de mil batallas
mas en tus brazos como un centauro
caigo vencido al amor y la ternura
atados mis sueños a tu nombre
ya no voy a ninguna parte
he anclado mi barca
en la remota soledad del tiempo
junto a la insondable desnudez
de tu cuerpo
dormido sobre un lecho de pétalos
petrificados sobre la nada
refugio de los fantasmas
que huyen de la furia
de los minotauros
yo también huyo de la furia ciega
del amor
mas en tu piel anidan
los pájaros azules de mis manos
A pesar de los pesares
I
Te amo desde la plenitud
de mi soledad
en ella naufragaron barcos invisibles
sus tripulantes remotos
se resisten a morir
ahogados en el tiempo
y chapalean desesperados
en la nada
tratando de sobrevivir
al canto sublime de las sirenas
que en silencio los seduce
II
Te amo y este siglo que palidece
al borde del abismo
me arrastra hacia un ocaso
de mariposas muertas
donde el hielo de la noche
guarda el rostro azorado
de los niños muertos
por el furor milenario
de un hambre atroz
que tritura los sueños
de las breves prostitutas
III
Que en una ciudad junto al mar Caribe
en un frío malecón
por unas monedas venden ternura
a hombres solitarios y tristes
que se deshacen de placer
en el sexo muerto de las niñas pálidas
que en las noches lívidas
del último otoño
hacen turno para morirse de sed
ahogadas en las sombras
de una ciudad diluida
entre caricias fingidas
y túneles infinitos y estrechos
por donde se les escapa la vida
a gotas de sangre y semen
IV
Te amo a pesar del odio
de los hombres que me apartan de ti
y me atan al olvido
y me empujan al vacío
de un siglo casi muerto
donde soy testigo de mi propia soledad
y donde se mueren las flores
marchitas por el peso
de una primavera de sangre
Profecía
Perdí tu amor hace siglo
entre la soledad muda de los libros
y las cenizas ensangrentadas
y calientes
de las batallas inacabables
de imposibles victorias
que en el fragor de las noches inciertas
azotadas por un viento lúgubre
siempre torturaron mi alma
de soldado vencido
pero a pesar de mi soledad profética
no puedo renunciar a ti
aun sabiendo que soy un hombre
marcado por la tristeza milenaria
de los milicianos que fueron a la guerra
a morir por un extraño idealismo
que los fanatizó de tal manera
que nunca alcanzaron a entender
que en esa vorágine eterna
de sangre y metralla
perdían su humanidad
y se morían lejos
en la soledad de su crueldad
consumidos por el fuego helado
de un invierno eterno
que aún guarda congelado
el rostro de miedo
de los soldados muertos
en la última batalla
de la guerra del fin del mundo
y yo que sobrevivo a los designios
me resisto a perderte
Y te busco más allá de la profecía
entre los espejos rotos
de los aposentos imaginarios
donde mi infancia
diluida entre la sangre
y los laureles
agoniza tras la ambarina
levedad de tus ojos
que me miran desde el olvido
más puro de tu alma
Tu mirada
He desenterrado la luz
que los dioses
enterraron en la noche
ignoraban ellos
que la luz
como tu mirada
no caben en la nada
Rota la luz
Rota la luz
en la inefable quietud
de tus ojos
en tu mirada se condensan
los colores del arco iris
La luz
La luz atravesando
el prisma de tus ojos
mil mariposas
El secreto amor
El júbilo sempiterno de los sapos
el agua serena del estanque
las estrellas dormidas en tus ojos
y el secreto amor que no llega
Canto de sirena
La ciudad difusa
se esconde tras la brisa
limpia y perfumada
del invierno
pequeños hombrecitos dorados
pintan de colores el horizonte
mientras en el cielo
pausadas las estrellas
se van agrupando como potros
doblegados en un corral
con una tranquilidad celestial
serenas las luces van despertando
llenando de luciérnagas
los remotos rincones de la ciudad
que esconde tras las vidrieras
un mundo subterráneo
donde mujeres prisioneras
en el ámbar de la nada
venden placeres a hombres
azorados y tristes
que fascinados no sobreviven
al canto de las sirenas
y sus cadáveres sonámbulos
flotan tranquilos sobre un océano
de lunas derretidas
mientras el viento
los va juntando más allá del horizonte
cenagoso del amanecer
el viento que también agoniza
herido por un concierto
de pájaros funerarios
que se alimentan de la carne
hueca y perfumada
de los hombres que sedientos
mueren huérfanos de amor
en brazos de las mujeres
que vestidas de lunas y estrellas
florecen y se multiplican
bajo los faroles del tiempo
ESPEJISMO DE LUNA LLENA.
En mi voz
tus senos resplandecen como el agua
bajo la luz de la luna
dos alas crecen en tu espalda
la noche es una flor que en tu piel renueva sus pétalos minerales
y en la vaguedad infinita de tus ojos
el mar pinta de pájaros azulmarinos el horizonte
temblor del viento detrás de los espejos aterciopelado de la alborada
libélula de cristal atrapada en los contornos luminosos de tus fantasías
y en la voz del deseo
dos tatuajes de sal se desnudan a la pasión
templos de leche
colinas de nata
pirámides de azúcar
amanece en tu mirada un sol ebrio de eternidad
y la luz
como un ángel de cristal líquido
danza en los límite de tu desnudez y se aleja
y junto a un camino de estrellas
en su génesis de humedad
el rocío se desvanece
y entre tus piernas
en noches de olvido y hastío
el fuego consume sueños placeres
tentación de lo infinito es el pecado de amar lo prohibido
torres de algodón
hondura de la nada es la distancia
que naufraga en la pesadumbre de la ausencia
canto de sirena
tibios pezones de miel
tu desnudez
ondula en mis recuerdos
como un espejismo de luna llena
Vestida de azul I
Así vestida toda de azul me acompañas en mis sueños,
viajas conmigo por los senderos del amor,
tan feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna
luego sudorosa y jadeante
corres hacia mis brazos
y en la soledad del tiempo
bajo las estrellas
arropados por las sombras de la noche
hacemos el amor
Vestida de azul II
Busco tu rostro que la noche dibuja
en los pergaminos de la ausencia
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer
herida por las luces y la soledad
en una esquina bajo la sombra de un farol
una prostituta hace el amor a la nostalgia
ebrios transeúntes suben la escalinatas
de los sueños
y antes del amanecer
ante mis ojos sin ningún rubor
se suicidan
la ciudad
por sus calles de asombro te busco
entre los fantasma de la zona colonial
y te imagino vestida de azul
en los balcones de la alborada
diciéndome adiós para siempre
No quiero
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
E l aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Tu ausencia
Es tu ausencia
un puñal de sal clavado en mi voz
herida que salpica de silencio las palabras
ESPEJO DE AGUA
Lluvia de peces dorados en la memoria
mariposas que el viento deshoja
en los día grises
de un mes tardío como noviembre
ancianos pescadores frente al mar del olvido
espejo de agua donde una luna moribunda habita
niños tatuados de horizonte
sobre su conciencia cargan la luz
la acrisolada luz
la luz de la alborada
y sobre un caballo de cristal
una princesa de jade galopa
QUIERO QUE ME RECUERDES
Quiero amor que me recuerdes
este septiembre azul de luto
en que nuestros muertos
permanecen recientes
en el tiempo de flores
de esta primavera muerta
intacta bajo las ruinas
de la historia
que bajo las cenizas aún tibias
guardan petrificado el olor
a sangre de la pólvora
quiero amor que me recuerdes
precisamente esta tarde
en que después de la lluvia
por las calles húmedas y frías
ondean las banderas fúnebres
por los que se han ido
por los que ya no volverán
esta tarde en que después de la lluvia
amordazamos nuestra ira
y todo nuestro rencor
se reduce al silencio de unas lágrimas
secretas y breves
que surgen de nuestros pechos
hechas un grito desgarrador y sordo
que estremece los cimientos de la multitud
envuelta en su gris melancolía de lluvias
y nostalgias
que perfora el alma de cenizas
de las golondrinas de plata
que todas las tardes
sueñan con ser estrellas
de las noches cálidas
de un verano incierto
quiero que me recuerdes
hoy más que nunca
oh amor
en que para siempre
me he quedado solo
perdido entre las brumas
de esta tarde abismal
por cuya oquedad
la multitud se escapa
del tiempo que oxida sus sueños
que la dispersa
que la arrincona contra la nada
la multitud que aun clama y grita
por los que se han ido
por los que ya no volverán
y sus gritos de siempre
se pierden entre la brizna
de la noche eterna
de un tiempo amargo
donde el terror
redujo nuestra existencia
a la clandestinidad del exilio y la muerte
LA CIUDAD DE EDO
Te imagino
navegando a la deriva
entre la nebulosa marea de la antigua
ciudad de Edo
salpicada por las voces de los noctámbulos
transeúntes del barrio Roppongi
luminosos fantasmas que danzan sin fin
alrededor de las ultimas hogueras
que iluminan el verano
en noviembre
en lo más alto del monte Fuji el sol se crispa
y envejece
y te imagino
bajo las sombras congeladas
de los rascacielos de la parte alta de Tokio
diluyéndote a través de las tibias vidrieras
de las tiendas
o mirando a través de los recuerdos
sentada en un café en Shibuya
o simplemente contemplando
a través de la ventana
de tu apartamento en Osaka
como las sombras de la noche aletean
en la distancia y mueren
abril es un cerezo que florece en mi voz
cuando te nombro
es la hora del té
las calles de Asakusha
se perfuman con los colores rojo amarillo
de las Geishas que se eternizan
en el ambarino reflejo del neón
y más allá de la pena
el sol se revuelca en sus cenizas
y resplandece en tu ojos
mientras por el sendero de bambú
el musgo y el olvido crecen
en el estanque
una flor de loto ilumina la noche
EL TEMPLO DE JADE
Alados peces persiguen barcos remotos
calamares azules
manta rayas luminosas
ballenas suicidas
delfines de colores
tiburones perdidos en un banco de coral
un océano de sueños
ofrezco a la mujer que tiene su trono
en el templo de jade
Relámpago de mariposas
De tus labios enredado en el viento
un relámpago de mariposas
perfuma de colores la distancia
Ebria de soledad
Ebria de soledad y ausencia
hace surcos de agua en tu ombligo
la luna
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
jueves, marzo 22, 2012
Puñal de jade
Puñal de jade clavado en la voz quebrada del viento
luna de sal derritiéndose en horizonte de sangre
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.
