domingo, diciembre 29, 2013

Salvador.















Homenaje a salvador un gran amigo fallecido a destiempo.

Conozco personas

Conozco personas que cuando están delante de uno nos demuestran un cariño y una amistad que están muy lejos de sentir, ya que cuando damos la espalda con sus acciones demuestran todo lo contrario.

Domingo Acevedo.
Dic/13


sábado, diciembre 28, 2013

Calle Juan Ballenilla


Calle Juan Ballenilla, esq. Calle Guarocuya, Zona Industrial Herrera, Santo Domingo Oeste
 
 

Calle Juan Ballenilla, esq. Calle Guarocuya, Zona Industrial Herrera, Santo Domingo Oeste


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JUAN BALLENILLA, MI BISABUELO, UNA CALLE DE MANGANAGUA LLEVA SU NOMBRE.

Ayer pasé por una calle una calle de Manguana y me sorprendió ver que una de sus calles lleva el nombre de Juan Ballenilla, el nombre me resultó familiar y pregunté a la tía Amantina y me dijo que ese señor fue mi bisabuelo, el padre de la abuela Mamá tita (Juana Emilia Acevedo) habitantes auténticos de la Esperilla, Manganagua, Herrera y el Palmar, a quienes la modernidad y el abuso de poder del presidente Joaquín Balaguer (1966-1978) les quitó las tierras condenándonos a vivir marginados, lejos unos de otros, en otras tierras extrañas y ajenas.
Me alegró mucho que por lo menos alguien que no conozco se dignara a recordar a un insigne representante de nuestra familia, quien en esa época lejana, en Manganagua, fue segundo alcalde y tiempo después fungió por muchos años como primer alcalde. La tía Amantina dice que fue un gran hombre que nunca hizo daño a nadie y que gustaba de hacer el bien a los demás, por eso hoy una calle de Manganagua lleva su nombre, loor a Juan de la Cruz Ballenilla, mi bisabuelo.
Domingo Acevedo. Fuente:http://espejismodelunallena.blogspot.com/2012/04/juan-ballenilla-mi-bisabuelo-una-calle.html

Foto:Manuel  Beriguete, tomada de Panoramio.
Texto: Domingo Acevedo.

Dos cultura, un sueño.











Fotos tomada de Facebook.

viernes, diciembre 27, 2013

Una lechuza.

Tomada de internet.

No sé por que Te Quiero.Ana Belén -Antonio Banderas

Un hermoso caballo.

Foto tomada de facebook

Ana Belén - 'Lía' (directo - 2001)

EN EL CLARO DE LA LUNA Silvio Rodriguez

jueves, diciembre 26, 2013

Una luna espectacular.

Foto tomada de Facebok.

Ya estamos casi listos para irnos a la cima más alta de las Antillas, el Pico Duarte.

Ya estamos casi listos para irnos a la cima más alta de las Antillas, el Pico Duarte.


Ya estamos casi listos para irnos a la cima más alta de las Antillas, el Pico Duarte, ya saben que es del 2 al 6 de enero, y la ruta es Azua,  Jarabacoa  y partimos de la avenida Bolívar  55 al lado de la funeraria la Altagracia (Partido Alternativa Revolucionaria) a las siete y media de la mañana, puntual.

Este viaje tiene de especial que con nosotros va el primer no vidente que intentara llegar a la cima del pico Duarte.

Así que esperamos que ya tengan su equipaje preparado y la mente positiva, ya nos vemos el dos de enero para emprender ese viaje inolvidable hacia la cima más alta de las antillas.

Que tengan un apacible año nuevo.

Domingo Acevedo.
829 68 34
Ya estamos casi listos para irnos a la cima más alta de las Antillas, el Pico Duarte.


Ya estamos casi listos para irnos a la cima más alta de las Antillas, el Pico Duarte, ya saben que es del 2 al 6 de enero, y la ruta es Azua,  Jarabacoa  y partimos de la avenida Bolívar  55 al lado de la funeraria la Altagracia (Partido Alternativa Revolucionaria) a las siete y media de la mañana, puntual.

