He dicho siempre que no he tenido más meritos en karate que el haber dedicado una gran parte de mi vida al estudio, practica, aprendizaje y enseñanza de las artes marciales.
He enseñado en base a lo aprendido, nos soy tampoco un gran maestro, pero tengo el honor y la satisfacción de haber formado a un gran número de hombres y mujeres en el aprendizaje del karate, que les ha dado las herramientas para enfrentar y salir airosos de los retos que se les presenten en la vida.
Algunos han sido grandes competidores, buenos karatekas y mejores seres humanos y eso me llena de alegría y placer, ese es mi mayor galardón el saber que he contribuido a la formación de seres humanos honestos, que hoy, mañana y siempre serán útiles a la sociedad en donde viven.
Me place saber también, que aunque andemos por estilos diferentes e incluso muchos de ellos ya no
practican, recibo de ellos su agradecimiento, respeto y fidelidad.
Y pesar de la distancia y el paso de los años, nos mantenemos conectados por el cordón umbilical de los principios espirituales y filosóficos del karate.
Seguimos en karate porque es parte indisoluble de nuestras vidas, dando gracias e inclinándome reverente ante todos mis senseis, aún ante los que ya no están en esta vida, como una muestra de agradecimiento, humildad y fidelidad.
Oss.
Domingo Acevedo.
Marzo/2025.