Domingo Acevedo.
luna de sal derritiéndose en horizonte de sangre
pergaminos de lágrimas
caminos de ausencia
por donde el olvido galopa sin rumbo
en el caballo de la eternidad.
Domingo Acevedo.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
entre las sombras y la sangre
Es la tristeza mi alegría
la soledad mi vida
la noche mi hogar
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre
vivo atrapado.
Domingo Acevedo.
la soledad mi vida
la noche mi hogar
sin poder escapar
entre las sombras y la sangre
vivo atrapado.
Domingo Acevedo.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
Apropósito de los feminicidios en la Republica Dominicana.
Apropósito de los feminicidios en la Republica Dominicana.
Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, ni nada puede justificar un crimen, una vida no puede ser reemplazada por otra vida, por eso es la necesidad de educar a las personas en base al amor y la solidaridad, en base al respeto a la dignidad humana y la vida.
Hay que buscar las raíces, las causas, del porque tantos hombres matando con tanta facilidad a las mujeres (novias, esposas, ex esposas, enamoradas, etc.) porque en las últimos tiempos se han incrementados con creces los feminicidios, enlutando a nuestra sociedad.
En la Republica Dominicana cada día muere una mujer asesinada por un hombre y esto debe movernos a preocupación porque son las mujeres la parte mas sensible de nuestra sociedad, porque son ellas las que nos dan la vida, las que nos enaltecen, las que cargan sobre sus hombros todo el peso de la sociedad, son ellas las que sufren con mayor rigor las adversidad de un mundo cada vez más convulso.
Pensamos que los entendidos en el asunto, psiquiatras, psicólogos, las feministas y toda la sociedad, deben esforzarse por encontrar una salida a esta situación, no podemos permitir que se sigan asesinando a tantas mujeres ante nuestras narices y no hacer nada.
Creemos que muchos factores inciden en esta situación, tales como: el machismo, la falta de educación, el incremento de la violencia en la sociedad Dominicana, los medios de comunicación, especialmente la televisión, y la aplicación inadecuada de la justicia, en los casos de los feminicidios.
Esa urgente buscar la manera de detener estos crímenes, nuestra sociedad no puede darse el lujo de que estos acontecimientos sigan sucediendo, ya es tiempo de parar los feminicidios, es tiempo de empezar una campaña de educación y sensibilización, para que los hombres de nuestro país, entiendan que las mujeres deben ser respetadas, amadas y protegida, nunca golpeadas, ni asesinadas, pero no como una campaña estatal que tiene a un personaje que asesino a su esposa, llamando a no pegar a las mujeres, así no se vale.
Respeta y ama a las mujeres, porque el que ama de verdad, no mata.
Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, ni nada puede justificar un crimen, una vida no puede ser reemplazada por otra vida, por eso es la necesidad de educar a las personas en base al amor y la solidaridad, en base al respeto a la dignidad humana y la vida.
Hay que buscar las raíces, las causas, del porque tantos hombres matando con tanta facilidad a las mujeres (novias, esposas, ex esposas, enamoradas, etc.) porque en las últimos tiempos se han incrementados con creces los feminicidios, enlutando a nuestra sociedad.
En la Republica Dominicana cada día muere una mujer asesinada por un hombre y esto debe movernos a preocupación porque son las mujeres la parte mas sensible de nuestra sociedad, porque son ellas las que nos dan la vida, las que nos enaltecen, las que cargan sobre sus hombros todo el peso de la sociedad, son ellas las que sufren con mayor rigor las adversidad de un mundo cada vez más convulso.
Pensamos que los entendidos en el asunto, psiquiatras, psicólogos, las feministas y toda la sociedad, deben esforzarse por encontrar una salida a esta situación, no podemos permitir que se sigan asesinando a tantas mujeres ante nuestras narices y no hacer nada.
Creemos que muchos factores inciden en esta situación, tales como: el machismo, la falta de educación, el incremento de la violencia en la sociedad Dominicana, los medios de comunicación, especialmente la televisión, y la aplicación inadecuada de la justicia, en los casos de los feminicidios.
Esa urgente buscar la manera de detener estos crímenes, nuestra sociedad no puede darse el lujo de que estos acontecimientos sigan sucediendo, ya es tiempo de parar los feminicidios, es tiempo de empezar una campaña de educación y sensibilización, para que los hombres de nuestro país, entiendan que las mujeres deben ser respetadas, amadas y protegida, nunca golpeadas, ni asesinadas, pero no como una campaña estatal que tiene a un personaje que asesino a su esposa, llamando a no pegar a las mujeres, así no se vale.
Respeta y ama a las mujeres, porque el que ama de verdad, no mata.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
Ecuador: inundemos Quito de vida
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
martes, marzo 20, 2012
La insignificante grandeza
RUGE LA LUZ
Tumulto de colores
la tarde se inunda de primavera
oleaje de mariposas amarillas
estrellándose contra imaginarios acantilados
en tu mirada el viento clarea el horizonte
con un olor a flores fosificado en el tiempo
en lo infinito el sol parece una moneda perdida
ágata que se rompe en la mirada de un ángel
ruge la luz
al compás de los tambores del silencio
la noche hace su llegada triunfal
Vestida de azul I
Así vestida toda de azul me acompañas en mis sueños,
viajas conmigo por los senderos del amor,
tan feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna
luego sudorosa y jadeante
corres hacia mis brazos
y en la soledad del tiempo
bajo las estrellas
arropados por las sombras de la noche
hacemos el amor
Vestida de azul II
Busco tu rostro que la noche dibuja
en los pergaminos de la ausencia
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer
herida por las luces y la soledad
en una esquina bajo la sombra de un farol
una prostituta hace el amor a la nostalgia
ebrios transeúntes suben las escalinatas
de los sueños
y antes del amanecer
ante mis ojos sin ningún rubor
se suicidan
la ciudad
por sus calles de asombro te busco
entre los fantasma de la zona colonial
y te imagino vestida de azul
en los balcones de la alborada
diciéndome adiós para siempre
La insignificante grandeza
Quiero dejar testimonio de la insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran ciudad.
De esa tierra que en mi corazón es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo iluminan los cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.
En nuestra forma simple de ver la vida no advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía en todo su esplendor, sus avenidas románticas con sus ventanales que todas las tardes daban al mar, las luces que herían el corazón de las sombras con sus cuchillos color del oro viejo, sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena atrapadas por la soledad, sus escuálidos hombres vestidos con los colores más estridendentes del arco iris, sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella, donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos de la fantasía, el mar Caribe con sus barcos fantasmas esfumándose en el horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese mundo y de nuevo volvíamos a nuestras tierras en donde la vida transcurría sin más prisa que ir a los conucos, andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima, arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus hazañas remotas, de su largo viaje sin retorno hasta llegar aquí, de la crueldad del látigo en sus espaldas, de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad, de sus anhelos por volver al África y de sus raíces enterradas en estas tierras que abonaron con sudor y sangre , tierra, en que a pesar de todo, siempre serán extraños.
Al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos por los caminos que los grillos iluminaban con su canto, gritando a viva voz la alegría de compartir en una danza la vida, al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi hamaca, hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la modernidad.