Este viaje tiene de especial que con nosotros va el primer no vidente que intentara llegar a la cima del pico Duarte.

Así que esperamos que ya tengan su equipaje preparado y la mente positiva, ya nos vemos el dos de enero para emprender ese viaje inolvidable hacia la cima más alta de las antillas.

Que tengan un apacible año nuevo.

Domingo Acevedo.
829 68 34

Domingoacv2@gmail.com

miércoles, diciembre 25, 2013

Mis deseos en este 2014 que se aproxima.

Mis deseos en este 2014 que se aproxima.

Mis deseos en este 2014 que se aproxima, es que los grupos democráticos, revolucionarios y la izquierda dominicana, podamos unificarnos para aunar esfuerzos para luchar por un mejor país, en donde tod@s tengamos las mismas oportunidades de alcanzar el bienestar social, al margen de los partidos que históricamente nos han desgobernado robándose la esperanza del pueblo dominicano.

La unidad es fundamental para que podamos alcanzar el poder, para desde ahí hacer las transformaciones que el pueblo amerita para construir una sociedad equitativa, solidaria y pacifica.

Trabajemos pues, para dejar de lado las diferencias que nos separan y podamos construir entonces, una gran unidad que de al traste con este sistema corrupto y perverso que tenemos en el país.

Domingo Acevedo.

Dic/13

Bienaventurados los que esta noche son felices.

Bienaventurados los que esta noche tienen un techo, pan en la mesa y una familia con quien compartirlo y son  felices, por que en verdad os digo, que esta noche, muchas personas, no tiene un techo, ni pan en la mesa, ni una familia con quien compartir  y no son felices, ya que por la inequidad de los que tiene el poder económico, político y militar son más los que sufren que los que son felices.

Domingo Acevedo.

Dic/24

martes, diciembre 24, 2013

La carcel del amor

lunes, diciembre 23, 2013

Navidad


Navidad
sangre de distancia
muerta
sueños de luces
fantasía de colores
ruidos
y risas
y aquí
en nuestra mesa
y
yo
simplemente
compartimos
la desnudez
del hambre




Domingo Acevedo.

Los niños si van al cielo.

Foto tomada de Facebook.

Más allá de la noche.


Guerreros invencibles del Aconcagua.

Esta noche
solitarios guerreros danzan en los pergaminos del tiempo
alrededor de una luna de plata
parecen mariposas danzando en el viento
tratando de alcanzar un sueño
una luz perdida en los lejanos suburbios de la alborada
fantasmas que recorren los Andes
atravesando senderos amazónicos
buscando entre los residuos de la historia
los restos incinerados de la utopia
encendiendo hogueras apagadas por el llanto
para que nuevamente iluminen de esperanza
las aldeas remotas de los Mapuches
hechos de amor y ternura
de un sentimiento tan profundo
que los ata por siempre a la tierra
por la viven y mueren
guerreros invencibles del Aconcagua
hechos de barro y agua
habitantes de más allá del río Maule
araucanos bravíos
eternizándose en el tiempo
raza que emigra desde el dolor y el sacrificio a la gloria
hoy por un sendero de sangre  que viene del pasado
un centauro herido se aleja a morir en mi voz


Abro las puertas del tiempo.


Abro las puertas del tiempo
y me alejo por un camino  de lirios y azucenas
a encontrarme contigo en los umbrales de la alborada
en donde tú
con el corazón repleto de ternura
sobre un unicornio del cristal
bajo el embrujo de una  luna llena
cabalgas hacia mis brazos
en busca de un sueño



Testimonio.


