Cuando enseñamos, debemos hacerlo con dedicación y amor, ya que lo que hacemos es transmitir nuestros conocimientos y valores a nuestros alumnos, de lo que enseñemos y como lo enseñemos depende muchas veces el éxito y el camino que ellos tomarán.
En las artes marciales y específicamente en karate que es lo que me compete, debemos tener sumo cuidado como lo enseñamos, porque enseñamos un peligroso arte de combate, que sí no está acompañado de la parte espiritual y filosófica, estableciendo claramente que el camino a seguir es el de la mansedumbre, la tolerancia, la paz, el honor, la lealtad y sobre el amor al projimo, estaríamos formando simplemente peleadores carentes de sensibilidad, de disciplina, de honor, de lealtad y respeto por los demás, que en cualquier momento podrían desviarse del camino correcto y convertirse en un problema para la sociedades en las que viven.
Los que enseñamos artes marciales, nuestra misión es formar ciudadanos correctos, al servicio de la paz, el amor y la justicia.
Domingo Acevedo.
Julio/2024.