Un día de otoño
Nací junto al resplandor azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera
cuando el sonido ancestral de los tambores
atrapaba a los hombres y las mujeres de la aldea
en la telaraña de la utopía y la nostalgia
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido
lejos del mar y la primavera
en el preámbulo de las mariposas
un día de otoño
cuando los soles eclipsados noviembre
emergían despacio de las aguas cenagosas del amanecer
Evidencia
Más allá del bohío
el olor vegetal de los hornos
evidencia que el hambre ronda
los días
Esta tarde de invierno
pájaros de oro Petrificados en el viento
migran hacia los oscuros rincones del agua
La quimera
herida por un rayo de eternidad
agoniza en brazos de un ángel
El sol
con sus dedos perfumados de clorofila y rocío
golpea las puertas en penumbra del amanecer
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
El aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África sigue siendo en mi corazón la ilusión más dulce, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
No quiero
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
camino de eternidad
Amanece
el sol deshoja la noche en la distancia
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino sombrío de unos pájaros de luto
iluminan el ambiente
un largo camino de de sangre viene d el eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera al rocío de la esclavitud de la noche
JUNCOS AZULES
Ríos coagulados en las mejillas del viento
lámparas heridas por el sol
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada de otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres de invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
Mano invisibles
I
Manos invisibles van taponando las heridas del horizonte
por donde se derrama la sangre luminosa de un cíclope herido
II
La tarde lentamente va sepultando en un cementerio de sombras
los últimos residuos del sol
III
En el preámbulo de la noche un niño llora
Fantasma desnudo
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
E l aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Cementerio de luz
El sol en la distancia deshoja la noche
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino de unos pájaros de luto
ilumina de sombras la mañana
un largo camino de sangre viene de la eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera de la esclavitud de la noche
al rocío
Pupilas rotas por el dolor
Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad, hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África es en mi corazón una hoguera que se enciende entre mis ojos cuando miro hacia atrás, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Racimo de luz
esa es mi voz
eco lejano de tamboras ahogándose
en la mirada ausente de la eternidad
madreselva que se enreda en la brisa
árbol nocturno de sonidos
barco de humo derritiéndose en la alborada
luna de papel hundiéndose en el mar
densa atmósfera de clorofila
caballo de azúcar cabalgando
sobre la arena luminosa del verano
estampa de sangre en las paredes del futuro
mi voz
eco de lágrimas salpicando las ciudades
heridas por la guerra
aroma desolado
campanas de agua
racimo de luz en el pozo de la muerte
grito de guerra
canto de amor
esa es mi voz
Murallas de papel
Santo Domingo
avenidas desoladas
autos veloces
transeúntes atrapados en burbujas de neón
luces derritiéndose en las paredes
de los altos edificios
suburbios que se los traga la noche
ríos contaminados
malecón de sombras
obelisco de cera
murallas de papel
y tres puertas siempre abiertas
Otra vez Santo Domingo
Ya es de noche
por la avenida Duarte
una oleada humana se escurre
entre los cristales de las tiendas y la fantasía del neón
en el parque Enriquillo agónicos bebedores de triculí
comparten su morada con los palomitos del malecón
que huelen cemento
atracadores y policías se confunden entre las sombras
y las luces de la zona colonial
esperan a que sus victimas
atraviesen los límites de la inocencia
para atraparlos entre las redes de la locura y el miedo
en Villa Juana y la Ciénaga
vendedores de crac y marihuana
ofertan sus productos al mejor postor
son las 3:00 A.M.
los jevitos de la Lincoln ebrios de cocaína y velocidad
se masturban a nombre de la madre
de la sociedad que los parió
y en la París con José Martí
viejas prostitutas de algodón
hacen el amor a la soledad
a esa misma hora en la calle el Conde
frente a la catedral primada de América
un mendigo defeca en la conciencia de todos nosotros
desde la calle Isabel la Católica
un fantasma lo observa
y se aleja llorando
es la ciudad
en el semáforo de la Sarasota con Jiménez Moya
mendigos Haitianos se suicidan con sus cuchillos de miseria
y en la zona norte
precisamente en Capotillo
último reducto de la esperanza
la policía reprime a la población
que protesta contra el FMI
y Joselito muere asesinado
mientras que en Boca Chica
una turista Alemana se da un baño de sol y playa
el sueño de Hitler es ya historia
a su lado
un negro criollo duerme tranquilo
Cascada de sueños
Cascada de sueños
arco iris de amor
días completos de lluvia
breves días de sol en tus ojos hacen retoñar la primavera
caballos de gloria cabalgan en tu memoria hacia la eternidad
en tus palabras la rabia y el olvido pelean hasta morir
y es la rebeldía
la que desde la puerta de una lágrimas dice adiós a la quimera
y en tu sonrisa quijotes de plata van sembrando de luz
los páramos distantes de la esperanza
en tu mirada un ángel de ternura amasa el barro estridente de la vida
y es tu corazón un jardín donde la luna florece mariposas
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Derrotado el día
se aleja montado en un caballo de sangre
En mi voz
las palabras echan raíces
El sonido de las tamboras
reivindica en la sed del agua y la sangre mi origen
Canto a la eternidad
El día llegó agotado de pelear contra el tiempo
Y se dejo caer sobre la tierra
recostó su cabeza sobre las altas montañas
Y sin prisa se durmió
Despertó
cuando la tarde besó su frente con ternura
y se alejó cantando hacia la eternidad
Aspas de sombras
Abatida por la metralla
la noche se eterniza en la mirada
ausente de la muerte
campanarios heridos por el silencio oxidado
del invierno
carne desnuda en su púrpura inocencia
temblor y congoja en la selva
grito desolado
flores incineradas
aspas de sombras
llora la sangre en alas de la eternidad
voz quebrada de quijote
muerte que da vida a la vida
vida que no termina con la muerte
cadáveres sonámbulos girando
alrededor de la alborada
y más allá de los sueños
la esperanza aún retoña
en el acrisolado destello del rocío
A Raúl Reyes
Testimonio de mayo
He vivido atado a los recuerdos
a los momentos irrecuperables de mi infancia
que se perdieron en el largo camino de la ausencia
a las mañanitas memorables del rocío,
a los días inolvidables de la primavera
a las noches esplendorosas de luna llena
aún tengo pegado en la piel
el claroscuro resplandor
de los días interminables de mayo
el olor de los potreros guía mis pasos
por el camino de los conucos
hacia la soledad inmensa de la lluvia
y el perfume de la clorofila colorea mi voz
de mariposas
aún los duendes invisibles del invierno
rondan mi memoria
y más allá del horizonte de mis ojos
un niño descalzo llora su hambre
LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO
Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno.
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
Piedra resplandeciente
En medio de la noche
la muerte se riza el pelo
sentada sobre una piedra resplandeciente
se mira en el espejo del universo
en su infinita soledad nadie la consuela
ni siquiera el tiempo seca sus lagrimas
sólo la mira y sigue su rumbo hacia la eternidad
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
Ola de sal
El tiempo se ha roto con tu ausencia
dejando un rastro de eternidad en mi voz
a veces la sensación de tu partida
levanta en mis ojos una ola de sal
que destruye las habitaciones del olvido
y todas las noches
la luz
va dejando espejos de luna
en las paredes de la alborada
donde los niños
con los dedos tiznados de ternura
escriben tu nombre
Miguel
A Miguel Ángel Acevedo
Domingo Acevedo
Haikus 2009
Espejo de oro
El sol tras las montañas,
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte
por la ciudad perdida
pasos sin rumbos
11
Teje la lluvia
con sus hilos de plata
la primavera
12
Llega la noche
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche
suspira el sol
14
Está nevando
tiritan las estrellas
es el invierno
15
Luz amarilla
deslumbran la mañana
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos
En la noche perdido
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas
Canta el viento
Un espejismo de pájaros fúnebres
sobre Palestina
escupen sangre.
LOS AMIGOS PERDURABLES
La vida me ha demostrado que los amigos perdurables son aquellos con los que compartes ideas, sueños e ilusiones y que la amistad se fundamenta sobre hechos concretos, es un sentimiento que nos lleva a una acción cotidiana y permanente, donde no hay espacio para la mentira, la manipulación, el engaño, ni la hipocresía. Un amigo es lo más cercano a la ternura.
Domingo Acevedo
Podrás engañar al mundo, mas no así tu conciencia.
Tu ausencia
Es tu ausencia
un puñal de sal clavado en mi voz
herida que salpica de silencio las palabras
Campanario de agua
Por un pedazo sombrío de la tarde
asoma un sorbo amago de sol
campanario de agua
que repica en la mirada del ocaso
Árbol de pájaros azules
Árbol de pájaros azules
atrapados en los cubículos de las sombras
tres ruiseñores de sal
estampan en las paredes del olvido
tu nombre
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
SUSURRO IMAGINARIO
Copos de sombras manchan de ausencia el olvido
la voz empañada del limo verde del ocio
es apenas un susurro imaginario
que se pierde en la noche
ANAQUELES DEL ALMA
Mis padres en un éxodo interminable
poblaron las lluviosas regiones del sur
de ellos conservo en los anaqueles de mi alma
las cadenas que ataron su origen al olvido
los recuerdo en las tardes mirando el horizonte
buscando entre las sombras de la tarde
el sonido de alguna tambora lejana
nunca fueron felices
toda mi alegría es la tristeza que de ellos heredé
y en algún rincón de mi alma
la abuela mamá tita todavía recolecta
los residuos perdido de su pasado
la lluvia como siempre
va dejando huellas de sal sobre las paredes del silencio
teje mantos de sombras con los que se arropa la soledad
y aprisiona en las claras habitaciones del agua
la alegría de ese niño
que detrás de los espejos de mis ojos
no deja de llorar
DETRÁS DEL ESPEJO
Detrás del espejo duerme un fantasma
en sus ojos la luz pelea contra las sombras
por eso es que la habitación se ilumina de mariposas
que traspasan las paredes de la noche
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños al amanecer
CON ALAS EN LA ESPALDA
Ese niño con alas en la espalda
y el cielo en la mirada
que todas las tardes como testimonio de su breve edad
me trae en su voz de pájaro
un ramillete de flores silvestres
tiene en la mirada
alegre la sonrisa
y un corazón de azúcar derretido en mis palabras
tierna la azucena en sus manos
como un relámpago perfuma el sendero
por donde sus pasos se alejan del ocaso a la aurora
a llenar de ternura mi alma
A Guaroa Acevedo mi hijo.