Hoy he querido dejar testimonio de la insignificante grandeza de nuestras vidas
decir que sobre la primavera
que con sus manos fecundas hicieron florecer en nuestra memoria  los  abuelos
construyeron una gran ciudad
que de esa tierra que en mi corazón es un canto
no queda nada
sólo recuerdos
recuerdos edificados sobre las cenizas de nuestra nostalgia
recuerdos tan enraizados en mis palabras
que en mi voz anidan los pájaros fabulosos de mis sueños
que más allá de la polvorienta geografía de mi cuerpo  iluminan los cubículos del olvido
en donde la civilización enterró para siempre toda nuestra alegría
ya que en  nuestra forma simple de ver la vida no  advertimos que el mundo de más allá de la alborada
ambicionaba nuestras tierras
y que la modernidad avanzaba inexorable hacia nosotros
triturando entre sus fauces todo lo que encontraba a su paso
que por el camino real a menos de una hora de distancia a pie
la ciudad como un espejismo en nuestras miradas azoradas
resplandecía 
con sus románticas avenidas
con sus ventanales que todas las tardes daban al mar
con sus  luces que con sus cuchillos dorados herían el corazón de las sombras
con sus pomposos edificios preñados de sueños
con sus mujeres de algodón que vestían sus corazones con las luces primeras del alba
para no morir de pena atrapadas por la soledad
con sus escuálidos  hombres atrapados en la fantasía de sus vidas vacías
 con sus ruidosos automóviles ebrios de distancia
y sobre todo sus noches bulliciosas
con sus casinos
donde el azar y la ambición  atrapaban a los hombres en sus tentáculos imposibles
con sus cines de melancolía de la Duarte y la Mella
donde la quimera llevaba a los espectadores en un viaje sin retorno por los túneles infinitos  de la fantasía
y el mar Caribe  con sus barcos fantasmas esfumándose en el horizonte
las vidrieras de las tiendas que atrapaban nuestros sueños en el bucólico encanto de querer tener y no poder
y mirábamos hacia dentro de nosotros mismos
y terminábamos parados frente al espejo de la vida harapientos y descalzos
en un mundo ajeno y extraño
como extraño éramos nosotros en ese mundo
y de nuevo volvíamos a nuestras tierras
en donde la vida transcurría sin más  prisa que ir  a los conucos
andar por los montes maroteando alguna fruta de lástima
arrear vacas hacia las distantes regiones del rocío
cazar pajaritos endebles para mitigar el hambre de toda la vida
y en las noches alrededor de la hoguera los abuelos en una danza nos hablaban de sus hazañas remotas
de su largo viaje sin retorno hasta llegar  aquí
de la crueldad del látigo en sus espaldas
de cuando lucharon contra el hombre blanco por su libertad
de sus anhelos por volver al África
y  de sus raíces enterradas en estas tierras  que abonaron con  sudor y sangre
tierra
en que a pesar de todo
siempre serán extraños
al final de la jornada sin más luces que la de la luna y las estrellas
nos alejábamos  por los caminos que  los grillos iluminaban con su canto
gritando a viva  voz la  alegría de compartir en una danza la vida
al llegar al hogar con la piel pegajosa de oscuridad
dar un beso a mis padres
pedir su bendición
salir al patio
y bajo las estrellas
darme un baño de inmensidad y rocío
y luego acostarme en mi hamaca
hasta que el sol de un nuevo siglo nos traiga la esperanza
que perdimos en el duro batallar contra la modernidad

Domingo Acevedo.
Rep. Dom.


ALBORADA DE MARIPOSAS AZULES.


