LA GUERRA DE LOS DOCE DIAS: EL OCASO DEL "MATÓN DEL BARRIO".
Trump declara el fin de la "Guerra de los Doce Días" como si anunciara el resultado de un reality show: "¡Pelea justa, alto al fuego, todos felices!". Quinientos muertos reducidos a un guiño televisivo. Pero tras el circo mediático, hay una coreografía geopolítica digna de Hollywood:

Advertencias en cámara lenta:

Durante semanas, EE.UU. regaló el factor sorpresa: "Usaré fuerza demoledora... en dos semanas".

Movimientos de tropas transmitidos en directo: Barcos, B-2 y bombas en prime time.

El quid pro quo iraní-estadounidense: Misiles

a Catar sincronizados con reuniones del Consejo de Seguridad. Un guion tan previsible que hasta las sirenas de Tel Aviv lo anticipaban.
Netanyahu creyó que asesinar generales iraníes lo convertiría en el "factótum" de Oriente Medio. Error. Irán no es Gaza:

Drones de 20 mil dólares vs F-35 de 110 millones: Enjambres de abejas

derrotando águilas

. Los Patriot (un millón de dólares por misil) colapsaron cazando mosquitos.

El Mossad en la mira: Misiles precisos sobre su sede (¿quién espia a quién ahora?).

Geografía vs Arrogancia: "Controlamos los cielos de Teherán", gritaba Netanyahu... mientras las alarmas sonaban en Tel Aviv.
Esta guerra no terminó: Irán gana lo que EE.UU. e Israel pierden:

Mercado Armamentístico: Sus drones y misiles

ahora son tecnología codiciada por potencias emergentes.

Nuclearización Imparable: Material fisible disperso en un territorio de un millón seiscientos mil kilómetros cuadrados + posible acceso a ojivas extranjeras.

El Golfo en Shock: Las monarquías suníes vieron al "matón del barrio" caer. Ahora, hasta Arabia Saudita reconsiderará su relación con Teherán.
Netanyahu jugó a ser hiena atacando al león por la espalda. Pero Irán demostró que un león herido sigue siendo letal. Como dice el proverbio persa: "El desierto no perdona a quien subestima su sed".