Tumulto de colores
la tarde se inunda de primavera
oleaje de mariposas amarillas
estrellándose contra imaginarios acantilados
en tu mirada el viento clarea el horizonte
con un olor a flores fosificado en el tiempo
en lo infinito el sol parece una moneda perdida
ágata que se rompe en la mirada de un ángel
ruge la luz
al compás de los tambores del silencio
la noche hace su llegada triunfal
Vestida de azul I
Así vestida toda de azul me acompañas en mis sueños,
viajas conmigo por los senderos del amor,
tan feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna
luego sudorosa y jadeante
corres hacia mis brazos
y en la soledad del tiempo
bajo las estrellas
arropados por las sombras de la noche
hacemos el amor
Vestida de azul II
Busco tu rostro que la noche dibuja
en los pergaminos de la ausencia
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer
herida por las luces y la soledad
en una esquina bajo la sombra de un farol
una prostituta hace el amor a la nostalgia
ebrios transeúntes suben las escalinatas
de los sueños
y antes del amanecer
ante mis ojos sin ningún rubor
se suicidan
la ciudad
por sus calles de asombro te busco
entre los fantasma de la zona colonial
y te imagino vestida de azul
en los balcones de la alborada
diciéndome adiós para siempre
La insignificante grandeza
Quiero dejar testimonio de la insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran ciudad.
De esa tierra que en mi corazón es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo iluminan los cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.
En nuestra forma simple de ver la vida no advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía en todo su esplendor, sus avenidas románticas con sus ventanales que todas las tardes daban al mar, las luces que herían el corazón de las sombras con sus cuchillos color del oro viejo, sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena atrapadas por la soledad, sus escuálidos hombres vestidos con los colores más estridendentes del arco iris, sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella, donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos de la fantasía, el mar Caribe con sus barcos fantasmas esfumándose en el horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese mundo y de nuevo volvíamos a nuestras tierras en donde la vida transcurría sin más prisa que ir a los conucos, andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima, arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus hazañas remotas, de su largo viaje sin retorno hasta llegar aquí, de la crueldad del látigo en sus espaldas, de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad, de sus anhelos por volver al África y de sus raíces enterradas en estas tierras que abonaron con sudor y sangre , tierra, en que a pesar de todo, siempre serán extraños.
Al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos por los caminos que los grillos iluminaban con su canto, gritando a viva voz la alegría de compartir en una danza la vida, al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi hamaca, hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la modernidad.
Un día de otoño
Nací junto al resplandor azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera
cuando el sonido ancestral de los tambores
atrapaba a los hombres y las mujeres de la aldea
en la telaraña de la utopía y la nostalgia
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido
lejos del mar y la primavera
en el preámbulo de las mariposas
un día de otoño
cuando los soles eclipsados noviembre
emergían despacio de las aguas cenagosas del amanecer
Evidencia
Más allá del bohío
el olor vegetal de los hornos
evidencia que el hambre ronda
los días
Esta tarde de invierno
pájaros de oro Petrificados en el viento
migran hacia los oscuros rincones del agua
La quimera
herida por un rayo de eternidad
agoniza en brazos de un ángel
El sol
con sus dedos perfumados de clorofila y rocío
golpea las puertas en penumbra del amanecer
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
El aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África sigue siendo en mi corazón la ilusión más dulce, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
No quiero
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
camino de eternidad
Amanece
el sol deshoja la noche en la distancia
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino sombrío de unos pájaros de luto
iluminan el ambiente
un largo camino de de sangre viene d el eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera al rocío de la esclavitud de la noche
JUNCOS AZULES
Ríos coagulados en las mejillas del viento
lámparas heridas por el sol
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada de otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres de invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
Mano invisibles
I
Manos invisibles van taponando las heridas del horizonte
por donde se derrama la sangre luminosa de un cíclope herido
II
La tarde lentamente va sepultando en un cementerio de sombras
los últimos residuos del sol
III
En el preámbulo de la noche un niño llora
Fantasma desnudo
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
E l aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Cementerio de luz
El sol en la distancia deshoja la noche
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino de unos pájaros de luto
ilumina de sombras la mañana
un largo camino de sangre viene de la eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera de la esclavitud de la noche
al rocío
Pupilas rotas por el dolor
Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad, hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África es en mi corazón una hoguera que se enciende entre mis ojos cuando miro hacia atrás, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Racimo de luz
esa es mi voz
eco lejano de tamboras ahogándose
en la mirada ausente de la eternidad
madreselva que se enreda en la brisa
árbol nocturno de sonidos
barco de humo derritiéndose en la alborada
luna de papel hundiéndose en el mar
densa atmósfera de clorofila
caballo de azúcar cabalgando
sobre la arena luminosa del verano
estampa de sangre en las paredes del futuro
mi voz
eco de lágrimas salpicando las ciudades
heridas por la guerra
aroma desolado
campanas de agua
racimo de luz en el pozo de la muerte
grito de guerra
canto de amor
esa es mi voz
Murallas de papel
Santo Domingo
avenidas desoladas
autos veloces
transeúntes atrapados en burbujas de neón
luces derritiéndose en las paredes
de los altos edificios
suburbios que se los traga la noche
ríos contaminados
malecón de sombras
obelisco de cera
murallas de papel
y tres puertas siempre abiertas
Otra vez Santo Domingo
Ya es de noche
por la avenida Duarte
una oleada humana se escurre
entre los cristales de las tiendas y la fantasía del neón
en el parque Enriquillo agónicos bebedores de triculí
comparten su morada con los palomitos del malecón
que huelen cemento
atracadores y policías se confunden entre las sombras
y las luces de la zona colonial
esperan a que sus victimas
atraviesen los límites de la inocencia
para atraparlos entre las redes de la locura y el miedo
en Villa Juana y la Ciénaga
vendedores de crac y marihuana
ofertan sus productos al mejor postor
son las 3:00 A.M.
los jevitos de la Lincoln ebrios de cocaína y velocidad
se masturban a nombre de la madre
de la sociedad que los parió
y en la París con José Martí
viejas prostitutas de algodón
hacen el amor a la soledad
a esa misma hora en la calle el Conde
frente a la catedral primada de América
un mendigo defeca en la conciencia de todos nosotros
desde la calle Isabel la Católica
un fantasma lo observa
y se aleja llorando
es la ciudad
en el semáforo de la Sarasota con Jiménez Moya
mendigos Haitianos se suicidan con sus cuchillos de miseria
y en la zona norte
precisamente en Capotillo
último reducto de la esperanza
la policía reprime a la población
que protesta contra el FMI
y Joselito muere asesinado
mientras que en Boca Chica
una turista Alemana se da un baño de sol y playa
el sueño de Hitler es ya historia
a su lado
un negro criollo duerme tranquilo
Cascada de sueños
Cascada de sueños
arco iris de amor
días completos de lluvia
breves días de sol en tus ojos hacen retoñar la primavera
caballos de gloria cabalgan en tu memoria hacia la eternidad
en tus palabras la rabia y el olvido pelean hasta morir
y es la rebeldía
la que desde la puerta de una lágrimas dice adiós a la quimera
y en tu sonrisa quijotes de plata van sembrando de luz
los páramos distantes de la esperanza
en tu mirada un ángel de ternura amasa el barro estridente de la vida
y es tu corazón un jardín donde la luna florece mariposas
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Derrotado el día
se aleja montado en un caballo de sangre
En mi voz
las palabras echan raíces
El sonido de las tamboras
reivindica en la sed del agua y la sangre mi origen
Canto a la eternidad
El día llegó agotado de pelear contra el tiempo
Y se dejo caer sobre la tierra
recostó su cabeza sobre las altas montañas
Y sin prisa se durmió
Despertó
cuando la tarde besó su frente con ternura
y se alejó cantando hacia la eternidad
Aspas de sombras
Abatida por la metralla
la noche se eterniza en la mirada
ausente de la muerte
campanarios heridos por el silencio oxidado
del invierno
carne desnuda en su púrpura inocencia
temblor y congoja en la selva
grito desolado
flores incineradas
aspas de sombras
llora la sangre en alas de la eternidad
voz quebrada de quijote
muerte que da vida a la vida
vida que no termina con la muerte
cadáveres sonámbulos girando
alrededor de la alborada
y más allá de los sueños
la esperanza aún retoña
en el acrisolado destello del rocío
A Raúl Reyes
Testimonio de mayo
He vivido atado a los recuerdos
a los momentos irrecuperables de mi infancia
que se perdieron en el largo camino de la ausencia
a las mañanitas memorables del rocío,
a los días inolvidables de la primavera
a las noches esplendorosas de luna llena
aún tengo pegado en la piel
el claroscuro resplandor
de los días interminables de mayo
el olor de los potreros guía mis pasos
por el camino de los conucos
hacia la soledad inmensa de la lluvia
y el perfume de la clorofila colorea mi voz
de mariposas
aún los duendes invisibles del invierno
rondan mi memoria
y más allá del horizonte de mis ojos
un niño descalzo llora su hambre
LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO
Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno.