No fui más que un niño que siempre anduvo perdido en sí mismo
en los conucos lejanos del abuelo Ismael
aprendí de la vida todo lo que sé hoy
fueron los potreros del tío Juan mi escuela
y en las lejanas regiones del rocío
era donde podía mirarme al espejo
y encontrarme tal cual era
un niño hecho de ceniza y barro
con la mirada torva perdida en el infinito
un niño que escribía todas las tardes en los pergaminos del viento
su historia envejecida en su dolor vegetal
era toda mi alegría poder correr por el bosque
hasta cansarme y terminar de bruces
entre los arbustos mágicos de las tardes
hablar con los animales y los árboles
pasear en el viento más allá del horizonte
y regresar en las nubes al lugar de donde nunca partí
y encontrarme como siempre
arrullado entre los brazos de mis padres
que me cubrían de la lluvia
que con su corazón de azucena
iba dejando pedazos de cielo dormidos en mi piel
todas las tardes mi madre y yo
nos sentábamos bajo la sombra del gran árbol azul
a mirar como los pájaros ebrios de clorofila
se escondía detrás de las murallas del horizonte
mientras
una peregrinación de mariposas
ancladas en los ventanales del ocaso
agonizaban en la mirada quimérica de un ángel
hoy no hay más alegría  que este canto bajo esta luna de jade
por el camino del alba
las huellas del rocío
se evaporan entre los pies descalzos de un sol precoz
que siempre en noviembre
pasa de largo a esconderse entre los matorrales atardecidos de la distancia.
alborada de mariposas azules heridas por los puñales del  otoño
junto al fogón doña Lola hierve jengibre que ofrece al paladar
para ahuyentar a los duendes del frío
y en un rincón de la memoria
Cató todavía fabrica con sus manos de ternura
los colores del amanecer
y en algún rincón de mi alma  la abuela Mamá Tita
recolecta los residuos perdidos de nuestro pasado
muchas veces ella y yo imaginábamos escuchar en la voz destemplada del viento
el lejano sonido de nostálgicas tamboras
grito de guerra
canto de amor
danza que en las noches aun nos libera del peso de una historia amarga
que escribieron con su sangre nuestros abuelos
para que mi voz
quinientos años después
pudiera abrir las puertas que el tiempo creyó haber cerrado para siempre
nací en esta tierra que tiene el color del olor del topacio
donde los colores vegetales de la primavera se levantan
como una ola que inunda todos los rincones del bosque de mariposas
que al morir van dejando un rastro efímero de luz, arco iris coagulado en una lágrima
por el camino real
el tío Alberto regresa
parece flotar sobre la tenue oscuridad  del atardecer
la tía Agustina en la ventana  lo ve llegar
espera como siempre que él
lleve las vacas a los corrales
se dé un baño
vaya a la ventana
le dé un beso
y luego se sienten todos en la mesa a cenar.

en las noches mi padre
como un fantasma se perdía entre las sombras hacia las carboneras
a vigilar los hornos
para que el fuego no consumiera los sueños
y así poder derrotar el hambre
que acechaba entre los resquicios de las horas más largas del verano.
primavera insular
caserío perdido junto al bosque del olvido
flamboyán amarillo
anacahuita de cristal
bajo los limoncillos florecidos
la tía Tatín con su escoba  arrincona contra los espejos de la tarde
las cenizas que deja el otoño en la mirada de la tía Aurora
que aún busca en su interior
el camino de regreso al paraíso que nos robó la modernidad
ignora ella que morirá arrinconada contra sus sueños
sin volver a ver el sol
desde los ventanales primaverales del alba






El centauro


Recuerdo con pena, como hace ya más de quinientos años de la llegada del hombre blanco a estas tierras, que las compartíamos diversas criaturas del bosque en paz.

Ellos después de construir rústicos poblados que después se fueron convirtiendo en hermosas ciudades, en su inmenso egoísmo, no se conformaron con la tierra que tenían  y se fueron adueñando poco a poco y a la fuerza de todos los territorios de más allá del horizonte, donde habitábamos nosotros en,  no valió que resistiéramos, los caminos se fueron tiñendo con la sangre de las creaturas  de bosque, todo el que se opuso fue aniquilado.

Yo el último sobreviviente de aquellas batallas, el heroico y solitario guerrero de las sombras, el que no pudo ser vencido por la crueldad del hombre blanco, el que no cayó en sus engaños y trampas, el más temido y odiado, derrotado por el cansancio y la modernidad, no me quedó más que disfrazarme de humano para poder sobrevivir a la crueldad del hombre. Cuanto me costó adaptarme a sus defectos, y miserias, a su injusticia, a su inhumanidad.

Hoy que el tiempo ha pasado, envejecido en mi soledad casi eterna, arrastrando el dolor del extermino ya no puedo, no tengo fuerzas para seguir escondiendo por más tiempo lo que soy, es por eso que he decidido tirarme de este precipicio hacia la libertad.


Y se hace poesía

A veces tu nombre rueda por los bordes de una lagrima
y se hace poesía
una canción


Con la inocencia.

Con la inocencia de un niño
traté de atrapar el tiempo en mis palabras
y se me escapó en la mirada


Los alfileres de la ausencia.

