Es una mentira histórica, repetir que
Cristóbal Colón descubrió estas tierras que ellos llamaron equivocadamente
América y que sus habitantes eran indios, pues ya en este continente que ellos desconocían existían
culturas ampliamente desarrolladas con nombres colectivos ancestrales que los
definían como pueblos.
Lo que hizo Colón fue propiciar, que los
europeos invadieran nuestro continente y que en un afán incontrolable de buscar
oro y otras riquezas cometieran en nombre de la civilización y de Dios las más
horrendas masacres en contra de sus habitantes que resistieron como pudieron la
crueldad de los hombres blancos.
Europa tiene una deuda de sangre con
nosotros, su desarrollo está cimentado sobre los cadáveres de los indígenas
asesinados por la espada y el arcabuz de los hombres plateados que llegaron del
mar y que no eran los dioses que la profecía esperaba.
África también aportó su cuota de sangre
en el genocidio de Europa contra este continente ya que cuando mermó la mano de
obra indígena, el padre Las Casas tuvo la “brillante idea” de sustituir a los
indígenas, por esclavos traídos de África, cuyos cadáveres arrojado a los mares
que separan a los dos continentes, todavía flotan sobre las aguas cenagosas de
las conciencias de los europeos que aún nos miran con desprecio.
América latina y África deben su pobreza
al saqueo al que han sido sometidas por Europa, que se llevó sus riquezas
materiales y culturales, la conquista y la colonización de América fue tan
cruel, que en las islas del mar Caribe la espada y el arcabuz del hombre blanco
exterminó a todos sus habitantes, en estas islas los europeos fueron tan
crueles que en la isla de Santo Domingo los indígenas se suicidaban de manera
colectiva huyendo a la crueldad de los hombres que en nombre de la civilización
y de Dios cometían los más horrendos crímenes y las mujeres bebían el jugo de
la yuca amarga para abortar, evitando así, que sus hijos nacieran bajo el
régimen de la esclavitud.
Hoy desde aquí, desde Santo Domingo,
ciudad primada de América, levantamos nuestras voces para reclamar a Europa,
que respeten a nuestros hombres y mujeres que por las precariedades económicas,
de este continente que ellos empobrecieron, han tenido que irse a vivir allá,
al viejo continente.
Nadie se exilia económicamente, ni por razones
políticas en otros países por gusto, se
hace por necesidad, por lo que Europa debe resarcir de alguna manera la deuda
que tiene con este continente,
por eso pedimos:
1- una cuota de empleos para nuestros
habitantes que están allá y que se le dé el derecho de regularizar su estatus a
los que están ilegales.
2- Que devuelvan los objetos y
documentos robados de nuestros países, que son parte de nuestro patrimonio
cultural.
3- Que como una compensación, Europa
asigne a cada gobierno de América Latina, una partida económica suficiente,
para que sea invertida en mitigar el problema de la pobreza en el continente
(en educación, enfermedades propias de los países subdesarrollados, y en la
producción de alimentos, en la mitigación y la adaptación al cambio climático
etc.)
4- Que Europa emita un documento público
pidiendo perdón por las atrocidades que ellos cometieron en estas tierras,
parafraseando a Eduardo Galeano, todavía están sangrando las venas abiertas de
América Latina.
Domingo Acevedo.
Fotos tomadas de la red.