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
Piedra resplandeciente
En medio de la noche
la muerte se riza el pelo
sentada sobre una piedra resplandeciente
se mira en el espejo del universo
en su infinita soledad nadie la consuela
ni siquiera el tiempo seca sus lagrimas
sólo la mira y sigue su rumbo hacia la eternidad
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
Ola de sal
El tiempo se ha roto con tu ausencia
dejando un rastro de eternidad en mi voz
a veces la sensación de tu partida
levanta en mis ojos una ola de sal
que destruye las habitaciones del olvido
y todas las noches
la luz
va dejando espejos de luna
en las paredes de la alborada
donde los niños
con los dedos tiznados de ternura
escriben tu nombre
Miguel
A Miguel Ángel Acevedo
Domingo Acevedo
Haikus 2009
Espejo de oro
El sol tras las montañas,
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte
por la ciudad perdida
pasos sin rumbos
11
Teje la lluvia
con sus hilos de plata
la primavera
12
Llega la noche
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche
suspira el sol
14
Está nevando
tiritan las estrellas
es el invierno
15
Luz amarilla
deslumbran la mañana
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos
En la noche perdido
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas
Canta el viento
Un espejismo de pájaros fúnebres
sobre Palestina
escupen sangre.
LOS AMIGOS PERDURABLES
La vida me ha demostrado que los amigos perdurables son aquellos con los que compartes ideas, sueños e ilusiones y que la amistad se fundamenta sobre hechos concretos, es un sentimiento que nos lleva a una acción cotidiana y permanente, donde no hay espacio para la mentira, la manipulación, el engaño, ni la hipocresía. Un amigo es lo más cercano a la ternura.
Domingo Acevedo
Podrás engañar al mundo, mas no así tu conciencia.
Tu ausencia
Es tu ausencia
un puñal de sal clavado en mi voz
herida que salpica de silencio las palabras
Campanario de agua
Por un pedazo sombrío de la tarde
asoma un sorbo amago de sol
campanario de agua
que repica en la mirada del ocaso
Árbol de pájaros azules
Árbol de pájaros azules
atrapados en los cubículos de las sombras
tres ruiseñores de sal
estampan en las paredes del olvido
tu nombre
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
SUSURRO IMAGINARIO
Copos de sombras manchan de ausencia el olvido
la voz empañada del limo verde del ocio
es apenas un susurro imaginario
que se pierde en la noche
ANAQUELES DEL ALMA
Mis padres en un éxodo interminable
poblaron las lluviosas regiones del sur
de ellos conservo en los anaqueles de mi alma
las cadenas que ataron su origen al olvido
los recuerdo en las tardes mirando el horizonte
buscando entre las sombras de la tarde
el sonido de alguna tambora lejana
nunca fueron felices
toda mi alegría es la tristeza que de ellos heredé
y en algún rincón de mi alma
la abuela mamá tita todavía recolecta
los residuos perdido de su pasado
la lluvia como siempre
va dejando huellas de sal sobre las paredes del silencio
teje mantos de sombras con los que se arropa la soledad
y aprisiona en las claras habitaciones del agua
la alegría de ese niño
que detrás de los espejos de mis ojos
no deja de llorar
DETRÁS DEL ESPEJO
Detrás del espejo duerme un fantasma
en sus ojos la luz pelea contra las sombras
por eso es que la habitación se ilumina de mariposas
que traspasan las paredes de la noche
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños al amanecer
CON ALAS EN LA ESPALDA
Ese niño con alas en la espalda
y el cielo en la mirada
que todas las tardes como testimonio de su breve edad
me trae en su voz de pájaro
un ramillete de flores silvestres
tiene en la mirada
alegre la sonrisa
y un corazón de azúcar derretido en mis palabras
tierna la azucena en sus manos
como un relámpago perfuma el sendero
por donde sus pasos se alejan del ocaso a la aurora
a llenar de ternura mi alma
A Guaroa Acevedo mi hijo.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
La insignificante grandeza
RUGE LA LUZ
Tumulto de colores
la tarde se inunda de primavera
oleaje de mariposas amarillas
estrellándose contra imaginarios acantilados
en tu mirada el viento clarea el horizonte
con un olor a flores fosificado en el tiempo
en lo infinito el sol parece una moneda perdida
ágata que se rompe en la mirada de un ángel
ruge la luz
al compás de los tambores del silencio
la noche hace su llegada triunfal
Vestida de azul I
Así vestida toda de azul me acompañas en mis sueños,
viajas conmigo por los senderos del amor,
tan feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna
luego sudorosa y jadeante
corres hacia mis brazos
y en la soledad del tiempo
bajo las estrellas
arropados por las sombras de la noche
hacemos el amor
Vestida de azul II
Busco tu rostro que la noche dibuja
en los pergaminos de la ausencia
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer
herida por las luces y la soledad
en una esquina bajo la sombra de un farol
una prostituta hace el amor a la nostalgia
ebrios transeúntes suben la escalinatas
de los sueños
y antes del amanecer
ante mis ojos sin ningún rubor
se suicidan
la ciudad
por sus calles de asombro te busco
entre los fantasma de la zona colonial
y te imagino vestida de azul
en los balcones de la alborada
diciéndome adiós para siempre
La insignificante grandeza
Quiero dejar testimonio de la insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran ciudad.
De esa tierra que en mi corazón es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo iluminan los cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.
En nuestra forma simple de ver la vida no advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía en todo su esplendor, sus avenidas románticas con sus ventanales que todas las tardes daban al mar, las luces que herían el corazón de las sombras con sus cuchillos color del oro viejo, sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena atrapadas por la soledad, sus escuálidos hombres vestidos con los colores más estridendentes del arco iris, sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella, donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos de la fantasía, el mar Caribe con sus barcos fantasmas esfumándose en el horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese mundo y de nuevo volvíamos a nuestras tierras en donde la vida transcurría sin más prisa que ir a los conucos, andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima, arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus hazañas remotas, de su largo viaje sin retorno hasta llegar aquí, de la crueldad del látigo en sus espaldas, de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad, de sus anhelos por volver al África y de sus raíces enterradas en estas tierras que abonaron con sudor y sangre , tierra, en que a pesar de todo, siempre serán extraños.
Al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos por los caminos que los grillos iluminaban con su canto, gritando a viva voz la alegría de compartir en una danza la vida, al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi hamaca, hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la modernidad.
Un día de otoño
Nací junto al resplandor azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera
cuando el sonido ancestral de los tambores
atrapaba a los hombres y las mujeres de la aldea
en la telaraña de la utopía y la nostalgia
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido
lejos del mar y la primavera
en el preámbulo de las mariposas
un día de otoño
cuando los soles eclipsados noviembre
emergían despacio de las aguas cenagosas del amanecer
Evidencia
Más allá del bohío
el olor vegetal de los hornos
evidencia que el hambre ronda
los días
Esta tarde de invierno
pájaros de oro Petrificados en el viento
migran hacia los oscuros rincones del agua
La quimera
herida por un rayo de eternidad
agoniza en brazos de un ángel
El sol
con sus dedos perfumados de clorofila y rocío
golpea las puertas en penumbra del amanecer
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
El aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África sigue siendo en mi corazón la ilusión más dulce, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
No quiero
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
camino de eternidad
Amanece
el sol deshoja la noche en la distancia
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino sombrío de unos pájaros de luto
iluminan el ambiente
un largo camino de de sangre viene d el eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera al rocío de la esclavitud de la noche
JUNCOS AZULES
Ríos coagulados en las mejillas del viento
lámparas heridas por el sol
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada de otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres de invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
Mano invisibles
I
Manos invisibles van taponando las heridas del horizonte
por donde se derrama la sangre luminosa de un cíclope herido
II
La tarde lentamente va sepultando en un cementerio de sombras
los últimos residuos del sol
III
En el preámbulo de la noche un niño llora
Fantasma desnudo
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
E l aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Cementerio de luz
El sol en la distancia deshoja la noche
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino de unos pájaros de luto
ilumina de sombras la mañana
un largo camino de sangre viene de la eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera de la esclavitud de la noche
al rocío
Pupilas rotas por el dolor
Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad, hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África es en mi corazón una hoguera que se enciende entre mis ojos cuando miro hacia atrás, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Racimo de luz
esa es mi voz
eco lejano de tamboras ahogándose
en la mirada ausente de la eternidad
madreselva que se enreda en la brisa
árbol nocturno de sonidos
barco de humo derritiéndose en la alborada
luna de papel hundiéndose en el mar
densa atmósfera de clorofila
caballo de azúcar cabalgando
sobre la arena luminosa del verano
estampa de sangre en las paredes del futuro
mi voz
eco de lágrimas salpicando las ciudades
heridas por la guerra
aroma desolado
campanas de agua
racimo de luz en el pozo de la muerte
grito de guerra
canto de amor
esa es mi voz
Murallas de papel
Santo Domingo
avenidas desoladas
autos veloces
transeúntes atrapados en burbujas de neón
luces derritiéndose en las paredes
de los altos edificios
suburbios que se los traga la noche
ríos contaminados
malecón de sombras
obelisco de cera
murallas de papel
y tres puertas siempre abiertas
Otra vez Santo Domingo
Ya es de noche
por la avenida Duarte
una oleada humana se escurre
entre los cristales de las tiendas y la fantasía del neón
en el parque Enriquillo agónicos bebedores de triculí
comparten su morada con los palomitos del malecón
que huelen cemento
atracadores y policías se confunden entre las sombras
y las luces de la zona colonial
esperan a que sus victimas
atraviesen los límites de la inocencia
para atraparlos entre las redes de la locura y el miedo
en Villa Juana y la Ciénaga
vendedores de crac y marihuana
ofertan sus productos al mejor postor
son las 3:00 A.M.
