Durante más de veinte años fui parte del departamento de lepra del Instituto Dermatológico y Cirugía de Piel, fui de un equipo técnico que daba seguimiento y rastreábamos a los enfermos de lepra por todo el país.
A nosotros nos tocaba hacer censos epidemiológicos por todos los barrios de
la capital, Monte Plata, San Cristóbal, sus barrios y municipios, también
dábamos apoyo a los del interior del país.
Los enfermos de lepra tenían una atención especial en el instituto
dermatológico, se atendían de manera gratuita, se les llevaba el tratamiento
mes por mes a su casa si no podían venir a buscarlo a la institución y como la
lepra es una enfermedad contagiosas también se le daba seguimiento a la familia
en su casa, mi zona de trabajo era, los kilómetros de la Independencia, el
Ensanche Quisqueya, Manganagua, herrera, Manoguayabo, Las palmas, Haina y Nigua
y ya al final también cubría los Alcarrizos, fui feliz en mi trabajo, porque
además de que éramos un gran equipo y
nos llevábamos de maravilla, nuestro trabajo impactaba de manera positiva en
unos enfermos que son discriminados por la sociedad y nuestra misión además de
contribuir a que se curaran era elevar su auto estima.
Ya hace unos años Sali del Instituto mantengo las relaciones de amistad con
mis ex compañeros y me siento muy agradecido del trato recibido en la institución,
a veces siento nostalgia porque de verdad amaba mi trabajo.
Recuerdo a mis compañeros, a mis pacientes con los cuales hice una gran relación,
también del apoyo recibido especialmente en Sabana Grande de Boya y Monte Plata
en donde dejamos profundas huellas de amistad.
No voy a mencionar nombres porque siempre se escapan algunos, pero quiero decir
a mis ex compañeros de trabajo y a los colaboradores de aquí y de allá que
ocupan un lugar muy especial en mi corazon.
Pero tambien debo decir que extraño mucho a Tomas Castro, nuestro líder y jefe.
Domingo Acevedo.
Junio/2025.