Clavados en mi voz
los alfileres de la ausencia
hacen sagrar de olvido mis ojos


Por el camino.

Por el camino sin edad del olvido
un fantasma se aleja llorando
sus lagrimas dejan un rastro de lirios en la noche
y en los pergaminos del tiempo
una luna de ausencia gravita en tus ojos

allá, más allá.

Allá
más allá de la noche que flota sobre las tibias aguas del mar Caribe
hay un horizonte de barcos anclados en la nada





La Reforma Fiscal

El PLD
la corrupción
Felix Bautista
el déficit fiscal
el metro
las obras sobre valuadas
Víctor Díaz Rúa
el hoyo
la reforma fiscal
el paquetazo
la mentira
doscientos cinco mil millones de pesos
el FMI
el robo de los fondos públicos
el senado
Reinaldo Pared Pérez
la cámara de diputados
Abel Rodríguez
el barrilito
el hombre del maletín
la subasta
los onerosos contratos mineros
loma Miranda
el presidente nuevo
con sus funcionarios  viejos y corruptos
Leonel Fernández Reina
artífice de la falacia
Protagonista de la mentira
maestro en el arte de robar
las protestas
el juicio público
la condena
la vice
el teatro
telemicro
canal cinco
la voz oficial de la desinformación
las poses
el circo
Gómez Díaz
la clase media
los pobres
el dengue
el colera
los apagones
la falta de agua
la delincuencia
la inseguridad
el narcotráfico
el microtrafico
la DNCD
la policía
los swat
los linces
los toppos
especializados en la represión y el crimen
contra la población civil pobre e indefensa
y nuevamente los pobres
navegando a la deriva entre los sueños
y la realidad amarga  de la marginalidad
sin tener a donde ir
no nos queda más que resistir

Sueños perdidos en los conucos.

Son las seis de la tarde, detrás de la casa papá prepara su montura. Julia es una burra que nos ha acompañado en un gran trecho de nuestras vidas, ha estado ahí, en las buenas y en las malas, sobre su lomo nos ha llevado por todos los confines de esta tierra y más allá, a la ciudad en donde no hay espacio para los humildes labradores que llenos de harapos por sus calles inhóspitas venden sus sueños perdidos en los conucos y  por las que pregonan  a viva voz: verduuuras, yuuuca, aguaaaaacates, maaaaangos marchanta llevo carbooon, venga marchanta que llevo huevos criollos, para después de vender nuestros productos por miserables monedas, perdernos nuevamente en el monte con todos nuestros sueños a cuesta.

Ya la montura está lista, León juguetea entre nuestras piernas alegre, salta, ladra, mientras Julia nos mira con toda su ternura resumida en sus ojos tristes. No me acuerdo cuando llegó a casa pero la recuerdo de toda la vida, desde siempre, desde que tengo uso de razón.

Estamos detrás de la casa, bajo la mata de capá, mi madre, mi hermano Juancito, y yo, Felipe y Ñonó no se por donde andan. Ya mí padre está preparado al lado de Julia, se despide con un gesto de la mano y se monta, yo corro y me aferro con ternura a una de sus piernas y luego me alejo para ver como él, mí padre, se aleja por el camino en sombras a un lugar perdido en el monte, León  va tras él ladrando y saltando alegre, nosotros nos quedamos parados en medio de la noche hasta que ellos se pierden en la oscuridad.


Allá en un claro del monte mi padre tiene un horno hecho de troncos secos para hacer carbón vegetal, para luego venderlo en la ciudad. Tiene que cuidarlo, por eso es que amanece todas las noches vigilándolo para que no se incendie  porque sino en vez de carbón sólo encontrará cenizas.

En la carbonera, a la intemperie dormirá sobre algunos sacos de cabuya que lo cubrirán del frío de la noche y los mosquitos, acompañado de los grillos y las estrellas, las lechuzas y los murciélagos. A su lado León gruñirá a los fantasmas que rondan la soledad de la noche en el monte, él y Julia no desampararán a mi padre por nada del mundo, estarán siempre a su lado protegiéndolo de toda maldad escondida entre el silencio nocturno y la oscuridad.