los jevitos de la Lincoln ebrios de cocaína y velocidad
se masturban a nombre de la madre
de la sociedad que los parió
y en la París con José Martí
viejas prostitutas de algodón
hacen el amor a la soledad
a esa misma hora en la calle el Conde
frente a la catedral primada de América
un mendigo defeca en la conciencia de todos nosotros
desde la calle Isabel la Católica
un fantasma lo observa
y se aleja llorando
es la ciudad
en el semáforo de la Sarasota con Jiménez Moya
mendigos Haitianos se suicidan con sus cuchillos de miseria
y en la zona norte
precisamente en Capotillo
último reducto de la esperanza
la policía reprime a la población
que protesta contra el FMI
y Joselito muere asesinado
mientras que en Boca Chica
una turista Alemana se da un baño de sol y playa
el sueño de Hitler es ya historia
a su lado
un negro criollo duerme tranquilo
Cascada de sueños
Cascada de sueños
arco iris de amor
días completos de lluvia
breves días de sol en tus ojos hacen retoñar la primavera
caballos de gloria cabalgan en tu memoria hacia la eternidad
en tus palabras la rabia y el olvido pelean hasta morir
y es la rebeldía
la que desde la puerta de una lágrimas dice adiós a la quimera
y en tu sonrisa quijotes de plata van sembrando de luz
los páramos distantes de la esperanza
en tu mirada un ángel de ternura amasa el barro estridente de la vida
y es tu corazón un jardín donde la luna florece mariposas
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Derrotado el día
se aleja montado en un caballo de sangre
En mi voz
las palabras echan raíces
El sonido de las tamboras
reivindica en la sed del agua y la sangre mi origen
Canto a la eternidad
El día llegó agotado de pelear contra el tiempo
Y se dejo caer sobre la tierra
recostó su cabeza sobre las altas montañas
Y sin prisa se durmió
Despertó
cuando la tarde besó su frente con ternura
y se alejó cantando hacia la eternidad
Aspas de sombras
Abatida por la metralla
la noche se eterniza en la mirada
ausente de la muerte
campanarios heridos por el silencio oxidado
del invierno
carne desnuda en su púrpura inocencia
temblor y congoja en la selva
grito desolado
flores incineradas
aspas de sombras
llora la sangre en alas de la eternidad
voz quebrada de quijote
muerte que da vida a la vida
vida que no termina con la muerte
cadáveres sonámbulos girando
alrededor de la alborada
y más allá de los sueños
la esperanza aún retoña
en el acrisolado destello del rocío
A Raúl Reyes
Testimonio de mayo
He vivido atado a los recuerdos
a los momentos irrecuperables de mi infancia
que se perdieron en el largo camino de la ausencia
a las mañanitas memorables del rocío,
a los días inolvidables de la primavera
a las noches esplendorosas de luna llena
aún tengo pegado en la piel
el claroscuro resplandor
de los días interminables de mayo
el olor de los potreros guía mis pasos
por el camino de los conucos
hacia la soledad inmensa de la lluvia
y el perfume de la clorofila colorea mi voz
de mariposas
aún los duendes invisibles del invierno
rondan mi memoria
y más allá del horizonte de mis ojos
un niño descalzo llora su hambre
LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO
Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno.
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
Piedra resplandeciente
En medio de la noche
la muerte se riza el pelo
sentada sobre una piedra resplandeciente
se mira en el espejo del universo
en su infinita soledad nadie la consuela
ni siquiera el tiempo seca sus lagrimas
sólo la mira y sigue su rumbo hacia la eternidad
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
Ola de sal
El tiempo se ha roto con tu ausencia
dejando un rastro de eternidad en mi voz
a veces la sensación de tu partida
levanta en mis ojos una ola de sal
que destruye las habitaciones del olvido
y todas las noches
la luz
va dejando espejos de luna
en las paredes de la alborada
donde los niños
con los dedos tiznados de ternura
escriben tu nombre
Miguel
A Miguel Ángel Acevedo
Domingo Acevedo
Haikus 2009
Espejo de oro
El sol tras las montañas,
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte
por la ciudad perdida
pasos sin rumbos
11
Teje la lluvia
con sus hilos de plata
la primavera
12
Llega la noche
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche
suspira el sol
14
Está nevando
tiritan las estrellas
es el invierno
15
Luz amarilla
deslumbran la mañana
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos
En la noche perdido
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas
Canta el viento
Un espejismo de pájaros fúnebres
sobre Palestina
escupen sangre.
LOS AMIGOS PERDURABLES
La vida me ha demostrado que los amigos perdurables son aquellos con los que compartes ideas, sueños e ilusiones y que la amistad se fundamenta sobre hechos concretos, es un sentimiento que nos lleva a una acción cotidiana y permanente, donde no hay espacio para la mentira, la manipulación, el engaño, ni la hipocresía. Un amigo es lo más cercano a la ternura.
Domingo Acevedo
Podrás engañar al mundo, mas no así tu conciencia.
Tu ausencia
Es tu ausencia
un puñal de sal clavado en mi voz
herida que salpica de silencio las palabras
Campanario de agua
Por un pedazo sombrío de la tarde
asoma un sorbo amago de sol
campanario de agua
que repica en la mirada del ocaso
Árbol de pájaros azules
Árbol de pájaros azules
atrapados en los cubículos de las sombras
tres ruiseñores de sal
estampan en las paredes del olvido
tu nombre
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
SUSURRO IMAGINARIO
Copos de sombras manchan de ausencia el olvido
la voz empañada del limo verde del ocio
es apenas un susurro imaginario
que se pierde en la noche
ANAQUELES DEL ALMA
Mis padres en un éxodo interminable
poblaron las lluviosas regiones del sur
de ellos conservo en los anaqueles de mi alma
las cadenas que ataron su origen al olvido
los recuerdo en las tardes mirando el horizonte
buscando entre las sombras de la tarde
el sonido de alguna tambora lejana
nunca fueron felices
toda mi alegría es la tristeza que de ellos heredé
y en algún rincón de mi alma
la abuela mamá tita todavía recolecta
los residuos perdido de su pasado
la lluvia como siempre
va dejando huellas de sal sobre las paredes del silencio
teje mantos de sombras con los que se arropa la soledad
y aprisiona en las claras habitaciones del agua
la alegría de ese niño
que detrás de los espejos de mis ojos
no deja de llorar
DETRÁS DEL ESPEJO
Detrás del espejo duerme un fantasma
en sus ojos la luz pelea contra las sombras
por eso es que la habitación se ilumina de mariposas
que traspasan las paredes de la noche
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños al amanecer
CON ALAS EN LA ESPALDA
Ese niño con alas en la espalda
y el cielo en la mirada
que todas las tardes como testimonio de su breve edad
me trae en su voz de pájaro
un ramillete de flores silvestres
tiene en la mirada
alegre la sonrisa
y un corazón de azúcar derretido en mis palabras
tierna la azucena en sus manos
como un relámpago perfuma el sendero
por donde sus pasos se alejan del ocaso a la aurora
a llenar de ternura mi alma
A Guaroa Acevedo mi hijo.
Tumulto de colores
la tarde se inunda de primavera
oleaje de mariposas amarillas
estrellándose contra imaginarios acantilados
en tu mirada el viento clarea el horizonte
con un olor a flores fosificado en el tiempo
en lo infinito el sol parece una moneda perdida
ágata que se rompe en la mirada de un ángel
ruge la luz
al compás de los tambores del silencio
la noche hace su llegada triunfal
Vestida de azul I
Así vestida toda de azul me acompañas en mis sueños,
viajas conmigo por los senderos del amor,
tan feliz que te desnuda y danza para mi bajo la luna
luego sudorosa y jadeante
corres hacia mis brazos
y en la soledad del tiempo
bajo las estrellas
arropados por las sombras de la noche
hacemos el amor
Vestida de azul II
Busco tu rostro que la noche dibuja
en los pergaminos de la ausencia
la ciudad a esta hora empieza a desfallecer
herida por las luces y la soledad
en una esquina bajo la sombra de un farol
una prostituta hace el amor a la nostalgia
ebrios transeúntes suben la escalinatas
de los sueños
y antes del amanecer
ante mis ojos sin ningún rubor
se suicidan
la ciudad
por sus calles de asombro te busco
entre los fantasma de la zona colonial
y te imagino vestida de azul
en los balcones de la alborada
diciéndome adiós para siempre
La insignificante grandeza
Quiero dejar testimonio de la insignificante grandeza de nuestras vidas. Decir que sobre la primavera que con sus manos fecundas hicieron florecer nuestros abuelos, construyeron una gran ciudad.
De esa tierra que en mi corazón es un canto no queda nada, sólo recuerdos, recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia, recuerdos tan enraizados en mis palabras que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo iluminan los cubículos del olvido, en donde la civilización enterró toda nuestra alegría.
En nuestra forma simple de ver la vida no advertimos que el mundo de más allá de la alborada ambicionaba nuestras tierras, que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso, que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie, la ciudad resplandecía en todo su esplendor, sus avenidas románticas con sus ventanales que todas las tardes daban al mar, las luces que herían el corazón de las sombras con sus cuchillos color del oro viejo, sus pomposos edificios preñados de sueños, sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras del alba para no morir de pena atrapadas por la soledad, sus escuálidos hombres vestidos con los colores más estridendentes del arco iris, sus ruidosos automóviles ebrios de distancia y sobre todo sus noches bulliciosas, con sus casinos, donde el azar y la ambición atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles, sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella, donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por lo túneles infinitos de la fantasía, el mar Caribe con sus barcos fantasmas esfumándose en el horizonte, las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el bucólico encanto de querer tener y no poder y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y descalzos en un mundo ajeno y extraño, como extraño éramos nosotros en ese mundo y de nuevo volvíamos a nuestras tierras en donde la vida transcurría sin más prisa que ir a los conucos, andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima, arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío , cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus hazañas remotas, de su largo viaje sin retorno hasta llegar aquí, de la crueldad del látigo en sus espaldas, de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad, de sus anhelos por volver al África y de sus raíces enterradas en estas tierras que abonaron con sudor y sangre , tierra, en que a pesar de todo, siempre serán extraños.
Al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas nos alejábamos por los caminos que los grillos iluminaban con su canto, gritando a viva voz la alegría de compartir en una danza la vida, al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad dar un beso a mis padres, pedir su bendición y acostarme en mi hamaca, hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza que perdimos en el duro batallar contra la modernidad.
Un día de otoño
Nací junto al resplandor azul naranja de los sueños
en brazos de la quimera
cuando el sonido ancestral de los tambores
atrapaba a los hombres y las mujeres de la aldea
en la telaraña de la utopía y la nostalgia
nací herido por un rayo de eternidad
en la inefable soledad de las estrellas y el rocío
bajo los escombros del olvido
lejos del mar y la primavera
en el preámbulo de las mariposas
un día de otoño
cuando los soles eclipsados noviembre
emergían despacio de las aguas cenagosas del amanecer
Evidencia
Más allá del bohío
el olor vegetal de los hornos
evidencia que el hambre ronda
los días
Esta tarde de invierno
pájaros de oro Petrificados en el viento
migran hacia los oscuros rincones del agua
La quimera
herida por un rayo de eternidad
agoniza en brazos de un ángel
El sol
con sus dedos perfumados de clorofila y rocío
golpea las puertas en penumbra del amanecer
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
El aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África sigue siendo en mi corazón la ilusión más dulce, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
No quiero
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
camino de eternidad
Amanece
el sol deshoja la noche en la distancia
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino sombrío de unos pájaros de luto
iluminan el ambiente
un largo camino de de sangre viene d el eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera al rocío de la esclavitud de la noche
JUNCOS AZULES
Ríos coagulados en las mejillas del viento
lámparas heridas por el sol
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada de otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres de invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
Mano invisibles
I
Manos invisibles van taponando las heridas del horizonte
por donde se derrama la sangre luminosa de un cíclope herido
II
La tarde lentamente va sepultando en un cementerio de sombras
los últimos residuos del sol
III
En el preámbulo de la noche un niño llora
Fantasma desnudo
No quiero habitar en tus sueños
como un fantasma que se desnuda
antes tus ojos y se masturba
quiero
tan sólo quiero
quiero ser lo que siempre he sido
un fugitivo que huye de sí mismo
y que termina escondiéndose
en los inhóspitos parajes de tu memoria
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Ángel de ternura
Ese ángel de ternura que en tus ojos tiembla
busca en los pergaminos del tiempo
el tibio resplandor de las primeras tardes de abril
E l aroma de tu voz
el aroma de tu voz trepa por las paredes del viento
hasta la cúpula mas alta de mis tímpanos
Amo esa luna
Amo esa luna que en tus ojos
No deja de cantar a la noche
Cementerio de luz
El sol en la distancia deshoja la noche
que agoniza a la puerta de un cementerio de luces
el trino de unos pájaros de luto
ilumina de sombras la mañana
un largo camino de sangre viene de la eternidad
es aquí donde termina
donde el sol libera de la esclavitud de la noche
al rocío
Pupilas rotas por el dolor
Ríos coagulados en las mejillas del tiempo
lámparas heridas por las sombras
prostitutas dormidas en las efímeras
habitaciones del viento
pupilas rotas por el dolor
juncos azules bajo la lluvia helada del otoño
horizonte de mariposas amarillas
en las tardes fúnebres del invierno
sentado en la mesa del hambre
un niño
La vieja Belén
Este domingo de tristes soles escondiéndose
bajo las piedras amarillas del camino
la lluvia trajo en su vientre
el olor sombrío del musgo que crece entre las grietas
de mis palabras
bosque de almácigos y ceibas
anacahuita de cristal
galope de pájaros fosforescentes en la noche
aviadores imposibles haciendo piruetas
en un cielo crispado de ángeles
y por entre la espinas y las luces
de enero
Isabel
la mamá de Antonio
encarna a la vieja Belén
Los duendes del rocío
Se esconderán todas las estrellas
despertarán los duendes invisibles del rocío
y asaltarán el día
que con su repentino temblor de luces y sombras
recibe al sol
y lo acompaña hasta el horizonte
donde la tarde entrega su trono a la noche
y en un aserradero de humo
incansables leñadores Intentan en vano
cercenar el corazón alegre de las flores
Mi origen
La tarde recrea ante mis ojos la nostalgia de mi origen perdido en África.
La tristeza de estos largos años de exilio en que hemos perdido nuestra identidad, hace florecer entre mis ojos lirios de agua.
La pena acumulada durante estos siglos de huir a ningún lado golpea mi memoria como un látigo de sal que abre viejas heridas que vuelven a sangrar bajo el sol púrpura de nuestro ocaso. Tantos años de olvido han dejando en mi boca el agrio sabor de la ausencia
África es en mi corazón una hoguera que se enciende entre mis ojos cuando miro hacia atrás, se que ya no volveré al acrisolado mundo de mis sueños; me he resignado a morir en esta tierra tan ajena y tan mía, pero mi vida sigue allá, en la aldea de donde una noche mi ADN sin querer, empezó a viajar en un cuerpo desconocido hacia una isla perdida en el mar Caribe.
Quinientos años después, la mirada triste de la abuela Mamá Tita, me despierta en medio del estruendo de los arcabuces y los gritos de los hombres que defendían a los suyos, hasta terminar atados a la codicia de unos hombres que contra el reflejo de la aldea incendiada los conducían por un sendero de horror hasta una embarcación anclada en un océano de cadáveres, emprendiendo un viaje sin retorno hacia el dolor.
Yo apenas era menos que un sentimiento perdido en la memoria de alguien que aún no había nacido, pero ya llevaba sobre mis hombros el peso de una historia de látigo y sudor, donde la vida nunca dejó de ser un canto que en las noches, se multiplicaba en la voz alegre de las tamboras.
Racimo de luz
esa es mi voz
eco lejano de tamboras ahogándose
en la mirada ausente de la eternidad
madreselva que se enreda en la brisa
árbol nocturno de sonidos
barco de humo derritiéndose en la alborada
luna de papel hundiéndose en el mar
densa atmósfera de clorofila
caballo de azúcar cabalgando
sobre la arena luminosa del verano
estampa de sangre en las paredes del futuro
mi voz
eco de lágrimas salpicando las ciudades
heridas por la guerra
aroma desolado
campanas de agua
racimo de luz en el pozo de la muerte
grito de guerra
canto de amor
esa es mi voz
Murallas de papel
Santo Domingo
avenidas desoladas
autos veloces
transeúntes atrapados en burbujas de neón
luces derritiéndose en las paredes
de los altos edificios
suburbios que se los traga la noche
ríos contaminados
malecón de sombras
obelisco de cera
murallas de papel
y tres puertas siempre abiertas
Otra vez Santo Domingo
Ya es de noche
por la avenida Duarte
una oleada humana se escurre
entre los cristales de las tiendas y la fantasía del neón
en el parque Enriquillo agónicos bebedores de triculí
comparten su morada con los palomitos del malecón
que huelen cemento
atracadores y policías se confunden entre las sombras
y las luces de la zona colonial
esperan a que sus victimas
atraviesen los límites de la inocencia
para atraparlos entre las redes de la locura y el miedo
en Villa Juana y la Ciénaga
vendedores de crac y marihuana
ofertan sus productos al mejor postor
son las 3:00 A.M.