Mañana tempranito, antes que salga el sol, mi madre, Juancito y yo iremos a encontrarnos con mi padre, les llevaremos un poco de café y algo de comer ya a  esa hora el carbón estará listo para llenar cuatro o cincos sacos para acomodarlos en el lomo de Julia y regresar a la casa, para de inmediato mi padre tomar el camino hacia la ciudad y venderlo a algún comerciante para traernos de comer para unos cuantos días.




Una luna de jade en un cielo cuajado de sangre.


Un lirio roto
una mariposa herida
un horizonte de pájaros agonizantes
un sol atrapado tras los cristales del tiempo
una anacahuita recostada contra la última tarde del otoño
un camino herido por el llanto
un mar de topacio
una embarcación repleta de gritos que salpican la historia de lágrimas
una hoguera congelada en la mirada del invierno
un cañaveral de sombras donde se cuece el dolor
un trapiche de látigo y sudor
una tambora que llora en las noches claras del verano
una luna de jade en un cielo cuajado de sangre
un unicornio moribundo junto al sendero de la alborada
donde un relámpago de cadenas rotas dejan en el viento
un murmullo de huellas que se alejan por el camino de la gloria y el sacrificio
hacia la eternidad




Un centauro.


Con una herida en el corazón
postrado ante el olvido
agoniza un centauro
en sus ojos anegados de eternidad
una luz se apaga





Un enjambre de perros azules

Hay pasos ahondándose en la espesura de la incertidumbre
y más allá de la inexactitud del tiempo
un enjambre de perros azules arañan la noche


La luna lo sabe

Este camino que se pierde entre mis ojos
no lleva a ninguna parte
la luna lo sabe
por eso todas las tardes se entretiene a jugar en el horizonte
con las golondrinas


Heridas de ausencia

Estas dos palomas que huyen de mis ojos
heridas por la ausencia
sin ninguna oportunidad de regresar del olvido
se diluyen en la inmensidad del tiempo

En este viaje hacia el olvido
atrapado en propia soledad
he llorado tantas veces mi vida
que no se si de verdad vivo o muero




He acumulado tanto dolor en mis recuerdos
que en mis ojos hay una herida que no cierra




Hay un niño herido en mi voz




Ya no se a donde voy
me he perdido en los laberintos
de la incertidumbre
buscando una salida para  escapar
a tantos recuerdos




Estas dos lágrimas que ruedan por mi rostro
Arrastran consigo todo espeso amargo de mi edad




Aquí
arrinconado contra los últimos vestigios del tiempo
la vida se desvanece en la nada






La tarde llegó silenciosa
enterró sus cuchillos de sal en mi memoria
y se alejo cantando





Mis huellas vienen de ninguna parte



Mis huellas vienen de ninguna parte y se pierden en una ciudad donde la soledad y el olvido se adueñan de todas las cosas.

Todos estos tiempo en caminado en circulo alrededor de la nada sin darme cuenta lo rápido que se han ido todos estos años, llevándose con ellos parte de mi vida.

Esta mañana me he mirado al espejo y me he visto tan desamparado que lloré imperturbable mi desdicha se ser humano.








No había nubes enjauladas en el cielo.

No había nubes enjauladas en el cielo
ni pájaros prisioneros en el viento 
ni árboles enclavados en la tierra
ni mares encerrados en el horizonte
sólo estaban  mis ojos agonizando eternamente
en el camino real



Domingo Acevedo

viernes, diciembre 20, 2013

Ahora que las fiestas navideñas están cerca.




Ahora que las fiestas navideñas están cerca y que en noche buena te sobrará de todo. No olvides que en estos días muchas personas en todo el mundo serán más infelices, especialmente los niños y sobre todo aquellos que no tienen la dicha de tener un hogar  y mucho menos un pedazo de pan en su mesa.

De manera individual no podemos cambiar esa realidad pero sí tú puedes mitigar el hambre de una sola persona, estoy seguro que Dios te lo recompensará.

Domingo Acevedo.

Dic/13

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