los jevitos de la Lincoln ebrios de cocaína y velocidad
se masturban a nombre de la madre
de la sociedad que los parió
y en la París con José Martí
viejas prostitutas de algodón
hacen el amor a la soledad
a esa misma hora en la calle el Conde
frente a la catedral primada de América
un mendigo defeca en la conciencia de todos nosotros
desde la calle Isabel la Católica
un fantasma lo observa
y se aleja llorando
es la ciudad
en el semáforo de la Sarasota con Jiménez Moya
mendigos Haitianos se suicidan con sus cuchillos de miseria
y en la zona norte
precisamente en Capotillo
último reducto de la esperanza
la policía reprime a la población
que protesta contra el FMI
y Joselito muere asesinado
mientras que en Boca Chica
una turista Alemana se da un baño de sol y playa
el sueño de Hitler es ya historia
a su lado
un negro criollo duerme tranquilo
Cascada de sueños
Cascada de sueños
arco iris de amor
días completos de lluvia
breves días de sol en tus ojos hacen retoñar la primavera
caballos de gloria cabalgan en tu memoria hacia la eternidad
en tus palabras la rabia y el olvido pelean hasta morir
y es la rebeldía
la que desde la puerta de una lágrimas dice adiós a la quimera
y en tu sonrisa quijotes de plata van sembrando de luz
los páramos distantes de la esperanza
en tu mirada un ángel de ternura amasa el barro estridente de la vida
y es tu corazón un jardín donde la luna florece mariposas
Nudo de lágrimas
Ya nadie podrá desatar el nudo de lágrimas
que me ata a tu recuerdo
aquí estoy
perdido entre los oscuros espacios que dejan los sueños
en los resquicios de la nada
goteras de sal caen sobre las sábanas blancas del insomnio
y de luto se han ido vistiendo todos los árboles del camino
que lleva hasta mi casa
desnuda y triste la quimera danza en mi memoria hasta morir
pájaros de sombras anidan en los sonidos oxidados de mi voz
y hace siglos que los ojos de la ausencia lloran mi vida
sobre las grandes capitales del mundo
el humo de las chimeneas bosteza su veneno
es la luz
un espejo donde el horizonte se mira y envejece
y en las íntimas habitaciones del agua
una sirena llora desconsolada su eternidad
y desde la ventana principal de la alborada
alguien que no conozco me dice adiós
Derrotado el día
se aleja montado en un caballo de sangre
En mi voz
las palabras echan raíces
El sonido de las tamboras
reivindica en la sed del agua y la sangre mi origen
Canto a la eternidad
El día llegó agotado de pelear contra el tiempo
Y se dejo caer sobre la tierra
recostó su cabeza sobre las altas montañas
Y sin prisa se durmió
Despertó
cuando la tarde besó su frente con ternura
y se alejó cantando hacia la eternidad
Aspas de sombras
Abatida por la metralla
la noche se eterniza en la mirada
ausente de la muerte
campanarios heridos por el silencio oxidado
del invierno
carne desnuda en su púrpura inocencia
temblor y congoja en la selva
grito desolado
flores incineradas
aspas de sombras
llora la sangre en alas de la eternidad
voz quebrada de quijote
muerte que da vida a la vida
vida que no termina con la muerte
cadáveres sonámbulos girando
alrededor de la alborada
y más allá de los sueños
la esperanza aún retoña
en el acrisolado destello del rocío
A Raúl Reyes
Testimonio de mayo
He vivido atado a los recuerdos
a los momentos irrecuperables de mi infancia
que se perdieron en el largo camino de la ausencia
a las mañanitas memorables del rocío,
a los días inolvidables de la primavera
a las noches esplendorosas de luna llena
aún tengo pegado en la piel
el claroscuro resplandor
de los días interminables de mayo
el olor de los potreros guía mis pasos
por el camino de los conucos
hacia la soledad inmensa de la lluvia
y el perfume de la clorofila colorea mi voz
de mariposas
aún los duendes invisibles del invierno
rondan mi memoria
y más allá del horizonte de mis ojos
un niño descalzo llora su hambre
LA PRIMERA LUNA DEL INVIERNO
Atardece, en la punta más distante del horizonte, el sol como un náufrago solitario, se hunde despacio en un océano de mariposas multicolores que revolotean alrededor de la nada. Las sombras como pájaros fúnebres van cayendo sobre la tierra, que ciñe sobre su cintura su vestido de luto y por las avenidas de las grandes capitales del mundo, las luces montadas sobre el caballo azul del viento persiguen a las sombras que se esconden entre las agrietadas paredes del tiempo, dos ventanas en mi rostro se abren al universo, en ellas un complejo organigrama de estrellas giran alrededor de la primera luna del invierno.
El abismo de los sueños
De niño nunca imaginé la redondez de la tierra
la sospechaba plana
pensaba que el mundo
era tan sólo todo lo que mis ojos alcanzaban a ver
por eso en mis viajes hacia los conucos de mi padre
siempre tuve el cuidado
de no alejarme mucho de la realidad
para no caer en el abismo de los sueños
Huracán
Entre junio y Noviembre
Los vientos que vienen del atlántico
Se abalanzan con furia
Sobre todas las islas del mar caribe
Dejando sobre las ciudades destruidas
Sus huellas de sangre y dolor
Peces luminosos
Un río de peces luminosos Inundó la ciudad
sepultada bajos los escombros del invierno
Piedra resplandeciente
En medio de la noche
la muerte se riza el pelo
sentada sobre una piedra resplandeciente
se mira en el espejo del universo
en su infinita soledad nadie la consuela
ni siquiera el tiempo seca sus lagrimas
sólo la mira y sigue su rumbo hacia la eternidad
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
Ola de sal
El tiempo se ha roto con tu ausencia
dejando un rastro de eternidad en mi voz
a veces la sensación de tu partida
levanta en mis ojos una ola de sal
que destruye las habitaciones del olvido
y todas las noches
la luz
va dejando espejos de luna
en las paredes de la alborada
donde los niños
con los dedos tiznados de ternura
escriben tu nombre
Miguel
A Miguel Ángel Acevedo
Domingo Acevedo
Haikus 2009
Espejo de oro
El sol tras las montañas,
Amanece.
2
Voces lejanas
Olor a café tostado
Cantan los grillos.
3
Luna de papel
Noches de tercio pelo
Un perro ladra.
4
Luz y salitre
el mar suspira
la ciudad fosforece.
5
Viento del norte
canto de primavera
cayena en flor
6
Cristal molido
perlas tan, tan distantes
frías estrellas
7
Triste la tarde
un camino en sombras
un niño corre
8
El mar caribe
viejas ruinas de papel
calles de sombras
9
Junto al Ozama
una ciudad resplandece
santo Domingo
10
Un transeúnte
por la ciudad perdida
pasos sin rumbos
11
Teje la lluvia
con sus hilos de plata
la primavera
12
Llega la noche
en el río prisioneras
las mariposas
13
Luna de cristal
arrebol de la noche
suspira el sol
14
Está nevando
tiritan las estrellas
es el invierno
15
Luz amarilla
deslumbran la mañana
los girasoles
16
Aura marina
sobre el mar Caribe
sendero de luz
17
Largos caminos
En la noche perdido
Un peregrino
18
Es primavera
Mariposas amarillas
Canta el viento
Un espejismo de pájaros fúnebres
sobre Palestina
escupen sangre.
LOS AMIGOS PERDURABLES
La vida me ha demostrado que los amigos perdurables son aquellos con los que compartes ideas, sueños e ilusiones y que la amistad se fundamenta sobre hechos concretos, es un sentimiento que nos lleva a una acción cotidiana y permanente, donde no hay espacio para la mentira, la manipulación, el engaño, ni la hipocresía. Un amigo es lo más cercano a la ternura.
Domingo Acevedo
Podrás engañar al mundo, mas no así tu conciencia.
Tu ausencia
Es tu ausencia
un puñal de sal clavado en mi voz
herida que salpica de silencio las palabras
Campanario de agua
Por un pedazo sombrío de la tarde
asoma un sorbo amago de sol
campanario de agua
que repica en la mirada del ocaso
Árbol de pájaros azules
Árbol de pájaros azules
atrapados en los cubículos de las sombras
tres ruiseñores de sal
estampan en las paredes del olvido
tu nombre
Sin más preámbulo
No quiero morirme perdido entre las luces
de esta ciudad que tanto amo
prefiero en un cementerio baldío
arrancarme los ojos
y tirárselos a los lobos
y luego caminar por las calles dando tumbos
ebrio de soledad
borracho de tristeza
y al llegar a la puerta de la eternidad
sin más preámbulo que una lágrima
suicidarme
SUSURRO IMAGINARIO
Copos de sombras manchan de ausencia el olvido
la voz empañada del limo verde del ocio
es apenas un susurro imaginario
que se pierde en la noche
ANAQUELES DEL ALMA
Mis padres en un éxodo interminable
poblaron las lluviosas regiones del sur
de ellos conservo en los anaqueles de mi alma
las cadenas que ataron su origen al olvido
los recuerdo en las tardes mirando el horizonte
buscando entre las sombras de la tarde
el sonido de alguna tambora lejana
nunca fueron felices
toda mi alegría es la tristeza que de ellos heredé
y en algún rincón de mi alma
la abuela mamá tita todavía recolecta
los residuos perdido de su pasado
la lluvia como siempre
va dejando huellas de sal sobre las paredes del silencio
teje mantos de sombras con los que se arropa la soledad
y aprisiona en las claras habitaciones del agua
la alegría de ese niño
que detrás de los espejos de mis ojos
no deja de llorar
DETRÁS DEL ESPEJO
Detrás del espejo duerme un fantasma
en sus ojos la luz pelea contra las sombras
por eso es que la habitación se ilumina de mariposas
que traspasan las paredes de la noche
hasta diluirse en la distancia
que va de los sueños al amanecer
CON ALAS EN LA ESPALDA
Ese niño con alas en la espalda
y el cielo en la mirada
que todas las tardes como testimonio de su breve edad
me trae en su voz de pájaro
un ramillete de flores silvestres
tiene en la mirada
alegre la sonrisa
y un corazón de azúcar derretido en mis palabras
tierna la azucena en sus manos
como un relámpago perfuma el sendero
por donde sus pasos se alejan del ocaso a la aurora
a llenar de ternura mi alma
A Guaroa Acevedo mi hijo.
Un espacio para compartir los sueños y las esperanzas de juntos poder contruir un mundo mejor a través de la poesía.
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